jueves, 13 de julio de 2023

Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo

Novillada nocturna

“No entiendo nada”

Reseña

Se lidiaron cuatro novillos de Lora Sangran, 2º, 4º, 5º y 6º, procedencia Benítez Cubero y dos de Rocío de la Cámara, de origen Juan Pedro Domecq, 1º y 3º. En general bien presentados, salvo el sexto, una raspilla que trajo en jaque al torero, mansotes en el caballo, aunque a los toreros no les importó la colocación salvo en el sexto que lo dejaron largo y el animal estaba buscando la puerta de salida.

Terna:
  • Mario Alcalde. De blanco y oro. En el primero estocada caída y atravesada y 7 descabellos tras aviso. Silencio. En el cuarto estocada baja que vale. Saludos generosos tras petición.
  • Sergio Rodríguez. De rojo pasión. En el segundo estocada que hace guardia y dos pinchazos tras aviso. Silencio. En el quinto pinchazo hondo en los bajos. Petición.
  • El Melli. De marino y oro. En el tercero estocada que vale. Saludos. En el sexto Estocada trasera y caída. Saludos por su cuenta.
Presidente: D. José Luis González González.

Algunos grupitos le solicitaron los trofeos en el cuarto y en el quinto, pero la petición fue minoritaria y no tuvo que debatir mucho entre el sí o el no.

Cuadrillas y otros.

Ante una floja entrada, el público decidió comerse su casa en lugar de Las Ventas, se celebró la segunda novillada nocturna, que en honor a la verdad dejará huérfanas algunas tardes de los domingos, donde no ha muchos años venía ganado no de garantías de las figuras, pero si para los aficionado, evitando con ello que desaparezcan muchas ganaderías emblemáticas que hace muchos años dieron la espalda las figuras de nuevo cuño.

Dos detalles: en el sexto se desmonteró Eloy Hilario en el tercio de banderillas, y Juan Carlos Rey intentó hacer su labor lo mejor que pudo durante la lidia del quinto.

Comentarios:

No entiendo nada de lo que ocurre en Las Ventas. Recuerdo una frase de Morante de la Puebla cuando estuvo en la tertulia de La Asociación el toro. Le dijo a nuestro querido “Rosco”: “Rosco, no salgas de Las Ventas”. Si quieres mantener la vitola de aficionado. Esto último lo añado yo. Esta plaza va camino de convertirse en la incomprensión de los aficionados. Tarde tras tarde se ven sorprendidos y superados por los hechos que ocurren en ella. No entiendo que la empresa contrate a novilleros pasados de edad. Mario Alcalde ya no cumple los treinta y alguno más, y El Melli, el más jovencito ya ronda los veinte. Los tres deberían estar ya en el disparadero del triunfo, pero por lo mostrado ayer, creo que les costará superar el trago de tener que esperar para llegar a ese punto soñado.

Me está costando destacar algo que pueda interesar, y lo que sigo sin entender es que Sergio Rodríguez intentara dar la vuelta al ruedo después de dar un golletazo a su enemigo y sus amigos le pidieran la oreja por una faena que no existió y tuvo que cortarla después de recibir unas palmas de tango por su pesadez. Seguro que su público se habría cenado y bebido Las Ventas y su nivel de satisfacción sería enorme, y querría rematarla viendo a su torero con un trofeo en la mano. Pero tanto disparate junto no es casual. En su primero brindó a los presentes y los aplausos que le ofrecieron fueron los únicos que recibiría. El torero mostró maneras, pero le faltó rematar los muletazos

No entendí que un público ávido de triunfos y al no producirse en el ruedo, quisieron adornar el ambiente con alegorías de “Vivas a nuestro país”. Estos patrióticos aficionados desconocen que España es muy querida por los españoles y que sobran esas exaltaciones patrióticas. Eso ocurrió en el sexto. El Melli ante una raspilla de novillo que le sacó los colores en su intento de mostrar sus dotes de torero. El burel fue bien picado por Santiago Chamorro, que marcó arriba y midió el castigo. El animal llegó a la muleta pidiendo guerra y el torero gaditano intentó ponerse bonito pero la realidad fue que no supo como meterle mano a la faena. En el tercero de la tarde se encontró con un enemigo que no le gustaba la pelea que le presentaba el torero y se defendió por el pitón derecho. Por el izquierdo no llegó a acoplarse.

Lo que si entendí fue el poco oficio que mostró Mario Alcalde en sus dos enemigos. El primero se dejó torear por el izquierdo pero el coleta se dio cuenta tarde de esa virtud de su enemigo. En su haber que en algunos momentos de la faena no descompuso la figura. El cuarto tampoco lo aprovechó, intentó acoplarse por ambos pitones pero no lo consiguió.

Tampoco entendí que dos jóvenes espectadores del tendido cinco mostraran en plena faena del sexto una bandera de España con una inscripción que no llegué a leer, desviando la atención de lo que ocurría en el ruedo, quedando marcados por una falta total de respeto hacía el torero.

Esperemos a la próxima tarde-noche acudiendo con la misma ilusión que hemos alimentado esta.

©Pepeíllo.

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