Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo Novillada picada.
Ganadería
5 Novillos de la ganadería de Manolo González y Sánchez Dalp. Encaste Núñez en la línea de Villamarta. Remendó la corrida un novillo del Puerto de San Lorenzo, encaste Atanasio Fernández-Lisardo Sánchez que se corrió en primer lugar. Excepto el primero, sin trapío que le salvaba la cabeza, la novillada estuvo bien presentada, mansa y sin casta El primero fue devuelto a los corrales por inválido y en su lugar se corrió un sobrero también del Puerto de San Lorenzo, mansote, sin casta pero de dejó torear en la muleta..
Terna:
- Juan Miguel. De blanco y oro. Pinchazo y dos pinchazos tras aviso y estocada delantera, caída y perpendicular. Silencio. Tres pinchazos, aviso y descabello. Silencio
- Clemente. Nuevo en esta plaza. Fucsia y oro. Bajonazo descarado. Aplausos incomprensibles. Estocada al volapié. Silencio.
- Alejandro Marcos. Nuevo en Las Ventas. De grosella y oro. Dos pinchazos y estocada baja y tendida tras aviso. Saludos benevolentes desde el tercio. Estocada tendida, atravesada que hace guardia. Silencio.
Presidente: D. Trinidad López-Pastor Expósito.
Le costó al presidente tomar la decisión de devolver al primero de la tarde, un inválido que rodaba por la arena en cuanto se le sometía. Salvo este detalle no tuvo problemas en su labor.
Suerte de varas:
- Cardilisto 475 Kg: Nadie lo paró de salida y el novillo acudió al caballo en el tendido 1 después de un quite a cuerpo limpio de un monosabio. Tanto en la primera vara como en la segunda, hizo una pelea fea. Manso en el caballo que se dejó torear en la muleta, sacándole los colores al torero.
- Chalino. 470 Kg. Salió suelto en ambas entradas al montado y no se empleó. No fue castigado en la segunda vara. Manso con algo de genio pero no se entregó en la muleta..
- Chalapo. 512 Kg: En la primera entrada al caballo se arrancó de largo pero se defendió en el castigo. En la segunda el matador lo puso de largo pero el novillo no se arrancó y tuvo que entrar al relance. Manso que cumplió en la muleta.
- Carabinero. 506 Kg: Salió suelto en la primera vara y acudió suelto en la segunda sin emplearse en la pelea. Manso y sin casta.
- Pobrecito. 496. Kg: Entró al caballo en el tendido 2, ya que los toreros no consiguieron pararlo. En la segunda entrada manseó y salió suelto. Manso y descastado, que se fue apagando en la faena de muleta.
- Pitorro. 521 Kg. En la primera entrada se dejó pegar, pero no se empleó. En la segunda vara no fue castigado y blandeó. Manso que no se empleó en la muleta.
Cuadrillas y otros:
En tarde agradable y con un cuarto de plaza, se celebró la novillada en Las Ventas, donde se sigue observando una falta de profesionalidad en los toreros, ya que el ganado no es parado de salida y eso implicó que los novillos recibieran una cantidad de capotazos, más propio de una capea que de una corrida de esta categoría, pero se vio claramente que el hábito no hace al monje, y este hecho hizo que el comportamiento de los animales fuera radicalmente distinto en perjuicio para los toreros. Debe ser muy complicada esta tarea, ya que la mayoría de ellos salen de la escuela sin haberla asimilado. Por este motivo acudieron dos novillos al caballo sin haberse colocado en contraquerencias, el primero y quinto, teniendo en cuenta que el ruedo de esta plaza es grande. En el sexto los subalternos de la cuadrilla de Alejandro Marcos citaron al novillo desde el burladero del 10 y casi consiguen que el animal se dejase la cabeza contra la madera. Lo peor no fue esto, sino que los toreros de plata se fueron de rositas. El publico ignorante, en esta ocasión no mostró su descontento contra estos feos detalles.
Con los rehiletes destacaron Morenito de Arlés en el segundo de la tarde, aunque en el segundo par no le acompañó la suerte, intentó cuadrar pero clavó a toro pasado. En el cuarto destacó Jesús Aguado y en sexto, Martín Blanco. En el sexto Oscar Bernal abandonó el ruedo entre aplausos como premio a su labor
Comentarios:
Se le vieron maneras al torero salmantino Alejandro Marcos, pero su toreo adoleció de la hondura, no del principiante, sino del que quiere imitar a las figuras que ocupan el escalafón. Hay toreros que citan con el trasero, con perdón, y en lugar de ofrecer a su enemigo el medio pecho y adelantar la pierna contraria cuando el novillo se arranca, hacen lo contrario, la esconden, por citar a un torero diré que el maestro Manzanares es un ejemplo. Así toreó Alejandro Marcos a sus dos enemigos, con la suerte descargada, aprovechando el viaje del novillo y menos mal que `falló a espadas, sino el público benevolente que ignora las reglas que marcan la seriedad en la fiesta, le hubieran aupado al triunfo. Fue una pena ya que el torero salmantino maneja con temple la pañosa bajando la mano y en algunos momentos templó las embestidas de sus enemigos en el toreo en redondo, pero los muletazos los remataba para fuera y descomponiendo la figura. En el sexto se equivocó al recibirlo con unos muletazos por alto, ya que a su enemigo le costaba humillar, evidenciando con ello falta de conocimientos elementales de la lida. El novillo se rajó Una pena torero.
El primero de Juan Miguel recibió durante la faena de muleta una cantidad de trapazos hasta que el torero consiguió fijarlo. Cuando lo metió en la muleta, comenzó el calvario de los aficionados, el matador se limitó a esconder descaradamente la pierna contraria, citando al hilo del pitón. Al final el novillo sacó algo de genio y le sacó los colores. Al no conseguir que mandara su muleta tuvo que poner orden su enemigo. El manso que se corrió en cuarto lugar, estuvo berreando durante toda la faena pero tuvo un problema para el torero, acudía al engaño cada vez que se lo solicitaba, pero el coleta no acopló su toreo a la embestida de su enemigo. Debe ser difícil esta tarea, ya que en ella está el triunfo o el fracaso.
Clemente por su lado estuvo muy desafortunado en sus dos enemigos. En el primero fue una copia de sus compañeros de cartel. Aliviándose con el pico, y sin conseguir ningún muletazo limpio. Después de matar de un bajonazo descarado, el público, su público, aplaudió su labor. Incomprensible, ya que no se trataba de hundir al torero con una pitada de escándalo, pero para lo que hizo están establecidos en la fiesta los silencios, pero eso el gran público debe ignorarlo. En el quinto de la tarde, el francés continuó montado en la vulgaridad de su toreo, pero en esta ocasión el novillo se quedó sin recorrido lo que agravó la labor del torero en su afán de agradar a los presentes.
©Pepeíllo.
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