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domingo, 1 de octubre de 2023

Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo

Corrida de toros. Despedida de El Juli

“Tarde deprimente y de triunfalismo desbordado”

Reseña

Se anunciaron 4 toros del Puerto de San Lorenzo y dos de La Ventana del Puerto, 1º y 2º. Ganaderia procedente de la línea Atanasio Fernández, Lisardo Sánchez y como viene siendo habitual, remendada con los dos encastes de la casa. Que decir del comportamiento del ganado, Mansearon en todas las suertes, se dejaron torear mostrando nobleza a la vez que blandura, la casta y la bravura no entraría en el precio.

Terna:

Uceda Leal: De. Púrpura y plata. Estocada baja y trasera. Saludos desde el tercio. En el cuarto estocada baja y descabello. Silencio.

El Juli. De berenjena y oro. Estocada trasera y caída. Aplausos tras petición minoritaria. Estocada. Dos orejas..

Tomás Rufo. De azul y oro. Estocada baja y 5 descabellos. Silencio. En el sexto estocada baja entrando fuera de cacho. Oreja.

Presidente: D. Eutimio Carracedo Pastor.

Concedió la segunda oreja a El Juli en el quinto inmerecida. Pero el presidente se contagio del triunfalismo y no quiso desilusionar a un público que caldeó el ambiente desde el comienzo de la corrida con el único propósito de sacar a su torero por la Puerta Grande. No debió doblegarse ante la pañolada de los tendidos, la decisión de concederla era suya, demostrando que seguimos con un palco triunfalista que paso a paso va dejando huella para que así sea el futuro de la fiesta. ¡Una pena!

Cuadrillas y otros.

Tarde de “No hay billetes” y de temperatura calurosa. .Al finalizar el paseíllo El Juli recibió una ovación cerrada en su despedida de Las Ventas.

Los toreros de plata brillaron a un buen nivel destacando en el tercero los banderilleros Sergio Blanco y Fernando Sánchez, que tuvieron que desmonterarse. Algunos de sus compañeros no se arrugaron en ningún momento ante los mansos de la ganadería salmantina.

Comentarios:

El Juli se despedía de Las Ventas y fue suficiente para que el público del clavel y los aficionados ocasionales llenaran de afición el coso. De afición triunfalista, se entiende. No cabía otra opción, o El Juli salía por La Puerta Grande o se armaba la “Gorda”. El presidente no lo pensó y concedió el segundo trofeo. Los aficionados de temporada tuvieron que abandonar el coso, sumidos en la vergüenza de haber asistido a un espectáculo deprimente y que por desgracia no es puntual e irreversible el rumbo que ha tomado la fiesta camino de la vulgaridad.

Madrid no ha tenido nada en contra del torero madrileño, solo que los aficionados que han sido testigos de lo que ha ofrecido, no ha entrado nunca en sus gustos, y a estas alturas, no se puede cambiar, se torea como se siente, y se siente con el arte de torear. Nada más. Otro asunto es el daño que consciente o no, se le ha hecho a la fiesta, con el agravante que sabe hacerlo mejor que lo que ha venido mostrando en su carrera.

El Juli se encontró en su primero con Resistemucho. El diestro lo recibió templando las primeras embestidas al capote. En el caballo hizo una fea pelea y salió suelto las dos veces que acudió, sin colocar en suerte. Lo intentó el torero en el quite pero el astado volvió a salir suelto. En el último tercio tuvo que someterlo, para fijarlo y el animal mostró signos de blandura, continuando con muletazos a media altura, hecho que restó a la faena la calidad que exigía el triunfalismo de los presentes. El quinto se llamaba Faraón. El animal tampoco pudo lucirse en el caballo, en la primera entrada hizo una fea pelea y perdió las manos, y en la segunda el picador se limitó a marcar el castigo aunque trasero y el toro salió suelto. En la faena de muleta continuó mostrando mansedumbre y poca fuerza, El maestro de Madrid, citó con el pico por delante y fuera de cacho, y así basó su faena en las dos primeras tandas. Al natural el toro no quiso colaborar con el torero en la medida que le exigía Un solo detalle del maestro sirvió para que plaza rompiera en un clamor. Estaba clara la intención. El animal no valía un duro pero la voluntad del torero levantó los clamores de los tendidos. La estocada fue arriba pero con el borrón del “Julipie” incluido. Y se levantó la borrasca del delirio. El torero salió en volandas camino de la calle de Alcalá en hombros de los aficionados ocasionales y también de los del clavel. Los aficionados frotándose los ojos incrédulos de lo que veían.

