domingo, 6 de octubre de 2019

Feria de Otoño 2019

Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo 

Corrida de toros 

“Limpieza de corrales” 

Ganadería 

Se lidiaron 6 toros de la ganadería de Adolfo Martín, encaste Albaserrada. Salvo el primero, mal presentados. Del juego ofrecido solo se salvó el cuarto. Mansos, descastados y blandos que fueron pitados en el arrastre. 

Terna: 
  • Curro Díaz: De azul turquesa y oro. En el primero estocada caída de bonita ejecución y descabello. Silencio. En el cuarto, pinchazo y estocada tirándose por derecho. Saludos desde el tercio. 
  • López Chaves: De berenjena y oro. En el segundo Tres pinchazos, aviso, metisaca y estocada. Silencio. En el quinto pinchazo y estocada atravesada. Silencio. 
  • Manuel Escribano: De azul noche y oro. En el tercero estocada habilidosa. Silencio. Y en el sexto estocada. Silencio. 
Presidente: D. Gonzalo J. de Villa Parro. 

Se limitó a cumplir el reglamento. 

Cuadrillas y otros. 

En el último festejo de la Feria de Otoño el coso venteño registro unos tres cuartos del aforo. Al finalizar el paseíllo se le dedicó una ovación al torero sevillano, Manuel escribano tras su recuperación de la cogida que sufrió en la pasada feria de San Isidro. 

Las cuadrillas en esta ocasión no estuvieron a la altura que merecía la ocasión. El único tercio de banderillas digno de mención fue el del quinto, donde José Chacón y Fernando Pérez estuvieron aseados. 

De los picadores mencionar a Tito Sandoval en el segundo, marcando el castigo arriba, pero se limitó a sujetar a su enemigo. Los demás picaron trasero, tapándoles la salida a los toros. Otro desastre más a esta bella suerte que poco a poco va perdiendo vigencia en el marco de la nueva tauromaquia, donde solo encuentra enemigos incluyendo a los profesionales 

Comentarios: 

Es doloroso tener que titular una crónica criticando a un ganadero de la talla de Adolfo Martín y que dado el juego que dieron sus toros se especuló que aprovechó este ciclo para hacer una limpieza de corrales, pero más doloroso es llevar razón. Nadie imaginaba que un ganado de referencia de los aficionados iba a ofrecer un juego tan pobre. Sólo se salvó el cuarto, de nombre Bonito, que a pesar de pelear sin fijeza en el caballo, fue el único que sacó algo de casta y puso en aprietos a Curro Díaz que estuvo muy digno. Lo recibió con un bonito cambio de manos, y durante la lidia prevaleció la emoción y poco a poco el matador consiguió templar unos muletazos al encastado ejemplar, construyendo una faena que llegó a los tendidos. El primero de nombre Jardinero, no mostró nada en el caballo, solo se dejó pegar. En la muleta tuvo poco recorrido y poca transmisión. Se le coló dos veces al matador, una por el derecho y otra por el izquierdo, pero acudía al engaño sin acometividad, llegando a pararse, lo que originó que el torero se pusiera pesado. 

El primero de López Chaves, de nombre Holgazán, fue manso y blando en el caballo, ofreciendo un juego muy pobre en la muleta. El torero salmantino lo intentó por ambas manos, pero a su enemigo le costaba repetir la embestida, quedando la faena huérfana de emoción. La voluntad del torero no fue suficiente para tapar las carencias del astado como toro de lidia. El quinto de nombre Madroño, tuvo un dato anecdótico, le costó salir al ruedo. Tuvo que ser el maestro quien le presentara el capote casi en la boca de chiqueros para que animal abandonara las querencias. La única virtud que tuvo en el caballo fue dejarse pegar. En cuando el torero tomó la pañosa el animal se quedó clavado en el albero, y cuando acudía a los cites en lugar de embestir topaba. El salmantino lo intentó pero su enemigo no encontró ningún aliciente en la pelea mostrando una evidente mansedumbre. 

