FERIA SAN ISIDRO 2019
Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo
18ª de Feria. Corrida de toros.
“Calidad y poca cantidad”
Ganadería
Se lidiaron 6 toros de la ganadería de Alcurrucén ganadería `procedente del encaste Rincón en la línea de Núñez. De variada presentación. Ofrecieron un juego donde predominó la mansedumbre. El sexto mostró blandura.
Terna:
- David Mora: De Corinto y oro. Estocada trasera y tendida librándose milagrosamente de la cornada, y 4 descabellos. Silencio. En el cuarto, pinchazo y estocada. Silencio.
- Paco Ureña: De rosa y oro. Pinchazo, aviso, bajonazo infame y estocada muy baja. Silencio. Pinchazo recibiendo y estocada hasta los gavilanes algo caída. Oreja.
- Álvaro Lorenzo: De azul turquesa. Estocada en los lomos y descabello. Silencio. .Estocada caída que vale. Silencio.
Presidente: D. José Magán Alonso.
Sin problemas en sus decisiones.
Suerte de varas:
- Manchego: 556 Kg. Negro listón bragado meano. En la primera vara se dejó pegar, en la segunda mostró su condición de manso, repuchándose en el peto.
- Tratante: 594 Kg. Negro listón. En la primera entrada manseó, y cuando volvió a acudir al caballo recibió un picotazo, saliendo suelto de la pelea, signo evidente de su mansedumbre.
- Cumbrero : 569 Kg: Berrendo en negro. Manseó repuchándose y el piquero le tapó la salida. En la segunda entrada no se empleó y salió suelto. Manso sin paliativos.
- Cornetillo. 571 Kg: Negro listón. Hizo una pelea de manso y salió suelto. En la segunda entrada le costó acudir al caballo y después para no emplearse, dada su condición de manso.
- Gaitero: 603 Kg: Negro listón. Salió suelto y nadie en el ruedo lo paró. Se marchó al picador de reserva haciendo una pelea desigual ya que el piquero le tapó la salida. Ya en el caballo de contraquerencias, el piquero le recetó un picotazo. Las condiciones del animal fueron de manso.
- Alcaparro: 532 Kg. Castaño chorreado bragado meano. Las dos veces que acudió al caballo mostró mansedumbre. En la segunda entrada debió encontrar en la música del estribo aliciente para continuar manseando.
Cuadrillas y otros.
En tarde de calor, en la plaza quedó poco cemento vacío, registrándose casi un lleno.
En el capítulo de quites, Ureña hizo su quite en el primero por gaoneras y le respondió David Mora con la ejecución de la misma suerte. El pique entre los toreros siempre es beneficioso para la fiesta.
Hay toreros de plata que son una garantía para la fiesta. En esta ocasión se lucieron en el tercio de banderillas, Ángel Otero en el primero, el cual tuvo que desmonterarse e Iván García en el cuarto. También se lucieron en el tercero, El Puchi y Alberto Zayas.
En el primero de la tarde, David Mora brindó su faena al miembro de su cuadrilla Ángel Otero.
En el sexto y durante la lidia del segundo tercio fue arrollado El Puchi, que pudo continuar la lidia.
Comentarios:
Dicen los que saben de esto que el libro de los gustos está en blanco para que cada uno anote sus preferencia. Cierto, pero ayer, aparte de los gustos en la interpretación del toreo, pudo observarse la diferencia que hay entre dar muletazos y torear. Son dos conceptos muy distintos, uno englobado en lo que llaman el toreo 2.0, el otro, el clásico, donde los toreros para ejecutarlo deben colocarse en el sitio donde los toros emiten sentencia para el triunfo o el fracaso, y en peor de los casos, la cornada.
Ayer en el quinto Paco Ureña eligió el toreo clásico y dio un recital de clasicismo donde primó la calidad en lugar de la cantidad. Los olés de su corta faena resonaron con fuerza. Los muletazos fueron los justos, y el torero pudo recrearse en la ejecución de los trincherazos que fueron premiados con olés ensordecedores. Pena que pinchara en su intento de matar recibiendo, ya que tenía, a mi entender, las dos orejas en el esportón.
Por otro lado, tanto David Mora como Álvaro Lorenzo no tuvieron su tarde. David Mora recibió a su primero con unos estatuarios seguidos de unos muletazos que hicieron abrigar esperanzas sobre la recuperación del torero que buena falta le hace a la fiesta. Pero su labor se fue diluyendo a través de unos naturales sin acoplarse y cuando volvió a la mano derecha el animal comenzó a quedarse corto en sus embestidas, dando al traste con las posibles intenciones de agradar. Se tiró a matar por derecho y el toro lo encunó entre los pitones, dejando a los tendidos sin respiración. En su segundo lo sacó a los medios mostrando unas intenciones de no saber cómo comenzar la faena. Estuvo deambulando por el ruedo sin encontrar la manera de hacerle frente a su enemigo, que tampoco tenía que ofrecerle mucho, como se pudo comprobar, ya que en unos muletazos bajándole la muleta el toro perdió las manos. Utilizó el toreo al natural como medida de escapa a sus indecisiones, pero sin llegar a los tendidos
Álvaro Lorenzo por su parte fue el torero que decidió dar a sus faenas la cantidad. Su primero no transmitió nada, pero el matador toledano no fue capaz de sacar de su muleta algo distinto que no fuera el toreo vulgar. Cuando comprobó que su labor no llegaba a los tendidos decidió tomar el acero. En su segundo tuvo una virtud, las intenciones de su enemigo anduvieron buscando las tablas desde el primer muletazo, el torero lo mantuvo en los medios, pero realizando un toreo de bajos vuelos, sin mostrar en el toreo al natural algo que no fueran trapazos, tratando de dar un protagonismo al “pegapasismo”. Ese no el camino, joven torero.
©Pepeíllo.
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