Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo. Corrida de toros
Ganadería:
4 Toros de Núñez del Cubillo, encaste en la línea Domecq con predominio del marqués de Domecq, y 2 del conde de Mayalde, 4º y 6º, encaste Juan Pedro Domecq, Francisco Medina y algo de Contreras.
Terna:
- Sebastián Castella: De azul pavo y oro. Bajonazo tras aviso. Silencio. Cinco pinchazos, aviso, y estocada trasera y tendida. Silencio benevolente.
- Alejandro Talavante: De rojo pasión. Dos pinchazos y media estocada baja. Silencio. Estocada trasera y desprendida. Oreja.
- Roca Rey: De verde oliva. Estocada caída y trasera. Aviso. División de opiniones cuando saluda. Estocada delantera tirándose por derecho, metiéndose entre las defensas de su enemigo. Dos orejas y salida por La Puerta Grande.
Presidente: D. Trinidad López-Pastor Expósito.
El público enardecido por la faena festivalera de Roca Rey al sexto, obligó al presidente a conceder al torero peruano los dos trofeos del sexto toro. El presidente sin hacer uso del derecho que le concede el reglamento taurino, concedió la segunda oreja. Con este hecho convirtió de nuevo a este coso en el esperpento de la tauromaquia, haciéndole un daño irrecuperable a la fiesta. El Tercero fue un inválido impropio para la lidia, a pesar de esto, permitió su lidia. ¿En beneficio de los espectadores o de la empresa?. Es la duda que originó esta decisión. Muy mal, presidente.
Suerte de varas:
- Tortolito. 537 Kg: Acudió suelto al caballo las dos ocasiones y el piquero se limitó a marcar el castigo. El toro mansote, blando y de nobleza excesiva. Pitado en el arrastre,
- Aguaclara. 522. Kg. En ambas entradas al caballo empujó sin clase y salió suelto. En la primera le tapó la salida y no lo castigó. Blando en exceso y muy noble, no fue castigado en varas
- Pesadillo. 524 Kg: En ambas entradas al caballo el animal no llegó ni a sangrar. Blando rayando la invalidez y muy noble, demasiado para transmitir emoción a los tendidos.
- Atrevido. 506 Kg: Al picador se le partió la vara e intentó picar con el palo astillado. ¡Qué clase mostró el picador! En la segunda entrada el burel hizo una fea pelea. El toro blando. Pitado en el arrastre.
- Tramposo. 591 Kg: Se dejó pegar en la primera vara. En la segunda no fue picado. El toro manso encastado, presentó dificultades en la faena de muleta.
- Buzonero. 515 Kg. En la primera entrada el piquero lo castigo bajo y salió sin fijeza. En la segunda recibió un picotazo, por decir algo. Manso que ha transmitido peligro a los tendidos.
Cuadrillas y otros:
Presenció la corrida el padre del Rey desde un balconcillo de toriles. Los toreros Roca Rey y Castella les brindaron sus primeros toros. Otra corrida remendada, y van… Tarde soleada y primer lleno de la feria, aunque no se llegó a colocar el cartel de: “No hay Billetes”. Confirmó la alternativa Roca Rey de manos de Sebastián Castella. El quinto y a la salida del caballo arrolló al torero de plata Juan José Trujillo sin consecuencias.
Comentarios:
La corrida iba por el camino de la vulgaridad, ya que los toreros no habían encontrado en los toros la horma de sus muletas. Animales llegados de la dehesa con un exceso de nobleza y escasísimos de fuerza. Las figuras es lo que exigen a los ganaderos y estos se limitan a cumplir órdenes. Dicen algunos de los saben sobe la crianza del toro, que después de la excesiva nobleza, al servicio de los maestros figurones, suele aparecer en la ganaderías el genio y la mansedumbre, entonces los toreros figuras, comienzan a abandonar sus preferencias y buscan en otros mercados ganaderos el toro que encaje a su corte torero.
Pero apareció el quinto de la tarde y en lugar de la borreguez supina que habían mostrado sus hermanos de camada, sacó a relucir genio y casta que suele llevar consigo la sangre de la mansedumbre. Talavante no estuvo en un principio a la altura de lo que exigía su enemigo, comenzó la faena doblándose con él y lo desarmó por dos veces. El torero lo intentaba pero no encontraba la firmeza que su enemigo exigía. Después de una lidia con muchos altibajos, donde el toro transmitió a los tendidos que no era una pera en dulce, consiguió entender a su enemigo por el pitón izquierdo, sacándole unas tandas de naturales que llegaron a los tendidos, hasta tal punto que muchos aficionados llegaron a emocionarse con la labor del torero. Yo no llegué a tal extremo, me gustaron las series de naturales, pero entendí que el torero pacense no esturo a la altura de lo que le exigió su enemigo, ya que necesitó casi diez minutos en darse cuenta que el pitón bueno del toro era el izquierdo.
Por su parte, Roca Rey se encontró en el sexto un toro hecho a su medida, es decir, un ejemplar que transmitió a los tendidos algo de peligro y que permitió que el torero con una faena populista y tremendista, falta de contenido y llena de muletazos inconexos, vulgarmente denominados mantazos, cautivó a los tendidos que con sus jaleos convertidos en olés, lo llevaron hasta la puerta del éxito, abriendo por primera vez en la feria y en corridas de toros, La Puerta Grande. Después de esto, cualquier esperpento que ocurra en Las Ventas, no lo pondré en duda, ya que el toreo de verdad, tiene cada día menos cabida. Soy enemigo de las comparaciones, pero en esta ocasión no puedo dejar en el tintero un comentario de un espectador, donde decía que, después de estos regalos, que le tendrían que haber dado a Paco Ureña en su última comparecencia. Dicho queda.
Sobre Sebastián Castella, nadie entendió la postura del torero francés. Estuvo pero no estuvo, se le esperaba pero no compareció. Es decir, que anduvo por el ruedo y sus dos enemigos se marcharon al desolladero sin que el torero encontrara el sitio que marca el ser una figura del torero y que su condición hizo que la plaza se llenara de espectadores.
No dio para más la tarde. Esperemos que la corrida de mañana pase por el tribunal veterinario y se lidia completa.
©Pepeíllo
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