domingo, 4 de junio de 2017

3 de junio de 2017 ."Sentimientos mutantes"



Ganadería

Flor de Jara. Encaste Santa Coloma, línea Javier Buendía. En general mansa y descastada. El tercero fue devuelto a los corrales por falta de fuerza, en su lugar se lidió un sobrero de Dolores Rufino.

Terna:
  • Juan Miguel: De lila y oro. Tres pinchazos y dos descabellos. Se echa el toro. Silencio. Estocada muy trasera. Oreja protestada. 
  • Alejandro Marcos: De manzana y oro. Tres pinchazos y estocada casi entera. Silencio. Media estocada tendida y trasera y tres descabellos. Aviso. Silencio.
  • Ángel Sánchez: De fucsia y oro. Estocada desprendida y tendida. Saludos generosos. Metisaca, dos pinchazos y estocada casi entera y tendida. Silencio.
Presidente: D. Trinidad López-Pastor Expósito.

Muy mal estuvo D. Trinidad, concediendo un trofeo a Juan Miguel en el cuarto ante una petición que no fue mayoritaria, y lo más importante, ante una faena vacía de contenido, haciendo cierta la frase de: cogida, oreja segura, dejando de nuevo al descubierto la poca seriedad del palco.. 

Suerte de varas: 
  1. Balconero. 515 Kg. Cárdeno. El animal manseó en el caballo y no fue castigado. Manso y y noble en la muleta. 
  2. Atquero. 470 Kg. Cárdeno. Apretó en el caballo pero con la cara alta, pero en la segunda se arrancó sin codicia. Llegó a la muleta muy parado. 
  3. Inmejorable. 505 Kg. Negro listón. Comenzó a mansear desde que salió de chiqueros. Lo tuvo que picar el picador de reserva. Manseó en el caballo En las dos ocasiones que acudió al caballo lo hizo al relance y se defendió. Manso que tuvo fijeza en la muleta. 
  4. Cariñoso. 475 Kg. Cárdeno. En la primera entrada al caballo el piquero lo castigó en el brazuelo y en la segunda salió huyendo al sentir el hierro. Manso y descastado.
  5. Tabernero. 485 Kg. Negro. En la primera vara se dejó pegar y en la segunda no existió. El animal decepcionó en la muleta.
  6. Pies de Oso. 484.Kg. Cárdeno. El piquero se agarró trasero las dos veces que acudió al caballo. En la segunda vara tuvieron que meterlo casi en el peto para que acudiera al montado. Cumplió en el caballo y se rajó en la muleta. 
Cuadrillas y otros: 

En tarde de temperatura agradable el coso venteño registró media entrada.

Se lucieron en banderillas Pepín Monge y en menor medida, Jesús Robledo en el sexto, los cuales tuvieron que desmonterarse. También se lució con los rehiletes, José Mora en el segundo.

Mención especial mereció Iván García durante la lidia del sexto. 

Juan Miguel sufrió un revolcón en el cuarto del cual tuvo conmoción cervical y un puntazo. No le impidió continuar la lidia.

Comentarios:

El ganado de Flor de Jara volvió a defraudar. Supongo que los taurinos tendrán un argumento más para desestimar las peticiones de los aficionados para que anuncien otro tipo de ganado que no sea Domecq y sus derivados. 

También defraudó la aptitud del presidente al conceder un trofeo a Juan Miguel en el cuarto. Defraudó primero a la fiesta y después a los aficionado, hiriendo sus sentimientos, ya que consideran que el arte de torear es un sentimiento y no una diversión con gran componente de irresponsabilidad. Y eso fue lo que demostraron tanto los espectadores triunfalistas solicitando un trofeo como la presidencia concediéndolo. Así están las cosas.

Pero lo importante no son estos detalles, sino que debido a estas actitudes triunfalistas, los espectadores son participes directos de que los taurinos hayan degradando el nivel de exigencia en el ruedo con el único propósito de beneficiarse de esta coyuntura. Han sido listos, comprando la voluntad de aquellos que puedan aportar lo contrario de lo que exigen los aficionados, que no es sino, la pureza de la fiesta.

En el cuarto a Juan Miguel no le regalaron la oreja por su torero, sino a un descuido durante la faena, que le permitió al novillo llevárselo por delante, causándole una conmoción cerebral y un puntazo. A partir de aquí el público se puso de su lado y hasta que no consiguió que la presidencia sacara el pañuelo blanco no paró en su empeño de gritar hasta su extenuación. Es la democracia, bien o mal interpretada, de estos espectáculos. Pero en el ruedo no ocurrió nada que mereciera la pena contar, solo que tanto el toro como el torero cada uno anduvo a lo suyo. El torero lo intentó al natural y el novillo lo puso en aprietos sacando genio y que el matador no supo solventar. En un descuido el novillo lo arrolló y el torero salió conmocionado y cuando se recuperó, continuó con su labor, pero el premio ya lo había conseguido. La oreja fue muy protestada, pero el matador se la llevó en el esportón, esperamos que le sirva de algo, aunque sobre el albero sembró muchas dudas de que fuera así. A su primero lo recibió desde los medios, a la salida de toriles, con tres tafalleras y el animal lo puso en aprietos. Ya con la muleta, lo citó con la pañosa en la izquierda y le recetó tres naturales de tanteo, continuando con dos tandas aprovechando el viaje de su enemigo. Cuando lo intentó con la derecha aplicó la misma fórmula que la anterior, es decir con las ventajas por delante. Su enemigo fue una babosa embistiendo y el novillero estuvo como un maestro consagrado, es decir, echándoselo para fuera en cada muletazo. Una pena de novillo y de torero. 

También defraudó a los aficionados Ángel Sánchez. Al terminar la corrida, los que no salieron huyendo en busca de su Real Madrid, tuvimos que escuchar lamentos debido a la desafortunada actuación que había tenido el torero madrileño. Eso siempre es bueno, aunque la realidad diste mucho de las esperanzas, pero estas nunca deben perderse. La desilusión de los aficionados estaba fundamentada en que el matador desde el inicio de faena citó fuera de cacho y siempre con el pico por delante. Cierto que el novillo se fue quedando según transcurría la faena, pero ofreció algo que el torero debió aprovechar, pero toreando. Al quinto lo recibió de capote y el novillo metía bien la cabeza por ambos pitones, pero el torero no manejó el percal con lucimiento. Con la franela comenzó la faena bajándole la mano y llevando al novillo empapado en los vuelos de la muleta, pero no consiguió rematar los muletazos. A continuación comenzó a sacar las mismas miserias que había mostrado en su anterior actuación, con el agravante que en el toreo al natural el novillo lo superó, aunque se fue rajando.

El primero de Alejandro Marcos de desplazó bien al recibirlo de capote, pero es una suerte en deshuso que nadie quiere o sabe interpretar. Todos buscan la faena de muleta, con ella es donde se obtienen los trofeos, pero para ello hay que torear, bueno eso era antes. El caso es que su enemigo llegó a la muleta muy parado y el torero la única opción que tuvo fue justificarse. El quinto decepcionó en la muleta, se quedaba corto por ambos pitones, y lo único que se le vio al torero fue su voluntad, adornada con algunas ventajas en el uso de la pañosa. 

Así es el toreo actual y a las plazas hay que ir mentalizado a que los sentimientos han cambiado. Hoy un revolcón, o algo similar, equivalen a un trofeo, se oponga quien se oponga.

©Pepeíllo.

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