Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo
Corrida Goyesca de la Comunidad de Madrid, mano a mano.
“Valdefresno deslució el festejo”
Se lidiaron seis toros de la ganadería de Valdefresno, de procedencia Atanasio Fernández, Lisardo Sánchez, dos cinqueños y cuatro camino de los seis. Una limpieza de corrales. El segundo fue devuelto y se corrió un sobrero de José Luis Pereda,. El juego fue de mansedumbre, tanto en el caballo como en el último tercio, sin gota de casta por sus venas. Algunos dejaron que los matadores pudieran sacarle algunos muletazos. El cuarto escuchó tímidos aplausos en el arrastre, el quinto y sexto recibieron el recordatorio de los pitos para el ganadero. Ganado más propio de matadero que de una corrida emblemática como La Goyesca.
Terna:
- Uceda Leal. De salmón y azabache. Dos pinchazos y estocada trasera que vale. Aplausos. Estocada. Silencio. Estocada que vale. Silencio.
- Fernando Robleño De blanco y azabache. Estocada baja y atravesada, silencio tras aviso. Pinchazo, otro pinchazo tras aviso y estocada casi entera. Aplausos. Estocada recibida con entusiasmo para dar fin a un manso de libro.
Presidente: D. Ignacio Sanjuan Rodríguez
Devolvió el segundo de la tarde, un animal no apto para la lidia. .
Cuadrillas y otros.
En tarde primaveral se celebró la Corrida Goyesca, que Doña Isabel había preparado con esmero, pero el ganado le estropeó la tarde con casi todo el aforo de la plaza. Presentí que hubo muchas invitaciones. Debió aburrirse la Presidenta, ya que en el quinto toro abandonó el coso, eso sí, sin el recibimiento que le dedicaron cuando apareció en el callejón. Una pena Sra. Ayuso, coméntele al Director de Asuntos Taurinos que lo de Valdefresno lleva podrido mucho tiempo. Y él lo sabe.
De los toreros de plata hubo luces y sombras, en el segundo se lucieron Andrés Revuelta y Fernando Sánchez, que colocó un par de poder a poder aunque el toro acudió descompuesto. Revuelta en el segundo par se asomó al balcón con mucho valor.
Los puntilleros marraron en dos ocasiones al despenar a los animales. .
Comentarios:
Según abandonaba el coso los comentarios eran decepcionantes, uno de ellos me llamó la atención: “Lo de Valdefresno está podrido”. Si no hubiera asistido a la corrida, con este comentario y algo de imaginación me hubiera permitido redactar una crónica y posiblemente muchos de los detienen su vista en estas letras, no se hubieran dado cuenta del timo. Pero no me quedé en el "tendido de los pobres", asistí a la corrida y coincidí con muchas de las opiniones que vertían los aficionados, defraudados por el juego del ganado. Pero no fue todo negativo, Uceda Leal y Robleño se han convertido en dos toreros de referencia en Madrid, y la voluntad y la disposición de ambos, hicieron que por momentos los olés afloraran en el ambiente venteño.
Uceda Leal encontró en su primero los terrenos adecuados para ejecutar unos trincherazos de recibo muy toreros y de paso ajustar las embestidas del manso, que le permitió sacarle tanto en el toreo en redondo como al natural algunos muletazos sueltos con olés incluidos. El animal en cuanto vio abierta la puerta de la muleta se marchó a tablas y allí encontró la felicidad perpetua. Falló con el acero y el respetable se limitó a aplaudir su labor. Robleño comenzó la faena al segundo, de José Luis Pereda, por bajo plantándole cara, pero ante la incierta embestida de su enemigo, comenzó a dudar y a esconder la pierna contraria. El toro soltaba la cara en cada muletazo y el torero de Torrejón de Ardoz no consiguió corregir.
Con el tercero nacieron las protestas de los aficionados, el toro tenía las astas escobilladas y supuestamente manipuladas y eso es muy serio, hay quien defiende que los toros no pasan por la barbería. Si es así, ¿por qué no realizan análisis post morten de las astas? Volvamos a lo serio. El torero lo sacó al tercio y el animal no encontró en esos terrenos y en la muleta de Uceda el aliciente necesario y se marchó a tablas, pero tampoco el torero encontró en esos terrenos el toro que deseaba. Al cuarto Robleño le quitó la mansedumbre con unos muletazos de castigo, y pudo sacarle lo que el animal no tenía por ambos pitones, llevando la cara de su enemigo metida en la pañosa, sin descomponer la figura y rematando los muletazos en la cadera, levantando con ello los aturdidos ánimos de los aficionados. La espada le privó de un premio mayor que los merecidos aplausos.
En el quinto y en el sexto los toreros se encontraron con dos mansos de matadero, que el ganadero hábilmente consiguió sacarlos por toriles. Al quinto Uceda lo sacó al tercio, pero el toro quería tablas, le plantó cara en ese terreno pero tampoco encontró la colaboración de su enemigo. Abrevió y tomó el acero. El mismo guión se encontró Robleño en el sexto, con la particularidad que tuvo que recorrer todo el ruedo tratando de encontrar los terrenos del animal. Conseguía el primer muletazo, al segundo el toro se marchaba de la pelea y volvía comenzar el guión. En toriles consiguió una tanda de redondos voluntariosos, pero ahí quedó su empeño.
Los empresarios anuncian año tras año los mismos nombres, sin caer en la cuenta que los que tenemos en nuestra comunidad torean, no dan pases, pero hay que anunciarlos con la misma perseverancia que a otros, que su toreo no tiene el empaque que mostraron tanto Uceda como Robleño. .
©Pepeíllo.
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