Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo. Corrida de toros.
“Navarro destacó en la tarde”
A pesar del pronóstico de lluvia 9.793 espectadores, según la empresa, acudieron al coso venteño. El ganado lidiado de Valdellán, encaste Santa Coloma en la línea ibarreña, llenó de aficionados el tendido y la grada del 7. Su juego variado contentó a unos pero defraudo a otros. Vino con romana la corrida y algunos fueron aplaudidos de salida. Unos se dejaron pegar en el caballo, otros mansearon, el tercero fue devuelto por falta de fuerzas, hecho que despistó a algunos sectores de la plaza que no se enteraron de lo que ocurría solo cuando vieron los cabestros en el ruedo. En su lugar se corrió un sobrero de Los Maños, del mismo encaste. El cuarto debió seguir el mismo camino ya que fue más notable su invalidez. Salvo el quinto, al encierro el faltó casta y fuerza, le sobró mansedumbre y nobleza. El cuarto fue pitado en el arrastre. Alejandro Mora recibió la confirmación de manos de Antonio Ferrera. El torero recibió los 3 avisos en el toro de su confirmación y le echaron el toro al corral.
Terna:
Antonio Ferrera. De grana y oro. Aviso antes de entrar a matar, estocada baja que hizo guardia perdiendo la muleta, pinchazo y estocada. 2º aviso. Aplausos. En el cuarto estocada muy baja. Silencio.
David de Miranda: De sangre de toro y oro. En el tercero pinchazo y estocada desprendida. Silencio. En el quinto media caída y descabello. Aviso. 3 descabellos, se echó el toro, el puntillero lo levantó saliendo herido del embroque. 2º aviso. Se volvió a echar el toro y el puntillero acertó por detrás, cuando estaba a punto de sonar el 3º aviso. Silencio.
Alejandro Mora (Confirmación): De blanco y oro. Recibió los 3 avisos en el toro de su confirmación después de varios intentos con el acero y el verduguillo. En el sexto dos pinchazos y estocada casi entera y desprendida. Silencio. En el sexto dos pinchazos y estocada casi entera. Silencio.
Presidente: D. José María Fernández Egea.
Devolvió el tercero después del tercio de banderillas. Sin embargo no quiso sacar el pañuelo verde en el cuarto, ante un astado de evidente invalidez, por tal motivo el público le envió una sonora protesta.
Suerte de varas:
Los piqueros continúan en su línea. Castigan trasero, en algunas ocasiones sin medida, continúan tapándoles la salida y ahora han incluido otra modalidad, inventada por Miguel Atienza: ”La carioca”. Cierto que algunos toros mansearon en el caballo pero no para castigarlos de esa manera, reservada para toros mansos de solemnidad.
CUADRILLAS.
Ángel Otero tuvo que desmonterarse al parear al segundo de la tarde. En esta ocasión fue un premio excesivo, ya que en el primer par no reunió en la cara del toro. En el segundo hubo más verdad. Miguelín Murillo estuvo aseado durante la lidia del segundo de la tarde.
TORO A TORO
David de Miranda: De sangre de toro y oro. En el tercero pinchazo y estocada desprendida. Silencio. En el quinto media caída y descabello. Aviso. 3 descabellos, se echó el toro, el puntillero lo levantó saliendo herido del embroque. 2º aviso. Se volvió a echar el toro y el puntillero acertó por detrás, cuando estaba a punto de sonar el 3º aviso. Silencio.
Alejandro Mora (Confirmación): De blanco y oro. Recibió los 3 avisos en el toro de su confirmación después de varios intentos con el acero y el verduguillo. En el sexto dos pinchazos y estocada casi entera y desprendida. Silencio. En el sexto dos pinchazos y estocada casi entera. Silencio.
Presidente: D. José María Fernández Egea.
Devolvió el tercero después del tercio de banderillas. Sin embargo no quiso sacar el pañuelo verde en el cuarto, ante un astado de evidente invalidez, por tal motivo el público le envió una sonora protesta.
Suerte de varas:
Los piqueros continúan en su línea. Castigan trasero, en algunas ocasiones sin medida, continúan tapándoles la salida y ahora han incluido otra modalidad, inventada por Miguel Atienza: ”La carioca”. Cierto que algunos toros mansearon en el caballo pero no para castigarlos de esa manera, reservada para toros mansos de solemnidad.
CUADRILLAS.
Ángel Otero tuvo que desmonterarse al parear al segundo de la tarde. En esta ocasión fue un premio excesivo, ya que en el primer par no reunió en la cara del toro. En el segundo hubo más verdad. Miguelín Murillo estuvo aseado durante la lidia del segundo de la tarde.
TORO A TORO
1º Bilbaíno: N. 24. 613 kg. Cárdeno estrellado. En el primer embroque con el caballo se dejó pegar, el picador le hizo la carioca. En la segunda vara no se entregó en la pelea y salió suelto. Escaso de fuerzas y noble.
2º Mirasuelos N. 29. 593 kg. Negro bragado meano. En la primera vara no se empleó, le tapó la salida. En la segunda entrada fue recibido con un castigo en los bajos y aunque rectificó el piquero, le zurró con ganas. No se empleó en el caballo y a la muleta llegó con poco recorrido.