El torero de Gerena, Manuel Escribano reaparecía en el coso venteño después del percance de la última feria de San Isidro. A su primero, de nombre Sevillano, y en un alarde de agradecimiento a la parroquia venteña, se fue a recibirlo a la puerta de chiqueros. Al salir el toro lo hizo andando creando un clima de pánico en los tendidos ya que el torero no se amilanó y aguantó el parón de su enemigo clavado de rodillas en la arena. El toro acudió al engaño andando y el torero pudo librarlo milagrosamente. El juego que dio Sevillano en el caballo fue de manso. El matador tomó los rehiletes pero sin fortuna. En el último tercio el torero se mostró desconfiado y ante las embestidas inciertas de su enemigo hicieron que se acentuaran aún más las condiciones del toro. El sexto de nombre Chaparrito, lo recibió también a portagayola. El animal hizo una fea pelea en el caballo y el picador le tapó la salida. De nuevo el maestro tomó los palos y aunque estuvo algo más aseado que con el tercero, no llegó a convencer a los tendidos exigentes, ya que le costó cuadrar en la cara de su enemigo. Comenzó la faena de muleta citando desde los medios con el toro entablerado en el seis. Este hecho sorprendió, ya que el animal le había costado mucho acudir al los cites en el tercio de banderillas. Su faena consistió en unas tandas de derechazos que no llegaron a los tendidos ya que el animal no reunía condiciones para ello. El torero trató de justificarse pero no encontró la respuesta en su enemigo. 

©Pepeíllo

sábado, 5 de octubre de 2019

Feria de Otoño 2019

Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo 

Corrida de toros 

“Puerta Grande a la constancia” 

Ganadería 

Se lidiaron 6 toros de Distintas ganaderías, 1º de Alcurrucén. Mal presentado, manso y descastado 2º de Parladé. Mansote y soso en la muleta. 3º de Adolfo Martín. Manso encastado con dificultades en la muleta. 4º y 6º de Victoriano del Rio. En cuanto a presentación al 4º le salvo la cara. En su juego no se le vio en el caballo y noble por el pitón izquierdo con algo de casta. 5º de Domingo Hernández. Se dejó pegar en el caballo y en la muleta mostró nobleza. 6º no se empleó en el caballo y en el último tercio no se cansó de embestir con nobleza. El 4º, 5º y 6º fueron aplaudidos en el arrastre 

Terna
  • Antonio Ferrera como único espada: De blanco y oro. En el primero, pinchazo hondo saliéndose de la suerte, al final el animal se echó. Silencio. En el segundo, pinchazo recibiendo, pinchazo sin soltar y estocada atravesada y algo delantera en la suerte natural y dos descabellos. Aplausos. En el tercero, pinchazo en la suerte natural y estocada en la suerte contraria. Silencio. En el cuarto estocada delantera y atravesada ejecutada en la suerte de recibir, dos descabellos, aviso y tres descabellos para despenar a su enemigo. Saludos desde el tercio. En el quinto estocada en la suerte contraria. Oreja con protestas. En el sexto pinchazo hondo en la suerte natural y dos descabellos. Oreja generosa del presidente. Salió por La Puerta Grande 
Presidente: D. Trinidad López-Pastor Expósito. 

Concedió un trofeo en el sexto entiendo que como premio a su entrega durante toda la tarde, pero no porque la faena fuera merecedora de tal distinción. Todo lo demás transcurrió con normalidad. 

Cuadrillas y otros. 

En tarde calurosa se celebró el 5º festejo de la Feria de Otoño, donde la plaza registró casi un lleno. 

Antonio Ferrera recibió dos ovaciones, la primera al aparecer en el ruedo en solitario, y la segunda al finalizar el paseíllo. Ambas fueron muy emotivas donde pudo comprobarse un público generoso con la valentía del torero a encerrarse en solitario en Madrid, con lo que supone este hecho para la carrera de un torero. 

Metidos en faena, en el tercero se desmonteraron Javier Valdeoro y Fernando Sánchez, en el tercio de banderillas. En el sexto volvió a desmonterarse Fernando Sánchez. En este toro y durante la lidia fue arrollado Javier Valdeoro sin consecuencias. 

En el segundo de la tarde la labor del picador Manuel Cid, motivó que fuera despedido con aplausos cuando se retiraba del ruedo. 

Comentarios

La tarde transcurría con detalles toreros del matador Ibicenco. El primero de la corrida se fue al desolladero con la vitola de manso y descastado que no dio al matador oportunidad de lucimiento. 

