miércoles, 25 de mayo de 2011

24 de Mayo de 2011: Vaya tarde

Toros de: El Torreón. Encaste: Juan Pedro Domecq, Torrestrella y El Torero.
Terna:
  • Juan Mora: Estocada, silencio. Estocada tendida, silencio.
  • José María Manzanares: Estocada tendida, silencio. Estocada, silencio.
  • Cayetano: Estocada habilidosa, silencio. Estocada saliéndose de la suerte, silencio.
Preside la corrida D. Manuel Muñoz Infante.


Si fuésemos triunfalista pocos detalles podríamos destacar de la corrida de ayer. Pero como no lo somos, tenemos que decir que ni hubo toros ni hubo toreros. Antes de comenzar el festejo se le dedicó una cerrada ovación a Juan Mora como reconocimiento de su trayectoria torera en esta plaza, ya que ha sido un torero muy castigado por los despachos y por las astas de los toros. El diestro correspondió saludando desde el tercio, desde el cual quiso hacer participes a sus compañeros de cartel, pero sólo se unió Manzanares, al cual se le pitó cuando hizo su aparición en el ruedo. Cayetano ni se lo pensó, se quedó escondido en el callejón.

Todo tiene su explicación, el aficionado no olvida ni lo bueno ni lo malo, y menos a todo aquel que se beneficia de la fiesta de manera fraudulenta, sin embargo se entrega al torero que muestra su honradez en el ruedo, con toros, y si la tarde se pone derecha, toreando de verdad, ya que para eso se visten de luces.

Como dije, ayer no hubo toros porque el encierro de El Torreón salió blando, descastado y dio muy pocas facilidades a los toreros, y las únicas que dio, no las aprovecharon. Toreaban con todas las ventajas que ha puesto a su disposición el torero moderno, para qué se iban a molestar si así les va de maravilla. Sólo Juan Mora intentó torear a su segundo y consiguió algunos muletazos templados, pero que no llegaron a jalear a los tendidos. Los otros figuras, pues un pase aquí, otro en Manuel Becerra y el siguiente en La Avenida de los Toreros, escondiendo la pierna contraria y con la muleta retrasada, en fin, para qué más.

En cuanto a los toros que se lidiaron ayer en la plaza habría mucho que contar, pero poco va a solucionar este hecho. Resulta que el aficionado que se preocupa por la fiesta y la vive con intensidad se enteró antes de la corrida que la ganadería anunciada de Román Sorando había sido rechazada casi en su totalidad en el reconocimiento previo por los veterinarios. Así las cosas, el ganadero se llevó toda la corrida a su finca, para qué iba a dejar dos toros, no merecía la pena. Pero lo malo no era eso, sino que los toros rechazados habían sido elegidos previamente por los veedores de los toreros, y por supuesto no eligieron lo más granado de la camada, y fueron advertidos por el ganadero que esos toros no pasarían el reconocimiento, pero ellos siguieron con su plan. Después ya se sabe, trajeron una corrida de la ganadería de César Rincón, pero en los hechos está la gravedad, aunque no se haya consumado el delito. No es la primera vez que ocurre en esta feria, pero siempre que vienen las figuras hay movida de corrales y todos se quedan tan contentos, y los que tienen que denunciar estos casos callan, menos el aficionado que paga, que ve la corruptela que existe delante de los ojos de la autoridad y esta mira para otro lado. Qué pena que no haya un ganadero que eche de su finca a esos fraudulentos veedores de los toreros figuras diciéndoles: mis toros los elijo yo. Como se hacía antes, y todos sigan por ese camino.

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