Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo Corrida de toros.
6 toros de Victorino Martín, encaste Marqués de Albaserrada. Variada de presentación, algunos ejemplares fueron protestados. En general mansos, descastados y blandos,. El segundo, cuarto, quinto y sexto, fueron pitados en el arrastre..
Terna:
- Manuel Jesús, El Cid. Único espada. De nazareno y oro.: Metisaca en los bajos que basta. Silencio Estocada casi entera y tendida. Silencio. Pinchazo sin soltar y estocada caída y tendida. Silencio. Estocada y tres descabellos. Bronca. Media estocada caída y trasera y tres descabellos Bronca. Pinchazo trasero y dos descabellos. Bronca.
Presidente: D. Julio Martínez Moreno.
No estuvo afortunado el presidente cuando tuvo que decidir en el cuarto toro el cambio de tercio en banderillas. La cuadrilla no conseguía colocar cuatro palos al parado bruto, y el presidente en un alarde de generosidad hacia unos toreros que no se merecían tal nombre, cambio el tercio cuando el toro tenía solo tres palos, saltándose el reglamento a la torera. Si el presidente no cumple con la normativa vigente no esperaran los aficionados que lo hagan los taurinos.
Suerte de varas:
- Murrieto. 514 Kg. Se dejó pegar pero el piquero lo castigó en los bajos. En la segunda marró el picador y le castigó. El toro no se empleó. El toro cumplió en el caballo y en la muleta.
- Petrasquista 504 Kg. En la primera entrada no se empleó En la segunda vara el piquero marró y el toro no se empleó ni fue castigado. Manso y complicado en la muleta.
- Platirrino. 510 Kg. En la primera vara entró suelto y la segunda al relance. No se empleó yen el quite se quedaba corto en la embestida. En la segunda vara entró al relance y no se empleó y salió suelto. Manso y descastado.
- Mojonero. 546 Kg: En la primera vara el picador lo picó en los bajos el bruto se dejó pegar y salió suelto. En la segunda también lo castigó en los bajos y no rectificó tapándole la salida. Manso y descastado.
- Corretón. 566 Kg: Acude al caballo al relance y salió suelto. En la segunda no se entregó y volvió al salir suelto. Manso y descastado.
- Mentorillo. 527 Kg. Acudió suelto al picador de reserva, el toro se defendió y le tapó la salida. En la segunda se arrancó de largo y el picador marcó arriba y midió el castigo. Manso y encastado que se rajó en la muleta.
Cuadrillas y otros:
Una vez finalizado el paseíllo, el público premió la gesta del torero con una cerrada ovación. En esta ocasión ni el torero ni los toros consiguieron llenar la plaza, quedando algunos huecos en los altos de los tendidos del cinco y del seis. La tarde fue calurosa de sol y los aficionados fueron subiendo el tono de sus protestas, ya que a partir del tercer toro la corrida comenzó a ponerse cuesta arriba, siendo testigos de un espectáculo bochornoso, donde los protagonistas fueron el ganado y los toreros que tuvieron la osadía de vestirse de luces para denigrar a la fiesta con su labor. Los antitaurinos solo tienen que esperar el derrumbe de estos espectáculos, los profesionales que viven de ella le darán la puntilla.
Daré algunos detalles. La suerte de varas, en otra de las corridas denominadas toristas, prácticamente no existió, pocos toros se pusieron en suerte, entrando al relance y en el peor de los casos marchándose sueltos al picador de reserva. Los que lo hicieron, fueron mal picados o convirtieron esta suerte en una pantomima. El único torero del castoreño que estuvo a la altura de su profesión, fue Tito Sandoval en el sexto, mostrando con ello que cuando se quiere se puede. El público le ovacionó al abandonar el albero. En el cuarto y quinto toro los toreros de plata volvieron a ofrecer un espectáculo lamentable en la suerte de banderillas, no hubo manera de que le colocaran los cuatro palos reglamentarios. En el cuarto hasta perdí la cuenta las veces que tuvieron que pasar delante de la cara del toro, creo que fueron siete, el presidente tuvo que cambiar el tercio con solo tres palos en el morrillo del animal.
Comentarios:
Venir a una corrida con seis toros es una aventura, sobre todo si el torero no tiene la variedad para entretener al público, y El Cid no lo es, posee una mano izquierda poderosa, pero lleva varias temporadas que no encuentra el sitio que necesita una figura de sus características, y menos para encerrarse con seis toros. La apuesta fue valiente, pero ayer perdimos todos. Perdió credibilidad el torero y el ganadero mostró también la cruz de su ganadería. Como decía un aficionado próximo a mi localidad: la empresa sabría lo que compró.
A su primero le hizo una faena con altibajos, por el pitón derecho el animal metía bien la cabeza, pero el torero no se acopló, y al natural a pesar de no perderle pasos, no se cruzó en ningún momento.
El segundo llegó a la muleta con peligro y en cuanto el torero se destapaba se le colaba y según avanzaba la faena el toro le costaba acudir al engaño.
Al tercero lo recibió en los medios con unos redondos al hilo del pitón y cuando se echó la muleta a la izquierda no remató ningún muletazo por bajo, muestra inequívoca de su poca confianza. El toro no tuvo recorrido y fue sosote en la muleta.
En el cuarto y ante un bruto que venía avisado por la lidia recibida, el torero no estuvo a la altura de las exigencias de su enemigo.
Al quinto, que acudía al engaño con la cara alta se limitó a quitarle las moscas de la cara, aptitud que enervó al público.
El sexto se limitó a medir las embestidas y a rebañar cuando acudía al engaño, y lo único que hizo fue defenderse.
©Pepeíllo.
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