Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo.
Feria de San Isidro 2022. 23ª Festejo de abono.
Corrida de toros”
“Tarde de voluntades”
Ganadería
Feria de San Isidro 2022. 23ª Festejo de abono.
Corrida de toros”
“Tarde de voluntades”
Ganadería
Se lidiaron 4 toros de Isabel Flores y dos de Samuel Flores, 4º y 6º, ambos hierros de procedencia Gamero Cívico. Mansos y algunos con casta, otros blandos, pero no llegaron a rodar por la arena, y de variada presentación y cornalones en el tipo de la casa. El tercero fue devuelto por inválido y en su lugar salió un sobrero de José Cruz.de procedencia Daniel Ruiz. No dieron muchas oportunidades a los toreros.
Terna:
Terna:
- Fernando Robleño. De verde y oro. En el segundo estocada que hace guardia saliéndose de la suerte, 3 descabellos. Al final se echó el toro. Silencio. En el cuarto estocada al encuentro que vale. Saludos desde el tercio.
- Morenito de Aranda: De gris plomo y oro. En el tercero estocada tendida y atravesada. Saludos. En el quinto pinchazo y estocada baja tras aviso. 2º aviso. Aplausos.
- Damián Castaño (Que confirmó alternativa): De grana y oro. En el toro de su alternativa, estocada muy baja y descabello. Silencio. En el sexto 2 pinchazos, estocada perpendicular y descabello. Silencio.
Presidente: D. Juan Francisco García González.
Aunque devolvió el tercero de la tarde también debía haber devuelto el segundo, un animal que llegó a la muleta hecho un cadáver, y durante la faena perdió las manos en varias ocasiones. A los aficionados solo les quedó el recurso de la protesta, para que luego digan algunos periodistas que tratan de desacreditar la fiesta.
Cuadrillas y otros.
En tarde de temperatura agradable el coso venteño registró tres cuartos del aforo. En esta ocasión los toreros de plata volvieron a lucir sus luces y también sus sombras. Las luces aparecieron en el tercio de banderillas del tercero y quinto, donde se lucieron en la colocación de los garapullos, destacando Fernando Sánchez, un seguro para la fiesta en este tercio. En el quinto tuvo que desmonterarse. En el sexto brilló Jarocho en la lidia. Las sombras las pusieron los banderilleros de la cuadrilla de Damián Castaño en el primero, donde no encontraban toro para dejar reunidos los palos.
Comentarios:
Se esperaba con esperanza a los “gamerocivicos”, de Samuel Flores después de un tiempo sin lidiar en Madrid, pero también lucieron sus luces y sus sombras. Las luces que no rodaron por la arena como en las últimas temporadas, pero les faltó algo de fuerza. Algunos salieron con casta, que hicieron lucir la voluntad de los matadores, ya que los tres solo tenían esta corrida en la feria, hecho que los aficionados agradecieron su disposición.
Fernando Robleño se encontró en su primero, de nombre Peinanenas, un toro que se dejó pegar en el caballo pero cuando llegó a la muleta era un cadáver. Nada pudo la voluntad del matador intentando querer sacar algo que llegara a los tendidos. No tuvo enemigo y también momentos de dudas del torero, solo dejó reflejado en su labor su pundonor. El cuarto, de nombre Recobo, fue un animal que manseó en el caballo y en la muleta dio un juego más propio de matadero. El torero de Madrid lo intentó pero no pudo sacarle nada, acudía al engaño con la cara alta y sin entregarse en ningún momento. Tendrás que esperar otra oportunidad, Fernando, nosotros seguimos esperándote.
Damián Castaño confirmó la alternativa con el toro de nombre, Penanovias. Un animal que empujó en el caballo pero cuando llegó a la muleta mostró las complicaciones de la mansedumbre y la casta. Tanto por el pitón derecho como por el izquierdo, le presentó muchos problemas al matador salmantino. Cuando lo intentó al natural lo desarmo al primer muletazo y terminó enterándose de todo lo que ocurría a su alrededor, menos de la pelea que tenía que presentar al torero. Al no encontrar solución en la lidia del manso, el matador decidió tomar el acero. El sexto, de nombre Cuchillazo, no se empleó en el caballo y salió suelto en las dos entradas que hizo al montado. El animal mostró en la muleta que se había dejado en la dehesa toda la agresividad que debía correr por sus venas. Se dedicó a pasar por la tela como el que camina tranquilamente por el prado. Con la voluntad por delante, el torero consiguió algunos muletazos que fueron reconocidos por los espectadores. No dio para más su labor.
