Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo Corrida de toros.
Ganadería
6 toros de Juan Pedro Domecq. Al sexto el presidente lo mando a los carrales por haberse lastimado una mano durante la lidia. En su lugar se corrió un sobrero de Parladé. El segundo, tercero y sexto fueron aplaudidos en el arrastre. En cuanto a la presentación al primero le salvó la cara, pero sin rematar, el segundo justo de trapío, el tercero sin rematar, el cuarto feo de hechuras y el quinto sin trapío. El juego que dieron en general fue bueno.
Terna:
- Finito de Córdoba. De nazareno y oro. Estocada caída, trasera y tendida y dos descabellos tras aviso. División de opiniones. Metisaca y estocada baja y trasera tirándose a los bajos, y dos descabellos. Silencio.
- Alejandro Talavante. De bermellón y oro. Cuatro pinchazos y estocada caída y atravesada. Tímidos aplausos. Dos pinchazos y estocada. Aviso. Vuelta al ruedo.
- Daniel Luque. De marino y oro. Estocada caída y algo trasera. Aviso y dos descabellos. Oreja protestada. Pinchazo, aviso y estocada baja saliéndose de la suerte. Aplausos.
Presidente: D. Trinidad López-Pastor Expósito.
Devolvió el sexto al haberse lastimado una mano durante la lidia. Por lo demás, el público solicitó la oreja a Luque en el tercero, después de dos pinchazos y una estocada baja y atravesada y el presidente no pudo con la presión de los espectadores triunfalistas. Así está el público de generoso.
Suerte de varas:
- Delineante. 512 Kg. En la primera vara acudió suelto al caballo, se defendió en la pelea y salió suelto. En la segunda vara el picador se limitó a marcar el castigo. Manso, blando y un burro toro en la muleta.
- Embestido. 534 Kg. En la primera entrada se dejó pegar y el piquero le tapó la salida. En la segunda apretó con fijeza. Cumplió en el caballo y se marchó al desolladero sin torear-
- Destajoso. 518 Kg. No le castigó el montado en la primera vara y salió suelto. En la segunda se arrancó de largo, no fue castigado y perdió las manos. Manso en el caballo y en la muleta ha estado por encima del torero
- Historiador. 578 Kg: Se dejó pegar con fijeza y salió suelto. En la segunda vara empujó pero no fue castigado. Manso que no ha transmitido nada a los tendidos.
- Ballenito. 528 Kg: En la primera entrada al caballo empujó sin clase y en la segunda no fue castigado. Mansote que sirvió para la muleta
- Atrevido. 563 Kg. En la primera vara empujó dejándose pegar. La vara fue larga y metió los riñones. En la segunda el picador se limitó a marcar el castigo. El toro cumplió tanto en el caballo como en la muleta y sin marchó al desolladero sin torear.
Cuadrillas y otros:
Lleno en tarde primaveral. Con los rehiletes se desmonteraron Juan José Trujillo en el segundo y A. Neiro y José Luis Neiro, en el tercero. En el segundo fue aplaudido el picador Manuel Cid.
Comentarios:
Esta tarde no entendí casi nada de lo que ocurrió en el ruedo. Digo casi nada porque lo único claro es que Finito de Córdoba nunca debió encararse con los aficionados que le criticaron su labor en el segundo de su lote, una labor insulsa y falta de contenido, donde se vio que el torero vino a hacer caja. También debería plantearse en no volver a esta plaza, pero seguramente el año próximo volverá para evitar a las figuras la responsabilidad de abrir el cartel. Lo que no llegué a entender fue que el público salió ayer de la plaza emocionado con las faenas de Talavante y de Luque.
No la entendí ya que el torero extremeño en su primero se dejó ganar la partida por su enemigo, un toro con transmisión que llegó a la muleta dejándose torear y eso fue precisamente lo que no hizo el torero. Cierto que lo recibió en el anillo de la plaza con la flámula en la izquierda pero a su toreo le faltó temple y cadencia a pesar que el animal metía la cabeza como un carretón. En redondos al toro le faltó recorrido y el torero no consiguió prolongarle la embestida. Volvió al toreo al natural pero en esta ocasión con las triquiñuelas de citar fuera de cacho, ese toreo que tanto entusiasma al público festivalero. A su segundo un toro justo de trapío se marchó al desolladero sin torear y con las orejas puestas. El torero comenzó la faena de hinojos en el centro del ruedo, haciendo uso de un tremendismo improvisado para poder salir airoso de la cara del toro al no poder hacerlo toreando. Al natural nunca ajustó su muleta a la embestida de su enemigo, donde en los remates le tocaba la muleta. Y lo más importante, colocándose en la oreja de su enemigo. Si hay que calificar la improvisación, de acuerdo, pero no olvidemos que eso puede ser un detalle que adorne la labor del torero pero nunca tomarlo como faena. Una serie de naturales vulgares cerrados con un gran pase de pecho, pero vuelvo a lo mismo, lo importante eran los naturales el pase de pecho, como fue el circular invertido, son complementos que pueden servir para adornar una buena serie pero nunca como faena. Esa fue mi interpretación. A pesar de estas diferencias, no he visto a Talavante que mostrara la disposición de otras temporadas.
Daniel Luque es un torero que apunta pero no dispara. Ayer en su primero lo demostró de nuevo, el toro no fue picado y le exigió al torero lo que éste no pudo darle. En lugar de someterlo por bajo, lo recibió por estatuarios y al tercer envite se lo echó a los lomos sin consecuencias, eso seguramente levantó los sentimientos de muchos espectadores, pero no confundamos los términos. El torero estuvo muy por debajo de su enemigo, ya que metía la cabeza como un carretón y la muleta de Luque en ningún momento mostró la disposición para ganar la partida al animal. Al final tiró de repertorio y sacó a relucir las luquesinas, que contribuyeron en gran medida para que su faena fuera premiada con la única oreja de la tarde, pero dejemos muy claro que el toro se fue sin torear. En su segundo y después de brindárselo a su compañero Talavante, comenzó con series de redondos todos al hilo del pitón y escondiendo la pierna contraria, pero en esta plaza, como en casi todas, lo importante es que el toro pase por la muleta, como se coloque el torero, eso es lo de menos. El toro se vino arriba y el matador construyó la faena descomponiendo la figura y su enemigo le punteaba cuando remataba los muletazos. La faena fue de más a menos, pero eso tampoco importó a los espectadores, pero al fallar con la espada libró a sus incondicionales de solicitar los trofeos de su enemigo, hecho que hubiera significado salir por La Puerta Grande, y el triunfo del sentimiento de muchos de los asistentes. Hecho que siento no compartir.
©Pepeíllo.
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