domingo, 3 de julio de 2022

 “A Socorro para que se recupere pronto”.

3 de julio de 2022

Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo

Corrida de toros.

“La rigurosidad de la plaza en caída libre”

Ganadería

Se lidiaron 6 toros de la ganadería de J. Enrique Fraile de Valdefresno, de origen Atanasio Fernández. El primero fue devuelto a los corrales por inválido y en su lugar se corrió un sobrero de Montealto. La corrida estuvo bien presentada, el segundo se dejó torear en la muleta y transmitió a los tendidos y el quinto mostró algo de casta. Mansa, sin fuerzas, descastada y el juego que ofrecieron en el caballo para olvidar. Hoy solo interesa el comportamiento en la muleta, lo demás lo consideran un trámite.

Terna:

  • David Galván. De blanco y oro. En su primero pinchazo, media estocada arriba y trasera, aviso. Aplausos. Pinchazo, aviso y estocada saliéndose de la suerte. El animal terminó doblando en toriles. Silencio.
  • Gómez del Pilar: En el segundo pinchazo y 3 descabellos tras aviso. Aplausos. En el quinto pinchazo y estocada desprendida tras aviso. Oreja.
  • Francisco José Espadas: En el tercero estocada baja, tendida y 4 descabellos Silencio. En el sexto pinchazo y sartenazo que hace guardia entrando a matar fuera de cacho y estocada tras aviso. Aplausos.

Presidente: D. Jesús María Gómez Martín.

No anduvo fino el presidente y los aficionados le recriminaron su falta de rigurosidad, colaborando en convertir esta plaza en un coso donde la vulgaridad está tomando cuerpo Los aficionados le reclamaron con fuerza la devolución del tercero, un animal totalmente descoordinado en su movilidad y el cuarto permitió su lidia aunque mostró signos de invalidez. En el sexto le enviaron otro recordatorio por el mismo motivo En fin, un presidente que no tuvo su tarde y que debería plantearse su futuro en el cargo si buscan la seriedad de la plaza.

Cuadrillas y otros.

El coso venteño registro una floja entrada. Al finalizar el paseíllo los presentes le dedicaron un aplauso a Gómez del Pilar tras su cogida que sufrió en la pasada feria de San Isidro. Las cuadrillas reunían un elenco de toreros de plata. Fernando Sánchez, Iván García, Ángel Otero entre otros. Pero solo pudieron lucirse Ángel Otero y Cebadera, que tuvieron que desmonterarse en el quinto. Aunque los demás lo intentaron, el ganado no permitió su lucimiento.

Comentarios:

Dormilono, fue el astado que se corrió en lugar del toro devuelto por inválido. Un animal que se dejó pegar en el caballo pero de ahí no pasó. Le tocó en suerte a David Galván, que estuvo muy firme con su enemigo sacándole muletazos por el pitón derecho a pesar de tener poco recorrido. Al natural le costó acoplarse por el mismo motivo, no obstante consiguió algún natural suelto, mostrando mucha disposición. Finalizó la faena con unos remates muy toreros y muy del gusto de los aficionados. El cuarto de nombre Pelotito, el torero tuvo en contra las protestas de los tendidos dada la invalidez de su enemigo. El animal al no entregarse en la pelea le sirvió para no rodar por la arena y esto hizo que el presidente lo mantuviera en el ruedo. El matador no llegó a someterlo, sufriendo varios enganchones que deslucieron su labor, ya que el toro solo hacía defenderse y en cada muletazo buscaba el amparo de las tablas. Ante las protestas y el comportamiento de su enemigo, el torero gaditano nada pudo hacer.

Gómez del Pilar recibió a sus dos enemigos en los medios frente a toriles. Su primero de nombre Cigarro, fue picado por el reserva ante la ineficacia de su cuadrilla. Dejándose pegar en querencias. Con la muleta lo recibió de hinojos en la boca de riego, dio dos series de redondos muy templadas. El toro metía la cabeza con nobleza haciendo el avión, a mi entender, debería haber aprovechado esas embestidas en el toreo de pie. Cuando lo intentó el animal no tuvo recorrido, no obstante pudo sacarle dos tandas aseadas en el toreo al natural. Remató con unas manoletinas que no vinieron a cuento. El quinto de nombre Dudosillo, salió al ruedo recorriéndolo sin fijeza y nadie le enseño por qué estaba allí. Acudió suelto al caballo y la lidia se asemejó a una capea. En la faena de muleta comenzó doblándose con el manso encastado dándole dos derechazos muy templados. En los terrenos de tablas el toro metía bien la cabeza y el torero templó las embestidas. Se lo llevó a los medios, seguro que en tablas le apretaba, y el animal comenzó a protestarle. La firmeza del torero consiguió sacar a su enemigo lo que no tenía.

El tercero de nombre Langosto, no se entregó en el caballo y en la segunda vara no fue castigado, por lo que los aficionados protestaron. Salió suelto por su condición de manso. Francisco J. Espadas se limitó a pasarlo en la muleta al hilo del pitón, sacando a relucir el pico en cada muletazo, bueno, en cada trapazo, como decía un aficionado próximo a mí localidad. El blando animal le ofreció algo más de lo que el matador le ofreció, hasta que apagó sus embestidas. Después tiró del arrimón, considerado como recurso de los malos toreros, y con ello terminó su faena. El sexto, de nombre Lisongero, fue un animal manso y blando que se dejó torear. El matador le ofreció una muleta llena de ventajas. Al natural no se acopló dando medios pases. El torero amparado por un grupito de incondicionales del 8,, hizo lo que sabía, aprovechar el viaje del toro y citar con el pico de la muleta pero con mucho descaro. Tuvo la honradez de entrar a matar de nuevo después de un pinchazo. Su público crecido por la labor de su torero, tuvo la libertad de recriminar a un grupo de aficionados sus quejas por la condición del toro y la labor del torero. Ellos se creyeron libres de mostrar sus… “querencias”, los aficionados, no.

©Pepeíllo.

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