Uceda Leal abría el cartel como es preceptivo en estos casos. El primero de su lote de nombre Caraalegre, salió enterándose de todo, En la primera entrada al caballo se dejó pegar pero empujando con un pitón. En la segunda no se entregó, salió suelto y perdió las manos. Pero no era día de protestas. Era día de fiesta. En la muleta Uceda lo sometió por bajo con trincharazos hondos y templados, continuando con la derecha citando sin descomponer la figura. El toro se dejaba torear pero comenzó a quedarse corto en las embestidas. Lo intentó al natural y consiguió dos naturales largos y templados, pero su labor no llegó a lo tendidos del triunfalismo. El cuarto se llamó Cuba y desde su salida comenzó a buscar el regreso a la dehesa y cuando el torero intentó someterlo con el percal se rajó. ¡Esto del Puerto…! En el caballo salió huyendo y se encontró con el picador que tapaba puerta y allí intentó saldar sus cuentas, pero de nuevo salió huyendo En una palabra, un “manso pregonao”. Con la muleta el matador después de intentar someterlo, decidió tomar el acero.

En tercer lugar salió Sombrio, y Tomás Rufo consiguió templar algunas verónicas. El burel recibió un mal castigo por parte de los piqueros y en el primero derribó. El torero lo puso frente al reserva, ya que no conseguían levantar al caballo. En querencias el animal apretó pero sin fijeza. El animal no dejó sus preferencias por las querencias y cuando acudía al engaño se defendía y soltaba la cara Rufo consiguió una tanda acompañando la embestida de su enemigo y rematada con un largo pase de pecho templado. En otra tanda por el derecho consiguió llevar al toro prendido en la pañosa. En el toreo al natural le faltó colocación y al ser recriminado por la afición le hizo un desplante fuera de lugar. El torero no aprovechó las condiciones que le ofreció su enemigo. El sexto fue un manso en el caballo y en la muleta se dejó torear. Su nombre era Picador. En la primera entrada acudió suelto, es norma establecida no colocar a los toros en suerte, el picador marró y el toro salió suelto. En la segunda entrada lo castigó trasero, es habitual también, y salió suelto. Lo recibió de hinojos con la muleta y volvió a salir suelto de la pelea. Lo volvió a intentar y lució unos muletazos templados. Ofreció una tanda de derechazos cerrada con un buen pase de pecho que casi fue un circular. El toro se fue apagando y cuando lo intentó al natural su enemigo no se entregó, había dado lo que tenía, incluso fue tan generoso que le ofreció un apéndice al torero. .

De esta manera finalizó el esperpento que llenó de indignación a los aficionados que abandonaron el coso sintiendo vergüenza de haber sido testigos de un espectáculo como este, falto de rigurosidad y lo más importante, de toreo..

©Pepeíllo.

domingo, 27 de mayo de 2007

San Isidro 2007 17ª: Ni un solo quite

26-5-2007

Cuatro Toros de El Torreón: Encaste D. Juan Pedro Domecq. Dos, 2º y 4º de Torrestrella. 1 sobrero de La Martelilla, corrido en tercer lugar. Encaste Marqués de Domecq.

