martes, 31 de mayo de 2011

30 de Mayo de 2011: Variedad

Novillos de: El Ventorrillo.
Terna:
  • Diego Silveti: Pinchazo y estocada. Silencio. Pinchazo y aviso. Silencio.
  • Víctor Barrio: Estocada caída, petición y saludos. 6 Pinchazos. Aviso y descabello. Silencio
  • Rafael Cerro: Sartenazo infame, aviso. Silencio. Estocada baja, Silencio.
Preside la corrida D. Julio Martínez Moreno.

Tuvieron que venir los novilleros para que en el albero hubiera variedad y ganas de hacer las cosas, aunque a veces no salieran como ellos deseaban. La variedad estuvo presente en las suertes ejecutadas por los noveles, ya que llevaron a cabo varias que no se han realizado prácticamente en ninguna de las corridas celebradas durante la feria. Hasta hubo piques en los quites en el tercero de la tarde. Primero lo hizo Rafael Cerro, a continuación Diego Silveti y después repitió el matador, ya que era su novillo y quiso responder a su compañero de cartel.

No recuerdo si durante la feria se ha visto algo similar, pero tuvieron que venir los novilleros a intentar demostrar que las faenas no son solo derechazos. Se ejecutaron saltilleras, chicuelinas, verónicas, tafalleras, y como en la variedad está el gusto, el personal no se aburrió. Hubo un picador, de nombre Teodomiro Caballero, que picó en el morrillo y delantero, midiendo el castigo y sin llegar a tapar la salida al burel, este hecho está actualmente en desuso, ya que lo normal es que se piquen traseros y tapándole la salida al toro. Así lo tendrán establecido los matadores y así lo llevan a cabo los picadores, otra razón no se entiende.

También hubo novillos que se fueron con las orejas puestas, pero que necesitaban un torero con experiencia para cortárselas, destacando el sexto, que iba de largo y que el torero hizo lo que pudo, citando de lejos desde el anillo y recetándole una serie de redondos aguantando la acometividad de su enemigo, pero después entró en la penumbra de la vulgaridad y terminó alargando la faena incomprensiblemente, tirando por la borda lo que hasta ese momento tenía conseguido, porque aunque fue una faena con muchos altibajos, dio algún muletazo templado, bajando la mano y rematando hacía los adentros, que es el toreo de calidad, pero el torero apostó por la cantidad y perdió. Al final se pasó de faena y hasta llegó a ponerse pesado. Fue una verdadera pena, tanto para el torero como para los aficionados.

Hubo hasta novillos que podían haber pasado sin ningún problema en muchas plazas donde las figuras actuales hacen alardes de torería, pero sin toros, claro. Se vio también la suerte de portagayola, fue en el segundo de la tarde, donde Víctor Barrio, recibió a su enemigo a la salida del negro toril, de hinojos, valiente estuvo el torero, pero después, al intentar pasarlo a la verónica, sufrió muchos enganchones que deslucieron su labor, pero puso mucha voluntad por agradar. Con la muleta, y después de darle un pase cambiado donde llevó la emoción a los tendidos, hubo de todo, hasta vulgaridad, solo dio un redondo y un pase de pecho que mereciera la pena retener en la retina. En su segundo no tuvo enemigo, por falta de fuerzas.

Diego Silveti le tocó lidiar con un manso que de salida no quería pelea con el montado, pero el coleta decidió dejarlo algo crudo y el burel se le vino arriba y su muleta no pudo con él, aunque el novillo tenía intenciones de dejarse torear pero con un torero de oficio. En su segundo comenzó como torero moderno, toreando perdiéndole pasos y sin acoplarse y terminó como novillero, mostrando algunas maneras, pero allí quien mandaba era el novillo, y al final terminó en tablas. Quiso calentar el ambiente con unas bernardinas, pero casi acaba arrollado por su enemigo.

Rafael Cerro, después de recibirlo con un bonito cambio de manos, intentó templar las embestidas de su enemigo pero sin llegar a acoplarse, debió imprimir más hondura a sus muletazos bajando la mano, pero no lo consiguió. No obstante, el novillo debió hacerse daño en la mano izquierda durante la lidia ya que se quejaba de ella. Mató de un sartenazo infame impropio de un novillero de su estilo.

lunes, 30 de mayo de 2011

29 de Mayo de 2011: Carne de matadero

Toros de: Cuatro de Samuel Flores y 2 de Agustina López Flores, lidiados en 3º y 5º lugar.
Terna:
  • Juan Losé Padilla: Sartenazo. Bronca. Pinchazo y media. Bronca.
  • Antonio Ferrera: Dos pinchazos y sartenazo. Tres pinchazos y descabello. Aplausos.
  • César Jiménez: Pinchazo y casi entera. Aplausos. Pinchazo y 2 descabellos. Silencio.
Preside la corrida D. César Gómez Rodríguez.

Los toros que Samuel Flores y Manuela Agustina López Flores lidiaron ayer en Las Ventas debían haber tomado el camino del matadero y nunca haber aparecido por un portón de chiqueros para ser lidiados. Seguro que si los venden para carne les hubieran puesto reparos, pero en esta plaza, con este empresario, vale últimamente todo, la única duda que tienen los aficionados es el precio que los gestores pagaron por ellos, porque claro, se supone que en función del precio estará la calidad. Ninguno de los que salieron al redondel tenía un gramo de casta, mucha mansedumbre y poca fuerza, rayando la podredumbre. Ninguno valía ni las miradas de los espectadores. En quinto lugar salió un sobrero de la ganadería de Los Chospos, que para no desentonar con los anteriores, manseó en varas y la única diferencia es que se vino algo arriba en banderillas y puso en aprietos a Ferrera que no dejó de bailar en la cara del toro durante la faena de muleta sin llegar a acoplarse a su enemigo en ningún momento.

¡Vaya ganadería! y pensar que fue en una época no muy lejana el santo y seña de los toreros punteros. Siempre ocurre lo mismo, las ganaderías que se dejan torear se las rifan los toreros, el ganadero cegado por su éxito, y atacado de vanidad, descuida la selección de los productos y creen que todo lo que sale del vientre de sus vacas es bueno, y cuando comienzan a aparecer las dificultades los figuras le dan la espalda y los ganaderos tienen que comenzar a levantar la ganadería. En este caso concreto ya lleva varios años en esta situación, criando mansedumbre, sin casta y con una visible falta de fuerzas. Los figuras actuales no quieren ni oír hablar de ella.

La presentación tampoco fue una dicha de trapío. Casi todos los toros salieron terciados y el juego que dieron fue para olvidar. El único que se dejo dar unos muletazos fue el tercero y César Jiménez estuvo voluntarioso pero nada más, sin llegar a dar el paso definitivo que afianzara su dubitativa carrera, pero al parecer no se encontró a gusto en la cara del toro, no adelantó la muleta, toreó fuera de cacho y sin bajarle la mano. Tuvo en su haber que su enemigo no repetía y a pesar de esto consiguió sacarle algunos muletazos con temple.

Sus compañeros sin embargo, al no tener toros para la muleta, se dedicaron a montar el sainete con los palos. En el primero de Padilla y de Ferrera se los repartieron como buenos hermanos, pero ahí terminó todo. Son toreros que buscan la espectacularidad en sus labores rehileteras, pero cuando llega la hora de la verdad, una vez que han sembrado el ruedo de carreras atléticas, muchas de ellas sin sentido, cuando se produce el embroque, colocan los pares a toro pasado y en los bajos, como le pasó a Padilla. Después cada uno colocó los pares a su segundo enemigo, corriendo distinta suerte, mientras Ferrera que estuvo valiente, sin pasar de la vulgaridad de su estilo, intentó colocar un par al quiebro y le salió un recorte, gajes del oficio.

Sin embargo Padilla no estuvo acertado ni con las ventajas habituales que suele imprimir a sus faenas. Con la muleta en la mano, ambos se perdieron en un camino que debería haber sido corto y quisieron alargar con más voluntad que acierto, y cuando se tiraron al morrillo del toro para despenarlos ambos colocaron a sus primeros enemigos unos sartenazos impropios de unos toreros que se visten de luces, haciendo sufrir a la parroquia durante dos horas y veinte minutos, con el consentimiento de los astados de Samuel Flores.

sábado, 28 de mayo de 2011

27 de Mayo de 2011: Otra vez figuras

Toros de: Las Ramblas. 4º de José Vázquez. Encaste: El torero y Jandilla.
Terna:
  • Manuel Jesús El Cid: Media estocada. Caída y trasera. Descabello, tímidos aplausos. 4 pinchazos y estocada. Silencio.
  • David Fandila, El Fandi: Sartenazo. Silencio. Estocada tendida. Silencio.
  • Arturo Zaldívar: Estocada trasera. División de opiniones. Cinco pinchazos. Aviso. Silencio.
Preside la corrida D. Trinidad López-Pastor Expósito.

No hay duda, cuando vienen las figuras siempre hay movida de corrales. ¿Por qué? Muy fácil. Los veedores de los toreros/figuras van a las fincas de las ganaderías elegidas en la feria, seleccionan los toros para sus toreros y cuando pasan el reconocimiento de la plaza son rechazados por los veterinarios, algunas veces en su totalidad y otras dejan algún resto como muestra. El siguiente paso es traer más toros, sean de la misma ganadería o de otra. Al final de todo este esperpento lo que suele salir por chiqueros es un toro sin trapío y la mayoría de las veces hecho un cadáver. Lo que el aficionado se pregunta: ¿Cómo serían los toros que rechazaron los veterinarios?

¿Los toreros de ayer eran figuras? Lo fuesen o no, los toros fueron rechazados y el ganadero tuvo que traer más animales y al final la ganadería titular tuvo que remedarse con un ejemplar de José Vázquez para que los figuras pudiesen torear con garantías. Pero no terminó así este asunto fraudulento. Durante la corrida fueron devueltos tres toros, el primero y el cuarto, este por dos veces y en su lugar salieron los sobreros anunciados de José Vázquez, Ortigao Costa y otro de José Luis Iniesta. Con esto no crean que ayer se anunciaban los descubridores del toreo, ni mucho menos.