El segundo de Parladé no transmitió nada a los tendidos, pero el torero comenzó la faena con dos desmayados de cartel, dibujando dos redondos con la naturalidad por testigo, continuando su labor sacándole al animal lo que no tenía, pero falló a espadas. En el tercero y ante un “adolfomartín”, el torero estuvo muy digno, pero las condiciones de su enemigo le obligaron a machetearlo, y otra vez la espada en esta ocasión le regaló un silencio. Al cuarto consiguió sacarlo a los medios y allí le sacó un muletazo muy templado. En la segunda tanda por el pitón derecho no consiguió acoplarse ya que el animal acudía algo rebrincado. Al natural consiguió naturales templados ante un animal de bondadosa embestida. Continuó por el pitón bueno del toro consiguiendo levantar los olés de los tendidos, pero de nuevo la espada fue su martirio. 

El torero no defraudada a los presentes, pero tampoco llegaba el triunfo esperado Fue en el quinto y en sexto donde se conjugó la disposición del torero durante toda la tarde y la faena a estos dos enemigos que aunque no fueron indiscutibles, si colaboró un público entregado ya que cualquier detalle del torero era oleado incluso en momentos de poca calidad artística. Otro de los valores que tuvo el matador fue la paciencia. Con el quinto el ibicenco tuvo la virtud de sacarle a su enemigo lo que no tenía El animal al segundo muletazo perdió las manos y cuando lo intentó en redondos el toro le protestó por ese pitón. El coleta sin arrugarse se echó la muleta a la izquierda y a pesar que el animal se quedaba corto, consiguió conectar con los espectadores que supo agradecer la entrega del torero. Cuando volvió al pitón derecho consiguió algunos muletazos templados. Unos adornos como remate de faena provocaron en los tendidos el delirio triunfalista que hizo que su labor fuera premiada con un trofeo. 

El sexto fue el toro de la corrida. El matador comenzó jugándosela y recibió a su enemigo en los medios frente al portón de toriles. El animal a pesar de no emplearse en el caballo, en el último tercio fue un torrente embistiendo. Ferrera lo tenía todo a favor y con poco que luciera su toreo tenía la Puerta Grande asegurada. Después de desmonterarse el torero de plata, Fernando Sánchez con las banderillas, el matador tuvo el detalle de coger los rehiletes y colocar un par al quiebro. Este hecho tuvo su origen al solicitarle el público que parease el maestro. La faena de muleta no fue para recordar, pero tuvo la habilidad de comenzarla recibiendo de hinojos a su enemigo y con ello comenzó a rugir la plaza. La siguiente tanda de redondos aunque fueron de medios muletazos, valió para que un público entregado llevara en volandas al torero hasta conseguir el segundo trofeo que le permitió abandonar el albero a hombros por La Puerta Grande. 

Nada que objetar al hecho ya que la tarde estuvo preñada de detalles que el torero fue poco a poco sembrando en el albero con su entrega y su disposición en los quites y la atención que tuvo en todo momento durante la lidia y que al final supo recoger su fruto, con una virtud, su honradez.. 

©Pepeíllo.

viernes, 4 de octubre de 2019

Feria de Otoño 2019

Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo 

Corrida de toros 

“El sentimiento de una afición” 

Ganadería 

Se lidiaron 6 toros de Fuente Ymbro, encaste Juan Pedro Domecq en la línea de Jandilla. Mansos, descastados y blandos. Cualquier derrotista apuntaría a una limpieza de las fincas donde pasta esta prolifera ganadería. Cuatro de sus toros fueron pitados en el arrastre ya que no aportaron nada a la tarde taurina. El segundo se lastimo la mano derecha y tuvo que ser sustituido por un sobrero de Manuel Blázquez, procedente de Núñez del Cubillo, que solo aportó mansedumbre y blandura a la ya penosa tarde ganadera. 

Terna
  • Manuel Jesús, El Cid: De lila y oro. En el primero, estocada caída. El toro tarda en doblar. Silencio. .Estocada en el toro de su despedida. Vuelta al ruedo. 
  • Emilio de Justo: De tabaco y oro. Pinchazo sin soltar, pinchazo hondo que escupe y estocada trasera. Aviso. El puntillero no estuvo afortunado y levantó al toro en sus múltiples intentos al despenarlo. Silencio. En el quinto estocada caída y descabello. Aplausos y saludos desde el tercio. 
  • Ginés Marín: De coral y oro. En el tercero, dos pinchazos y media estocada en la suerte natural. Silencio. En el sexto, pinchazo y estocada baja. Silencio. 
Presidente: D. Víctor Oliver Rodríguez. 

