miércoles, 18 de mayo de 2022

A mi amigo Pepe Demetrio, recomendándole que acuda la plaza alguna vez. Podrá comprobar que todas las estocadas no son trapaceras.

Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo

Corrida de toros

“Otra oportunidad perdida”

Ganadería

Se lidiaron 6 toros de la ganadería de Pedraza de Yeltes. De variada presentación, a algunos les falto trapío. El segundo fue aplaudido en el arrastre. Dieron buen juego en la muleta, pero los matadores no lo aprovecharon.

Terna:
  • López Chaves: De obispo y oro. Estocada saliéndose de la suerte. Saludos. En el cuarto estocada trapacera. Silencio.
  • Javier Cortés: De marino y oro. Estocada atravesada. Aviso y dos descabellos. Saludos. Estocada baja. Silencio.
  • José Enrique Colombo: De marino y oro. En el tercero estocada baja y tendida. Aviso. División de opiniones. Estocada caída. Se confió al sacar el estoque y casi lo engancha. Es lo que tiene la casta, que vende cara su vida. Silencio.
Presidente: D. Ignacio Sanjuán Rodríguez.

Sin problemas en sus funciones

Cuadrillas y otros.

Diego Carretero fue sustituido por Javier Cortés. Tarde primaveral con algo más de media entrada. La cuadrilla de Javier Cortés, montó un sainete al parear al quinto de la tarde. Empañaron un traje tan serio como el de luces, con un esperpéntico tercio de banderillas. Los protagonistas de ese triste espectáculo fueron, Luis González y José Antonio Prestel.

Comentarios:

El primero de la tarde se llamaba Burreco. Fue el único animal que desentonó del encierro. Ni se entregó en la pelea con el montado ni en la muleta de López Chaves. Le costó desplazarse y casi le molestaba que el matador intentara pasarlo por la pañosa. El torero salmantino solo pudo sacarle una tanda aseada de redondos llevándolo muy metido en la muleta. .

Salió el segundo de la tarde, de nombre Brigadier, y su lidia correspondió a Javier Cortés. El toro no demostró en el caballo ningún detalle de ser recordado, pero el piquero tampoco. Con la muleta el madrileño trató de ofrecer a su enemigo temple, y con la derecha consiguió dos tandas aseadas y por el pitón izquierdo una tanda de naturales largos y templados, pero su faena se fue diluyendo por falta de emoción. Prolongó la faena y los espectadores perdieron interés por su labor. El toro recibió el reconocimiento de los presentes siendo aplaudido en el arrastre.

Al tercero lo llamaron Huracán. Un animal que se empleó en el caballo, pero el montado no estuvo a la altura, tapándole la salida. Durante la lidia sufrió las veleidades deColombo al ser banderilleado a toro pasado. Solo en el tercer par llegó a cuadrar en la cara. ¡Estos banderilleros! Se conoce que no vieron al maestro Fernando Sánchez el día anterior, o no quisieron verlo. Después de brindar al público se dedicó a mostrar un desajuste absoluto de su muleta con las embestidas nobles de su enemigo. No le bajaba la mano y eso que se lo indicaban desde los tendidos, pero el torero a su bola. Al natural tampoco dejó nada en el recuerdo. A mi humilde entender, se dejó ir un buen toro, sin torear, claro.

El cuarto atendía por Mirador. No se empleó en el caballo. Tampoco los banderilleros se lucieron con los rehiletes. López Chaves tampoco encontró la distancia y el sitio para que su faena llegara a los tendidos. Citaba fuera de cacho y cuando le ofreció la muleta con la izquierda, el toro lo desbordó. Seguramente notaría que el salmantino no encontró la valentía de colocarse donde se colocan los toreros que quieren torear. Con mucho pesar tendré que decir que el toro se fue sin torear, ya que este matador me merece mis respetos..

Y apareció en el ruedo el quinto, de nombre Tontillo. ¡Vaya nombre!. En el caballo ofreció un juego irregular, pero el picador, como es habitual, no estuvo fino. Antes de tomar la muleta, la cuadrilla de Cortés ofreció un lamentable espectáculo en el tercio de banderillas. Eso sí, el miedo es libre. Pero vestirse de luces también debe ser libre y esos dos toreros deberían pensar en su futuro, pero lejos de las plazas. Con la muleta el matador no anduvo fino, y si que lo sentí, por lo ha sufrido este torero. Recibió a su enemigo con una tanda de muletazos por alto y otra de tanteo, pero cuando se echó la muleta a la izquierda le faltó mando y colocación, en una palabra, hizo todo al contrario. A pesar de todo lo ocurrido en el ruedo, el toro se dejó torear, pero no encontró la tarde inspirada del matador. ¡Ánimo Javier!

Y salió el sexto, de nombre Bellito, y lo primero que se encontró fue con un piquero incompetente en su labor, picándolo trasero, bajo y tapándole la salida. Criar un toro durante cuatro o cinco años, para que un señor tocado de castoreño lo trate así… Colombo volvió a repetir con las  banderillas y eso que anduvo pensándoselo, y la cuadrilla mirándose entre ellos y pidiéndole con la mirada que se decidiera a parear. No estuvo fino el torero-banderillero. Pareó a toro pasado y en el primer embroque tuvo que tomar el olivo al apretarle el noble animal a la salida del par. En la faena de muleta el toro tuvo poco recorrido y el matador luchó por acoplarse a sus embestidas y por intentar mostrar algo que interesara a la parroquia venteña. Pero citaba fuera de cacho y rematada los muletazos en la M-30. No se me ocurre decir nada más, solo que sufrió un desarme y se vio en el derecho de tomar el olivo de nuevo, lo que nos dijo a los presentes que el toro necesitó una muleta que no fuera la que le ofreció el matador venezolano.

©Pepeíllo.

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