El único de los anunciados que podía poner firmes a los toreros/figuras era El Cid, torero forjado en la trastienda de la fiesta, en esa donde se torean toros en puntas y no se puede elegir ni compañeros de cartel ni ganadería, pero desde que viaja en el tren de los elegidos, anunciándose en las mejores ferias, se ha olvidado de torear. Ayer lo intentó, pero no lo consiguió. Ahora lo hace poniendo en práctica todas las triquiñuelas que utilizan las figuras, seguramente para no desentonar con ellas. Al final casi engaña al respetable, porque si llega a matar bien, quién sabe si le hubieran dado la oreja, pero de torear, nada de nada. Se limitó a tirar líneas cuando antes tiraba curvas con esa mano izquierda que tiene que podía barrer de un solo plumazo a toda la jerarquía de toreros/figuras, pero se ha convertido en una más y por eso ahora no le valen los toros con casta que mataba antes.

Y El Fandi, ¿se puede considerar figura a este torero? Si fuera por corridas toreadas sí, ya que lleva varios años liderando el escalafón, a la vez que hace felices a todos los públicos que deciden ir a verle allá donde se anuncia, y hasta se permite el lujo de indultar toros. Con esos pares de banderillas tan vistosos, mostrando una preparación física envidiable, corriendo delante del toro. Después, cuando se analizan los pequeños detalles de sus faenas se observa que no son, ni tan vistosas, ni tan toreras, como en un principio pudiese parecer. Pero lo que no cabe la menor duda es que para llevar a cabo este tipo de toreo tienen que elegirle los toros, sino, no hay juego. Pero hay un pequeño problema y es que el aficionado no piensa de la misma manera, ya que ni disfruta con sus banderillas, en la mayoría de los casos a toro pasado, ni con su muleta, una de las más vulgares del escalafón y menos cuando le echan los toros que como los de ayer, donde no convenció ni a sus incondicionales.

Arturo Zaldívar, llegó por el camino de la sustitución al no poder torear Curro Díaz. El chaval tampoco tuvo su tarde, ni los toros que hubieran permitido su lucimiento, ante la mansada y descastada corrida que salió por chiqueros. No obstante, en su primero, blando y sin casta, lo intentó, comenzando la faena de muleta de hinojos en el anillo, pero cuando se puso de pie y tuvo que torear, se limitó a perderle pasos y a no rematar los muletazos, teniendo que tirar de la faceta de tremendista para tratar de agradar a la concurrencia. Sin embargo, en su segundo y ante un toro con complicaciones que no se dejaba torear si no le hacían las cosas bien, se limitó a poner en práctica el tipo de faena como si fuera el borrego de turno, pero el toro no se lo permitió. Al final se puso pesado y cuando la concurrencia se decidía a poner los pasos en dirección a sus domicilios eran las nueve y media de la noche, y total, para qué.

viernes, 27 de mayo de 2011

26 de Mayo de 2011: Todo al revés

Toros de: El Cortijillo. Encaste: Núñez.
Terna:
  • Diego Urdiales: Dos pinchazos y estocada caída. Silencio. Estocada caída tras aviso. Silencio.
  • Morenito de Aranda: Estocada y dos descabellos tras aviso. Aplausos y saludos desde el tercio. Pinchazo, y media estocada y dos descabellos. Silencio.
  • Miguel Tendero: Dos pinchazos y dos descabellos. Silencio. Pinchazo y estocada casi entera. Silencio.
Preside la corrida D. Julio Martínez Moreno.

A Gabriel Navarro.

La comparecencia en la feria de la ganadería de El Cortijillo volvió a aburrir al respetable, y digo volvió porque este hierro pertenece al mismo ganadero que la de Alcurrucén, lidiada el día anterior. En esta se volvió a cumplir el pronóstico, eran del mismo encaste, pero con distinto nombre. Los toros volvieron a mostrar mansedumbre, una falta de fuerza indigna de un animal de esta raza, por lo menos para soportar el esfuerzo a que son sometidos durante la lidia, sin trapío y lo más importante, una falta total de casta.

Esta plaza ha reclamado siempre el toro de lidia íntegro, y los ganaderos en lugar de criar borregos, quitándoles fiereza y casta para pasar a continuación a ajustar sus defensas al servicio de los taurinos, deberían criar el toro en esa línea, que es lo que da emoción en el ruedo para tratar de agradar al público y no esos cadáveres que saltan al redondel de todas las plazas de España para que los toreros, fabricados a propósito para este fin, se luzcan sin el menor riesgo. Ese es el fin de los taurinos que manejan este negocio. El toro debe dar emoción para satisfacer la demanda del aficionado que paga y por consiguiente, exige, y la ganadería que no cumpla este requisito debería enviar sus productos al matadero. Visto lo de ayer, a ver cómo justifican los escribas adictos a los taurinos que en Madrid el toro se cae porque su afición reclama el búfalo. Ayer, como otras tardes, los toros salieron justos de trapío y poco les faltó para que rodaran por la arena.

El juego que dio el ganado lidiado restó a los matadores oportunidades para su lucimiento, pero no solamente una corrida de toros consiste en la faena de muleta, hay fases de la lidia donde los toreros que saltan a la plaza deben mostrar su profesionalidad, y ayer pocos la mostraron. Había banderilleros que una vez que tiraban las banderillas al morrillo del toro salían despavoridos de la cara del animal a refugiarse en la barrera o tomar el olivo, como si este fuera un auténtico marrajo, cuando en realidad era un alma caritativa. Creo que muchos de ellos han equivocado el oficio, debería dedicarse al atletismo.

Otro mal que acucia a la fiesta es que los toros no los paran de salida, ni los matadores, ni los toreros de plata, por llamarles de alguna manera, y estos campan a sus anchas por el albero como si de la dehesa se tratara. A los toros hay que pararlos cuando salen de chiqueros si no desean que ocurra lo que pasó en el sexto toro, que iba de un picador a otro en cuanto aparecieron estos en el ruedo. Fue un espectáculo bochornoso, pero poco les debe preocupar a estos profesionales que se visten de luces, da la impresión que lo hacen para ser admirados por sus incondicionales cuando entran a la plaza.

El ganado, como dije, pocas oportunidades dio a los coletas. El único toro que llegó a la muleta con posibilidades de faena fue el segundo, que le tocó en suerte a Morenito de Aranda, no sin antes irse a querencias mostrando con ello su mansedumbre. El torero arandino se lució con unos naturales largos y templados después de una faena donde le costó acoplarse. Tanto Diego Urdiales como Miguel Tendero no tuvieron esa oportunidad. El primer enemigo del riojano fue un cadáver, y el segundo después de recibirlo con unos muletazos con maneras, terminó poniéndose pesado tratando de justificar el toreo moderno, faenas largas sin ninguna enjundia. El primero de Miguel Tendero, un auténtico borrego que no se desplazaba por ninguno de los dos pitones, el coleta trató de justificarse dando trapazos en el torero al natural, descomponiendo la figura y alargando una faena que no existió en ningún momento. El sexto, un inválido, lo brindó al público y lo único que necesitaba el toro era un torero que lo cuidara y no lo sometiera demasiado. Con falto de manda del torero y el toro para pocas florituras, terminó la faena y la corrida, afortunadamente.

jueves, 26 de mayo de 2011

25 de Mayo del 2011: Tarde de horror

Toros de: Alcurrucén. Encaste: Núñez.
Terna:
  • Sebastián Castella: Estocada desprendida tras aviso, oreja. Pinchazo y estocada baja. Silencio
  • Miguel Ángel Perera: Bajonazo de escándalo y atravesado. Pitos. Estocada de horror. Pitos.
  • Joselito Adame: Estocada tendida, tendía y descabello. Aplausos. Media arriba. Aplausos.
Preside la corrida D. César Gómez Rodríguez.

Entre el ganado de Alcurrucén corrido ayer y la labor de los toreros llenaron la plaza de aburrimiento y sopor. El calor se encargó de todo lo demás. Que paliza llevaron ayer los aficionados que asistieron a la corrida, y el caso es que, los toros no se cayeron, mansearon en el caballo y algunos hasta le sacaron los colores al ganadero. Los toreros, por su parte, pegaron cantidades de pases, pero, cuando lo que ocurre en el ruedo no llega a los tendidos ni para sobrellevar el calor reinante, los espectadores terminan pidiendo a gritos la finalización del espectáculo, y por ende este se prolongó inexplicablemente dos horas y veinte minutos. En una palabra, insoportable.

Pero siempre hay algo que destacar, y bajo mi punto de vista fue la labor del mexicano Joselito Adame en el sexto de la tarde. Un toro manso pregonao, casi de banderillas negras que estuvo buscando la salida de la plaza desde su aparición en el ruedo, pero que al final consiguió meterlo en la muleta con unos doblones de recibo, para a continuación sacárselo a los medios y allí conseguir hacer bueno al toro, haciéndole la faena en el anillo. Pero fue aquí donde el torero, contagiado posiblemente por su compañeros de cartel, comenzó a dar pases y pases, pero, torear, nada de nada y claro eso fue la gota que colmó el vaso y que hizo que el público abandonara la plaza, como lo hubiera hecho el toro lidiado, buscando la salida desesperadamente, con perdón. Al final el animal hasta tuvo una muerte brava, aferrándose a la vida hasta el último momento y en el centro del albero. Cosas de la genética que el aficionado nunca podrá comprender.

