viernes, 3 de junio de 2022

 Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo.

Feria de San Isidro 2022. 26ª Festejo de abono.

Corrida de toros”

“Figura que vino a hacer caja”

Ganadería

Se lidiaron 5 del Puerto de San Lorenzo y uno, 3º, de La Ventana del Puerto de procedencia Atanasio Fernández Lisardo Sánchez. Mal presentados, algunos podrían pasar por novillotes bien rematados, sin casta, mansos y blandos. Mansearon en el caballo, el sexto derribó al montado más por la impericia del picador y de un arreón típico de manso. El picador quedó debajo del caballo pero salió por su propio pie del trance.

Terna:
  • José Mª Manzanares. De sangre de toro. El en segundo de la tarde estocada que vale. División de opiniones cuando saluda. Por vergüenza torera debía haberse tapado, ya que por una estocada... En el cuarto pinchazo que escupe el toro, otro pinchazo y estocada delantera, y aviso, y el que avisa no es traidor. Volvió a saludar desde el tercio, seguramente para provocar a los aficionados, ya que él sabía que su faena no era merecedora de tal distinción, pero las figuras están en otro mundo, y sus seguidores también
  • Alejandro Marcos: De rosa y oro. En el toro de su confirmación estocada que hace guardia, pinchazo que escupe, aviso, estocada trasera y atravesada y 7 descabellos. 2º aviso. Silencio. En el quinto 6 pinchazos, en la suerte natural, estocada en la suerte contraria, tendida y 2 descabellos. Silencio.
  • Tomás Rufo: De coral y oro. Golletazo que tuvo que sacar el peón, ya que dañaba la vista. Silencio. En el sexto estocada desprendía. Oreja y petición de la segunda.
Presidente: D. Víctor Oliver Rodríguez.

No anduvo fino el presidente en esta ocasión. Se dejó colar una corrida impresentable para Madrid y regaló una oreja a Tomás Rufo en el sexto, tratando a Las Ventas como un coso de feriantes.

Cuadrillas y otros:

Tarde ventosa pero que no molestó a los toreros en su labor. El coso rozó el lleno en el 26º festejo de la feria.

Otro par de banderillas que levantó a los aficionados de los asientos. Corrió a cargo de Fernando Sánchez. Quien iba a ser. Fue en el sexto. El torero se fue despacito hasta los terrenos del toro, dejándose ver y cuando el animal emprendió la arrancada, el torero de plata muy despacio cuarteó la embestida y clavó los garapullos levantando los brazos ganándole la cara al toro. ¡Hay quién da más? Seguramente, pero en esta tarde, no.

En el segundo de la tarde, el torero Tomás Rufo sufrió un revolcón al ejecutar un quite por gaoneras. Salió ileso del trance pero a punto estuvo de costarle un serio disgusto.

Comentarios:

La cruz de la moneda la ofreció Manzanares y el ganado elegido para la ocasión. Una figura que llenó el coso pero le pudo su irresponsabilidad de figura. En su primero estuvo pero no estuvo, y por recetar una estocada, se permitió la osadía de saludar desde el tercio en correspondencia a los aplausos generosos de los incondicionales de las figuras. El sabía que no había estado bien, y si no lo sabía no merece vestirse de luces, ya que los aficionados pensarían que vino a hacer caja. En el cuarto trató de meter gato por liebre en una faena donde solo aparecieron las ventajas que lo tienen atenazado y algún detallito de regalo de corte sevillano para contentar a los triunfalistas. Estuvo algo más aseado pero acompañando la embestida de su enemigo en lugar de torear y con el pico por delante. Menos mal que falló a espadas, su público estaba dispuesto a lo que fuera, por tal de premiar a su figura, lo que le hubiera puesto en el compromiso de enfrentarse a un regalo que no merecía. Esto suele ocurrir cuando se pierden los valores, tanto profesionales como personales. “Torero, el arte se mide no solo por los resultados, también por las intenciones, pero ayer ni tuvo intenciones ni resultados” Solo trajo intenciones de cobrar. Aparte de los expuesto, solo diré un detalle. Durante las faenas de sus compañeros, estuvo tranquilamente contenplando la corrida a unos cuantos metros de la tronera de matadores. Y eso que era el Director de Lidia.

Alejandro Marcos confirmó la alternativa después de cinco años de espera. Se la dio Manzanares, y de esta manera el alicantino no abría plaza. Lo hizo con el toro de nombre Gañanito, que manseó en el caballo y buscó el refugio de las tablas. El temple que trató de imprimir a su faena se vieron deslucidos por el poco recorrido de su enemigo. Cuando se cansó de embestir, se marchó a querencias, dejando al torero plantado con toda su voluntad. El segundo de su lote, de nombre Carcelero, hizo una fea pelea en varas y cuando le tocó mostrar lo que estaba dispuesto a dar en el último tercio, mostró un tranco que aburría hasta al ganadero. El matador lo pasó por la muleta sin que nadie se enterase de lo que hacía, solo los aficionados que protestaban exigiendo el toro-toro, y seguramente los periodistas del régimen criticando su aptitud. Si no hay toro el torero no se lo podía inventar, eso solo les está permitido a las figuras.

El primero de Tomás Rufo, de nombre Orfebre, fue mal picado, acudió suelto al caballo cuando éste hizo su aparición en el ruedo, se dejó pegar y fue castigado bajo. Cuando comenzó la faena de muleta el matador se encontró con un inválido donde nada pudo hacer. El sexto de nombre Lirón, fue muy mal picado, derribó al montado al taparle la salida. En la muleta el el animal le ofreció movilidad, y el torero comenzó con una tanda vulgar por el pitón derecho. Se fue animando  cogiéndole el sitio al toro y llegando a los tendidos, pero no cargó la suerte a pesar de sacar algunas tandas templadas. En el toreo al natural no se acopló, volvió por el pitón derecho, consiguiendo una tanda con más verdad en su toreo. El premio fue excesivo a pesar la petición mayoritaria. El joven matador perdió una oportunidad de haber echado la “pata pa’ lante” y de esta manera haber intentado conseguir un éxito rotundo, ante el único toro que mereció la pena.

©Pepeíllo

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