3º Peinador. N. 65. 620 kg. Ensabanado sucio. En la primera vara hizo una fea pelea y sin fijeza. En la segunda no se entregó y el piquero se limitó a sujetarlo. Llegó a la muleta sin recorrido.
4º Pies de plomo. N. 2. 629 kg. Cárdeno oscuro. En la primera entrada no se empleó y en la segunda fue castigado bajo, el animal se dejó pegar y el piquero le tapó la salida.
5º Navarro. N. 46. 606 kg. Negro bragado meano estrellado. En la primera entrada salió huyendo del peto al sentir el hierro. En la segunda entrada lo castigó sin compasión, le tapó la salida, el toro empujó pero sin mucha fijeza. En la tercera entrada volvió a arrearle a la mansedumbre encastada del animal.
6º Mirasuelos. N. 0. 620kg. Negro bragado meano. Acudió suelto al montado y el picador se agarró bien. El toro salió suelto de la pelea. En la segunda vara hizo una pelea de manso y volvió a salir suelto.
Crónica:
La tarde ofreció detalles que los matadores no vieron o no quisieron ver. Deben perder la noción del tiempo cuando toman la muleta. El caso es que se ha impuesto que los espectáculos sean interminables y aburridos por falta de contenido. Es la tauromaquia moderna, y esta puede incluir desconocimiento de la lidia, la necesidad de triunfo de algunos matadores… Aunque creo que hoy los neo-aficionados no permitirían una corrida con una duración de hora y media como antaño, por ejemplo.
A Alejandro Mora le devolvieron el toro de su confirmación al corral al recibir los tres avisos. No acertó a matar y como la faena la prologó demasiado, no encontró los recursos con el acero para despenar a su enemigo. La escasez de fuerzas con que llegó a la muleta el animal, hizo que al comienzo de faena el toro acudiera al engaño con la cara alta, hecho que el matador trató de corregir bajándole la mano y someterlo por bajo. El poco recorrido debido a la falta de fuerzas, algo que pudo comprobar de salida ya que al recibirlo de capote el toro echaba las manos por delante, hizo que el torero prolongara la faena intentando agradar al público con solo voluntad, pero se le complicó la espada y ya conocen el resultado. Con la lección recibida, al sexto le costó fijarlo de salida, recibiendo muchos capotazos. Con la muleta lo sacó a los medios sometiéndolo por bajo, pero su labor tanto por el derecho como por el izquierdo careció de interés para los presentes, el animal no transmitía nada y la muleta del torero tampoco.
Pero llegó el turno del director de lidia, un torero experimentado con los años de alternativa que comenzó luciéndose con el capote pero su enemigo llegó a la muleta con nobleza y poco recorrido, que Ferrera consiguió lucirse alargando la embestida con temple y maneras, pero en la faena también hubo enganchones que impidieron que su labor rayara a más altura. Pero amigos, llegó la hora de la verdad, y en esta ocasión la hora de la verdad fue el tiempo que empleó durante la faena y la presidencia le envió el primer aviso antes de usar el acero. Después de una estocada baja perdiendo la muleta y que hizo guardia, volvió a entrar a matar, recibiendo el segundo aviso. Seguro que el matador quiso consolidarse con su compañero de terna y transmitirle: que le echen un toro al corral le puede pasar a cualquier. Mal ejemplo, matador. El cuarto no le dio opción al lucimiento con el capote. Con la muleta no consiguió lucirse debido a su invalidez. Lo pasó por alto para evitar que su enemigo rodara por el albero. El problema es que dadas las condiciones del toro, prolongó la faena, intento ponerse bonito a la vez que los tendidos le recriminaban su apuesta por la supuesta provocación. Otro mal ejemplo para el toricantano, matador.
David de Miranda le tocó lidiar con la única devolución de la tarde. Al ejemplar de Los Maños, logró templar algunos capotazos a pesar de su corto recorrido. Después de brindar al público, sacó a su enemigo a los medios con muletazos templados. El toro no se entregó en la pelea y cuando acudía al engaño lo hacía con poco recorrido. No hubo toro, no hubo faena que destacar. Destacó en su labor no recibir ningún aviso. Navarro apareció en el ruedo enterándose de todo. Le apretó de salida y el torero tuvo que sacárselo para fuera. Con la muleta lo sacó a los medios sin bajarle la mano a pesar que su enemigo acudía con la cara por las nubes. Cuando se centró bajándole la mano el toro descolgaba mostrando que tenía mucho que torear y había desarrollado sentido. Alargó mucho la faena y recibió dos avisos. El toro se echó pero aún en la arena vendió cara su muerte y el puntillero tuvo que visitar la enfermería. El tercer aviso estuvo a punto de adornar la tarde, poniendo un punto negro en la carrera del fino torero de Trigueros y un mal ejemplo para la fiesta y su compañero de terna.
Mal ejemplo dieron los compañeros a Alejandro Mora, con tanto aviso por medio, después para llevarse vacíos los esportones de los trofeos. La próxima vez recuerden: “hora y media”.Se evitarán sobresaltos.
©Pepeíllo.
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