Lo que si comprendió y con nota alta fue el estado anímico en que se encuentra el torero, por decir algo bueno en su favor, Miguel Ángel Perera. Vaya temporada que lleva el chaval, no ha dado una a derechas en la feria y mira que ha venido con ganado de garantías, ayer mismo tuvo la oportunidad en su muleta de hacer algo grande, pero cuando un torero se encuentra en la situación que él está, no llega distinguir entre dar pases y torear, y anduvo perdido por el albero. Su primero fue un toro que había que tirar de él y bajarle la mano para intentar corregirle el defecto de embestir con la cara alta, pero se limitó a hacerlo pasar por la muleta hasta casi agotar los diez minutos establecidos. En su segundo los espectadores tuvieron que aguantar las penalidades de ver a un torero delante de un toro que metía la cabeza bien, limitándose a dar casi “doscientos mantazos” entra derechazos y naturales, desconfiado, al hilo del pitón y metiendo el pico hasta la insensatez. El aficionado comprende que el toreo es un arte y que no se puede fabricar como se hacen los ladrillos, pero por lo menos que el torero que se encuentre en esta situación, abrevie la faena, caramba. Esperamos que el corazón del torero se recupere con prontitud y no lo tenga repartido entre los toros y………….

Dentro de la pesadez reinante, estuvo cansino hasta Castella y eso que cortó una oreja a su primero. Le dieron un aviso en sus dos toros, en el primero cuando aún no había entrado a matar, y no crean que estaba descubriendo el toreo, ni mucho menos, parecía que así lo pensaba. Consiguió algunas series templadas de muletazos tanto en el toreo en redondo como al natural, pero le faltó hondura y le sobraron ventajeas. No presentaba la muleta plana, metía el pico, fuera de cacho y claro, esos detalles restan enjundia a la faenas. A su segundo lo recibió sentado en el estrilo, a lo Sánchez Mejías, pero ahí terminó la emoción de su faena, se limitó a hacer el toreo moderno y consiguió seguir aburriendo a los sufridos espectadores de la plaza. Si ese era su objetivo, lo consiguió con creces, el de ellos, me puedo permitir la osadía de decir que no.

miércoles, 25 de mayo de 2011

24 de Mayo de 2011: Vaya tarde

Toros de: El Torreón. Encaste: Juan Pedro Domecq, Torrestrella y El Torero.
Terna:
  • Juan Mora: Estocada, silencio. Estocada tendida, silencio.
  • José María Manzanares: Estocada tendida, silencio. Estocada, silencio.
  • Cayetano: Estocada habilidosa, silencio. Estocada saliéndose de la suerte, silencio.
Preside la corrida D. Manuel Muñoz Infante.


Si fuésemos triunfalista pocos detalles podríamos destacar de la corrida de ayer. Pero como no lo somos, tenemos que decir que ni hubo toros ni hubo toreros. Antes de comenzar el festejo se le dedicó una cerrada ovación a Juan Mora como reconocimiento de su trayectoria torera en esta plaza, ya que ha sido un torero muy castigado por los despachos y por las astas de los toros. El diestro correspondió saludando desde el tercio, desde el cual quiso hacer participes a sus compañeros de cartel, pero sólo se unió Manzanares, al cual se le pitó cuando hizo su aparición en el ruedo. Cayetano ni se lo pensó, se quedó escondido en el callejón.

Todo tiene su explicación, el aficionado no olvida ni lo bueno ni lo malo, y menos a todo aquel que se beneficia de la fiesta de manera fraudulenta, sin embargo se entrega al torero que muestra su honradez en el ruedo, con toros, y si la tarde se pone derecha, toreando de verdad, ya que para eso se visten de luces.

Como dije, ayer no hubo toros porque el encierro de El Torreón salió blando, descastado y dio muy pocas facilidades a los toreros, y las únicas que dio, no las aprovecharon. Toreaban con todas las ventajas que ha puesto a su disposición el torero moderno, para qué se iban a molestar si así les va de maravilla. Sólo Juan Mora intentó torear a su segundo y consiguió algunos muletazos templados, pero que no llegaron a jalear a los tendidos. Los otros figuras, pues un pase aquí, otro en Manuel Becerra y el siguiente en La Avenida de los Toreros, escondiendo la pierna contraria y con la muleta retrasada, en fin, para qué más.

En cuanto a los toros que se lidiaron ayer en la plaza habría mucho que contar, pero poco va a solucionar este hecho. Resulta que el aficionado que se preocupa por la fiesta y la vive con intensidad se enteró antes de la corrida que la ganadería anunciada de Román Sorando había sido rechazada casi en su totalidad en el reconocimiento previo por los veterinarios. Así las cosas, el ganadero se llevó toda la corrida a su finca, para qué iba a dejar dos toros, no merecía la pena. Pero lo malo no era eso, sino que los toros rechazados habían sido elegidos previamente por los veedores de los toreros, y por supuesto no eligieron lo más granado de la camada, y fueron advertidos por el ganadero que esos toros no pasarían el reconocimiento, pero ellos siguieron con su plan. Después ya se sabe, trajeron una corrida de la ganadería de César Rincón, pero en los hechos está la gravedad, aunque no se haya consumado el delito. No es la primera vez que ocurre en esta feria, pero siempre que vienen las figuras hay movida de corrales y todos se quedan tan contentos, y los que tienen que denunciar estos casos callan, menos el aficionado que paga, que ve la corruptela que existe delante de los ojos de la autoridad y esta mira para otro lado. Qué pena que no haya un ganadero que eche de su finca a esos fraudulentos veedores de los toreros figuras diciéndoles: mis toros los elijo yo. Como se hacía antes, y todos sigan por ese camino.

martes, 24 de mayo de 2011

23 de Mayo de 2011: Para aficionados

Novillos de: Montealto. Encaste, línea
Terna:
  • Thomas Duffau. Pinchazo y estocada. Aplausos tras aviso. Estocada perpendicular, aplausos.
  • Sergio Flores: Estocada algo trasera. Saludos desde el tercio tras petición minoritaria. Aplausos.
  • López Simón: Pinchazo y estocada, aplausos. Pinchazo y estocada, silencio.
Preside la corrida D. Trinidad López-Pastor Expósito.

La novillada de Montealto no decepcionó a los que tuvieron la suerte de acudir a la plaza ayer. Suele ocurrir en estos festejos que son considerados de orden menor, y al no venir las figuras mediáticas del toreo, pues los “isidros” se relajan y no acuden a las novilladas. Y no será porque no ha ocurrido en otras ocasiones, que después de estar soportando durante toda la feria los espectáculos anodinos y en ocasiones bochornosos que ofrecen las figuras, incluso cuando cortan orejas, y cuando hay algo interesante hacen “pellas”. Así es el aficionado “isidril”.

La diferencia de este tipo de aficionado con el que realmente siente la fiesta es evidente. Estos últimos valoran este tipo de festejos, en ellos suele salir el novillo que exige al torero el carnet de profesional, y aunque este no se lo enseñe, siempre es condescendiente con él, ya que para eso está en fase de aprendizaje, sin embargo, cuando aparecen las figuras es exigente con ellas. Los novillos de ayer, bien presentados y algunos de ellos con hechuras de toro, trajeron la emoción a la plaza porque aunque casi todos mansearon, sacaron casta y picante, dieron buen juego en la suerte de varas. Algunos de ellos empujaron con clase en el caballo, otros derribaron al montado y lo más importante, ninguno dobló las manos en el castigo, hecho que no ocurre cuando aparecen en el albero los toreros de tronío, donde la suerte de varas es un puro simulacro, ya que si no fuera así, la mayoría de los toros rodarían por la arena como una pelota, y aún así, lo hacen. El segundo novillo fue aplaudido en el arrastre.

Los tres novilleros de ayer tuvieron su oportunidad, pero los bureles no regalaron nada, si ellos no consiguieron el triunfo fue porque no supieron o no pudieron encontrar la medida que los astados requerían con su casta y su picante. El primero de la tarde no encontró en el ruedo a ningún torero que lo parase y el novillo campeó a sus anchas por el albero, como si fueran sus dominios. Thomas Duffau con la muleta lo recibió desde el anillo con dos pases cambiados muy ajustados y sin inmutarse, pero todo lo demás fue una lucha del torero con un enemigo que no quería pelea y buscaba con ahínco la salida. Intentó el natural pero el novillo se le quedaba en la suerte y a pesar de aguantarle con valentía no pudo sacar nada claro con él. En su segundo, un manso con trapío de toro, tuvo que doblarse con él. Después el torero sacó a relucir el toreo moderno que tienen todos en la cabeza y se limitó a citar con la muleta retrasada, perdiéndole pasos y rematando por arriba los pases.

Sergio Montes recibió a su primero con unas verónicas templadas y llevando al toro muy toreado desde el inicio del pase, rematadas con una media de cartel. En el tercio de quites se picaron los toreros, hecho que el público agradeció. Con la muleta no se vio con hechuras, toreó acelerado, abriendo mucho el compás y sin darle distancia a su enemigo. En fin una pena ya que el novillo le puso en bandeja una oportunidad de triunfo que el coleta desaprovechó. En su segundo, y ante un ejemplar propio de toro de figura, se dobló con él al comienzo de la faena, pero no le bajó la mano, toreó a destajo y cometió el mismo error que en el novillo anterior, no le dio la distancia que requería el burel. Se le vio sin oficio, o por lo menos ante estos animales.

