domingo, 24 de septiembre de 2023

A Amaia para que sepa perdonar el olvido. 

 Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo

Corrida de toros. Concurso de ganaderías

“Poca afición hay en el palco presidencial”

Reseña

En la corrida “Concurso de ganaderías”, se lidiaron 6 toros de: Partido de Resina, Samuel Flores, Victoriano del Rio, Peñajara, José Escolar y Pedraza de Yeltes. En general mal presentados, feos, sin rematar, nobles y faltos de casta, algunos flojos de remos,. El único que destacó el de Pedraza de Yeltes que empujó en el caballo con fijeza metiendo los riñones. El primero y segundo fueron pitados en el arrastre, el cuarto recibió división de opiniones y el sexto recibió aplausos camino del desolladero.

Terna:

Serafín Marín: De celeste y oro. Pinchazo y estocada caída y atravesada. Aplausos. Estocada. Tímidos aplausos.

Rubén Pinar. De azul y oro. Estocada desprendida y descabello. Silencio. Pinchazo y tres descabellos. Tímidas protestas a su labor.

Gómez del Pilar. De salmón y azabache. Tres pinchazos y estocada desprendida, entre ellos recibió dos avisos. División de opiniones. Estocada y descabello tras aviso. Aplausos

Presidente: D. Ignacio Sanjuán Rodríguez.

No estuvo a la altura de lo que requería el cartel. La corrida era concurso de ganaderías y el presidente no debió cambiar el tercio en el sexto con dos entras al caballo aunque lo pidiera el matador, dejando en evidencia su falta de afición. Tampoco quiso enterarse del comportamiento del primero, un ejemplar no apto para la lidia y que mantuvo en el ruedo ignorando las protestas de los tendidos. 

Cuadrillas y otros.

En tarde soleada y de temperatura agradable, el coso venteño registró 8045 espectadores. La empresa no trató con respeto a la fiesta para el desafío ganadero, lidió un ganado impresentable y no fue reclamo suficiente y los del clavel volvieron a dar la espalda a la fiesta.

Las cuadrillas dieron la cal y la de arena. En el cuarto tuvieron que desmonterarse Marcos Prieto y Diego Valladar, al lucir un buen tercio de banderillas. Sin embargo en el quinto tanto Javier Perea como Francisco Sánchez Araujo se dejaron la vergüenza torera en el callejón al parear a su enemigo, montando un sainete impropio de unos profesionales que con su actuación denigraron el traje que lucían.

Comentarios:

“Fuera del palco”, le gritaron con fuerza al presidente en el sexto al cambiar el tercio de varas con dos puyazos, donde el picador Juan Manuel Sangüesa fue aplaudido El animal se llamaba Sombrero y  empujó en el peto con fijeza. En la segunda entrada se arrancó de largo levantando los aplausos de los tendidos, el presidente nos privó de una tercera entrada. Los veterinarios tampoco anduvieron finos al no rechazar algunos de los ejemplares, dando que pensar que fue una limpieza de corrales. Gómez del Pilar recibió a Sombrero de hinojos y le recetó una tanda de derechazos templados, continuando con otra tanda de redondos. En otras tandas abusó del pico para aguantar las embestidas del animal, dando muestras que el toro estuvo por encima del torero, fue una faena con emoción, pero… El segundo de su lote fue un feote ejemplar de Victoriano del Rio de nombre Mansero, que recibió un feo castigo por parte del picador, aunque se arrancó de largo. Recibió Gómez del Pilar a su enemigo con la muleta sometiéndolo por bajo y el toro se desplazaba con nobleza. A continuación tiró de pico, detalle que enfrió el ambiente a pesar que el animal fue exigente y el torero mostró disposición, pero su faena careció de ligazón y de verdad.

El primero de la tarde pertenecía a la ganadería de Partido de Resina, y le tocó en suerte a Serafín Marín. Al recibirlo de capote consiguió lucirse con dos verónicas templadas, pero el toro comenzó a mostrar escasez de fuerzas. Entró dos veces al caballo, en el primero hizo una fea pelea, empujando sin clase y con la cara alta. En la segunda no se empleó. El animal sin condiciones para la lidia el torero de Moncada se limitó a templar las embestidas sin someterlo, ya que en cuanto lo hacía rodaba por el suelo, restando con ello emotividad a la faena. El cuarto, de Peñajara y de nombre Mexicano, fue un ejemplar de bonita capa. Entró tres veces al montado y la primera desde la tercera raya, hecho que despistó a los aficionados. Se empleó en el caballo y en las otras dos, aunque tardó en acudir al caballo, se arrancó con tranco. Después del brindis, el toro se paró y todo el interés del torero en arrancarle las pezuñas del albero fue inútil.

Rubén Pinar se encontró en su primero con Triana, ejemplar de Samuel Flores. Un animal cornalón pero sin rematar. Mostró aspereza en el capote que le ofreció el torero albaceteño y acudió dos veces al caballo. En la primer entrada manseó y salió suelto y en la segunda se dejó pegar pero sin entregarse en pelea. En el último tercio el toro mostró que no valía para nada. Le cambió los terrenos pero ni toro ni torero mostraron ningún interés por complacer a la concurrencia. El quinto se llamaba Castellano I y a pesar de no entregarse en la pelea con el picador, el presidente cambió el tercio sin esperar a que acudiera por tercera vez. A pesar de recibir un tercio de banderillas denigrante, el animal ofreció templanza y que el torero aprovechó para ejecutar dos naturales templados, pero fue lo único que pudo ofrecer, su enemigo se rajó y le costó al torero arrancarle algunas embestidas.

Eso fue todo y con ello se esfumaron las ilusiones de los aficionados en ver un ganado de acuerdo a una corrida concurso. Hay muchos intereses para ofrecer un espectáculo que merezca la pena recordar.. Pero hay uno que destaca: el ganado impresentable que esta empresa contrata.

©Pepeíllo.

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