Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo. Corrida de toros
Ganadería:
5 toros de la ganadería de Toros del Torero, encaste Juan Pedro Domecq y Díez, y 1 de Torrealta, encaste Torrestrella y Jandilla, lidiado en quinto lugar. Muy desigual vino la corrida de El Torero, algunos ejemplares fueron protestados de salida ya que llegaron de la dehesa sin rematar, como le ocurrió al 2º y 3º. Al sexto le salvo la cabeza. En general mansotes y manejables en la muleta.
Terna:
- Manuel Escribano: De berenjena y azabache. Media muy tendida que sale trompicado y estocada en el brazuelo. Protestas. Media estocada, trasera y caída que vale. Silencio
- Iván Fandiño: De caña y oro. Media arriba saliéndose de la suerte y dos descabellos. Silencio. Sartenazo en toda regla y dos descabellos. Al descabellar el toro lo desarmó dos veces. Pitos
- Paco Ureña: De lila y oro. Pinchazo y estocada desprendida. Aviso. Saludos. Pinchazo y estocada desprendida que rueda sin puntilla. Oreja.
Presidente: D. Jesús María Gómez Martín.
Sin problemas en sus decisiones.
Suerte de varas:
- Plomazo. 516 Kg: En la primera vara el piquero marcó trasero y se limitó a marcar el castigo, y en la segunda recibió un picotazo. El toro no mostró nada excepcional, pero tampoco se merecía el sartenazo final que recibió.
- Orejuelo. 503. Kg. .En la primera vara a pesar que el picador marcó bajo el castigo, el toro empujó con fijeza metiendo los riñones, pero el piquero le tapó la salida. En la segunda entrada acudió suelto y el piquero permitió que topara en el peto. Se empleó en el caballo pero en la muleta dio muestras de mansedumbre.
- Marisquero. 519. Kg: Se dejó pegar y se enceló en el caballo las dos veces que acudió al montado, aunque el segundo puyazo cayó trasero. El toro sosote y en la muleta el torero le ha sacado lo que no tenía.
- Molinero. 580. Kg: Hizo una fea pelea en el caballo y en la segunda entrada terminó defendiéndose. Manso con un buen pitón derecho que el torero no ha entendido, o no ha sabido aprovechar..
- Gladiador. 521. Kg:. Fue picado trasero y el animal se limitó a cumplir el expediente en ambas entradas. Manso encastado que puso en aprietos al torero en la faena de muleta.
- Ojibello. 540. Kg..En la primera entrada se dejó `picar pero empujó con un pitón, en la segunda vara se limitó a cumplir el expediente. Gran toro para la muleta.
Cuadrillas y otros:
El tiempo sigue sin acompañar a la feria, y de esta manera el aforo se lleno en tres cuartas partes. Tarde desapacible. A partir del segundo toro comenzó a llover y no cesó hasta el final de la corrida. Por estos motivos el ruedo se puso prácticamente impracticable para un normal desarrollo de la lidia. Muchos espectadores de los tendidos tuvieron que cobijarse en las gradas.
Con los garapullos se desmonteró Iván García en el quinto. Que facultades tiene este torero para ganarle la cara al toro, si consiguiera salir andando de su enemigo conseguiría poner boca abajo los tendidos.
Comentarios:
Paco Ureña no quiso salir por la Puerta Grande, o así lo entendí. Pinchó en ambos toros y eso le privó de haber cortado algún apéndice más. No sé si fue una observación óptica, pero en las dos ocasiones que entró a matar se colocó a mucha distancia de su enemigo, y posiblemente este hecho no le permitió rematar las faenas con sendas estocadas. Fue una pena, ya que el torero de Lorca pisó los terrenos donde se cortan las orejas y en el manejo de la pañosa comenzó y terminó los muletazos donde se arrancan los olés de los espectadores, es decir, citando sin descomponer la figura, adelantando la muleta y rematando los muletazos en la cadera, o así interpretamos los presentes que intentó hacer el lorquiano.
En su primero lo hizo casi todo el torero, sacándole al animal lo que no tenía, pero su muleta supo estar donde se arrancan los pases a los toros. El animal fue soso en la embestida, pero él supo llevarlo en varias series de redondos embebido en la muleta templando la acometida del burel. Al natural le costó acoplarse, ya que no era el pitón bueno del toro, pero el matador decidió que su enemigo tenía que entrar por ese lado y al final casi lo consigue, aunque para ello sufriera un desarme. En el toreo en redondo consiguió unos muletazos sin trampa ni cartón que es lo que marca la diferencia entre los toreros. En el sexto y ante un ruedo hecho un barrizal y un animal que se vino arriba, le recetó de recibo dos muletazos en redondo que puso en pie a los espectadores. Cierto que la faena tuvo sus altibajos, pero el torero nunca escondió la verdad que debe prevalecer siempre cuando se quiere ser torero, y ayer Paco Ureña quiso ser torero, esperemos que sigue en ese camino.
De Iván Fandiño de momento solo queda el recuerdo. Es una pena que un torero con ese empuje tan necesitado en estos momentos delicados que vive la fiesta, haya escondido su valor y su pundonor de la misma manera que esconde la pierna contraria al citar. A su primero intentó meterlo en la muleta doblándose con él, pero el animal perdió las manos, quedando al descubierto que ni el toro valía un duro ni el torero tenía su día. Su segundo le plantó cara y el torero de Orduña se arrugó a las primeras de cambio. Quien le ha visto y quién le ve, comentaba un aficionado próximo a mi localidad. Al verse el torero impotente ante su enemigo decidió abreviar y tomar la espada de verdad y despenarlo, hecho que sufrió lo indeseable al descabellar.
Por su parte, Manuel Escribano no escribió ninguna página de gloria en su primera comparecencia en la feria. En su primero comenzó la faena con un pase cambiado que repitió hasta que el animal se le quedó corto, rematando la serie con un bonito pase del desprecio. Pero ahí quedó todo el interés que el público mostró por el toreo del sevillano. Comenzó en redondos perdiendo pasos a su enemigo y terminando escondiendo la pierna contraria al citar. Así interpretó el toreo Manuel Escribano. El público fue comprensivo con el torero hasta que vio que sus intenciones continuaban en la misma dirección. “Ponte en tu sitio”, le gritaban, mientras esto ocurría el toro comenzó a perder fuelle y con ello dio por finalizada su actuación el torero en esa partitura de la corrida. A su segundo lo recibió con unos pases por alto y al rematarlos con uno por bajo el toro perdió las manos. La muestra que ofreció a los espectadores ya lo habían hecho otros compañeros suyos en la feria, es decir, colocándose fuera de cacho, descomponiendo la figura al dar el muletazo y rematar a metros de distancia. A eso unos lo llaman torear, otros aficionados, dar pases. Esa es la diferencia.
Salvo la lluvia que no cesó en casi toda la tarde, no dio para más el festejo.
©Pepeíllo
No hay comentarios:
Publicar un comentario