A López Simón le tocó en primer lugar un novillo jabonero precioso, con hechuras de toro, al cual seguramente alguna figura hubiera rechazado por exceso de trapío. Un novillo que comenzó a mansear desde que salió por chiqueros y que salía suelto del caballo en cuanto sentía el hierro en el morrillo. Lo recibió de hinojos desde la boca de riego, dándole una serie de derechazos, pero ahí terminó todo, el novillo sin recorrido y el novillero ahogándole la embestida. Es el mal del torero moderno, ahogan a los animales con derechazos y cuando se echan la muleta a la izquierda el animal está pasado de faena. El sexto, otro novillo con hechuras de toro de figura, manseó en el caballo, y volvió a recibirlo en el anillo de hinojos, pero alguien debería decirle a este novillero que este tipo de toreo es tremendista, y en esta plaza no lo demanda. Al principio de la faena el animal acudía a la muleta de lujo por la derecha, pero el torero no aprovechó este hecho y el novillo acabó desengañado y defendiéndose. Una pena.

lunes, 23 de mayo de 2011

22 de Mayo de 2011: Decepción ganadera

Toros: 5 de Partido de Resina. 1 de Nazario Ibáñez corrido en primer lugar.
Terna:
  • Ignacio Garibay. Bajonazo de escándalo y descabello, silencio. Sartenazo, silencio.
  • Serafín Marín: Estocada caída, vuelta al ruedo. 2 pinchazos, estocada casi entera y baja, silencio tras aviso.
  • Sergio Aguilar: Estocada contraria, silencio. 3 pinchazos y 5 descabellos, silencio.
Preside la corrida D. Julio Martínez Moreno.

A Juan Carlos Higuero y Gabriel Navarro, que tuvieron la paciencia de aguantarme una tarde de toros.

Fue una pena ver una ganadería como la de Pablo Romero, hoy de nombre Partido de Resina, en la situación en que se encuentra. Mal presentada, donde salieron toros justitos de trapío y de cabeza, y otro, como el cuarto, de una impresionante arboladura y de 670 kilos, pero que dentro llevaba la mansedumbre y el descaste que ningún aficionado deseaba ver. En una palabra, un auténtico mulo. Es una pena que una ganadería emblemática como esta, que ha sembrado de bravura y de casta casi todos los ruedos de España, se vea en esta situación, y lo grave no es eso, sino que tiene una difícil solución, ya que este encaste es único y no hay ganado en nuestro país con esta sangre para un posible refrescamiento. Desde luego el aficionado se espera lo peor y esperemos que el ganadero encuentre la solución a los problemas que plantean estos toros a la mayor brevedad posible.

Los toreros tuvieron la honradez de anunciarse con una ganadería de las denominadas duras y así fueron, ya que presentaron muchos problemas a los tres espadas, salvo el segundo, que fue devuelto y en su lugar salió un sobrero de Los Chospes, encaste Jandilla, al cual Serafín Marín le sacó una serie de redondos muy templados abrochados con el de pecho. A partir de aquí, el burel comenzó a calamochear y el torero de Moncada no se acopló a su enemigo, haciendo una faena de más a menos. Cuando entró a matar se tiro a ley y quedándose unos instantes entre las astas del toro, fue un momento dramático, que afortunadamente tuvo un final feliz. Con el manso y peligroso quinto de la tarde Marín se la jugó, pero el toro no quiso colaborar en su intento de triunfo y el fallar con la tizona enfrió los ánimos del público.

Ignacio Garibay, torero mexicano, volvió a Las Ventas después de una larga ausencia, y se le vio un torero con oficio, pero el ganado que lidió le dio las justas oportunidades para demostrar al público sus ganas de triunfo. En la lidia del cuarto de la tarde, un toro de impresionante trapío y arboladura que haría correr de pavor a muchas figuras del escalafón taurino que se pavonean señalando sus nombres en ellas, estuvo valiente. Con la muleta en la mano se lo sacó a los medios doblándose con él, y el manso y descastado animal en un descuido del maestro se lo echó a los lomos. Todo hacía presagiar que el torero saldría del ruedo en brazos de sus compañeros a la enfermería, pero el coleta, en una muestra de profesionalidad, mató a su enemigo, eso sí, de un sartenazo. El toro en realidad no se merecía otra cosa. En su primero se le vio con firmeza manejando los engaños, pero no tuvo toro nada más que para despacharlo de un bajonazo de juzgado de guardia.

Sergio Aguilar pasó por Las Ventas sin hacer mucho ruido, el ganado que le tocó en suerte tampoco le dio muchas oportunidades de lucirse. Sin embargo, en su segundo lo intentó desde el principio de faena echándose la muleta a la izquierda, que es la mano de las orejas y de los “biyetes”, pero el animal, como sus hermanos de camada, no estuvo por la labor de demostrar en la plaza el origen de su procedencia. En su primero no se acopló con su enemigo, aunque éste solo demostró desde que salió por chiqueros su mansedumbre buscando la salida de la dehesa barbeando las tablas.

Le deseamos al ganadero toda la suerte del mundo en su intento de devolver a esta ganadería la casta, la bravura y el prestigio que tuvo años ha. La afición lo espera con ansiedad.

sábado, 21 de mayo de 2011

20 de Mayo del 2011: Algo sobra en la fiesta

Toros de: 4 de Parladé. 4º y 5º de Juan Pedro Domecq
Terna:
  • Sebastián Castella. Silencio y oreja.
  • José María manzanares: Silencio y oreja.
  • Alejandro Talavante: Silencio y aplausos tras 2 avisos.
Preside la corrida D. Manuel muñoz Infante.

Ayer hubo de nuevo movimiento de corrales. No hay duda llegan las figuras y el patio se alborota, llegan los toreros modestos y todo vale, los ganaderos eligen sus toros los mandan a la plaza y salvo algún caso aislado, los veterinarios no tienen problemas en aprobar la corrida. Pero cuando atisban en el horizonte los toreros de postín, los ganaderos intentan meter de tapadillo los toros que previamente han elegido los veedores de los toreros y claro, luego los veterinarios de la plaza tienen que sacar la honradez que llevan dentro, y sometidos a las presiones de los taurinos tienen que aprobar el ganado que estos presentan. El ganadero, Garcigrande, trajo a Madrid, al parecer 14 toros, toda una camada, que fue rechazada casi al completo, por lo cual tuvieron que lidiarse una corrida de Parladé remendada con dos toros de Juan Pedro Domecq. No hubo opción a la duda, todo el ganado de encaste Domecq.

Después vino la segunda parte que es cuando el aficionado se entera de lo que se ha elegido para que los toreros figuras toreen. Lo que salió por chiqueros fue algo impresentable, algunos aficionados manifestaban que sentían vergüenza de ser espectadores de un espectáculo bochornoso como este y que les tomen el pelo con el consentimiento de la autoridad presente. Los cuatro primeros toros, de Parladé, eran auténticos novillos, y lo primero que se preguntaron fue ¿Cómo serían los que rechazaron? Los únicos que reclamaban eran los de siempre. Esos que molestan a los isidros y al público orejero con sus protestas exigiéndole al empresario que el toro salga con el trapío que exige este plaza, y que el torero toree, tal y como está establecido en cualquier tratado de tauromaquia, de acuerdo a las condiciones del toro, y cuando esto no se cumple y lo que aparece en el ruedo son toreros ventajistas, colmando el toreo de ratonería, luche porque la presidencia sea consecuente y no sea de pañuelo fácil en la concesión de orejas. En una palabra, luche porque esta plaza recupere el prestigio perdido.

Pero esta batalla está prácticamente perdida, Madrid hace tiempo que no manda en el panorama taurino, y los públicos orejeros en connivencia gratuita con los taurinos que gobiernan la fiesta, han ganado la batalla. Este año, independientemente de la concesión de orejas y otros menesteres menos sutiles, lo importante es que el toro anovillado e inválido, se ha impuesto en el ruedo venteño y lo que el aficionado se pregunta es. ¿Cuál será el siguiente paso de estos taurinos sin escrúpulos? Sin intentar dar ideas, cualquiera que sepa de qué va esto se lo puede imaginar, lo siguiente será lo que ocurre por todas las plazas de nuestro país, que todos los toros salen con sus defensas manipuladas.

¿Creen que después de ver este espectáculo, donde el público en general viene a la plaza a regalar orejas a bajo precio, merece la pena perder el tiempo discutiendo si la oreja concedida a Castella en la lidia de un torro invalido de los cuartos traseros al cual solamente le sacó una tanda de derechazos templados abrochados por el de pecho, toreando al hilo del pitón y como recurso, al final de faena, llevar a cabo el arrimón de siempre para animar al público orejero, a un toro que podía habérselo llevado a casa en brazos? O, el caso de Manzanares, al cual le conceden la oreja por un gracioso cambio de manos y una serie de muletazos ligados pero metiendo el pico y colocando la muleta donde tenía que haberse colocado el torero. Si se lo hubieran hecho a toros de verdad, todavía podían tener el beneficio de la duda de que el aficionado respetase su labor. Pero, después de lo que ocurrió, creo que algo sobra en la fiesta y está muy claro si con los taurinos no hay quien pueda, ni siquiera la autoridad, creo que sobran los aficionados, ya que estos por lo menos sienten vergüenza de ver en la situación en que se encuentra la fiesta.

Si se puede hablar de toreo, el único que consiguió torear ayer fue Talavante en el toro que cerró plaza. Le costó entenderlo y darle los terrenos adecuados, ya que el manso le estaba pidiendo las tablas y el intentó hacer la faena en los medios, y allí el animal no se encontraba a gusto, calamocheaba y salía suelto del engaño. Ni para el toro ni para el torero, le hizo la faena en el tercio y aquí si se entendieron los dos, y si no llega a fallar con el acero estaríamos hablando de algo más serio que lo que la labor que hicieron sus compañeros de cartel.

viernes, 20 de mayo de 2011

19 de Mayo de 2011: La resaca

Toros de: El Puerto de San Lorenzo. Sobreros de Carmen Camacho y Salvador Domecq, corridos en 2º y 3º lugar por devolución de los titulares.
Terna:
  • Manuel Jesús El Cid. Silencio y oreja.
  • Miguel Ángel Perera: Aplausos y silencio.
  • Daniel Luque: Silencio y silencio.
Preside la corrida D. Trinidad López Pastor.

