“A Ainara, para que germine en sus venas la afición de su abuelo Carlos”.
Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo
Corrida de novillos
“La nobleza por castigo”
Ganadería
Se lidiaron 6 novillos de la ganadería de Los Maños, procedencia Santa Coloma en la línea de Joaquín Buendía, Bucaré y Pablo Mayoral. Defraudó en parte el ganado. Blando, noble en exceso y algunos mansearon y se dolieron en banderillas. En el caballo dieron un juego variado pero sin llegar a emocionar a los tendidos. Los novilleros perdieron la oportunidad de lucirse ante la nobleza de sus enemigos, limitándose a practicar el toreo moderno. Una pena. El primero, segundo y cuarto, fueron aplaudidos en el arrastre.
Terna:
Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo
Corrida de novillos
“La nobleza por castigo”
Ganadería
Se lidiaron 6 novillos de la ganadería de Los Maños, procedencia Santa Coloma en la línea de Joaquín Buendía, Bucaré y Pablo Mayoral. Defraudó en parte el ganado. Blando, noble en exceso y algunos mansearon y se dolieron en banderillas. En el caballo dieron un juego variado pero sin llegar a emocionar a los tendidos. Los novilleros perdieron la oportunidad de lucirse ante la nobleza de sus enemigos, limitándose a practicar el toreo moderno. Una pena. El primero, segundo y cuarto, fueron aplaudidos en el arrastre.
Terna:
- Carlos Domínguez. En el primero pinchazo hondo y estocada trasera. Aviso. Silencio. En el cuarto estocada muy atravesada y 7 descabellos, recibiendo un aviso. Silencio. Tuvo que despenar al quinto por cogida de su compañero durante la faena de muleta. Aplausos.
- Arturo Gilio: En el segundo estocada atravesada. Aviso. Saludos desde el tercio en el único que mató.
- Guillermo García Pulido: En el tercero estocada baja que vale. Silencio. En el sexto estocada caída. Silencio.
Presidente: D. Víctor Oliver Rodrígue.
Se limitó a marcar los tiempos de los tercios.
Cuadrillas y otros.
La plaza registró media entrada en una tarde casi veraniega. Los tres novilleros hicieron su presentación en Las Ventas. En el quinto y al rematar la faena de muleta, fue arrollarlo el novillero Arturo Gilio que tuvo que ser trasladado a la enfermería por su cuadrilla.
Los toreros de plata se limitaron a cumplir en sus labores, destacando José Luis Alonso y Manuel izquierdo en el tercio de banderillas del primero. En el sexto se lució en un par Jesús Arruga. En el segundo Fernando del Toro se lució corriendo al novillo a una mano. En el quinto y durante la lidia se lució Juan José Domínguez, templando las acometidas bondadosas de su enemigo. En esta ocasión Fernando Sánchez pasó desapercibido.
Comentarios:
Se esperaba más del juego que ofrecieron los pupilos del honrado ganadero maño José Luis Marcuello, ya que la casta no circuló por sus venas. Lo que trajo a Las Ventas estuvo marcado por la nobleza de sus embestidas y en una ganadería con la vitola de Santa Coloma sorprendería a muchos aficionados. Pero lo decepcionante fue la actuación de los tres novilleros, que se encontraron con un ganado para haberlos encumbrado hacía el triunfo, y se limitaron a pegar pases como si cobraran por la cantidad y no por la calidad. Una verdadera pena que se marcharan los bureles al desolladero, primero sin torear y lo más grave para ellos, con las orejas puestas. Los dos primeros de la terna, Carlos Domínguez y Arturo Gilio, mostraron más oficio pero Guillermo García Pulido evidenció una falta de rodaje y eso que, como dije, los novillos no sacaron la casta que se esperaba de ellos.
A Carlos Domínguez le tocó la lotería en su primero pero olvidó cobrar el premio. Ante un novillo de lujo, de nombre Saltacancelas, que no se cansó de embestir, se limitó a dar muletazos al hilo y rematados para fuera, como dije, la cantidad ante la calidad. En el cuarto, de nombre Secretario, que dio buen juego en el caballo y le arrearon de lo lindo, acudía al engaño con nobleza, pero el aspirante a matador de toros se limitó a extraer de su muleta un toreo vulgar.
