Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo
Corrida de toros
“Un presidente con doble rasero”
Ganadería
Se lidiaron 6 toros de la ganadería de Montalvo, de procedencia Juan Pedro Domecq Díez, en las líneas de Zalduendo y Daniel Ruiz. Excepto el tercero, que se vino arriba en banderillas, mansos en el caballo, nobles y algunos flojos, como el primero que perdió las manos durante la lidia y fue pitado en el arrastre. El segundo tampoco fue para tomar ejemplo de fuerza, blandeó y fue protestado. El cuarto un manso de libro, encontró la muleta de Luque que lo lució en la boca de riego.
Terna:
- Daniel Luque. Estocada caída en la suerte natural. Saludos desde el tercio. Estocada en todo lo alto. Petición y vuelta al ruedo.
- López Simón: Pinchazo y estocada desprendida. Aviso. Saludos desde el tercio. Estocada que vale y aviso. Silencio.
- Álvaro Lorenzo: Estocada atravesada. Silencio. Estocada trasera y tendida. Oreja.
Presidente: D. Ignacio Sanjuán Rodríguez.
El presidente tuvo sus luces y sus sombres. Luces al no conceder la oreja a Daniel Luque ya que la petición no fue mayoritaria. Sombras al no devolver el primero, un inválido que fue arrastrando las manos por el albero desde que apareció en el ruedo. El segundo fue protestado por falta de fuerzas y decidió mantenerlo en el ruedo. Al conceder la oreja a Álvaro Lorenzo en el sexto y negársela en el primero a Luque, utilizó un doble rasero. El usía se arrodilló ante la petición del respetable sin ser mayoría. Otra sombra que escribió en su palmarés fue cambiar el tercio de banderillas en el sexto con solo tres palos.
Cuadrillas y otros.
Se celebró el primer festejo de la Feria de San Isidro, donde el coso venteño registró tres cuartos de aforo. Terminado el paseíllo se guardó un minuto de silencio al cumplirse ayer el centenario de la muerte del torero valenciano, Manuel Granero, corneado mortalmente en la plaza de la Carretera de Aragón, actual Palacio de los Deportes.
En el sexto los toreros de plata, Curro Javier y Víctor Cañas, dieron un recital de incompetencia en el tercio de banderillas al entrar seis veces a parear y sólo dejar tres palos. El toro recortaba por ambos pitones y esperaba a la presa, pero ambos toreros acuñan en su haber la experiencia necesaria para haber solventado el problema con dignidad. Raúl Caricol se lució en un par en el primero de la tarde, asomándose al balcón y Andrés Revuelta en el tercero, donde fue muy aplaudido al parear a su enemigo.
Comentarios:
Daniel Luque no defraudó. Mostró oficio en sus dos enemigos, en el primero de nombre Calabrés, un inválido que debió ser devuelto, comenzó la faena con unos ayudados por alto, continuando con muletazos con mucha suavidad pero sin bajar la mano, por las condiciones de su enemigo El cuarto de la tarde, de nombre Atleta, buscó la salida desde su aparición en el ruedo. Acudiendo a todo lo que se movía para saliendo suelto en todos los embroques. En la faena de muleta el torero de Gerena consiguió fijarlo en el anillo de la plaza y allí le pudo sacar todo lo que el animal no estaba dispuesto a dar, mostrando una capacidad lidiadora encomiable. El único pero, es que prolongó la faena demasiado con las luquesinas, recibiendo un aviso y un enfriamiento en los tendidos.
El primero de López Simón, de nombre Maniático, mostró poco celo al recibirlo de capote. En el caballo hizo una fea pelea y perdiendo las manos cuando se empleaba. El torero de Madrid intentó lucirse, pero se olvidó que una cosa es torear y otro muy distinto dar pases, eso sí con la pierna contraria escondida. A esto se le unió la nobleza de su enemigo hecho que restaba mérito a la faena. Al prolongar la vulgaridad de su labor recibió un aviso. En el quinto, de nombre Tarambano, intentó el tremendismo recibiéndolo desde la boca de riego con el pase cambiado, pero ahí terminó la emoción que aportó a su toreo, que pasó inadvertida, recibiendo un aviso.
Él único animal que saltó a la arena con vitola de toro encastado fue el tercero, de nombre Lírico, aunque en el caballo solo se dejó pegar. Lorenzo comenzó la faena de muleta sometiéndolo por bajo, pero le dio unos muletazos por alto, y a la casta hay que hacerle las cosas muy bien. El torero estuvo digno, pero de ahí no pasó. Tanto en el toreo al natural como en redondo, le tocaba la muleta y lo desarmó dos veces, presentándole complicaciones que el toledano no supo solventar. En el sexto, de nombre Cartero, los banderilleros dieron un sainete, a pesar de ello, el toro metía la cabeza en el capote de Andrés Revuelta para colocarlo en suertecon mucha nobleza. La faena de muleta la basó al natural. Al comienzo lo arrolló y el torero se rehízo del revolcón. Fue una faena de altibajos. El torero estuvo por encima de un enemigo que tenía poco recorrido en las embestidas. El usía premio su labor con una oreja.
©Pepeíllo.
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