Ni los toros ni los toreros supieron sacar ayer del sopor a los tendidos, y claro cuando el aburrimiento aflora en el ánimo de los espectadores, cualquier tema de conversación es bueno para levantar la tarde, y el público, a falta de interés en el ruedo, daba los últimos coletazos a la corrida del día anterior. Eso es muy negativo, ya que dice muy poco en favor del espectáculo que se estaba celebrando en ese momento. Por un lado, el ganado de El Puerto de San Lorenzo, inválido, descastado y justo de presentación, por otro los toreros colaboraron en gran medida al aburrimiento de la tarde y al decaimiento, un poquito más de lo que está, de la fiesta. La autoridad instalada en el palco, incluido el asesor taurino D. José Cabezas Porras, Joselito Calderón para los amigos, tuvo en sus manos la devolución de casi toda la corrida por inválida y permitieron que se mantuvieran en el ruedo a varios de los toros de esta podrida ganadería, llena de mansedumbre y descastada. Los aficionados también tuvieron la culpa por asistir a este espectáculo bochornoso y lamentable, porque aunque intentaron devolver a la fiesta la integridad con sus protestas, dio la impresión de estar reclamando en el desierto, ya que nadie se dio por enterado.

El Cid, después de pegar el petardo en su actuación anterior en la feria, quiso enmendar la plana y esperó a su segundo enemigo, un inválido que se mantuvo en pie gracias a que el torero no lo sometió por bajo en ningún momento, pero que demostró tener una clase y una bondad impropia de un toro de lidia. Le recetó una serie de naturales al hilo del pitón y con el pico por delante, eso sí, con una buena dosis de enfermero para que el toro no rodase por la arena, que le valió la oreja como premio. Después de lo visto las tardes anteriores nadie se sorprendió. Al fin y al cabo, todo es acostumbrarse.

Miguel Ángel Perera está desconocido. Su primer enemigo, una cabra con cuernos, le puso en aprietos durante la faena de muleta al colársele al comienzo de ésta y con ello comenzó su calvario. No encontró el sitio adecuado para la lidia de su enemigo, si es que la tenía, porque según dicen los que saben de esto, todos los toros tienen su lidia. Lo que sí encontró fueron los pitones y el burel se lo echó a los lomos, destrozándole la taleguilla. Con este hecho levantó el espíritu conciliador del público y después de matar de un sartenazo infame, le premió con un cerrado aplauso.

Daniel Luque tuvo que matar en tercer lugar un sobrero feo de hechuras de Salvador Domecq, inválido como los anteriores y sin gota de casta en las venas. En Las Ventas están de saldo. Comenzó dudándole en la cara y continuó con una desconfianza impropia de un torero joven, que aunque está dentro del circuito de las figuras y toreando en las plazas señeras del territorio nacional, aún no ha demostrado ante el sanedrín de esta plaza nada que le convalide como tal. Con su toreo vulgar solo consiguió aburrir al respetable. En su segundo, y ante un enemigo sin casta y con las fuerzas justas para no derrumbarse en el ruedo, no pudo bajarle la mano y toreó con las ventajas propias del toreo moderno, regalando pases en grandes cantidades y con ello lo único que consiguió fue que los sufridos espectadores le pidieran la hora, ya no podían aguantar más este martirio.

jueves, 19 de mayo de 2011

18 de Mayo de 2011: La plástica al hilo del pitón

Toros de: 4 de Núñez del Cubillo, 1º y 5º de Ortigao Costa. 5º sobrero de Carmen Camacho
Terna:
  • El Juli: Bronca y tímidos pitos.
  • Sebastián Castella Silencio y silencio.
  • José Mª Manzanares: 2 orejas y aplausos.
Preside la corrida D. Julio Martínez Moreno.


Volvieron las figuras y llenaron la feria de pesimismo y de vulgaridad torera. De pesimismo porque los comentarios vertidos por los aficionados, interesados en la defensa de la pureza de la fiesta en los prolegómenos de la corrida, no iban en la dirección adecuada de la honradez que se merece la fiesta y sí de las ventajas que estos taurinos han impuesto, tratando de moldear la fiesta en pro de sus intereses y de sus toreros.

Ayer se las vieron y se las desearon para poder completar una corrida completa del hierro anunciado, tratando de burlar a todo el que se ponía por delante, veterinarios, autoridades, y como consecuencia a los aficionados y, cómo no, al público orejero. Al final consiguieron su objetivo, salieron solo cuatro toros del hierro anunciado, al parecer de una camada casi completa que tuvo que traer el ganadero a los corrales de la plaza. La elección fue sabia, para ellos claro, toros sin trapío y sin cabeza. Ideal. Los únicos que quedaron como villanos son los aficionados que protestaron las tragaderas de las autoridades y las decisiones de los presidentes, siempre en la misma dirección, favoreciendo a los empresarios y al taurinismo fraudulento que manda en la fiesta.

En la plaza el público orejero y triunfalista y el presidente de turno pusieron la nota discordante, regalando orejas a figuras que solo saben enfrentarse a animales sin trapío y podridos por dentro, y encima con toreo ventajista, para solaz de ese público que llena el cemento de los tendidos cuando llegan las figuras, y claro, si no se cortan orejas, pues se sienten estafados en sus vanidades, defraudando a la vez a una afición que exige a través de sus protestas que el toro salga íntegro, tal y como su madre los trajo al mundo, para todos los toreros y por supuesto para que el figura del escalafón tenga que demostrar su valía con toros y no con esa pantomima de novillo desmochado, elegido para ser indultado por esas plazas regadas con toreo vulgar, fuera de cacho, toreando con el pico de la muleta y matando con bajonazos infames. Ese no es el toreo de orejas, por lo menos, en esta plaza.

Ayer el diestro José María Manzanares, y ante el segundo de su lote, un toro que empujó con fijeza y metiendo los riñones en el caballo, llevó a cabo una faena con tintes de plasticidad, por la cual le concedieron las 2 orejas. Su enemigo acudía al engaño con prontitud, metía la cabeza hasta donde el torero le mandaba y encima con nobleza. Es decir, el toro soñado por cualquier torero, pero su faena no llegó a los tendidos de los aficionados, toreó en todo momento al hilo del pitón, sin cruzarse, haciendo un toreo rallando la ratonería. Tampoco toreó al natural, ya que las condiciones del toro no lo permitían y eso es algo que en esta plaza no se cotiza, o por lo menos, no se valora en la medida en que se hace en otros cosos. Mató de una estocada recibiendo en la misma boca de riego, detalle que valoró el aficionado. Conclusión: una oreja hubiera sido un justo premio, dos, ni pensarlo.

El Juli le cortó una oreja a su segundo, después de manifestarle al presidente desde el ruedo con gestos que le concediera la oreja que parte del público solicitaba. A su enemigo, un toro sin codicia y sin transmitir en el ruedo la emoción para lo que había sido criado, le hizo una faena llena de altibajos, donde consiguió algunos muletazos bajándole la mano, pero llevando a cabo ese toreo moderno que lleva imprimiendo a sus faenas desde que comenzó su carrera, toreando para afuera, sin cruzarse ni por equivocación y metiendo el pico de la muleta. Hay una condición que resalta en este torero, que nunca engaña a nadie porque hace lo que sabe, es un obrero del toreo, pero de esto a que el público le pidiera la oreja y el presidente la concediera va un abismo, por el cual esta plaza nunca debería caer.

Sebastián Castella estuvo y no estuvo. Estuvo presente en sus dos toros pero de torear, nada de nada. Quiso enmendar la plana en su segundo haciendo el toreo tremendista, citando desde los medios para recibirlo con el pase cambiado, como nos tiene acostumbrados, pero el toro no colaboró con las intenciones del torero, se quedaba corto y acudía al engaño con la cara alta. El único recurso que le quedó al torero fue el arrimón, pero no consiguió llegar a los tendidos.

17 de Mayo de 2011: El corazón es el que manda

Toros de: El Ventorrillo.
Terna:
  • Manuel Jesús El cid: Bronca y tímidos pitos.
  • Miguel Ángel Perera: Silencio y silencio.
  • Alejandro Talavante: 2 orejas y aplausos.
Preside la corrida D. César Gómez Rodríguez.

En una de las tertulias que mantuve con mi amigo Vallito, de profesión torero de plata, le pregunté ¿qué explicación tiene que toreros, con una trayectoria profesional llena de éxitos, tuvieran actuaciones tan dispares, unas que marcaban el rumbo del toreo para una generación y otras clamando compasión a los aficionados con faenas totalmente deplorables? No tuvo duda en la respuesta: “el corazón”, marcando efusivamente con el puño el lugar donde se encuentra el órgano que marca la diferencia del comportamiento de las personas.

Tal y como toreó ayer Alejandro Talavante no cabe duda que así es. Estuvo sencillamente torero ante un enemigo precioso de lámina y de juego extraordinario en la muleta, que marco la diferencia con sus hermanos de camada. En el caballo no se pudo comprobar su comportamiento, ya que el picador no estuvo afortunado, porque aunque derribó al montado a éste se le rompió la vara, y en la segunda vez que entró al caballo marró al clavar la puya. Pero el corazón de Talavante sí aprovechó la oportunidad que le brindó su enemigo, ya que … cuántos corazones hemos visto arrugarse ante toros que habían puesto en bandeja de plata el triunfo del torero y se han marchado con las orejas al desolladero. ¡Muchos! Pero ayer no fue uno de más. Toreó con quietud, con mando, con temple y con hondura, y todo en el centro del ruedo, levantando los oles de la plaza al unísono, solo con movimientos cadenciosos de su muleta, como si se hubiera ensayado de antemano el concierto, pero cuando hay sintonía entre torero y afición, sobra el ensayo. Total, dos orejas indiscutibles. Al toro se le pidió la vuelta al ruedo, pero el Presidente no la concedió.

