Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo
Feria de San Isidro. 4ª de feria Corrida mixta.
“Un trofeo a la voluntad”
La cuarta corrida de feria encerró en toriles 2 toros para rejones, 1º y 4º, de la ganadería de M. Guiomar Cortés de Moura, y 4 para lidia ordinaria, 2º, 3º, 5º,y 6º, de la ganadería salmantina de Montalvo, con procedencia, Daniel Ruiz y Zalduendo. De variada presentación, el primero un toro hondo y cuajado, El segundo fue aplaudido en el arrastre ante la incomprensión de muchos aficionados.
Terna:
- Diego Ventura. Oreja en el cuarto.
- Paco Ureña De tabaco y oro. En su primero estocada desprendida, matando con la mano izquierda. Silencio. En el quinto estocada desprendida. Silencio.
- Ginés Marín:. De fucsia y oro. En el primero de su lote estocada vaciando la embestida. Silencio. En sexto estocada, aviso. Oreja.
Presidente: D. Ignacio Sanjuan Rodríguez.
Los aficionados le protestaron la blandura del quinto pero el usía hizo caso omiso, no a las protestas, sino a la evidencia como se comprobó después, y lo mantuvo en el ruedo. Es lo tiene sentarse en el palco sin afición y jugar a ser empresario.
Cuadrillas y otros.
En una tarde temperatura fría el coso venteño rozó casi el lleno. En la labor de los toreros de plata hubo luces y sombras. En las sombras anduvieron Curro Vivas y Azuquita al parear al quinto. La jindama es libre, y en el segundo trató de brillar Agustín de Espartinas.
Comentarios:
Corrida mixta donde Diego Ventura consiguió un trofeo en el cuatro como premio a la constancia de su faena.
En el segundo de la tarde de nombre Carabinero, Paco Ureña intentó lucirse en la verónica, consiguiendo parar al toro de salida. En la primera entrada al caballo el animal empujó y el picador marcó el castigo en el morrillo. En la segundo entrada el montado no estuvo fino y el animal hizo una fea pelea. En la faena de muleta comenzó Ureña con unos estatuarios rematados con unos muletazos por bajo. Continuó con una tanda de derechazos citando con la muleta planchá, es lo que tiene el toreo clásico. Con esto terminó la voluntad del torero, el animal se quedó sin recorrido tanto al natural como en el toreo en redondo. El murciano lo intentó llevando a su enemigo metido en la muleta pero no hubo transmisión. El quinto fue el menos cuajado de la corrida, se llamaba Tomatito. En la primer entrada al caballo se dejó pegar pero en la segunda vara mostró blandura y los aficionados protestaron pero el palco hizo caso omiso a sus quejas. Al no haber toro, la emoción desapareció de la faena que trató de imprimir Paco Ureña, intentando sacar algo de la nada. Es lo que tiene la responsabilidad de sentarse en el palco, que hay que tener afición, rigurosidad, y respeto por que abona su entrada.
Ginés Marín se encontró en su primero a un enemigo de nombre Sosegado, que fue castigado en la paletilla las dos veces que acudió al caballo. El picador atendía por Guillermo Marín. Con la franela el torero gaditano lo sacó a los medios, pasándolo en redondos con el pico de la muleta por delante, hecho que sirvió al torero para comprobar que el toro no reunía condiciones para el lucimiento. El que cerraba plaza atendía con el nombre de Rebujín. Un animal que hizo una fea pelea en la primera entrada al caballo y que necesitó muchos capotazos para que el matador consiguiera ponerlo en suerte para que el piquero se limitara a marcar el castigo. Se le criticó al torero que brindara la faena ya que animal solo había mostrado mansedumbre. En ella basó su faena de muleta. Lo sacó a los medios con remates vistosos donde incluyó un bonito pase de las flores. Pero el toro estaba muy limitado de casta y de recorrido, el torero con habilidad le fue dando los terrenos de toriles y tragando mucho, y así pudo construir una faena robándole a su enemigo medios muletazos y que el público en agradecimiento a su disposición le otorgó un trofeo.
La tarde no dio para más y los “montalvos” tampoco.
©Pepeíllo.
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