lunes, 1 de julio de 2019

Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo 

Corrida de toros. 

“Un halo de esperanza” 

Ganadería 

Se lidiaron 6 toros de Partido de Resina, ganadería procedente del encaste de Pablo Romero, perdiéndose sus raíces en el tiempo, pero de lo ha llegado a nosotros, estuvo en manos de la familia Pablo Romero desde 1.895 hasta 1.997, que fue vendida a su actual propietario. Fue formada en su origen con reses Jijonas, de Vázquez y Gallardo. Bien presentada, y de variado juego. Todos fueron aplaudidos de salida y tres de ellos se fueron con las orejas al desolladero. El segundo fue devuelto a los corrales por falta de fuerzas y en su lugar se corrió un sobrero de San Martín de procedencia Santa Coloma 

Terna
  • Marc Serrano: De gris y oro. En el segundo pinchazo sin soltar, otro pinchazo, aviso y estocada contraria que vale. Silencio. En el cuarto navajazo trapero, aviso y dos descabellos. Silencio. 
  • Sánchez Vara: De gris plomo y oro. En el tercero estocada tirándose por derecho y descabello. Vuelta al ruedo. En el quinto Pinchazo al encuentro, aviso y 5 descabellos. Aplausos. 
  • Miguel de Pablo: De blanco y oro. En el toro de su confirmación estocada trasera, baja y atravesada y 5 descabellos. Silencio. En el sexto, pinchazo saliéndose de la suerte y media estocada que vale. Silencio. 
Presidente: D. Trinidad López-Pastor Expósito. 

Devolvió a los corrales el segundo de la tarde por inválido. En el cuarto se le protestó el cambio de tercio ya que el toro en la segunda entrada al caballo no fue picado. 

Cuadrillas y otros. 

Con un tercio del aforo y con una temperatura para muchos insoportable, se celebró el segundo festejo después del ciclo ferial. Al finalizar el paseíllo se guardó un minuto de silencio en memoria del desaparecido picador colombiano, Anderson Murillo. Miguel de Pablo confirmó la alternativa de manos de su compañero de cartel, Marc Serrano. 

Comentarios: 

Salió en primer lugar Garrofero II, y en la primera entrada al caballo metió los riñones y empujando con clase, pero fue un espejismo, ya que a partir de aquí su juego fue de manso, saliendo suelto del caballo y de los engaños buscando la salida. Miguel de Pablo, en su confirmación, se encontró en la faena de muleta a un animal que comenzó midiendo las embestidas y tirando derrotes y el novel torero a bailar alrededor de su enemigo, sin encontrar en su muleta la medida de la lidia que necesitaba el burel. El sexto se llamaba Flamenco, el toro cumplió en el caballo a pesar de recibir un castigo en la paletilla. El piquero rectificó, pero el mal ya estaba hecho. En la muleta se dejó torear, pero el matador en esta ocasión tampoco encontró en las tandas que ejecutó la ligazón que le pedía su enemigo, rectificando terrenos continuamente ante un animal que metía la cabeza para que lo embarcara y templara su embestida, pero eso debe ser de nota. 

En segundo lugar se corrió un sobrero de San Martín, que en su primer encuentro con el caballo se dejó pegar, pero en el segundo acudió suelto y no se le vio su juego. Con la pañosa en la mano Marc Serrano no encontró el sitio, tampoco se lo puso fácil su enemigo, ya que no anduvo sobrado de fuerzas. Con la derecha si le bajaba la muleta perdía las manos, el burel terminó defendiéndose. Lo intentó al natural pero le faltó ligazón y colocación a pesar que el toro acudía al engaño algo descompuesto, trató de acompañar el viaje de su enemigo pero al animal le faltó movilidad. Al cuarto de nombre Zapatero, lo recibió en el tercio de chiqueros y con una larga cambiada eludió el peligro que implica esta suerte. La primera vez que acudió al caballo, sin colocar, el piquero marcó el castigo bajo y le tapó la salida. En la segunda entrada no se le vio. El animal fue el más descastado de la tarde, el encuentro del torero francés con su enemigo no fue muy gratificante para los asistentes, ni hubo toro, ni torero. 

Sánchez Vara vino con mucha disposición y en primer lugar se encontró con Cometero I, recibiéndolo a portagayola. El animal lo compensó haciendo un juego aceptable en el caballo, y tanto el torero como el picador pusieron su empeño en ejecutar la suerte con torería. Al animal no le gustaban las tablas y el torero comenzó la faena de muleta citando desde el anillo. El toro acudió a la cita, pero a partir de aquí la voluntad de Sánchez Vara no bastó para sacarle a su enemigo lo que este le ofrecía, le faltó templanza y colocación. Al natural el toro tuvo menos recorrido y el torero de Guadalajara lo intentó con mucha fe, pero en esta ocasión se dejó ir un buen toro, a pesar que consiguió sacarle alguna tanda templadita, pero… Fruto de su disposición se tiró a matar con mucha decisión cobrando una buena estocada. En el quinto se encontró con Ventolero recibiéndolo con una larga cambiada en el tercio. De salida le gustaron poco los engaños, pero en el caballo cumplió, aunque en la primera vara salió suelto. Volvió a parear el maestro pero con poca fortuna. Con la muleta en la mano pasó a su enemigo con la derecha pero aliviándose. Al natural consiguió algunos muletazos templados pero sin ligar y faltos de colocación, y este arte tiene que conjugarse con varios elementos, y si faltan algunos de ellos, no tiene valor. El toro ofreció lo que tenía, embestir, y el torero puso corazón pero en esta ocasión no bastó. 

©Pepeíllo.