Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo
Corrida de toros
“La encerrona fue a Ureña”
Ganaderías
Se lidiaron seis toros de distintas ganaderías. La Ventana del Puerto, Domingo Hernández, Adolfo Martín, José Vázquez, Juan Pedro Domecq y Victoriano del Rio. El quinto fue devuelto a los corrales y en su ligar se corrió un sobrero del Conde de Mayalde. Ganado impresentable. Varios de ellos protestados por falta de trapío, y lo que llevaban dentro ni para carne de matadero. Algunos de ellos fueron pitados en el arrastre.
Terna:
Devolvió el quinto en el tercio de banderillas casi obligado por las protestas de los aficionados, lo que se puede interpretar que en esta ocasión jugó a empresario.
Cuadrillas y otros.
El coso venteño registró una buena entrada para ser testigos de la encerrona que le tenían preparada al torero de Lorca. En el tercio de banderillas del tercero de la tarde, los profesionales encargados de esta labor cantaron la gallina. El problema no fue que necesitaran pasar por la cara del toro cuatro veces para colocar 4 palos, es que el animal, un manso con aviesas intenciones por el pitón derecho de Adolfo Martín, le enseñaron lo que no debían. Para vestirse de luces hay que tener por lo menos profesionalidad y valor para ponerse delante de un toro. En Esta ocasión y a pesar de las dificultades que el “adolfomartín” le presentó al torero, los enemigos del torero salieron acompañándoles del hotel. ¡Vivir para ver!
Comentarios:
Lo que puede cambiar una preposición en una frase: No es lo mismo, “La encerrona de Ureña”, que “La encerrona a Ureña” Tenía mis dudas que la corrida cumpliera las expectativas que los aficionados habían puesto en ella. De lo que no dudé un momento fue de la profesionalidad y entrega que saliera de los engaños del maestro Ureña. Los argumentaré con datos. Este torero, fiel a sus valores desde que comenzó a vestirse de luces, de no engañar a nadie que pague una entrada, esta temporada se ha visto excluido de todas las ferias importantes que se han celebrado hasta la fecha. Como nadie conoce los motivos de esta exclusión y como los despachos de los gestores continúan sin abrir las ventanas para expulsar de ellos la sordidez que se cuece a diario en ellos por los gestores-empresarios y a la vez ganaderos, que controlan este negocio, y la prensa tampoco cuenta lo que ocurre dentro, el aficionado se ve desamparado de la realidad que debería adornar la fiesta.
Pero ha sido siempre así, y lo que me extraña es que continúen sorprendiéndonos estos hechos. La verdad que ha manado en el toreo de Ureña ha sido siempre molesta para la jerarquía que controla este tinglado, como ha ocurrido con otros toreros de otras épocas, ya que han puesto en evidencia el negocio de las mentiras que envuelve el arte que muestran y que seguirán mostrando las figuras, donde los periodistas de nómina escribirán casi en letras de molde sus gestas. Pero a los aficionados no es fácil engañarlos, lo harán con suma facilidad a los espectadores del alcohol, pero cuando sale el toro, este continúa colocando a cada uno en su sitio, y con Ureña, al no pertenecer a ningún clan de apoderamiento, no han contado con él.
Ayer fue otro episodio del fracaso de la fiesta. El murciano intentó engancharse al carro de las ferias con una gesta, una gesta que los que se encontraban en los despachos solicitarían a la providencia, cada uno implorando con sus creencias, que fuera un fracaso. Y casi lo consiguen, pero apareció en el ruedo el quinto, un sobrero del conde de Mayalde y de nombre Hortelano, un toro que nadie vio en él lo que el murciano le sacó. Fue un toro manso, blando y noble. pero se alinearon dos astros, uno la honradez del torero y otro la lluvia, bendita lluvia que aparte que nos da el pan de los campos, puso en Ureña una entrega que consiguió sacar a su enemigo lo que no tenía y refrescó los ánimos de los presentes, en especial de esos tendidos tan peculiares que son el 5 y 6. Las nubes ensombrecieron el ruedo, pero los focos alumbraron los ojos de los espectadores que a falta de honradez en los despachos, vieron una luz en el torero que puede alumbrar la salida del desastre en que se encuentra la fiesta. Y según lo visto, nadie va a tirar la primera piedra para sacarla de este miserable estado. En vista de los resultados, los ganaderos trajeron lo que sobraba en sus dehesas y los empresarios, a lo suyo, a hacer caja y cuanto antes mejor, no vayamos que con el nuevo pliego de la plaza, tengan que hacer las maletas
Supongo que la prensa tendrá ya un culpable para este desaguisado. ¡Los aficionados! ¿Me equivoco?
Corrida de toros
“La encerrona fue a Ureña”
Ganaderías
Se lidiaron seis toros de distintas ganaderías. La Ventana del Puerto, Domingo Hernández, Adolfo Martín, José Vázquez, Juan Pedro Domecq y Victoriano del Rio. El quinto fue devuelto a los corrales y en su ligar se corrió un sobrero del Conde de Mayalde. Ganado impresentable. Varios de ellos protestados por falta de trapío, y lo que llevaban dentro ni para carne de matadero. Algunos de ellos fueron pitados en el arrastre.
