Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo
Feria de San Isidro. 3ª de feria
“La tarde nos dio un susto y poco más"
Se lidiaron seis toros de la ganadería de Juan Pedro Domecq. El juego estuvo marcado por la línea habitual de este ganado, donde se lo rifan las figuras. Mansedumbre, faltos de casta, excepto el sexto, que ni despertaron el interés de los espectadores ni tampoco lo contrario. Alguno se dejó pegar en el caballo, otros no fueron castigados y el resto salieron sueltos de los castigos con el ánimo de no regresar a ese martirio a que los someten los picadores actuales. “Es lo que ofrece el toro artista”
Terna:
- Daniel Luque. De rioja y oro. El primero estocada baja y atravesada. Saludos desde el tercio. En el tercero estocada saliéndose de la suerte y perdiendo la muleta. Silencio. Este toro debió lidiarse en cuarto lugar, pero por cogida de Ángel Téllez en el primero al hacer un quito se corrió turno.
- Ángel Téllez De lila y oro. En el cuarto lidió el primero de su lote por cogida al hacer un quite en el primero. Pinchazo y estocada habilidosa tras aviso. Silencio. En el quinto corrido en sexto lugar, metisaca y estocada. Silencio.
- Francisco de Manuel:. De azul marino y oro. Dos pinchazos tras un aviso y estocada. Recibió un segundo aviso antes de caer el toro. Silencio. En su segundo, lidiado en quinto lugar, dos pinchazos y estocada. Recibió un aviso. Silencio.
Presidente: D. José María Fernández Egea.
Sin complicaciones en sus decisiones.
Cuadrillas y otros.
La tarde de temperatura fresca y ventosa que molestó mucho a los toreros y terminó ahuyentando a muchos espectadores antes de finalizar el festejo. El coso registró un aforo de 20.037 espectadores según la empresa. El susto se debió en un quite de Ángel Téllez al el primero de la tarde. El viento y un error del torero permitió que el burel se lo llevara por delante, siendo retirado inconsciente a la enfermería. Los matadores corrieron turno esperando que Téllez saliera de la enfermería como así fue. Despenando a sus enemigos en cuarto y sexto lugar.
Los toreros de plata se lucieron en banderillas donde destacó Juan Navazo en el sexto que tuvo que desmonterarse. En líneas generales cumplieron con su cometido.
El tendido 7 lució una pancarta con un texto muy explicativo: “Palcos exigentes. No al triunfalismo”. También los mulilleros cuando aparecían en el ruedo recibieron su merecido: “Mulilleros peseteros”, les gritaban los aficionados. A los menos habituales les llamó la atención, a los aludidos, seguro que NO. Esperemos que se tomen decisiones en la buena dirección por el bien de la fiesta, donde todo aquel que participa en este entramado oscuro y sórdido la está llevando al borde del precipicio.
Comentarios:
La tarde dio muy poco que contar. El ganado “artista”, colaboró en ello. Salvo el sexto que quedó algo crudo en el caballo y mostró algo de acometividad, se encontró con Ángel Téllez, que marcado emocional y físicamente, no encontró el sitio que pedía Teatrero. Sólo le ofreció la voluntad de solventar la papeleta lo más dignamente posible. El toro hizo una fea pelea en el caballo y el picador Ángel Prieto marcó arriba el castigo. Su primero, lidiado en cuarto lugar y de nombre Verderón, se dejó pegar en el caballo y en el último tercio, el matador madrileño, le costó ajustarse a los terrenos del valor y la transmisión donde el animal tampoco colaboró con su arte.
En el toro que abrió plaza, y después de la cogida de Ángel Téllez al realizar el quite que le correspondía, Daniel Luque no anduvo fino en compañerismo. Continuó en otro quite, cuando su compañero se debatía inconsciente en el hule de la enfermería. Cierto que la vida continúa, pero ante un hecho tan reciente y que pudo ser dramático, no me pareció ético. El toro se llamaba Tiniebla, y acudió al montado al relance y salió suelto. El matador le hizo un bonito quite luciéndose por “cordobinas”. En la segunda vara el piquero no lo castigó, hecho que recibió las críticas de los aficionados. En el tercio de la pañosa, Luque lo recibió con varios muletazos y un remate muy vistoso. Pero el viento, le hizo cambiar los terrenos a querencias y allí consiguió unos redondos muy templados donde el tiempo se tuvo que parar un instante. El “artista” se dejaba torear pero con poco recorrido en sus acometidas, y el torero tuvo que usar el “arrimón” para darle forma a su faena. En el tercero de nombre Lingotazo, el sevillano intentó el toreo a la verónica, pero no consiguió el lucimiento. La pelea en varas solo destacar que el animal se arrancó de largo en la primera entrada pero el montado marró en su intento. En la segunda el “artista” salió suelto. Con la muleta Luque anduvo descolocado recetando naturales al hilo y unido a la falta de transmisión de su oponente la labor del torero careció de interés.
Al primero de Francisco de Manuel, de nombre Infinito, lo recibió con dos verónicas ajustadas. El burel no fue castigado en el caballo. El animal se dolió en banderillas. El torero de Colmenar Viejo lo recibió de hinojos, pero ante la adversidad del viento, tuvo que rectificar, para continuar en redondos en unas tandas sin acoplarse, al natural el indeseable viento no le permitió llevar a cabo sus intenciones, los muletazos carecieron de interés. El animal terminó midiendo sus embestidas luciendo una mansedumbre propia de un toro poco “artista”, hecho que solo le permitió al torero exhibir su voluntad. El segundo de su lote se llamaba Reposado y fue muy mal picado por Aurelio Cruz, que recibió la cruz de la bronca al abandonar el ruedo. Con la muleta De Manuel sacó de ella muletazos sin temple. Lo intentó al natural pero limitándose a acompañar las embestidas, hecho que motivo que afloraran los murmullos en los tendidos, señal que lo que ocurría en el ruedo adolecería de interés.
©Pepeíllo.
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