jueves, 25 de mayo de 2017

25 de mayo de 2017: Un torero sobre el albero venteño. Ginés Marín



Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo Corrida de toros. 

Ganadería

Alcurrucen. Encaste Núñez en la línea de Rincón. Mansotes y nobles en la muleta. Algunos protestados por falta de trapío, como el tercero, quinto y sexto. . 

Terna:

  • El Juli: De teja y oro. Estocada baja con saltito incluido. Oreja. Metisaca y estocada baja y trasera con saltito incluido y descabello. Aplausos. 
  • Álvaro Lorenzo: Que confirmó alternativa, de azul cielo. Bajonazo descarado. Aplausos benevolentes. Estocada atravesada, aviso. Se echa el toro y casi cornea al puntillero. Saludos. 
  • Ginés Marín: Que confirmó alternativa, de marino y oro. Tres pinchazos, aviso y descabello sin clavar el estoque. Aplausos generosos. Bajonazo. Dos orejas. 

Presidente: D. Justo Polo Ramos

Concedió la segunda oreja a Ginés Marín con un bajonazo, poniendo con ello muy barata la plaza a la cual preside.

Suerte de varas: 

  1. Fiscal. 545 Kg. Negro Bragado. Manseó en las dos entradas al caballo. En la primera salió suelto y en la segunda se repuchó. Manso y noble en la muleta.
  2. Castañuela. 526 Kg. Negro bragado. Al no pararlo nadie, acudió suelto al picador que tapaba puerta y después al caballo de contraquerencias. Manso que se ha dejado torear en la muleta. 
  3. Favorito. 506 Kg. Castaño bocidorado. En la primera vara el picador midió el castigo y en la segunda no fue castigado. Manseó en el caballo y no tuvo recorrido en la muleta.
  4. Cornetillo. 527 Kg. Negro bragado. Peleó en el caballo pero no fue castigado. En la segunda vara lo tuvieron que meter debajo del peto para que acudiera y el piquero se limitó a marcar el castigo. Manseó en el caballo, buscó el amparo de las tablas, pero el torero lo entendió en los medios a su manera.
  5. Peleón. 523 Kg. Negro listón. En la primera vara se defendió en la pelea y en la segunda lo metieron bajo el peto y salió suelto. Manso que se dejó torear en la muleta. 
  6. Barberillo. 528 Kg. Negro listón chorreado. En la primera vara derribó al caballo y en la segunda acudió suelto y salió suelto sin castigo. No se le ha visto en el caballo y en el último tercio puso el triunfo en la muleta del torero.

Cuadrillas y otros

En tarde de calor se celebró la decimocuarta corrida de toros, en la cual El Juli dio la confirmación a los toreros, Álvaro Lorenzo y Ginés Marín. Este último salió por la Puerta Grande al desorejar al sexto de la tarde. 

Comentarios:

Ginés Marín ya demostró algunos detalles en el tercero, pero a su enemigo le costaba acudir al engaño y al torero también colocarse en su sitio. Tanto en el toreo en redondos como al natural al animal le costaba repetir, a pesar de ser una babosa. El torero intentó poner la guinda que le falto al toro, pero no lo consiguió Sin toro no hubo faena. Pero salió el sexto y el matador lo entendió desde el primer momento, a pesar de que le costó ajustar la embestida a su muleta, pero cuando lo hizo dejó de descomponer la figura y tirar del toro, tanto al natural como en redondo, dando unos muletazos de cortijo, sobre todo un natural y un redondo sensacionales, consiguiendo unificar los criterios en los tendidos y dando un respiro al sufrimiento de los espectadores dada la vulgaridad que se habían ofrecido hasta la fecha. La faena fue de cinco minutos, ya que para cortar las dos orejas a un toro no hace falta más tiempo. El toreo fue de quilates y por poner un pero la segunda oreja le fue concedida después de un bajonazo, y eso es poner la salida en hombros de esta plaza muy barata. 

El Juli también cortó una oreja en su primero, pero el toreo no tuvo nada que ver con el realizado por su compañero, Ginés Marín. El torero madrileño torea como sabe y hasta aquí nadie puede exigirle más, pero lo que si se le puede exigir es que sus faenas, llenas de técnica y conocimientos, no queden marcadas por las ventajas, y además sin tapujos. Cierto que consiguió muletazos largos y templados, en eso es un maestro, pero en todo lo demás no expuso nada nuevo ante la afición venteña. Metió el pico con descaro y se olvidó de cargar la suerte, y si el público le solicita mayoritariamente los trofeos, nada que objetar, salvo decir lo que ocurrió. Su segundo se emplazó en tablas y el torero estuvo muy acertado en sacarlo a los medios con solo dos muletazos. De nuevo el torero comenzó a tirar de recursos ventajistas unidas a su técnica, tanto en el torero en redondos como al natural. En el uso de rematar los muletazos para fuera, y meter el pico es un verdadero maestro, lo malo es que los aficionados también tienen sus preferencias, y no habrá duda que el día que toree con la verdad por delante se le reconocerán sus virtudes, que sin duda también las tiene. 

A Álvaro Lorenzo le tocó lidiar al primero y al quinto por su condición de su confirmación. En su primero bridó a su apoderado. Lo recibió con unos muletazos por arriba, continuando con el toreo en redondo pero escondiendo la pierna contraria, sin caer en la cuenta que en el día de su confirmación debería haber tenido el detalle de hacer las cosas con una mejor disposición. En el toreo en redondo bajó la mano pero sus muletazos sufrieron el castigo de ser enganchados. Al natural no consiguió ligar ninguna tanda. Volvió con la mano derecha y sufrió un desarme. El arrimón fue el recurso de rematar la faena. El segundo de su lote se dejó torear. El torero toledano lo intentó en redondos donde su muleta volvió a sufrir los enganchones, consiguiendo algunos derechazos templados, pero escondiendo la pierna contraria. Lo intentó al natural pero mostrando el pico por delante de la panza de la muleta. Es lo que les toca sufrir a los aficionados que vivieron otros tiempos donde el toreo se valoraba con otros parámetros. Al final el torero se puso pesado y tuvo que sufrir las críticas de los tendidos. Hay que saber medir los tiempos, matador.



©Pepeíllo.

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