viernes, 5 de octubre de 2012

4 de Octubre 2012: Esto es lo que hay

Feria de Otoño. Primera de feria.

Ganadería: 4 novillos de El Cortijillo y 2, 1º y 5º, de Alcurrucén. Ambos encastes Núñez, línea Rincón.

Terna:
  • Gómez del Pilar: Azul y oro. Pinchazo, y bajonazo de escándalo, saliéndose de la suerte. Silencio. Metisaca y estocada tirándose a los bajos sin piedad en la suerte contraria. Silencio.
  • Luis Gerpe: Grana y oro. Estocada al paso que hace rodar a su enemigo. Silencio. Metisaca y dos pinchazos, el segundo atravesado y .aviso. Dos descabellos. Silencio.
  • Gonzalo Caballero: Metisaca y bajonazo trapacero. Silencio. Estocada trasera. El burel se marcha a morir a las tablas del 5. Silencio.

Presidente: D. Manuel Muñoz Moreno. No hubo problemas dignos de mención en la actuación del presidente, solamente recibió protestas de los aficionados al cambiar el tercio de varas en el quinto al considerar que el novillo no había sido picado. 

Suerte de varas: Los seis novillos se fueron sin picar. Algunos mostraron blandura, y varios de ellos mansearon escandalosamente, saliendo sueltos de los montados, como el tercero, el cuarto y el sexto. No hubo necesidad de algunos de los picadores les taparan la salida y los picaran trasero, pero lo tienen ya metido en los genes que no saben o no quieren hace las cosas bien. Es vergonzoso y la culpa la tienen los toreros que los contratan, ya que seguramente ellos son los primeros beneficiados de las agresiones que reciben los animales castigándolos de esta manera. Lo que no deben ser conscientes, tanto unos como otros, es el mal que hacen a la fiesta permitiendo este tipo de atropellos por estos indocumentados individuos.

Cuadrillas y otros: Dentro de la vulgaridad que sacaron a relucir todos los toreros que se vistieron de luces, ocurrieron detalles en el ruedo que no debemos dejar pasar. Un ejemplo: a los banderilleros se les nota lo que van a hacer en cuanto se colocan en la cara del toro para ejecutar la suerte. Los hay que se dejan ver en la colocación de los rehiletes, y cuando los colocan salen andando de la cara del toro, sin embargo otros, salen huyendo de su enemigo que casi llegan a quemarse la zapatillas corriendo. Ayer ningún novillo tuvo un comportamiento para que algunos toreros de plata actuaran con esas precauciones, pues, aun así, salían de la cara del toro despavoridos. El miedo es libre y cuando les pagan sus emolumentos debía ser libre y que cobrasen en función de sus resultados. Los toreros de plata que intentaron lucirse fueron, Fernando Sánchez y Daniel Alonso de las Heras, que pusieron unos pares de banderillas que reclamaron la atención del público sacándolos del sopor que estaban soportando, sacando de sus manos los aplausos con los que sueña cualquier profesional que se viste de luces. Todos los demás dieron la impresión de apostar para ver quien lo hacía peor. La novillada, en líneas generales, estuvo bien presentada, salvo el segundo que era muy cómodo de cabeza y el quinto, que fue protestado por falta de trapío. Lo que ocurrió con este novillo es que era muy largo, y posiblemente este hecho diera una imagen distorsionada de su trapío. Lo que sorprendió a los aficionados fue las características del cuarto novillo, fuera de tipo, mas en la línea de Barcial que de Núñez. Los ganaderos sabrán los cruces que han llevado a cabo en su ganadería, lo que si está claro es que si ellos no han dicho la verdad sobre los enjuagues, este novillo los ha dejado la descubierto.

Los novilleros que actuaron en esta corrida son la crema del escalafón y lo único que consiguieron es que los aficionados salieran de la plaza lamentándose por el futuro de la fiesta. Comentaban que si estos novilleros y con los novillos que les tocaron en suerte no habían sido capaces de sacar de los tendidos ni una simple ovación, que harán cuando se enfrenten al toro, ese que pide el carnet de matador. Cierto que los bureles mansearon en el caballo y que alguno de ellos llegó a la muleta con las fuerzas justas, pero todos se dejaron torear y se fueron al desolladero con las orejas puestas. Ninguno fue capaz ni tan siquiera de poner a los tendidos en desacuerdo en cuanto a su actuación. Fueron seis silencios que ensombrecieron los ánimos de los aficionados. Si esto es lo mejor del escalafón, apaga y vámonos. Ya metidos en cifras, no hubo ni un simple aplauso dirigido a las coletas. Algunos de ellos brindaron la faena supongo que con el propósito de arrancar de los tendidos los únicos aplausos que iban a recibir. Luis Gerpe, en el segundo de la tarde, se atrevió a brindar la faena y el público la rechazó con protestas, su enemigo no reunía las condiciones que exige un brindis.

El sexto fue el único que sacó algo de casta, mansa, pero casta y Gonzalo Caballero no pudo con él. En cuanto que intentaba el toreo, bien con la derecha o con la izquierda, el novillo lo desbordaba. Todos sin excepción llevaron a cabo el toreo que aburre a los tendidos, fuera de cacho, sin ligar, rectificando terrenos entre muletazos y cuando conseguían embarca a su enemigo en la muleta lo remataban para fuera en lugar de recogerlo en la cadera. Lamentable. Hubo algunos novillos que se toreaban solos, como el primero, y el torero ni se enteró. El único que recibió con la muleta a sus toros con unos lances con torería fue Gonzalo Caballero, en el tercero y en sexto, pero todo quedo en ilusión, su primero según transcurría la faena se fue rajando por su condición de manso. En el sexto la faena estuvo adornada solamente con trapazos.

©Pepeíllo.

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