Sin embargo, El Cid vino ayer a la plaza sin corazón y se le presentó la oportunidad en su primero de sacar el toreo profundo que antaño lució en sus faenas por esos alberos de España, pero ayer le tocó lucir el toreo desconfiado y como consecuencia perfilero y ventajista. Sentían pena los aficionados ver a un torero querido en esta situación. En el segundo de su lote, y espoleado ante el éxito de su compañero de cartel, salió dispuesto a salir de la sombra que tapa su toreo de antaño, pero se encontró con la ingrata sorpresa que el toro, en esta ocasión, no se empleó en la muleta y ante esta situación poco pudo hacer, salvo lamentarse. Así es la vida, incluso, la de los toreros.

Miguel Ángel Perera vino a Madrid desdibujado, sin ganas y sin fe. Su corazón al parecer tampoco le permitía muchos sobresaltos, solo le permitió un redondo suelto bajando la mano, para quedar después desdibujado ante la vulgaridad de su toreo, consiguiendo ponerse pesado y aburrir a la parroquia. En su segundo no llegó a acoplarse, ya que el toro le dio pocas facilidades, y el torero, en lugar de templar sus inciertas embestidas, se limitó a dar trallazos con la muleta retrasada, perdiéndole pasos a su enemigo. En una palabra, su corazón solo le permitió el toreo moderno y vulgar.

miércoles, 18 de mayo de 2011

16 de Mayo de 2011: Volvió la casta

Novillos de Flor de Jara. Encaste: Santa Coloma
Terna:
  • Manuel Larios: Silencio, silencio y tímidos aplausos.
  • Jiménez Fortes: Silencio en el único novillo que mató.
  • Víctor Barrio: Aplausos, vuelta con protesta tras petición.
Preside la corrida D. Manuel Muñoz Infante.

En la primera novillada del ciclo “isidril” volvió la casta y con ella el público presente no se aburrió, eso sí, faltaron los isidros ya que a estos festejos no suelen darle valor, ellos vienen para ver a las figuras y a aplaudir su toreo, aunque a decir verdad, tampoco se les echó de menos.

La suerte que corrieron los toreros fue dispar. Mientras que Jiménez Fortes tuvo que pasar a la enfermería después de sufrir varias volteretas en su primer novillo, tuvo la valentía de acabar con él. Víctor Barrio, por su parte, estuvo a punto de cortarle una oreja a su segundo enemigo después de hacerle una faena llena de temple pero que le faltó hondura al no cruzarse y rematar los muletazos para afuera, y que al final emborronó con un sartenazo de juzgado de guardia. Tuvo que conformarse con la vuelta al ruedo, y si me apuran, casi por su cuenta, ya que parte del público protestó la decisión. Lo importante es que, al parecer, la condición que puso el torero a la empresa para venir a la feria es que tenía que ser con una corrida de este encaste. Los aficionados se quedaron perplejos al conocer la noticia ya que estos casos suelen darse con frecuencia, pero al revés, los chavales que comienzan no quieren ni oír hablar de este tipo de ganado.

Los novillos salieron bien presentados y sacaron la casta propia de Santa Coloma, con lo cual no defraudaron y la emoción estuvo presente durante toda la corrida. Al segundo de la tarde lo recibió Jiménez Fortes con unas verónicas que casi llegó a parar el tiempo en cada lance rematados por una media de cartel de lujo. Con la muleta trajo al torero por la calle de la amargura ya que no encontró en su bagaje de novillero los recurso necesarios para enfrentarse a un enemigo que cada vez que se quedaba al descubierto se lo llevaba por delante, y claro, este ganado no perdona los errores, y hay que hacerle el toreo muy bien hecho, llevarles muy tapaditos en la muleta ya que en cuanto te descubres te llevan por delante. Después el torero pasó a la enfermería y no volvió a la plaza.

El tercero de la tarde fue recibido en el centro del anillo por Víctor Barrio, toreando por tafalleras, pero se quedó al descubierto y el novillo hizo hilo con él hasta las tablas, librándose de milagro de la cornada. Fueron momentos de verdadera angustia hasta que saltó el olivo y puso la barrera entre él y el toro. Esa es la casta. En el caballo, el novillo acudió con alegría, ya era hora que los aficionados vieran una suerte de varas en condiciones, aunque para ello hayan tenido que venir los novilleros. Con la muleta comenzó la faena citando desde los medios, pero estuvo por debajo de su enemigo, se quedó al descubierto y el novillo casi se lo lleva por delante. Le faltó darle distancia, y como estos animales aprenden rápidamente, se tragaba el primer muletazo, pero el segundo no, y estuvo al margen de su enemigo hasta que decidió acabar con él. Esa es la casta.

Manuel Larios, por su parte, tuvo que matar 3 novillos por la cogida de Jiménez Fortes. En su primero de lidia ordinaria, que blandeó, estuvo dando mantazos hasta que se aburrió, y eso que el novillo fue picado lamentablemente por un piquero indocumentado que le dejó el morrillo hecho una sangría, pero aún así, el animal en la faena de muleta mostró mucha bondad que el torero no supo aprovechar. A su segundo le enseñó todo lo que no hay que enseñar a un toro con casta, y claro al final fue víctima de sus propios errores, aunque el animal acudía al engaño rebrincado, el torero fue incapaz de corregirle ese defecto, pues se limitó a hacer el torero ventajista sin bajarle la mano y terminó al margen de su enemigo.

El novillo que tuvo que matar por cogida de su compañero de cartel, Jiménez Fortes, encastado como sus hermanos de camada, llegó a la muleta dejándose torear, pero el novillero siguió montado en el torero actual y se puso a pegar muletazos sin darse cuenta que su enemigo iba allí donde le mandaba la muleta del torero, pero este lo único que hacía era quitárselo de encima en lugar de torearlo. Una verdadera pena. Los novillos que se lidiaron en tercer y sexto lugar fueron aplaudidos en el arrastre.

lunes, 16 de mayo de 2011

15 de Mayo de 2011: Llegaron las figuras

Toros de: Núñez del cubillo. Encaste: Marqués de Domecq
Terna:
  • Morante de la Puebla: Silencio y silencio.
  • Alejandro Talavante: Pitos y silencio.
  • Arturo Zaldívar: Petición y saludos y Aplausos.
Preside la corrida D. Trinidad López-Pastor Expósito.

En la sexta corrida del ciclo isidril aparecieron por el portón de cuadrillas las figuras y con ellas comenzaron a salir toros sin trapío por el portón de chiqueros, protestados en su mayoría a excepción del quinto y sexto. Muchos pensarían que el empresario había comprado una novillada en lugar de una corrida de toros y que los veterinarios se habían dejado influir por este error, al no comprobar en los carteles que en el festejo se iban a correr toros. Tal y como están las cosas en este mundo, nadie se hubiera extrañado de este error.

El caso es que tanto los toros con trapío de novillos y los novillos que parecían toros, dieron pocas opciones de lucimiento a la terna y estas solamente fueron aprovechadas por Arturo Zaldívar, que se la jugó con el sexto, realizando la faena en la boca de riego, citando con la muleta recogida, dando a continuación tres pases cambiados jugándose la vida aguantando la acometida de su enemigo. Continuó la faena recetándole tres naturales sin templar, sin bajarle la mano y permitiendo que su enemigo le enganchara la muleta, pero con mucho valor. Todo no se le podía pedir al torero que había confirmado la alternativa momentos antes, pero el público le agradeció su voluntad llena de valor, con el añadido que el burel era un manso de libro y en cuanto vio la puerta abierta de las tablas se marchó a ellas buscando el refugio que no había encontrado en los medios. Al toro de su confirmación, sin trapío y acochinado, que manseó con descaro, lo recibió con la muleta de hinojos en los medios pero el animal acudía rebrincado al engaño y el torero mexicano no se acopló con él, mostrando solamente voluntad.

El otro toro de la corrida, que tenía el defecto de ser bizco del pitón izquierdo, algo que no se prodiga en esta plaza con frecuencia, pero que en esta ocasión los veterinarios permitieron su lidia, le tocó en suerte a Alejandro Talavante. Un animal que mostró signos de invalidez desde que salió por toriles y que cuando sentía el hierro del picador salía huyendo por el ruedo buscando no se sabe qué, seguramente el camino de la dehesa. El caso es que se vino arriba en banderillas, aunque eso sí, doliéndose cuando recibía el castigo de los garapullos. Llegó a la muleta de Talavante con embestidas descompuestas y el torero no encontró en su repertorio los recursos suficientes para templar sus acometidas, que era lo que los aficionados esperaban de él, sin embargo abusó citando con la muleta retrasada y sin cruzarse al pitón contrario. En su segundo, y después de brindar un toro sin trapío, realizó una faena ventajista rematando los muletazos para afuera, sin adelantar la muleta, y como colofón a los desaciertos “muleteriles”, lo despenó con un sartenazo de juzgado de guardia.

Pero el plato fuerte de la tarde estaba en la actuación de Morante de la Puebla. Para este acontecimiento el público había llenado todo el cemento de la plaza, y ya se sabe lo que ocurre en estos casos. Corrida de expectación, corrida de decepción. Y eso fue lo que ocurrió. Su primero, un toro sin trapío, no consiguió meterlo en los vuelos embrujados de su capote, ya que el toro no tenía acometividad para tal evento. Todo lo que ocurrió después fue una serie de desaciertos de la cuadrilla ya que el toro acudía al caballo suelto y nadie fue capaz de fijarlo, perdiendo las manos, por lo cual el público solicitó la devolución del toro a los corrales pero el Sr. Presidente se mantuvo firme en su condición de empresario y lo mantuvo en el ruedo. Con esto, terminó todo. El torero se limitó a quitarle las moscas de la cara y despenarlo para decepción de los presentes. Así son los toreros artistas. En su segundo, y ante un novillo impresentable como toro en esta plaza, levantó los ánimos de los presentes con una verónica ajustada, una solo. Con la muleta solo destacó un trincherazo al comienzo de faena, después vino un desajuste total entre toro y torero, donde la inspiración de este se marchó antes de llegar a la plaza.

