domingo, 18 de septiembre de 2022

A Pacota por su entrega en la dureza de la fiesta de la vida. 

Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo

Corrida de toros, “Desafio ganadero”.

“La fiesta es sentimiento y emoción”

Ganaderías

Se anunciaron 3 toros de Hoyo de la Gitana, 1º, 2º y 3º, y 3 de José Escolar, 4º, 5º y 6º, ambas ganaderías procedentes del encaste Saltillo-Albaserrada. El primero y el sexto, por partida doble, fueron devueltos a los corrales. En el primero se corrió turno y se lidió el sexto, y en el sexto se corrieron, primero un sobrero de Couto de Fornilhos, y al ser devuelto, en su lugar salió el segundo sobrero de Casa de los Toreros, y al ser devuelto también se corrió otro sobrero de Montealto. El tercero fue tímidamente protestado por falta de trapío.

Terna:

  • Fernando Robleño. De pistacho y oro. En el segundo de la tarde pinchazo y estocada que vale. Vuelta al ruedo. En el cuarto dos pinchazos y estocada en buen sitio. Dos vueltas al ruedo.
  • Miguel Tendero: De azul pavo y oro. En el tercero tres pinchazos, el toro se echó dos veces, se levantó y le recetó una estocada casi entera. Silencio. En el quinto estocada baja. Silencio.
  • Luis Gerpe: De marino y oro. En el primero de la tarde, donde confirmó la alternativa, estocada arriba que vale. Vuelta al ruedo tras petición minoritaria. En el sexto estocada caída, vuelta al ruedo algo desangelada.

Presidente: D. Jesús María Gómez Martín.

D. Jesús no anduvo dubitativo, devolvió tres toros a los corrales por no reunir condiciones para la lidia. En uno de ellos, corrido en sexto lugar, incluso sorprendió a los presentes. El primero y el sexto, este por partida doble. Cómo punto negativo en su haber, en el sexto y en de Couto de Fornilhos, cambió el tercio de banderillas a petición del Luis Gerpe con cuatro palos pero los banderilleros habían entrado dos veces a parear.  

Cuadrillas y otros.

La floja entrada que registró el coso venteño y el bochorno de los últimos coletazos del verano, estuvieron presentes para acompañar el toreo al natural, “de ensueño”, de Fernando Robleño.

El festejo duró casi tres horas, saltaron al ruedo nueve toros. Confirmó en la tarde Luis Gerpe. Los toreros de plata escribieron una página en blanco y otra en negro. Los que resaltaron, por un lado Da Silva y Francisco J. Torray, y por otro Iván García y Fernando Sánchez, tuvieron que desmonterarse en el primero y en el cuarto respectivamente en el tercio de banderillas. Toreros de plata que cuando se anuncian es un seguro de arte y torería. ¡Olé! por los cuatro. En la página en negro, destacaremos a Antonio Cama y Pascual Mellinas en el tercero. Tuvieron que pasar seis veces por la cara del toro para colocar cuatro palos. Ellos encontrarían una justificación a este desastre, los aficionados no la encontraron. Hay momentos en la carrera de un profesional que se la tiene que jugar, por ese motivo destaca el valiente del cobarde y el artista del mediocre.

Comentarios:

“La fiesta es sentimiento y emoción, si no llega a tus sentidos, no vengas a la plaza”, ya que no entenderás nada de lo ocurre en el ruedo.

Me gustaron los tres matadores, vinieron con ganas de comerse la tarde, y que los aficionados no olvidaran que estuvieron en Las Ventas y dispuestos al triunfo, pero amigos, salió el cuarto de la tarde, de nombre Camionero, de José Escolar y recién cumplida la condición de cinqueño. Un toro que despertó en el tercio de banderillas y llegó de la dehesa dispuesto a dar lo que los aficionados esperan de un toro de lidia: una tarde que quedara en la retina del reducido público que acudió al coso venteño.

Los del clavel se perdieron la interpretación del toreo al natural, por un torero llamado Fernando Robleño, que quedará escrito con letras de oro, y les hubiera servido de comparación el toreo puro con el toreo de mentirijilla de sus figuras. ¡Un gran toro y un gran torero! Al entrar a matar los aficionados no fuimos detrás del estoque pincháramos en hueso dos veces. Se pidió un trofeo, pero el presidente estuvo riguroso. Dos vueltas al ruedo dio el torero madrileño. Dos vueltas que nos supo a gloria, en nuestra mente aún estaban los naturales de lujo que sacó de su muleta, rematados en la “caera” el pequeño y gran torero.

En el segundo, un animal de nombre Miraluna no ofreció nada en el caballo. El presidente cambió el tercio con dos entradas, ya que el toro no se merecía más. A la muleta llegó escaso de fuerzas y con complicaciones, pero Robleño estuvo muy firme e intentando lucirse con la alimaña, pero no repetía en las acometidas. Los aficionados agradecieron la voluntad del torero que consiguió sacarle algunos naturales.

La tarde iba y venía con altibajos. Luis Gerpe que confirmaba tuvo que recibir de capote a cinco toros. El primero devuelto y el sexto también por partido doble. Su primero y al ser devuelto, corrió turno y en su lugar salió el sexto, de nombre Cortinero, de José Escolar, un animal con complicaciones, fue muy mal picado por Antonio Peralta, que lo castigó en los bajos y en la muleta presentó complicaciones y poco recorrido. Al torero toledano se le vio firme con su enemigo, consiguiendo robarle naturales y algunos de ellos con gusto, pero no hubo más. En el sexto y con la noche presente, tuvo que dar la bienvenida a tres enemigos. El último lugar apareció en el ruedo un ejemplar de Montealto. El juego en el caballo no pasó de vulgar, con la muleta el torero ofreció a los presentes una faena desigual, faltándole a los muletazos el remate que los distingue de la vulgaridad. Al natural le faltó templanza y mando ya que al toro le costaba humillar y tenía una media embestida. Me quedaron ganas de volver a ver a este torero.

Carasucia, el tercero de la tarde cuya lidia le tocó a Miguel Tendero, fue picado por un montado que le vino largo el manejo del caballo. En la primera entrada el toro se arranco sin estar colocado y lo derribó, en la segunda no quiso pelear, salió suelto y acudía a los capotes demostrando la mansedumbre que llevaba dentro. En banderillas se encontró con unos toreros de plata, por decir algo, que montaron un sainete para no volver a vestirse de luces. En la faena de muleta y al segundo muletazo se echó el toro. Tal y como lo leen. El torero de Albacete lo intentó, pero no tuvo nada que hacer. El quinto, un astado de José Escolar de nombre Arriero, enseño todo lo que no debe reunir un animal bello y cuidado en la dehesa a cuerpo de rey. En el caballo hizo una fea pelea y cuando llegó a la muleta se rajó y el matador nada tuvo que hacer.

Con todos mis respetos hacia Miguel Tendero, pero en la mente de los aficionados estaba aún muy presente la faena a Camionero. Otra vez será, torero.

©Pepeíllo.

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