jueves, 1 de junio de 2023

Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo

Feria de San Isidro. 19ª de feria. Corrida de toros

“Buen encierro, ganadero”

Reseña

Se anunciaron 6 ejemplares de la ganadería de Salvador Domecq. Cuatro de los toros fueron aplaudidos en el arrastre y al quinto se le dio la vuelta al ruedo aunque manseó en el caballo. El encierro sacó de la monotonía que veníamos sufriendo.

  • Arturo Saldívar. De catafalco y oro. Estocada baja. División de opiniones cuando saluda. Estocada baja. Silencio.
  • Fernando Adrián. De blanco y oro. Estocada baja y tendida. Oreja. Metisaca en la paletilla y estocada arriba. Oreja. Salió por la Puerta Grande.
  • Álvaro Lorenzo. De marino y oro. Pinchazo y estocada atravesada. Silencio. Estocada trasera, aviso. Petición y vuelta al ruedo.

Presidente: D. Ignacio Sanjuán Rodríguez. Permitió que el quinto diera la vuelta al ruedo después de mansear en el caballo y sin petición por parte del público.

Cuadrillas y otros.

Tarde de temperatura agradable. El coso registró unos tres cuartos del aforo.

Las cuadrillas estuvieron asedas en sus funciones, pero hay que destacar con letras de molde a Curro Javier que tuvo que desmonterarse en el tercero al colocar dos pares de banderillas aguantando en la reunión con un animal que acudió descompuesto. En el sexto bordó la lidia y en este toro también tuvo que desmonterare Raúl Ruiz en banderillas.

Comentarios:

El ganado que trajo Santiago Domecq ha sido lo mejor de se ha visto en la feria, pero ha habido un hilo de triunfalismo, como ya es habitual en esta plaza. No se le puede dar la vuelta al ruedo a un toro que no se entregó en la pelea con el montado, Aunque ya sabemos que la suerte de varas está en horas muy bajas Si fue por decisión del presidente, es que no se enteró o lo equivocaron sus asesores. Sin duda el ganado estuvo bien presentado y se movió en todos los tercios, dando el espectáculo que hasta la fecha nos han negado otros ganaderos, pero hay que medir y mucho esos hechos, si queremos que esta plaza sea la primera del mundo, aunque la afición duda .que así sea.

Los toreros dieron lo que supieron dar. Con faenas de altibajos, donde a tandas que resonaron los olés, a situaciones de falta de colocación y uso de las ventajas que se critican y me atreveré a decir que solo en esta plaza. Me alegré de la Puerta Grande de Fernando Adrián, un torero modesto que supo darle a sus faenas la épica que necesitaba este decepcionado público, en una fiesta calificada de desastrosa, donde todas las tardes los comentarios eran los mismos: “Vaya desastre de feria”, ni toros no toreros. Y la labor de los matadores de ayer hay que valorarla en su justa medida. Costurero fue el nombre del toro con el que inició Fernando Adrián la salida por la Puerta Grande. Un animal que manseó descaradamente en varas pero llegó a la muleta imponiendo su ley. El matador después de intentar fijarlo con dos estatuarios y un pase cambiado, le faltó mando y acoplo, tanto en el toreo en redondo como al natural, pero el torero creyó tener como enemigo a un burritoro y casi le cuesta un serio disgusto al ser .En resumen, tuvo una buena disposición y valor, pero faltó lo fundamental, el toreo. El público venteño le regaló una orejita que llevaba la vitola de “baratita”, ya que mató de una estocada baja y tendida. ¿Qué ocurrió en el quinto? Un toro que respondió en la muleta y un torero con una disposición loable. Recibió a Contento, que había manseado en el caballo, de hinojos en el tercio con dos pases cambiados y una tanda con la muleta en la izquierda. Cuando se puso a torear dio una serie aseada de naturales y con la derecha levantó los olés, en una faena de altibajos. El animal acudía a los cites con tranco y nobleza, y el torero realizó una labor llena de dignidad torera y que caló en los tendidos. Pero, a la hora de matar le recetó un golletazo en la paletilla que sonrojo al menos exigente de los aficionados. Su disposición le sirvió para conseguir otra “orejita” y salir por La Puerta Grande. Al toro le dieron la vuelta al ruedo, hecho que enturbió la seriedad de la plaza, donde la suerte de varas no cuenta para nada a la hora de valorar el premio a los animales. Casi nadie se enteró que el presidente sacó el pañuelo azul.


Manosfrias salió en primer lugar, un toro que manseó en el caballo, llevándose por delante, sin consecuencias, a Arturo Saldívar en el quite que realizó. En el último tercio el mejicano recibió a su enemigo de hinojos en el anillo. Continuó con el toreo en redondo pero con poca colocación. Continuó con una faena sin acoplarse y en un descuido, considerado como un descaro, lo arrolló sin consecuencias. Se le fue al torero un buen toro intentando mezclar el toreo con la temeridad. Sensible fue el nombre del cuarto de la tarde. El animal cumplió en el caballo y fue un buen toro en la muleta, donde el mejicano no estuvo a la altura de su enemigo. Lo recibió con muletazos por arriba sacándolo a los medios y en esos terrenos no consiguió acoplarse y el toro se hizo dueño de la pelea, al natural no llegó a acoplarse. Sólo anoté una tanda aseada de redondos. No hubo más y el animal se mereció otra muleta.


A Nubarrón le salvó la cara. Y como resumen, se dejó pegar en el caballo y en la faena de muleta Álvaro Lorenzo no sacó calidad de su muleta. Solo anotó en su haber un muletazo con la derecha. Ni con mano derecha ni con la izquierda convenció a los presentes. El sexto, de nombre Peleador, el animal cumplió en el caballo y el torero mostró una disposición que fue valorada. Pero hubo algo más, el matador lo sacó a los medios, y al segundo muletazo lo arrolló sin consecuencias. Fue el único toro que blandeó. En esos terrenos el animal no se encontró a gusto en la pelea. Lo cerró y logró una buena tanda de naturales. Continuó con la izquierda pero el toro buscaba la querencia de las tablas. Hubo petición por la disposición del torero, pero el toledano se tuvo que conformar con la vuelta al ruedo.

©Pepeíllo.


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