En fin, llegaron las figuras y con ellas apareció la decepción.

domingo, 15 de mayo de 2011

14 de Mayo de 2011: Faltó la emoción

Toros de: El montecillo.
Terna:
  • Uceda Leal: Saludos desde el tercio y pitos.
  • Iván Fandiño: Oreja y saludos con protestas.
  • Miguel Tendero: Silencio y tímidos pitos.
Preside la corrida D. Julio Martínez Moreno.

El ganado de Paco Medina tuvo nobleza en la muleta, manseó cuando tuvo que demostrar que es un toro con toda la fiereza de su raza y blandeó lo justo para que los toreros pudieran estar a gusto delante de ellos y sembraran el albero venteño con faenas de acuerdo al sentimiento de cada espada. Pero hubo un algo que se debería desterrar de las dehesas y es la desaparición de la casta.

El toro, independientemente de su condición de bravo o manso, debe dar espectáculo y este tiene que venir necesariamente de ella. Si no hay casta, la emoción no existe, y si el toro no transmite y los toreros dejan florecer de sus muletas el toreo moderno y ventajista, lleno de vulgaridad, toreando fuera de cacho, metiendo el pico con descaro y matando con bajonazos infames, la ilusión de los aficionados para acudir a las plazas está seriamente dañada.

En esta misma situación está la suerte de varas. Sin la casta y con estos piqueros incompetentes, esta suerte desaparecerá. Seguro que cuando ocurra este hecho los del castoreño pondrán el grito en el cielo por algo que se han ganado a pulso tarde tras tarde.

Ayer ocurrió lo mismo de siempre, aparecieron montados incompetentes que picaron trasero, en la paletilla, les importa un comino donde caiga la vara. Han demostrado con creces a los aficionados que pican trasero a conciencia, lo que el aficionado desconoce es el porqué de ese hecho. Y eso cuando pican, ya que ayer hubo toros en los que se limitaron a marcar la vara, como el caso del segundo de la tarde.

Iván Fandiño cortó una oreja a su primero, como la podía haber cortado Uceda Leal al toro que abrió plaza. Ambos tuvieron toros con nobleza, que repetían en la muleta, pero les faltó el sentimiento que los toreros deben sacar cuando la ocasión lo requiere, y ayer lo requería.

La faena de Uceda destacó porque se echó la muleta a la izquierda desde el comienzo de su labor y eso en los tiempos que corren se cotiza al alza. Sin embargo, a la hondura y templanza que trató de imprimir a su toreo le faltaron las curvas y le sobraron rectas, ó lo que es lo mismo, toreó al hilo del pitón sin cruzarse en ningún momento, y claro, en Madrid esos detalles no pasan desapercibidos y solo se les perdona a los figuras del torero moderno, pero a los toreros serios como Uceda Leal, ni pensarlo.

Fandiño estuvo, más o menos, a su misma altura, pero dio la impresión que su labor caló más en el público orejero y este inclinó la balanza a su favor a la hora de pedir la oreja. Estuvo algo más bullicioso, más acelerado en los naturales que ejecutó, perdiéndole pasos como símbolo de falta de mando sobre su enemigo, pero en redondos sacó a relucir la virtud que le faltó con la izquierda, es decir, el mando, tan escaso en los tiempos que corren. Pero lo que realmente marcó la diferencia con Uceda fue el remate final de faena donde se adornó con unas bernardinas pasándose al toro muy justo de la cintura. Con esto calentó el ambiente y el público sacó a relucir su componente orejera.

Sobre Miguel Tendero el respetable no tuvo la más mínima duda, silenció su labor en ambos enemigos. Su primero no le dio muchas oportunidades, ya que se le quedaba corto por ambos pitones, pero el torero tampoco se cruzó para provocar su embestida, adoleciendo de recursos para tirar del toro y que los muletazos fueran más largos. Su segundo, un toro que salió de chiqueros defendiéndose, sembrando el ruedo de detalles de manso, pasó su calvario para ponerlo en suerte ante el piquero de turno, ante el cual no se empleó el burel ratificando con ello sus condiciones de mansedumbre, pero cuando llegó a la muleta el toro se dejaba torear, pero el torero no estaba por la labor de ponerse en su sitio y bajarle la mano para hacerle humillar, eso hubiera sido lo propio de alguien que intenta triunfar en esta profesión.

Con los rehiletes destacaron Antoñares en el primero de la tarde, como tiene acostumbrada a la afición de esta plaza, Pedro Lara, Manuel Molina y Roberto Martin Jarocho. El punto negro lo marcó Gimero Mora que cantó la gallina en los dos pares que intentó colocar en el tercero.

sábado, 14 de mayo de 2011

13 de Mayo del 2011: Sin comentarios

Toros de: Juan Pedro Domecq:
Terna:
  • Uceda Leal: Silencio y oreja protestada.
  • Juan Bautista: Pitos y pitos
  • Morenito de Aranda: Silencio tras aviso y silencio.
Preside la corrida D. César Gómez Rodríguez.

Poco había que comentar ayer entre los aficionados, ya la tarde transcurrió sin pena ni gloria, y eso que se cortó la primera oreja de la feria. Uceda leal fue el se atrevió a desorejar al cuarto toro de la tarde, con una faena al revés, rematada con una buena estocada. Dicen los aficionados que la derecha es para adornarse, y así debería ser, pero el toreo moderno se ha impuesto y claro, el público metido también en la modernidad, así lo entendió. Es el llamado público orejero.

Uceda Leal vació de contenido al toro con derechazos templados, pero con series que dejaban al aficionado con la miel en los labios, porque con dos pases las cerraba con el de pecho, o con lo que saliera, y a recoger aplausos. Cuando se echó la muleta a la izquierda el toro le dijo que el ya había embestido demasiado y que se cantara otra. Eso es hacer la faena al revés, y claro, eso también tiene su premio, pero no una oreja. El que si se lució en este toro fue Antoñares que puso dos buenos pares de banderillas, destacando en el segundo. Al primero de su lote, suponemos que le salvaría la cabeza en el reconocimiento, ya que de trapío estaba muy justito como casi toda la corrida. Un toro con cuerpo de novillo que manseó y buscaba el amparo de las tablas. El torero se lo sacó a los medios y allí no quiso plantar cara al torero, pues con todo y con eso, el coleta estuvo por debajo de las condiciones de su enemigo.

A estos toros artistas los veterinarios de la plaza le permiten todo, da igual que vengan bien presentados o no, todos pasan el reconocimiento sin problemas, para que se van a preocupar, si después van a caer en manos de toreros ventajistas que no van a aprovechar las condiciones que le ofrecen para el triunfo. Aunque la corrida fue mansa en líneas generales, todos los toros pusieron al alcance de los toreros el triunfo, si estos no lo consiguieron es porque no sacaron a relucir la capacidad torera que exigía la ocasión.

Así pudimos ver a un Juan Bautista desdibujado en su lote, sin sitio, que pasó por Madrid como alma en pena, sacando a relucir todas las ventajas que el toreo moderno ha puesto a su disposición.

Igual le pasó a Morenito de Aranda, que se contagió de sus compañeros y en su primero comenzó con redondos olvidándose que el toreo de calidad está en la izquierda, y cuando quiso reaccionar era demasiado tarde. Eso sí, aunque el toro repetía con clase, el torero, incomprensiblemente, cortaba las series con dos muletazos, cerraba con el de pecho, y a recoger aplausos. Eso, no es el toreo. Cuando quiso torear al natural se había quedado sin toro. En su segundo, muy justo de trapío, al tomar la franela se dobló con él, pero, ahí terminó todo. Lo que vino después fue una faena acelerada, como si los aficionados tuviera prisa en abandonar la plaza, cuando el toreo requiere templanza, sacando a relucir las ventajas que en ningún momento le pidió el toro, ya que no hizo ningún extraño durante toda la faena, pero el torero quiso estar precavido y eso fue lo que hizo

viernes, 13 de mayo de 2011

12 de Mayo de 201: Pesadumbre

Toros de: José Escolar. Encaste: Albaserrada
Terna:
  • Rafaelillo: Bronca y bronca.
  • Fernando Robleño: Pitos y silencio.
  • Alberto Aguilar: Silencio y silencio.
Preside la corrida D. Manuel Muñoz Infante.

Ayer había pesadumbre en los rostros de los aficionados que sienten la fiesta como algo suyo y creo que en los demás, también. Los toreros se fueron de vacío. De vacío de trofeos y lo que es más importante, de toreo, ya que ninguno de los tres demostró nada de lo que pudieran sentirse orgullosos al vestirse de luces. Eso sí, habrá que felicitarles por haber tenido la hombría de anunciarse en los carteles con este tipo de ganado. También hay que decir que la corrida fue complicada, y que casi todos los toros salieron al redondel con aviesas intenciones, pero eso es la casta, buena o mala, y la emoción. A estos toros hay que poderles con muletas poderosas y que demuestren los toreros con ellas en las manos que están por encima de sus enemigos. Para el toreo de filigrana ya están esos toreros que llenan las plazas de vulgaridad. A los aficionados les gustaría que esas figuras indultaran un toro de estas características, pero eso, lamentablemente, tendrá que esperar.

El salir airoso con una corrida de este tipo exigía que los toreros tuvieran unos conocimientos profundos de la lidia y eso es lo que falló. Daba pena oír los comentarios de los aficionados al abandonar la plaza, ya que a través de ellos daban una imagen real de la situación actual de la fiesta, en los que la mayoría iban en la misma dirección: "Hoy no hay toreros que puedan con estos toros".

