Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo
FERIA DE SAN ISIDRO 2024. Corrida de novillos.10ª de feria.
“El toreo al natural abrió la Puerta Grande”
Ganadería
Se lidiaron 6 novillos de Fuente Ymbro, procedencia Jandilla y El Ventorrillo. De variada presentación y juego en el caballo. En la muleta ofrecieron el triunfo a los toreros. El quinto y sexto fueron aplaudidos en el arrastre. El tercero fue devuelto a los corrales y en su lugar se corrió un ejemplar de Villanueva
Terna:
Terna:
- Alejandro Peñaranda. De gris plomo y oro. Pinchazo y estocada caída tras aviso. Aplausos. En el cuarto estocada descolgada Aviso. El novillo cayó con la boca cerrada. Oreja.
- Ismael Martín: De grana y oro. Bajonazo que vale. Silencio. Estocada baja perdiendo la muleta Oreja,
- Jarocho: De nazareno y oro. En el sexto estocada casi entera y desprendida. Aviso. Vuelta al ruedo tras petición minoritaria. En el sexto estocada caída. Dos orejas. Salió por la Puerta Grande.
Le costó al presidente mostrar el pañuelo verde para devolver al tercero.
Suerte de varas:
- Botellero. N. 68. 514 kg. Castaño claro. Se agarró trasero el piquero y el novillo empujó con fijeza. En se segunda vara se limitó a marcar el castigo. Se fue sin torear.
- Indómito. N. 31. 493 kg. Negro bragado. Se defendió en el caballo y fue castigado en la paletilla. En la segunda entrada salió suelto. No se le vio. En la muleta por encima del torero.
- Adulador N. 102. 497 kg. Negro listón. Se dejó pegar en la primera entrada al montado y salió suelto. En la segunda se dejó pegar. Cumplió en el caballo.
- Sacacuartos. N. 60. 510 kg. Jabonero. En la primera entrada el picador le tapó la salida y el novillo no se empleó en la pelea. En la segunda manseó repuchándose. No se empleó en el caballo. En la muleta por encima del torero.
- Jarrero N. 88 498 kg. Negro listón. No fue castigado. En la primera vara se defendió y salió suelto. En la segunda manseó y salió suelto al sentir el castigo. Manso en el caballo. En la muleta por encima del torero.
- Iluminado. N. 109. 505 kg. Castaño. En la primera vara el torero lo colocó largo. Fue castigado en la paletilla aunque rectificó. El animal apretó en el peto. En la segunda fue castigado trasero y se dejó pegar. Cumplió en el caballo y en la muleta proporcionó el triunfo al torero.
En tarde de nubarrones y fría, el coso venteño registró un aforo de 17.951 espectadores, según la empresa. En el primero, el tercio de banderillas fue deprimente. En el tercero destacó la lidia de Jarocho, padre, el cual tuvo que desmonterarse en el sexto en el segundo tercio. En el primero destacó la lidia de Basilio Mansilla.
Comentarios:
Dice la cita; años, amantes y copas, nunca se deben contar. Los naturales de Jarocho y ante un enemigo exigente como fue el sexto, tampoco se deben contar, y menos cuando la labor del torero llegó a los tendidos. Un torero citando sin descomponer la figura, colocado, embarcando la acometividad de su enemigo y vaciando los muletazos en la cadera. No hubiera importado que le hubieran dado los tres avisos. Pero como nos recordaba el añorado J. Vidal, las faenas de muleta de cinco minutos. No más. En esta ocasión Jarocho recibió un aviso pero los aficionados no lo tuvieron en cuenta. Sus sentimientos estaban en proclamar los olés, secos y breves en cada natural que salía de su muleta como por encanto. Pero no todo fueron luces. Al burgalés le costó adaptarse, e Iluminado se le coló dos veces, pero cuando le tomó la medida apareció la magia. Insisto, del toreo al natural. Dicen los que saben de esto, que el toreo está en la izquierda, la derecha es para adornarse. En su primero y después de una tanda de redondos de hinojos, le faltó mando y colocación cuando intentó tanto el toreo en redondo como con la izquierda.
Sus compañeros de cartel, Alejandro Peñaranda e Ismael Martín, se llevaron un trofeo cada uno, el primero en el cuarto y el segundo en el quinto. A Peñaranda el primero de su lote se le fue sin torear. Un buen novillo al que no llegó a adaptar su muleta a lo le ofreció su enemigo. El cuarto también le vino largo al torero conquense a pesar de arrancarle un trofeo. Alguien tuvo que recomendarle, primero que estaba en Las Ventas y segundo que no es lo mismo dar pases que torear. Por otra parte Ismael Martín, tuvo en su primero a un novillo que estuvo por encima de su voluntad. Con la muleta lo recibió por estatuarios. ¡Qué daño le hacen al animal esos muletazos! Todo lo que vino a continuación fue un toreo si colocación y donde la acometividad de su enemigo lo desbordó. En el quinto hizo cierto el dicho: “Revolcón, oreja al esportón”. Pero lo cierto es que el novillo se fue sin torear y lo más grave, le sacó los colores al novillero. Con los palitroques salvando la espectacularidad, tampoco anduvo fino el matador nacido en Suiza.
Y es que cuando la casta aparece…
Comentarios:
Dice la cita; años, amantes y copas, nunca se deben contar. Los naturales de Jarocho y ante un enemigo exigente como fue el sexto, tampoco se deben contar, y menos cuando la labor del torero llegó a los tendidos. Un torero citando sin descomponer la figura, colocado, embarcando la acometividad de su enemigo y vaciando los muletazos en la cadera. No hubiera importado que le hubieran dado los tres avisos. Pero como nos recordaba el añorado J. Vidal, las faenas de muleta de cinco minutos. No más. En esta ocasión Jarocho recibió un aviso pero los aficionados no lo tuvieron en cuenta. Sus sentimientos estaban en proclamar los olés, secos y breves en cada natural que salía de su muleta como por encanto. Pero no todo fueron luces. Al burgalés le costó adaptarse, e Iluminado se le coló dos veces, pero cuando le tomó la medida apareció la magia. Insisto, del toreo al natural. Dicen los que saben de esto, que el toreo está en la izquierda, la derecha es para adornarse. En su primero y después de una tanda de redondos de hinojos, le faltó mando y colocación cuando intentó tanto el toreo en redondo como con la izquierda.
Sus compañeros de cartel, Alejandro Peñaranda e Ismael Martín, se llevaron un trofeo cada uno, el primero en el cuarto y el segundo en el quinto. A Peñaranda el primero de su lote se le fue sin torear. Un buen novillo al que no llegó a adaptar su muleta a lo le ofreció su enemigo. El cuarto también le vino largo al torero conquense a pesar de arrancarle un trofeo. Alguien tuvo que recomendarle, primero que estaba en Las Ventas y segundo que no es lo mismo dar pases que torear. Por otra parte Ismael Martín, tuvo en su primero a un novillo que estuvo por encima de su voluntad. Con la muleta lo recibió por estatuarios. ¡Qué daño le hacen al animal esos muletazos! Todo lo que vino a continuación fue un toreo si colocación y donde la acometividad de su enemigo lo desbordó. En el quinto hizo cierto el dicho: “Revolcón, oreja al esportón”. Pero lo cierto es que el novillo se fue sin torear y lo más grave, le sacó los colores al novillero. Con los palitroques salvando la espectacularidad, tampoco anduvo fino el matador nacido en Suiza.
Y es que cuando la casta aparece…
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