  • Serafín Marín:: Estocada en los bajos. Silencio con benevolencia. Estocada hasta la cruz que cae redondo el toro. Tímidos aplausos.
  • Matías Tejela: Pinchazo hondo atravesado saliéndose de la suerte. Silencio. 2 pinchazos, media baja y 2 descabellos. Silencio benevolente.
  • Eduardo Gallo: Pinchazo sin soltar, estocada que rueda el toro como una peonza. Saludos desde el tercio. Estocada caída casi entera, tendida y 1 descabello. Silencio.
Preside la corrida D. César Gómez Rodríguez..

Para cualquier neófito en materia taurina el título de esta humilde crónica no sería nada significativo, pero para cualquiera aficionado que sepa de que va este mundillo y que no haya asistido a la corrida, lo mínimo que sentiría es pena por dos motivos. El primero y fundamental, por la situación de la fiesta. El segundo, por el sopor que tuvieron que aguantar los aficionados que asistieron a esta corrida. Es llamativo que una ganadería que el año pasado dio pena ver salir a sus toros al albero de esta plaza(1), repita este año para demostrar que su ganadería está en horas bajísimas y que necesita una selección más escrupulosa de sus astados para evitar que vaya llenado las plazas de este país de inválidos como los de ayer.

Los espadas tampoco estuvieron a la altura de sus nombres toreros, ya que no fueron capaces de demostrar sobre la arena ni un solo detalle que hiciera honor a su nombre, porque excepto las estocadas de Serafín Marín a su segundo y la de Eduardo Gallo a su primero, la tarde transcurrió en una soporífera monotonía. Lo que parece tan simple como es poner al toro en suerte al caballo, ayer fue un cúmulo de despropósitos. Ninguno de los espadas estuvo acertado en colocarlo, y si uno lo hacía mal, el siguiente peor. Eduardo Galo llegó a poner al tercer toro casi debajo del caballo y el piquero va y coloca la puya en la paletilla. Demencial. No sería justo si no reflejara que el primero de la tarde empujó con clase la primera vez que entró al caballo, pero el piquero se encargó de estropear la suerte tapándole la salida. Un compañero suyo, de la cuadrilla de Matías Tejela, después de citar toreando con el caballo a su enemigo, segundo de la tarde, va y marca la puya en los bajos las dos veces que entró el toro al caballo.

De capote, ni un triste quite, vamos, ni lo intentaron. Y en lo referente a las labores de muleta hay que destacar el buen toro que dejó escapar Eduardo Gallo en su primero, un sobrero de La Martelilla. Comenzó sin fe para aguantar las embestidas de su enemigo y terminó perdiéndole pasos entre cada muletazo y toreando fuera de cacho, vamos, como si estuviera en cualquier otra plaza de la geografía española, y no es que en los demás cosos no sepan de que va esto, es simplemente que el público triunfalista asistente es mayoría y poco tienen que hacer los aficionados que exigen que el toro salga al ruedo con sus características de fiereza que hay que dominar toreando, y no como la mayoría, que salen en un estado cadavérico para ser la comodidad de las figuras de turno.

Serafín Marín está muy bajo, se le vio sin sitio y sin esa casta que él suele sacar a relucir y que le ha aunado al lugar que ocupa en el escalafón. Esperemos que se recupere mentalmente de este bache, toreros como él son necesarios. A Matías Tejela le tocó en suerte un enemigo que llegó a la muleta con una embestida muy corta y junto a la escasez de fuerzas, el toro lo único que hacía era defenderse y ante este material el torero lo único bueno que hizo fue abreviar. Su segundo, otro invalido de la ganadería titular que no valía un euro, y que debía haber devuelto el Usía, llegó a la muleta dejándose torear, pero el coleta no intentó bajarle la mano, toreó fuera de cacho y perdiendo pasos entre pase y pase, es decir el antitoreo, impropio de un coleta que actualmente está pisando la frontera donde se encuentran las figuras. Dio la impresión que toro y torero habían hecho un pacto de no agresión.


(1) La plaza con la supuesta mejor feria del mundo, pero desde hace algún tiempo en entredicho.