Final del certamen Cénate Las Ventas
Novillada con picadores 25 de julio de 2024
9.629 entradas vendidas para la novillada, según datos de la empresa
Brindo la final de la novillada Cénate las Ventas, a mis amigos de piedra Pepe y Ricardo porque sin ellos, para mí esta fiesta no sería lo mismo. Gracias por el máster que nos dais tanto de la vida como de los toros en la andanada del tres.
Roberto Lucas Pérez no tuvo que intervenir (desconozco si es jurado del certamen)
Hoyos se cenó a sus compañeros, pero Navas se marchó con la barriga llena
Ganadería
Talavante (1º, 3º y 5º) y El Freixo (2º,4º y 6º). Novillada mal presentada, fea y desigual. Los animales pasaron por el peto del caballo casi sin picar. Novillos que no dieron juego en la muleta y con poca transmisión en la faena. Los novillos de Talavante y El Juli pasaron totalmente desapercibidos en una final que pedía ejemplares exigentes. Encaste Domecq.
Terna:
Valentín Hoyos (de lila y oro): baja/ tres pinchazos, caída y descabello
Fabio Jiménez (de tabaco y oro): dos estocadas que hacen guardia y descabello/ trasera y caída
Mario Navas (de verde botella y oro): tres pinchazos y cuatro descabellos/ contraria y tres descabellos
En el cuarto novillo, el banderillero Juan José Domínguez se desmonteró por un par, que más que por la estética y la buena colocación, los espectadores aplaudieron porque sobrevivió del susto.
“En tercera posición ha quedado Fabio Jiménez, en segundo lugar, Valentín Hoyos y el ganador es Mario Navas”, se escuchó por el altavoz una vez finalizada la final del certamen de Cénate Las Ventas. El público respondió con un bullicio ensordecedor y con decenas de almohadillas en el albero en señal de protesta. Hoyos demostró más que el resto de sus compañeros, pero Navas logró convencer al jurado. Un cuarto de entrada en la piedra en una tarde calurosa en la que los protagonistas, los novillos, no se emplearon nada en el caballo y prácticamente no dieron el juego a los jóvenes novilleros.
El triunfador para la afición fue Valentín Hoyos, pero para el jurado fue Navas. El de verde botella, de un toreo con corte más clásico, dejó detalles de buen gusto, pero no supo redondear una faena con novillos de escaso trapío, pero con algo de gracia. En su primero lo tuvo difícil con un rival que no le iba a entregar el premio a cualquier precio. Comenzó la faena de rodillas, pero vio que las carencias del animal de cuatro patas. Lo intentó con la mano derecha pero no transmitía nada al tendido, aunque dejó señales de poder con un toreo vertical. El novillero pucelano pinchó en numerosas ocasiones y su faena se emborronó. Sonó un aviso. Con su segundo, Navas estuvo algo mejor, sin destacar de manera sobresaliente, con el de El Freixo que se fue sin picar y que apenas humillaba en el albero. Lo intentó por arriba, por abajo, de rodillas y de pie, pero solo consiguió un par de naturales por el lado derecho con poca emoción.
Hoyos comenzó con la noche con un primer novillo de Talavante que era noble, serio y humillador, aunque le faltaba algo de fuerza en los riñones. Hoyos estuvo correcto, templado y muy buen colocado. Dejó un buen toreo al natural que dejó al público el apetitito de querer seguir viendo al diestro salmantino. Sonó un aviso. Con el cuarto, de nombre Niñero, Hoyos no se encogió y volvió a dejar detalles en la arena. Realizó varias tandas de naturales que provocó que la plaza rompiera en olés. Con la muleta dibujó en el aire buenos trazos, pero el novillo, algo humillador, no tenía casta ninguna.
El peor de la tarde fue Fabio Jiménez. Algo tan claro como que el ganador era Hoyos. Jiménez, algo despegado con su primero, hizo demasiado larga una faena a un novillo de nula emoción. Su toreo no decía nada y el público era consciente de ello. Con la espada hizo dos veces guardia y sonó dos avisos. Con el segundo más de lo mismo. El diestro riojano repitió una faena tediosa y sin emoción. El de Talavante no pasó apenas por el peto, descastado y blando como el pan de molde. Algo se justificó poniendo voluntad, pero no estaba inspirado. Tuvo un animal por explotar que se fue sin torear.
Estando presente, el matador Diego Urdiales, a la salida de la plaza, afirmó a los aficionados que el trofeo era de Hoyos. Ahí está el nivel de “la primera plaza del mundo”.
Guillermo Calvo
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