Nadie quedó exento de su responsabilidad, ya que todos tuvieron la culpa del desastre taurino, desde el matador de turno hasta el tercero de la cuadrilla, incluyendo los picadores y si no, ahí va un detalle: cuando salieron los montados al ruedo en el quinto de la tarde, no se había colocado aún el picador titular en su terreno cuando el toro salió suelto y se fue directamente al picador que tapaba puerta, pues el tercero de la cuadrilla de Fernando Robleño, de nombre Juan Cantora, tenía la "obligación" de de estar junto a este picador, pues, aún no se había enterado de su cometido. En la suerte de varas todo salió al revés.

Si hablamos de los toreros de a pie, nadie colocó en suerte al toro durante toda la tarde, y si es de los picadores, no se vio ni una vara en condiciones, se entiende así citar dando los pechos del caballo y lo más importante, picar delantero. En estos toros era fundamental esta suerte. Pero al contrario de lo que podamos creer, parecía que el único objetivo de los montados era superar en desaciertos al compañero.

En cuanto a los toreros de plata, daba pena ver pasar a los rehileteros por la cara de sus oponentes corriendo como alma que lleva el diablo. ¿Qué querían demostrar con esa falta de profesionalidad? Que el ganado no valía para la lidia, si es así, creo que la mayoría debería dejar la profesión.

Los matadores, por su parte, decepcionaron. Rafaelillo, torero experimentado en este tipo de encastes se vio superado en su lote y nunca logró centrar su toreo de acuerdo a lo que su oponente requería, que no era, ni más ni menos, que lidiar. Robleño, sin embargo, logró dos verónicas de lujo en su primero, pero ese es todo el bagaje que consiguió. Después naufragó como sus compañeros. El torero madrileño, Alberto Aguilar, mostró falta de oficio en ambos toros, con el atenuante de que cuando los bureles llegaron a la muleta ya venían avisados debido a la mala lidia que había llevado a cabo su cuadrilla.

Insisto, con este tipo de ganado hay que hacer las cosas muy bien desde el principio, una duda, un error, cualquier detalle que con los demás toros pasa inadvertido para su comportamiento, con el toro encastado, no vale.

jueves, 12 de mayo de 2011

11 de Mayo de 2011: Lamentable

Toros de: Vellocino. Encaste: Juan Pedro Domecq, línea María Antonia Fonseca
Terna:
  • Uceda Leal: Silencio y silencio tras aviso.
  • Miguel Abellán: Silencio y silencio benevolente.
  • Daniel Luque: Silencio tras aviso y aplausos del público orejero.
Preside la corrida D. Trinidad López-Pastor Expósito.

Los toreros se han acomodado en la vulgaridad, se han puesto todos de acuerdo y no hay quien los mueva de ahí. Ni el público aficionado que paga y exige puede con ellos mientras estos tengan en contra a los taurinos que gobiernan este negocio y al público orejero, que también paga su entrada y puede manifestar su parecer aunque le haga tanto daño a la fiesta como los anteriores. No hay nada que hacer, la competencia en el ruedo se ha terminado, los jóvenes aficionados que vienen detrás ni la conocen y esto es muy grave. Conocen a los toreros funcionarios, esos que traen ya las faenas preparadas sin preocuparse del tipo de toro que saldrá en su lote, ya que alguien les ha preparado el camino para que así sea. Los toros que les tocan en suerte se tienen que dejar pegar cien muletazos, metiendo el pico, fuera de cacho y demás ventajas, si no, no valen para estos toreros. Qué ocurre con los que no son figuras y los anuncian en los carteles de relleno, pues que tratan de imitarlos, porque no saben hacer otra cosa, y cuando les sale algún toro que les pide el carnet de torero y no se lo enseñan, el aficionado siente vergüenza ajena de ver que tienen en sus manos el triunfo y lo dejan escapar, unas veces por inoperancia y otras porque tienen otro concepto del toreo, ya que tratan de mirarse en el espejo de las figuras que les preceden.

Eso fue lo que pasó ayer en Las Ventas, que los toreros se fueron con las manos vacías y los aficionados con una sensación de impotencia ya que el bagaje fue corto ante una corrida con mucha cara, y aunque blandeó en exceso hubo toros que se fueron con las orejas puestas al desolladero. Los tres coletas tuvieron en sus muletas la ocasión de triunfar, pero lamentablemente solo quedó en el recuerdo de los aficionados unos muletazos sueltos de Uceda Leal al primero, un inválido que no podía someterlo, ya que si lo hacía rodaba por el suelo, una tanda de derechazos de Rubén Pinar al sexto, antes de aflorar la vulgaridad en su muleta, dos pares de banderillas de El Chano, al que el público obligó a desmonterarse, un puyazo en el morrillo de Agustín Moreno al tercero y un par de banderillas de Manuel Montoya al sexto.

Todo lo demás fue desconocimiento de la lidia y desidia por parte de los que se visten de luces. Miguel Abellán tuvo la oportunidad en su muleta en el tercero, pero en lugar de torear llenó el albero de toreo ventajista, eso sí, al final de la faena intentó calentar el ambiente, y casi lo consigue, con unos adornos ante un toro que se estaría preguntando, “para esto me traen a Madrid” ¡Si los toros pudieran elegir los toreros…!.

Otro de los problemas que presenta el torero moderno es que a los toros de salida no los para nadie, ni el matador ni la cuadrilla, y como consecuencia campan a su antojo por el ruedo. El primero de Uceda Leal intentó ir al caballo que tapaba puerta tres veces y al final lo consiguió sin que nadie de la cuadrilla supiera/quisiera pararlo. Lo mismo le ocurrió a Miguel Abellán en el quinto, donde el toro estuvo yendo de un picador a otro ante la desidia de su matador. Lo dicho, de verdadera pena.

Rubén Pinar mostró falta de oficio ante el tercero de la tarde y no supo solventar la papeleta que el toro le presentó, y cuando le puso los pitones en el corbatín el torero se arrugó y el toro también. ¡Lamentable!

miércoles, 11 de mayo de 2011

10 de Mayo de 2011: Sin novedad

Toros de: Valdefresno. Encaste: Atanasio Fernández

Terna:

  • Juan Bautista: Silencio y silencio.
  • Matías Tejela: Silencio benevolente y petición minoritaria tras aviso.
  • Daniel Luque: Silencio y silencio.

Preside la corrida D. Julio Martínez Moreno


Después de la primera corrida de la feria, todo sigue sin novedad. Los toros buenos de Valdefresno deben lidiarse en otras plazas, en esta ha echado una mansada y encima inválida. Salvo el primero, que mostró algún signo de casta, ninguno se libró de ese descaste que mostraron durante la corrida, aparte de una blandura indigna de un animal de esta raza, y menos para la que consideran primera plaza del mundo. El presidente de turno en su línea, mirando por la fiesta y quienes la rodean, empresarios, taurinos, etc. Debió enviar a los corrales al primer toro, inválido de libro, pero lo mantuvo en el ruedo aplicando su criterio de: ¿aficionado? o ¿empresario? Los toreros en su línea también.

Juan Bautista apático y ventajista en su primero, el único burel que mostró algo de casta y clase en la muleta, pero su blandura le impidió ser un enemigo digno de su estirpe. Fue el único que hizo hilo detrás de los peones en el tercio de banderillas. En su segundo, justo de trapío, un toro que llegó a aburrir a los presentes por su trote cansino y que terminó defendiéndose por su falta de fuerzas, en cuanto lo sometía por bajo perdía las manos y claro, ante esto, el torero tuvo poco que ofrecer.

Por su parte, Matías Tejela se encontró en su primero a un enemigo manso y blando que salía suelto de los capotes que le ofrecía su cuadrilla, doliéndose en banderillas, echando la cara arriba en cada embroque. Con la muleta el torero no entendió las condiciones del manso y quiso realizar la faena que está estipulada en todas las plazas para los toros-borregos, “cien muletazos como mínimo”, y el toro en cada pase salía huyendo de la franela. El aficionado no comprendía nada de lo que estaba ocurriendo en el ruedo. En su segundo, y ante un enemigo que comenzó mostrando blandura de los cuartos traseros, al recibirlo con el capote consiguió unos lances sin que el toro le tocara el percal, lo cual, ya fue un éxito. En el caballo el toro no se empleó ya que no podía. En la muleta metía la cabeza con mucha clase, haciendo incluso el avión, pero en cuanto le sometía por bajo perdía las manos. Terminó el torero adornando con bernardinas una faena que no existió y casi consigue que el público le regalara la oreja, pero en este caso el Presidente no picó el anzuelo. El que sí se lució con los rehiletes fue el torero de plata, José Manuel Zamorano, que puso dos pares que calentó las manos de los presentes.

El primero de Daniel Luque, tercero de la tarde, fue el único toro que metió los riñones en el caballo, empujando con clase, pero a la salida de la vara se marchó a toriles. El aficionado se preguntaba qué fue el espejismo, lo primero, o lo segundo. En la faena de muleta el torero demostró estar muy poco versado en su oficio, ya que se le ocurrió citar al toro de lejos, y al rematar el muletazo se le marchó de nuevo a querencias. Intentó meterlo en la muleta pero no lo consiguió, mostrando con ello una incapacidad lidiadora, típica en los toreros actuales. En su segundo consiguió 3 verónicas templadas meciendo la cintura y llevando al toro toreado en los vuelos del percal. Fue castigado en varas ya que se dormía debajo del peto y con la muleta lo único que consiguió fue aburrir al personal, recorriendo el ruedo buscando las orejas del toro.

Los picadores en su línea, excepto Benito Luque que picó delantero, todos picaron trasero y algunos llegaron hasta el rabo. Habrá que hacerles a los toros un círculo en el morrillo para que los piqueros sepan dónde deben colocar la puya. En resumen, nada ha cambiado en la fiesta, los taurinos en el poder y con el compadreo de las autoridades siguen lucrándose sin que nadie impida su caída libre, sólo la respeta el público que paga su localidad.