jueves, 21 de julio de 2022

 Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo

Corrida de novillos.

“Ganado de matadero”

Ganadería

Se lidiaron 6 novillos de Aurelio Hernando, encaste Veragua. Mal presentados, mansos descastados y  escasos de fuerza, salvo el quinto, que empujó en el caballo y derribó al montado junto a las tablas. Varios de ellos fueron protestados de salida y durante la lidia.

Terna:

  • Javier Montalvo. De obispo y oro. En su primero, estocada que hace guardia, estocada trasera y descabello tras aviso. Silencio. En el cuarto, pinchazo sin soltar, estocada y descabello tras aviso. Silencio benevolente.
  • Jesús Ángel Olivas: De grana y oro. En el segundo, metisaca en los bajos entrando fuera de cacho, estocada Aviso. Silencio. En el quinto, estocada infame, entrando fuera de cacho y descabello. Intentó saludar pero los aficionados que estaban de guardia lo pararon en seco
  • Villita: De marino y oro. En el tercero, estocada baja protestada. Silencio. En el sexto nueve pinchazos en hueso, entre ellos, recibió un aviso, y descabello. Silencio.

Presidente: D. Eutimio Carracedo Pastor.

No estuvo a la altura que merece el palco de esta plaza. Permitió que se lidiara un ganado impresentable por falta de trapío, y segundo por no devolver a los corrales algunos utreros sin condiciones para la lidia. Los aficionados continúan sin comprender por qué se comenten estos agravios a la fiesta. .

Cuadrillas y otros.

Los utreros de Aurelio Hernández reunieron en el coso venteño a un tercio del aforo. Menos mal que comenzó a las nueve de la noche, sino que hubiera sido de los aficionados de sol. En cuanto a las cuadrillas tuvo que salir Curro Javier en el sexto a poner orden en el ruedo y parar al novillo con cuatro capotazos, enseñándole a embestir y decirle quien mandaba en la pelea. En el tercero se desmonteró en el tercio de banderillas.

En el quinto fue Pascual Mellinas el que arregló el desaguisado que había formado su compañero con las banderillas. La jindama es libre, pero es un profesional. En el cuarto Joao Da Silva estuvo a punto de bordar el tercio de banderillas, pero le faltó ese punto de reunión al ganarle la cara al enemigo, también lo hizo Andrés Revuelta en el segundo de la tarde.

Comentarios:

Lo mejor de la tarde fue la merienda Según transcurría la lidia en los tendidos se escuchaban las protestas de los aficionados, y los de buena garganta se atrevían a decir: “Ganado de matadero”, “Mayoral saluda”, Incluso hacían apuestas de quien saldría por La Puerta Grande, está tan barata que los toreros que vienen arropados por sus seguidores, por poco que hicieran, las orejas las tenían aseguradas. Pero no fue así.

Javier Montalvo se encontró en su primero, de nombre Galán, a un animal protestado de salida y que la única virtud fue dejarse pegar en el segundo encuentro con el caballo. Aquí terminó lo que el novillo y el matador podían ofrecer. El manejo de muleta le vino largo al torero que junto a la sosería del astado, ofrecieron una combinación que atragantó a la concurrencia. En el cuarto, de nombre Almendruco, el animal peleó en el caballo y el picador midió el castigo. Con la muleta no se acopló en ningún momento a lo poco que le ofreció su enemigo, pero el público se sintió decepcionado ya que el brindis estuvo compuesto solo por mantazos.

Por su parte Jesús Ángel Olivas recibió de capote a su primero, de nombre Hocicón, sin acoplarse a su embestida. El animal comenzó a blandear y con ello las protestas en los tendidos. Con la muleta lo recibió por alto, sin exigirle al burel. El animal acudía al engaño con nobleza pero en los encuentros no había ni transmisión ni emoción, a pesar que el torero intentaba trazar algunos muletazos, pero quedaron solo en el intento. Al natural el novillo se quedaba corto y junto al manejo de la pañosa, el conjunto de su labor se perdió en la noche. El quinto llamado Casero derribó al montado y salió suelto y en la segunda entrada el piquero le arreó de lo lindo, el animal se repuchó ante el castigo del montado. En la faena de muleta se rajó ya que dada la mala lidia que recibió llegó al último tercio con la lección aprendida. El matador no consiguió sacarle ni un muletazo limpio.

Villita recibió al tercero con unas verónicas ajustadas, las únicas de se vieron en la tarde. Su nombre era Playero y acudió suelto al caballo y el piquero lo castigó trasero. En la segunda entrada volvió a castigarlo trasero y salió suelto. En la faena de muleta el animal mostró que la pelea no iba con él, pero el novillero tampoco llegó a ligar ninguna tanda, ya que en lugar de dejarle la muleta puesta rectificaba terrenos y comenzaba de nuevo como si nada hubiera pasado, y eso fue exactamente lo que ocurrió, que no pasó nada. El sexto, de nombre Brujo, fue protestado de salida y durante la lidia tampoco hizo olvidar a la concurrencia las protestas. En la primera vara salió suelto y en la segunda entrada el picador le aguantó la mansedumbre que mostró el novillo. Con la muleta nada que decir, ni del torero ni de su enemigo. A las once y media de la noche había que tener mucha afición para continuar viendo un espectáculo soporífico. Y como dije al principio, menos mal que el sol no estuvo presente.

©Pepeíllo.

domingo, 3 de julio de 2022

 “A Socorro para que se recupere pronto”.

3 de julio de 2022

Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo

Corrida de toros.

