domingo, 16 de julio de 2023

 Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo

Corrida de toros

“El quinto llenó de emoción y de angustia la tarde”

Reseña

Se lidiaron toros de Robert Margé, ganadero francés que tomaba antigüedad. Ganadería de distintas procedencias, García Cebada, Núñez del Cubillo, Jandilla, Santiago Domecq…, salvo el primero, feo de hechuras, bien presentados, de variado juego y dura de pezuña. En el caballo el juego fue en general de manso y durante la lidia algunos de manera notable. El quinto destacó sobre sus hermanos de camada por su exigencia. Y fue aplaudido en el arrastre.

Terna:
  • Borja Jiménez. De blanco y oro. En el segundo, pinchazo al paso y estocada baja y atravesada tras aviso. Aplausos. En el cuarto estocada muy baja y atravesada y descabello tras aviso. Vuelta al ruedo por su cuenta.
  • Francisco José Espadas. De azul pastel y plata. En el tercero estocada muy contraria, con aviso incluido. Vuelta al ruedo por su cuenta. El quinto tuvo que ser estoqueado por el director de lidia al ser corneado Francisco José Espada. Silencio.
  • José Fernando Molina. (Confirmación). De marfil y oro. En el primero y en el toro de su confirmación, pinchazo muy bajo y tendido, aviso, pinchazo en buen sitio, otro sartenazo, 2º aviso y descabello. Silencio generoso. En el sexto dos pinchazos y estocada tras aviso. Silencio.
Presidente: D. José Luis González González.

Sin problemas en sus funciones.

Cuadrillas y otros.

El coso venteño registró una floja entrada, el público y los aficionados de tardes de figuras, no consideraron perder la tarde en una corrida que para ellos no ofrecía ningún aliciente. Ellos son aficionados serios, exigentes con la fiesta y no pierden su tiempo en estas bagatelas de corridas que ofrece la empresa en verano, dejando los tendidos para los turistas y los aficionados de ”toda la vida y que son fieles a los toreros de su localidad”. Ayer le tocó el turno a los de Fuenlabrada, y cuando su “torero” tuvo la desgracia de ser corneado en el quinto, se dirigieron a los aficionados del siete, invitándoles a que se marcharan. Son “aficionados ocasionales”, generosos que solicitan trofeos sin tener en cuenta la labor del torero. Pero bienvenidos sean, ya que si no, la plaza hubiera estado acompañada, por el siete y por la soledad. En el quinto fue corneado el torero Francisco José Espada, hecho que causó un fuerte impacto en los tendidos. El toro después de arrollarlo lo lanzó por los aires como si una pelota de trapo se tratara, quedando tendido en la arena, Los compañeros se lo llevaron a la enfermería inconsciente.

Los toreros de plata llenaron de sombras los tercios de banderillas. En el primero y segundo, las cuadrillas de Molina y Borja Jiménez se cansaron de desprestigiar a su profesión.

Comentarios:

Por fin se pudo lidiar en Madrid una corrida completa. Tuvo que ser contratando a un ganadero francés. En el quinto la tarde se tiño de rojo al ser corneado Francisco José Espada al ejecutar unas bernardinas. Una suerte junto a las manoletinas que están en el guión de casi todos los toreros y que en la mayoría de los casos lo que hacen es alargas las  las faenas. El torero de Fuenlabrada estuvo digno con su enemigo, el toro más exigente de la corrida. La faena ya estaba hecha, y no le iba a aportar nada a su labor, pero la fiesta está compuesta por el éxito, el fracaso, la tragedia, sino no tendría sentido, y por las faenas eternas de la actualidad. Ayer los toreros recibieron 6 avisos El único que se libró fue el quinto. El animal quedó crudo en el caballo y llegó a la muleta metiendo bien la cara y con recorrido. El torero hizo lo que pudo, dado lo poco placeado como matador, aguantar las acometidas y acompañar las embestidas, mostrando algún detalle. Al natural consiguió templar algunos muletazos, pero ya se sabe, cuando el toro es exigente el torero tiene que estar a la altura. Fue una pena que su dignidad se viera cortada con una espeluznante cogida. Al tercero un animal que manseó en el caballo, lo recibió con pases por alto y cambiando el viaje del toro, El torero vino a jugársela. Continuó con una tanda ajustada y templada con la derecha. La brusquedad del manso no tuvo continuidad en la voluntad del torero. Suerte matador y a recuperarse pronto.

El que abrió plaza le sirvió a José Fernando Molina para confirmar la alternativa. El animal cumplió con la pelea con el piquero Daniel López, marcando arriba el castigo, pero en el último tercio le faltó recorrido. El torero lo sometió por bajo al principio de faena y con la izquierda le faltó hondura a su labor ya que remataba para fuera los muletazos. Poco más ofreció el animal. El que se corrió en sexto lugar mostró un juego desigual en el caballo. El torero le brindó la muerte de su enemigo a su compañero de terna Francisco José Espada, que en ese momento estaba siendo tratado en la enfermería. Con la muleta lo recibió con dos pases cambiados continuando con una tanda de redondos aprovechando la embestida de su enemigo. La tarde quedó apagada como se fue apagando la faena del torero de Albacete. Los ánimos de los presentes no daban para más.

Borja Jiménez después de ceder la lidia del primero a su compañero, el segundo recibió una lidia desastrosa. El manso no se entregó en la pelea con el montado ni los toreros lo colocaron en suerte. Durante la lidia le enseñaron lo que nunca se le puede enseñar a un animal de su especie. En el último tercio Borja Jiménez trató de ajustar las embestidas a su muleta y consiguió algunas tandas rematadas en la cadera. Mostró oficio el torero sevillano hasta que el toro sacó su condición de manso. Al natural no tuvo recorrido, y se rajó cambiándole los terrenos al torero hasta que encontró las querencias de toriles. El cuarto manseó en el caballo saliendo suelto en las dos ocasiones que acudió. Con la muleta el torero estuvo digno en su labor. Al comienzo trató de fijarlo con muletazos por bajo continuando con unos redondos rematados para dentro, acompañados de olés. El animal comenzó a rajarse por el derecho. Al natural el toro no se prestó al lucimiento, acudía al engaño con la cara alta y el matador lo intentó, pero no encontró la colaboración del manso.

©Pepeíllo.

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