El mejicano Arturo Gilio se encontró en su primero a un astado que manseó en el caballo pero en la muleta no quiso ser menos que sus hermanos y acudía a la pañosa del matador haciendo el avión, pero el novillero no quiso enterarse de lo que tenía delante. Eso sí, no olvidó rematar la faena con unas bernardinas que no venían a cuento. Es malo traer las faenas preconcebidas desde el hotel. En el quinto y ante un blando animal de nombre Tostadino, lo recibió de hinojos y el animal se derrumbó en la arena, sin embargo en el toreo serio, de pie, metió la cara de lujo, y el torero consiguió una tanda de redondos aseada y tuvo detalles cuando se echó la muleta a la izquierda, .Al rematar la faena con unas manoletinas le arrolló el novillo y tuvieron que retirarlo a la enfermería.
Se limitó a marcar los tiempos de los tercios.
Cuadrillas y otros.
La plaza registró media entrada en una tarde casi veraniega. Los tres novilleros hicieron su presentación en Las Ventas. En el quinto y al rematar la faena de muleta, fue arrollarlo el novillero Arturo Gilio que tuvo que ser trasladado a la enfermería por su cuadrilla.
Los toreros de plata se limitaron a cumplir en sus labores, destacando José Luis Alonso y Manuel izquierdo en el tercio de banderillas del primero. En el sexto se lució en un par Jesús Arruga. En el segundo Fernando del Toro se lució corriendo al novillo a una mano. En el quinto y durante la lidia se lució Juan José Domínguez, templando las acometidas bondadosas de su enemigo. En esta ocasión Fernando Sánchez pasó desapercibido.
Comentarios:
Se esperaba más del juego que ofrecieron los pupilos del honrado ganadero maño José Luis Marcuello, ya que la casta no circuló por sus venas. Lo que trajo a Las Ventas estuvo marcado por la nobleza de sus embestidas y en una ganadería con la vitola de Santa Coloma sorprendería a muchos aficionados. Pero lo decepcionante fue la actuación de los tres novilleros, que se encontraron con un ganado para haberlos encumbrado hacía el triunfo, y se limitaron a pegar pases como si cobraran por la cantidad y no por la calidad. Una verdadera pena que se marcharan los bureles al desolladero, primero sin torear y lo más grave para ellos, con las orejas puestas. Los dos primeros de la terna, Carlos Domínguez y Arturo Gilio, mostraron más oficio pero Guillermo García Pulido evidenció una falta de rodaje y eso que, como dije, los novillos no sacaron la casta que se esperaba de ellos.
A Carlos Domínguez le tocó la lotería en su primero pero olvidó cobrar el premio. Ante un novillo de lujo, de nombre Saltacancelas, que no se cansó de embestir, se limitó a dar muletazos al hilo y rematados para fuera, como dije, la cantidad ante la calidad. En el cuarto, de nombre Secretario, que dio buen juego en el caballo y le arrearon de lo lindo, acudía al engaño con nobleza, pero el aspirante a matador de toros se limitó a extraer de su muleta un toreo vulgar.
El mejicano Arturo Gilio se encontró en su primero a un astado que manseó en el caballo pero en la muleta no quiso ser menos que sus hermanos y acudía a la pañosa del matador haciendo el avión, pero el novillero no quiso enterarse de lo que tenía delante. Eso sí, no olvidó rematar la faena con unas bernardinas que no venían a cuento. Es malo traer las faenas preconcebidas desde el hotel. En el quinto y ante un blando animal de nombre Tostadino, lo recibió de hinojos y el animal se derrumbó en la arena, sin embargo en el toreo serio, de pie, metió la cara de lujo, y el torero consiguió una tanda de redondos aseada y tuvo detalles cuando se echó la muleta a la izquierda, .Al rematar la faena con unas manoletinas le arrolló el novillo y tuvieron que retirarlo a la enfermería.
El primero que le tocó en suerte a Guillermo García Pulido, de nombre Confitero, a pesar de mansear en el caballo, en la muleta le permitió todo lo que el novillero quiso hacer. Muletazos por alto, por bajo, el animal iba de largo en los embroques y con mucha nobleza, pero el torero no se acopló con él. Le deseo que olvide este mal trago que le hizo pasar su enemigo al marcharse al desolladero con las orejas puestas. El sexto, de nombre Justiciero, se derrumbó en la primera tanda de muletazos, con todo y con eso, acudió al engaño con nobleza y el torero llegó a entusiasmar a un grupito de espectadores que le mostraron su fidelidad durante toda la faena.
©Pepeíllo.
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