lunes, 15 de agosto de 2022

Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo

Corrida de toros.

“Otra tomadura de pelo”

Ganadería

Se lidiaron 6 toros de Fuente Ymbro. Procedencia Jandilla. Bien presentados, descastados, mansos y escasos de fuerza, Otra tomadura de pelo del ganadero gaditano. Salvo el segundo, que mostró nobleza, los demás dieron un juego impropio de lo que se puede esperar de un animal de su estirpe. El tercero y quinto fueron pitados en el arrastre.

Terna:

  • Jairo Miguel. De blanco y oro. En el primero de su lote, pinchazo hondo y descabello. Tímidos aplausos. En el cuarto estocada desprendida. Aplausos de su público.
  •  Ángel Sánchez: De marfil y azabache. Estocada en el primero de su lote. Silencio. En el quinto estocada que rueda sin puntilla. Oreja.
  • Adrien Saienc: De marfil y oro. Bajonazo trasero en el toro de su confirmación. Aplausos de sus incondicionales. En el sexto estocada desprendida que vale. Aplausos a la voluntad.

Presidente: D. Juan Francisco García González.

En el quinto no estuvo el presidente a la altura de aficionado. Concedió la oreja a Ángel Sánchez. Una oreja muy barata que vuelve a poner a la plaza a la altura de la mediocridad. Por lo demás los aficionados protestaron la blandura del tercero y del sexto, pero el usía no quiso tomar cartas en el asunto.

Cuadrillas y otros.

Tarde de mucho cemento vacío. En el quinto se tuvo que desmonterar Lipi al colocar dos buenos pares de banderillas.

Comentarios:

El ganadero gaditano regresó a Las Ventas sin que nadie encuentre una explicación, y como consecuencia, tanto Ricardo Gallardo como el empresario, volvieron a tomar el pelo a los aficionados.

De los tres matadores el único que mostró oficio fue Ángel Sánchez. En el quinto el público solicitó la oreja y el presidente muy generoso, premio una faena donde solo brilló la voluntad del matador. El torero recibió a Mestizo, con unas verónicas ajustadas. Fue lo único que vimos en toda la tarde en el manejo del percal. En la primera entrada al caballo derribó y en la segunda lo puso en suerte con unos galleos muy toreros. Al comienzo de faena el toro le dio un revolcón y ya se sabe, “revolcón, oreja al esportón” Le deseo que le sirva para remontar el vuelo al matador ya que mostró valor y firmeza ante un incierto animal aguantando las acometidas por el pitón derecho. El toro se rajó y solo quedó en el albero la voluntad del madrileño, pero para una oreja… El tercero de nombre Organillero, salió sin fijeza y así estuvo durante la lidia. No se empleó en la pelea con el piquero y se le protestó la blandura que mostraba en cada lance. En la faena de muleta el burel en lugar de presentar pelea, continuó buscando la salida de la dehesa, y en cuanto lo sometió por bajo, el manso se rajó. El madrileño abrevió y tomó el acero para transportarlo a un sueño eterno.

El torero francés, Adrien Salenc, recibió la confirmación de manos de Jairo Miguel, que le cedió la lidia de Comisario. Al recibirlo de capote el toro se quedaba corto e iba con las manos por delante. Su juego en el caballo fue de manso, defendiéndose y saliendo suelto en las dos entradas, marcando su mansedumbre en terrenos de nadie. El torero de Nimes comenzó la faena sacándolo a los medios pero con muletazos por alto, dándole a su enemigo la ocasión de defenderse con peligro. El torero se limitó a dar medios pases con voluntad y en uno de ellos lo lazó por los aires, sin consecuencias. El pupilo de Gallardo terminó rajándose y buscando el amparo de las tablas. El sexto, de nombre Impositor, en la primera entrada al montado empujó en el peto dejándose pegar pero en la segunda vara se repuchó y manseó. En el último tercio perdía las manos en cuanto le bajaba la muleta. El torero se llevó un revolcón al intentar sacar algo de un toro agarrado a la arena y que cuando embestía lo hacía con la cara alta e intentando rebañar lo que dejaba atrás.

El segundo de nombre Vivaracho, recibió un mal trato de parte del picador, lo castigó trasero y le tapaba la salida. Con la muleta Jairo Miguel dio unos redondos sin descomponer la figura, pero faltos de mando. El toro metía la cabeza con nobleza, pero el cacereño no encontró el punto en los encuentros con su enemigo. Por el izquierdo el animal se quedaba corto y nada pudo hacer. El sexto, de nombre Heráldico, fue aplaudido de salida, pero con esto terminó lo que el toro pudo ofrecer. Su juego con el montado no dejó nada para el recuerdo, solo que la primera entrada acudió al reserva, debido a la mala lidia recibida. Debido a su falta de fuerzas, el animal se defendía en la muleta, el torero le sacó algunos muletazos colocado al hilo y aprovechando el viaje de su enemigo. Al natural se quedaba corto y el matador volvió con la derecha para cumplir el expediente.

Nada más dio la tarde.

©Pepeíllo.

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