Sin problemas en sus funciones. Devolvió el segundo ya que al salir al ruedo se lastimó la mano derecha quedando inutilizado para la lidia. Fue una verdadera pena ver a un animal tumbado en la arena en su lucha por ponerse en pie para continua en la lucha para la cual había sido criado. 

Cuadrillas y otros. 

Con el veranillo de San Miguel aún presente y con tres cuartos de aforo, se celebró el cuarto festejo de la Feria de Otoño, donde El Cid fue el protagonista por su despedida. Fue tarde de brindis. El Cid brindó sus dos toros al respetable, y los dos matadores brindaron sus dos últimos toros de sus lotes al torero de Salteras

De los toreros de plata destacar el tercio de banderillas del cuarto donde destacaron, Lipi y Rafael Limón. En el capítulo del olvido, el tercio de banderillas del sexto, donde Antonio Manuel Punta y Manuel Izquierdo dieron un recital donde el olvido deberá ser el principal protagonista, y recordando una frase típica: Encima cobrarán por su labor. 

Los picadores en su línea, Picando trasero y tapándole la salida a sus enemigos sin dar muestras de mansedumbre pregonada, pero está visto que nadie les hace ver a este colectivo la belleza de esta suerte, que puede ejecutarse mal, indudablemente, pero picar trasero y taparle la salida a los animales por sistema…. Eso es no tener afición. 

Comentarios

A muchos espectadores ocasionales les costaría comprender lo que ocurrió en la plaza al finalizar el festejo. Un grupo de aficionados se tiró al ruedo y encumbró al D. Manuel Jesús, El Cid, a la altura de sus hombros, ya que no podían auparlo más y lo sacaron en bomborombillos por la puerta de cuadrillas. La Puerta Grande estaba negada para el torero ya que como están establecidas las normas hubiera sido un sacrilegio y más como está el horno de las envidias y de los periodistas sofocados en encumbrar a toreros vulgares que al no encontrar el arte que los encumbre, tienen que bajar al lodo del insulto contra los aficionados como viles gacetilleros que después de los festejos recogían el sobre en el hotel donde se hospedaba el torero. 

Decía que El Cid no podía salir por La Puerta Grande, ya que su labor no pasó de la voluntad que puso ante el lote deslucido que le tocó en suerte. Pero eso no evitó que muchos aficionados llevados por su sentimiento llevaran en volandas a su torero, un torero de Madrid, porque a pesar de perder muchas Puertas Grandes por la espada siempre dio la cara cuando se anunció en esta plaza y algunos de estos aficionados, los que no sienten reparo en exigir a las figuras de cartón piedra, tuvieron que echar una lagrimita porque se despedía un torero, un torero que como persona, tuvo sus luces y sus sombras. 

Fueron testigos de este especial y espontáneo comportamiento de los aficionados madrileños, Emilio de Justo y Ginés Marín. Ambos matadores vieron también sesgadas sus esperanzas al encontrarse en sus lotes a un ganado que nada les ofreció, pero hubo sus matices en lo ofrecido por estos toreros. A Emilio de Justo se le vio con disposición, mostrando algunas maneras en la concepción de su toreo, ejecutando un pase de pecho al principio de faena de su primer enemigo, que quedó grabado en la retina de los presentes, continuando con una disponibilidad para que nadie se sintiera engañado por un falso toreo. En el quinto, De Justo se encontró con otro enemigo que no colaboró con la pretensión de agradar del torero cacereño. 

Ginés Marín por su parte, mostró el toreo mecánico que lleva practicando gran parte de esta temporada. En el tercero no encontró en su enemigo las garantías que le hiciera sentirse a gusto y desplegó un conjunto de ventajas a través de un toreo despegado y vulgar a pesar que el animal no presentó en ningún momento signos de peligro. En el sexto y en la interpretación de un libreto de toreo amanerado que extrajo de su muleta, volvió a mostrar un toreo mecánico y simplón que nadie podría creer que nacía de los vuelos de los engaños del que en otra temporada encandiló a los aficionados. 

©Pepeíllo.