Morenito de Aranda se encontró en su primero a un toro que manseó en el caballo y blandeó en la muleta. Su nombre Estornino, primer sobrero al ser devuelto el titular por inválido. En el caballo salió suelto en las dos ocasiones, aunque en la segunda entrada empujó con clase. El arandino lo recibió en el anillo con la muleta en la mano derecha, consiguiendo dos muletazos templados. En la siguiente tanda el animal perdió las manos y no respondió a la disposición del matador. Al natural consiguió templar algunas acometidas pero volvió a perder las manos. En eso quedó toda la voluntad del matador. El quinto un manso encastadito, de nombre Jovencito, hizo una bonita pelea en el caballo metiendo los riñones cuando acudió por primera, pero en la segunda a pesar de pelear con fijeza, salió suelto. Al comienzo de faena no se empleó, en cada muletazo buscaba la salida. La disposición del torero le valió para meterlo en la muleta y sacarle una tanda de naturales, que dejaron en los aficionados el sabor de volver a ver de nuevo el manejo de los engaños del torero de la ribera.
©Pepeíllo.
Aunque devolvió el tercero de la tarde también debía haber devuelto el segundo, un animal que llegó a la muleta hecho un cadáver, y durante la faena perdió las manos en varias ocasiones. A los aficionados solo les quedó el recurso de la protesta, para que luego digan algunos periodistas que tratan de desacreditar la fiesta.
Cuadrillas y otros.
En tarde de temperatura agradable el coso venteño registró tres cuartos del aforo. En esta ocasión los toreros de plata volvieron a lucir sus luces y también sus sombras. Las luces aparecieron en el tercio de banderillas del tercero y quinto, donde se lucieron en la colocación de los garapullos, destacando Fernando Sánchez, un seguro para la fiesta en este tercio. En el quinto tuvo que desmonterarse. En el sexto brilló Jarocho en la lidia. Las sombras las pusieron los banderilleros de la cuadrilla de Damián Castaño en el primero, donde no encontraban toro para dejar reunidos los palos.
Comentarios:
Se esperaba con esperanza a los “gamerocivicos”, de Samuel Flores después de un tiempo sin lidiar en Madrid, pero también lucieron sus luces y sus sombras. Las luces que no rodaron por la arena como en las últimas temporadas, pero les faltó algo de fuerza. Algunos salieron con casta, que hicieron lucir la voluntad de los matadores, ya que los tres solo tenían esta corrida en la feria, hecho que los aficionados agradecieron su disposición.
Fernando Robleño se encontró en su primero, de nombre Peinanenas, un toro que se dejó pegar en el caballo pero cuando llegó a la muleta era un cadáver. Nada pudo la voluntad del matador intentando querer sacar algo que llegara a los tendidos. No tuvo enemigo y también momentos de dudas del torero, solo dejó reflejado en su labor su pundonor. El cuarto, de nombre Recobo, fue un animal que manseó en el caballo y en la muleta dio un juego más propio de matadero. El torero de Madrid lo intentó pero no pudo sacarle nada, acudía al engaño con la cara alta y sin entregarse en ningún momento. Tendrás que esperar otra oportunidad, Fernando, nosotros seguimos esperándote.
Damián Castaño confirmó la alternativa con el toro de nombre, Penanovias. Un animal que empujó en el caballo pero cuando llegó a la muleta mostró las complicaciones de la mansedumbre y la casta. Tanto por el pitón derecho como por el izquierdo, le presentó muchos problemas al matador salmantino. Cuando lo intentó al natural lo desarmo al primer muletazo y terminó enterándose de todo lo que ocurría a su alrededor, menos de la pelea que tenía que presentar al torero. Al no encontrar solución en la lidia del manso, el matador decidió tomar el acero. El sexto, de nombre Cuchillazo, no se empleó en el caballo y salió suelto en las dos entradas que hizo al montado. El animal mostró en la muleta que se había dejado en la dehesa toda la agresividad que debía correr por sus venas. Se dedicó a pasar por la tela como el que camina tranquilamente por el prado. Con la voluntad por delante, el torero consiguió algunos muletazos que fueron reconocidos por los espectadores. No dio para más su labor.
Morenito de Aranda se encontró en su primero a un toro que manseó en el caballo y blandeó en la muleta. Su nombre Estornino, primer sobrero al ser devuelto el titular por inválido. En el caballo salió suelto en las dos ocasiones, aunque en la segunda entrada empujó con clase. El arandino lo recibió en el anillo con la muleta en la mano derecha, consiguiendo dos muletazos templados. En la siguiente tanda el animal perdió las manos y no respondió a la disposición del matador. Al natural consiguió templar algunas acometidas pero volvió a perder las manos. En eso quedó toda la voluntad del matador. El quinto un manso encastadito, de nombre Jovencito, hizo una bonita pelea en el caballo metiendo los riñones cuando acudió por primera, pero en la segunda a pesar de pelear con fijeza, salió suelto. Al comienzo de faena no se empleó, en cada muletazo buscaba la salida. La disposición del torero le valió para meterlo en la muleta y sacarle una tanda de naturales, que dejaron en los aficionados el sabor de volver a ver de nuevo el manejo de los engaños del torero de la ribera.
©Pepeíllo.
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