Terna:
- Paco Ureña como único espada. De grana y oro. En el primero pinchazo hondo y dos descabellos. Silencio. Media estocada que fue suficiente. Saludos desde el tercio. En el tercero pinchazo y estocada tendida y atravesada. Silencio. En el cuarto tres pinchazos y estocada que rueda sin puntilla. Silencio. En el quinto estocada. Oreja. En el sexto pinchazo y estocada caída. Silencio
Devolvió el quinto en el tercio de banderillas casi obligado por las protestas de los aficionados, lo que se puede interpretar que en esta ocasión jugó a empresario.
Cuadrillas y otros.
El coso venteño registró una buena entrada para ser testigos de la encerrona que le tenían preparada al torero de Lorca. En el tercio de banderillas del tercero de la tarde, los profesionales encargados de esta labor cantaron la gallina. El problema no fue que necesitaran pasar por la cara del toro cuatro veces para colocar 4 palos, es que el animal, un manso con aviesas intenciones por el pitón derecho de Adolfo Martín, le enseñaron lo que no debían. Para vestirse de luces hay que tener por lo menos profesionalidad y valor para ponerse delante de un toro. En Esta ocasión y a pesar de las dificultades que el “adolfomartín” le presentó al torero, los enemigos del torero salieron acompañándoles del hotel. ¡Vivir para ver!
Comentarios:
Lo que puede cambiar una preposición en una frase: No es lo mismo, “La encerrona de Ureña”, que “La encerrona a Ureña” Tenía mis dudas que la corrida cumpliera las expectativas que los aficionados habían puesto en ella. De lo que no dudé un momento fue de la profesionalidad y entrega que saliera de los engaños del maestro Ureña. Los argumentaré con datos. Este torero, fiel a sus valores desde que comenzó a vestirse de luces, de no engañar a nadie que pague una entrada, esta temporada se ha visto excluido de todas las ferias importantes que se han celebrado hasta la fecha. Como nadie conoce los motivos de esta exclusión y como los despachos de los gestores continúan sin abrir las ventanas para expulsar de ellos la sordidez que se cuece a diario en ellos por los gestores-empresarios y a la vez ganaderos, que controlan este negocio, y la prensa tampoco cuenta lo que ocurre dentro, el aficionado se ve desamparado de la realidad que debería adornar la fiesta.
Pero ha sido siempre así, y lo que me extraña es que continúen sorprendiéndonos estos hechos. La verdad que ha manado en el toreo de Ureña ha sido siempre molesta para la jerarquía que controla este tinglado, como ha ocurrido con otros toreros de otras épocas, ya que han puesto en evidencia el negocio de las mentiras que envuelve el arte que muestran y que seguirán mostrando las figuras, donde los periodistas de nómina escribirán casi en letras de molde sus gestas. Pero a los aficionados no es fácil engañarlos, lo harán con suma facilidad a los espectadores del alcohol, pero cuando sale el toro, este continúa colocando a cada uno en su sitio, y con Ureña, al no pertenecer a ningún clan de apoderamiento, no han contado con él.
Ayer fue otro episodio del fracaso de la fiesta. El murciano intentó engancharse al carro de las ferias con una gesta, una gesta que los que se encontraban en los despachos solicitarían a la providencia, cada uno implorando con sus creencias, que fuera un fracaso. Y casi lo consiguen, pero apareció en el ruedo el quinto, un sobrero del conde de Mayalde y de nombre Hortelano, un toro que nadie vio en él lo que el murciano le sacó. Fue un toro manso, blando y noble. pero se alinearon dos astros, uno la honradez del torero y otro la lluvia, bendita lluvia que aparte que nos da el pan de los campos, puso en Ureña una entrega que consiguió sacar a su enemigo lo que no tenía y refrescó los ánimos de los presentes, en especial de esos tendidos tan peculiares que son el 5 y 6. Las nubes ensombrecieron el ruedo, pero los focos alumbraron los ojos de los espectadores que a falta de honradez en los despachos, vieron una luz en el torero que puede alumbrar la salida del desastre en que se encuentra la fiesta. Y según lo visto, nadie va a tirar la primera piedra para sacarla de este miserable estado. En vista de los resultados, los ganaderos trajeron lo que sobraba en sus dehesas y los empresarios, a lo suyo, a hacer caja y cuanto antes mejor, no vayamos que con el nuevo pliego de la plaza, tengan que hacer las maletas
Supongo que la prensa tendrá ya un culpable para este desaguisado. ¡Los aficionados! ¿Me equivoco?
Lo que nunca llegaré a entender fue el lanzamiento de almohadillas al ruedo comoocurrió en el quinto .
©Pepeíllo.
©Pepeíllo.
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