domingo, 4 de septiembre de 2022

Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo

Novillada concurso de ganaderías.

“El ganado dejó desiertos los premios”

Ganadería

Se anunciaron 6 novillos de distintas ganaderías. Los Bayones, encaste Atanasio-Lisardo, Alejandro Vázquez, procedencia Carlos Núñez-Domecq Solís, Montealto, encaste Luis Algarra Polea y El Ventorrillo, Toros de Brazuelas, encaste Domecq, Quintas, encaste Vicente Martínez y Pablo Mayoral, encaste Santa Coloma. El sexto fue devuelto por inválido y en su lugar se corrió un sobrero de Rekagorri. De variada presentación, mansos, descastado y blandos. Algunos llegaron a cumplir en el caballo, pero sin llegar a los tendidos. Lo mismo ocurrió con los picadores, ninguno se esmero en hacer las suertes con pulcritud. El primero fue muy protestado por dar muestras de descoordinación.

Dado el juego ofrecido por los astados, los tres premios, Mejor novillo, mejor picador y mejor lidiador quedaron desiertos.

Terna:

  • Rubén Fernández. De verde hoja y oro. Tres pinchazos y ocho descabellos tras aviso. Algunos pitos adornados con un benevolente silencio. En el cuarto estocada caída y desprendída tras aviso y 8 descabellos tras el segundo aviso. Silencio.
  • Alejandro Adame: De malva y oro. En el segundo, estocada caída y trasera. Vuelta al ruedo por su cuenta. En el quinto pinchazo, estocada en el brazuelo y aviso tras de un lamentable uso del verduguillo. Bronca.
  • Fernando Plaza: De malva y oro. En el tercero dos pinchazos y estocada saliéndose de la suerte, siendo arrollado sin consecuencias. Silencio. Silencio. En el sexto estocada desprendida, que valió Silencio.

Presidente: D. Eutimio Carracedo Pastor.

Nadie entendió por qué mantuvo en el ruedo al primero, un novillo descoordinado. Los aficionados mostraron su disconformidad, pero el palco se salto a la torera el reglamento, no solo en esto, también en la ejecución de la suerte de varas en este tipo de corridas. En fin, que no estuvo a la altura de la plaza. No es la primera vez que toma este tipo de decisiones, perjudicando a la fiesta y a los espectadores. En el sexto cambió el tercio de varas con dos entradas al caballo, el novillo pedía otra, pero nos quedamos con las ganas.

Cuadrillas y otros.

Floja entrada registró el coso venteño. Destacar que tuvo que desmonterarse Juan Carlos Rey al parear el cuarto de la tarde. También se notó la sobriedad de Julio López en los tercios de banderillas. El viento molesto por momentos a los toreros aunque no incidió en el resultado de sus faenas. En el quinto hubo un incidente entre el público y el ayuda de Alejandro Adame. Un sector de los tendidos critico la labor del torero al abreviar ante un enemigo sin posibilidad de lucimiento, y el ayuda hizo un gesto grosero. Los profesionales que viven de los espectáculos deben tener muy presente que el público tiene derecho a protestar aquello que no se ajuste a su consideración, siempre y cuando que no llegue al insulto personal, pero hay algunos protagonistas que creen que son las estrellas del firmamento, y la única estrella en estos casos es el que paga su localidad.

Comentarios:

Los novilleros no estuvieron a la altura a pesar de que los novillos no ofrecieron oportunidades de lucimiento. Rubén Fernández se encontró en su primero a un inválido que no permitió ningún atisbo de lucimiento. A pesar de esto al novillero se le notó la falta de recursos. En el cuarto un novillo de Brazuelas, mostró su mansedumbre desde que apareció en el ruedo, y ofreció muy poco al matador, a pesar de ello éste estuvo muy desconfiado, anotándose un recital de ocho intentos de verduguillo por despenar a su enemigo.

Por su parte, Alejandro Adame, fue el único que mostró algunas maneras en su primero sin llegar a cuajar ningún momento en la faena de muleta. En redondos el novillo acudía a la pañosa con la cara alta, y el novillero en ningún momento intentó bajarle la mano, fue una oportunidad perdida del pequeño de los Adame, que se permitió dar una vuelta al ruedo sin merecerla. En el quinto se encontró con un animal de Quintas que se agarró a la arena y le costaba sacarle una embestida. Decidió abreviar y tomar el acero y posteriormente dar otro recital con el verduguillo.

Fernando Plaza lidió el tercero y el sexto del festejo. En el tercero, un novillo de Montealto con trapío, comenzó la faena doblándose con su enemigo mostrando una calidad en el manejo de la muleta, pero el novillo se fue apagando poco a poco ofreciendo al matador nulas oportunidades de lucimiento. El sexto, un sobrero de la ganadería de Rekagorri, justo de fuerzas terminó defendiéndose en la muleta.

No dio para más el primer festejo de concurso de ganaderías minoritarias.

©Pepeíllo.

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