“La rigurosidad de la plaza en caída libre”

Ganadería

Se lidiaron 6 toros de la ganadería de J. Enrique Fraile de Valdefresno, de origen Atanasio Fernández. El primero fue devuelto a los corrales por inválido y en su lugar se corrió un sobrero de Montealto. La corrida estuvo bien presentada, el segundo se dejó torear en la muleta y transmitió a los tendidos y el quinto mostró algo de casta. Mansa, sin fuerzas, descastada y el juego que ofrecieron en el caballo para olvidar. Hoy solo interesa el comportamiento en la muleta, lo demás lo consideran un trámite.

Terna:

  • David Galván. De blanco y oro. En su primero pinchazo, media estocada arriba y trasera, aviso. Aplausos. Pinchazo, aviso y estocada saliéndose de la suerte. El animal terminó doblando en toriles. Silencio.
  • Gómez del Pilar: En el segundo pinchazo y 3 descabellos tras aviso. Aplausos. En el quinto pinchazo y estocada desprendida tras aviso. Oreja.
  • Francisco José Espadas: En el tercero estocada baja, tendida y 4 descabellos Silencio. En el sexto pinchazo y sartenazo que hace guardia entrando a matar fuera de cacho y estocada tras aviso. Aplausos.

Presidente: D. Jesús María Gómez Martín.

No anduvo fino el presidente y los aficionados le recriminaron su falta de rigurosidad, colaborando en convertir esta plaza en un coso donde la vulgaridad está tomando cuerpo Los aficionados le reclamaron con fuerza la devolución del tercero, un animal totalmente descoordinado en su movilidad y el cuarto permitió su lidia aunque mostró signos de invalidez. En el sexto le enviaron otro recordatorio por el mismo motivo En fin, un presidente que no tuvo su tarde y que debería plantearse su futuro en el cargo si buscan la seriedad de la plaza.

Cuadrillas y otros.

El coso venteño registro una floja entrada. Al finalizar el paseíllo los presentes le dedicaron un aplauso a Gómez del Pilar tras su cogida que sufrió en la pasada feria de San Isidro. Las cuadrillas reunían un elenco de toreros de plata. Fernando Sánchez, Iván García, Ángel Otero entre otros. Pero solo pudieron lucirse Ángel Otero y Cebadera, que tuvieron que desmonterarse en el quinto. Aunque los demás lo intentaron, el ganado no permitió su lucimiento.

Comentarios:

Dormilono, fue el astado que se corrió en lugar del toro devuelto por inválido. Un animal que se dejó pegar en el caballo pero de ahí no pasó. Le tocó en suerte a David Galván, que estuvo muy firme con su enemigo sacándole muletazos por el pitón derecho a pesar de tener poco recorrido. Al natural le costó acoplarse por el mismo motivo, no obstante consiguió algún natural suelto, mostrando mucha disposición. Finalizó la faena con unos remates muy toreros y muy del gusto de los aficionados. El cuarto de nombre Pelotito, el torero tuvo en contra las protestas de los tendidos dada la invalidez de su enemigo. El animal al no entregarse en la pelea le sirvió para no rodar por la arena y esto hizo que el presidente lo mantuviera en el ruedo. El matador no llegó a someterlo, sufriendo varios enganchones que deslucieron su labor, ya que el toro solo hacía defenderse y en cada muletazo buscaba el amparo de las tablas. Ante las protestas y el comportamiento de su enemigo, el torero gaditano nada pudo hacer.

Gómez del Pilar recibió a sus dos enemigos en los medios frente a toriles. Su primero de nombre Cigarro, fue picado por el reserva ante la ineficacia de su cuadrilla. Dejándose pegar en querencias. Con la muleta lo recibió de hinojos en la boca de riego, dio dos series de redondos muy templadas. El toro metía la cabeza con nobleza haciendo el avión, a mi entender, debería haber aprovechado esas embestidas en el toreo de pie. Cuando lo intentó el animal no tuvo recorrido, no obstante pudo sacarle dos tandas aseadas en el toreo al natural. Remató con unas manoletinas que no vinieron a cuento. El quinto de nombre Dudosillo, salió al ruedo recorriéndolo sin fijeza y nadie le enseño por qué estaba allí. Acudió suelto al caballo y la lidia se asemejó a una capea. En la faena de muleta comenzó doblándose con el manso encastado dándole dos derechazos muy templados. En los terrenos de tablas el toro metía bien la cabeza y el torero templó las embestidas. Se lo llevó a los medios, seguro que en tablas le apretaba, y el animal comenzó a protestarle. La firmeza del torero consiguió sacar a su enemigo lo que no tenía.

El tercero de nombre Langosto, no se entregó en el caballo y en la segunda vara no fue castigado, por lo que los aficionados protestaron. Salió suelto por su condición de manso. Francisco J. Espadas se limitó a pasarlo en la muleta al hilo del pitón, sacando a relucir el pico en cada muletazo, bueno, en cada trapazo, como decía un aficionado próximo a mí localidad. El blando animal le ofreció algo más de lo que el matador le ofreció, hasta que apagó sus embestidas. Después tiró del arrimón, considerado como recurso de los malos toreros, y con ello terminó su faena. El sexto, de nombre Lisongero, fue un animal manso y blando que se dejó torear. El matador le ofreció una muleta llena de ventajas. Al natural no se acopló dando medios pases. El torero amparado por un grupito de incondicionales del 8,, hizo lo que sabía, aprovechar el viaje del toro y citar con el pico de la muleta pero con mucho descaro. Tuvo la honradez de entrar a matar de nuevo después de un pinchazo. Su público crecido por la labor de su torero, tuvo la libertad de recriminar a un grupo de aficionados sus quejas por la condición del toro y la labor del torero. Ellos se creyeron libres de mostrar sus… “querencias”, los aficionados, no.

©Pepeíllo.