lunes, 20 de abril de 2015

19 de abril de 2015: Tarde de quites


Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo Novillada picada.

Cuarta de la temporada.

Ganadería

6 Novillos de la ganadería de La Ventana del Puerto. Encaste Atanasio Fernández-Lisardo Sánchez. En general bien presentada, mansa y sin casta El sexto fue devuelto a los corrales y en su lugar se corrió un sobrero de José María López, encaste Torrestrella, cuyo comportamiento fue de manso pero con casta, de los persiguen a los toreros hasta las tablas cuando huelen a la presa.

Terna:

  1. Tomás Angulo. De nazareno y oro. Estocada trasera tirándose a ley. El toro cayó “rodao”. Saludos desde el tercio. Bajonazo. Vuelta protestada por su cuenta.
  2. David de Miranda. Nuevo en esta plaza. Azul y oro. Estocada baja perdiendo la muleta, que vale. Saludos benevolentes desde el tercio. Pinchazo y bajonazo infame. Silencio.
  3. Roca Rey. De Lima. Nuevo en esta plaza. De azul celeste y oro. Estocada baja perdiendo la muleta. Oreja. Pinchazo hondo desprendido, aviso. Oreja. Sale a hombros por la puerta grande.

Presidente: D. Javier Cano Seijo.

No anduvo acertado en sus decisiones el presidente. Concedió un trofeo inmerecido a Andrés Roca en el tercero y otro en el sexto que le permitió salir por la Puerta Grande. Mantuvo en el ruedo al quinto, un animal que no podía ni con su alma, preguntándose el aficionado a quien beneficiaba con ese gesto, a la fiesta seguro que no. Permitió, como todos sus compañeros que tienen la responsabilidad de evitarlo, que los toreros de plata citaran con los capotes a los toros desde el burladero de la segunda suerte, con el único propósito de que los animales derrotaran en la madera y se dejaran en ella las defensas y parte de su agresividad. Ni tan siquiera llegó a amonestarlos el alguacilillo. 

Suerte de varas:
  1. Sombrero 515 Kg: No se entregó de salida saliendo suelto de los capotes. En la primera entrada al caballo salió suelto, mostrando mansedumbre. En la segunda entrada al montado se repuchó, manseó y volvió a salir suelto. Manso, sin casta que se defendió en la muleta.
  2. Resistemucho. 538 Kg. Con escasa fuerza, en la primera entrada al montado el picador permitió que el novillo se estrellara en el peto y fue muy mal picado. En la segunda vara fue castigado trasero, se dejó pegar pero salió suelto. Manso, sin casta que se dejó torear con la muleta. 
  3. Resistente. 525 Kg: En la primera entrada al caballo cumplió pero tuvo el feo detalle de salir suelto de la pelea. En la segunda vara el piquero solo marcó el castigó pero en los bajos. El novillo cumplió en el caballo y se dejó torear en la muleta.
  4. Niñoso. 539 Kg: Al no ser parado de salida el astado acudió suelto al picador en el tendido 1. En la segunda entrada, ya en contraquerencias, empujó con fijeza y el picador le zurró la badana. El toro tuvo clase embistiendo en la muleta.
  5. Huracán. 530. Kg: Entró al relance al montado sin que nadie tuviera la habilidad de ponerlo en suerte, derribando al caballo, perdiendo las manos a la salida. La segunda entrada al caballo fue un simulacro. El animal solo tuvo nobleza, pero era un cadáver. . . 
  6. Mayoral. 521 Kg. En la primera entrada el novillo se estrelló en el peto y se dejó pegar por el piquero, pero salió suelto. En la segunda entrada lo metieron debajo del caballo y no pudo verse el comportamiento del animal ante el caballo. Manso encastado.

Cuadrillas y otros:

Se registró en el coso venteño un tercio de plaza, por decir algo, y ante esta falta de espectadores, los novilleros ejecutaron en todos los novillos los quites correspondientes. Unos salieron mejor y otros no tan bien, pero los aspirantes a matadores lo intentaron. Hubo varios piques entre ellos, hechos que hacía tiempo que no se veía en la plaza. Los chavales, lo mismo que sus mayores, los toreros, se hacen funcionarios demasiado pronto. También los toreros de plata no se amedrentaron ante sus enemigos en cuanto a la colocación de los rehiletes se refiere. Hubo de todo como en botica, pero en líneas generales anduvieron en este tercio con profesionalidad, aunque a algunos de ellos no les salieran las cosas como esperaban, pero en esta ocasión sería injusto negarles su disposición a intentar ganarle la cara a su enemigo y reunir los garapullos arriba, en el morrillo. Sin embargo continúan sin encontrar la manera de parar al toro de salida. Ayer y ante un ganado cuyo encaste suele salir abanto, no consiguieron parar a ningún novillo y al cuarto lo picaron en el tendido 1, antes de que se colocara el montado contra querencias, y en el sexto nadie intentó meterle el capote por bajo para intentar pararle los pies. Fue el único novillo que sacó casta, persiguiendo a los banderilleros hasta las tablas y algunos tuvieron que tomar el olivo para evitar la cornada, Ante la falta de colocación de sus compañeros. 

Comentarios:

Decir que Las Ventas es una plaza seria y de responsabilidad es negar lo evidente. La seriedad de una plaza la dan sus gestores y los espectadores que ocupan sus tendidos. De los primeros ya se tiene datos suficientes sobre las intenciones con que llegan a la fiesta. Sobre los espectadores, cada día hay menos aficionados que acuden al coso venteño, y si antes eran garantía de exigencia a la autoridad a que cumpliera la normativa a través de sus protestas, hoy los tendidos se han convertido en una verbena donde grupos de espectadores que acompañan al torero de turno, exigen el triunfo de su torero al precio que sea. 

En el tercer novillo un presidente generoso regaló una oreja a Andrés Roca Rey, después de una faena donde el torero limeño demostró ganas de triunfar, citando desde la boca de riego a su enemigo para ejecutar tres pases cambiados sin enmendarse, pero con esto y algunos detalles que justificaron sus maneras, fue todo lo que ofreció a la parroquia venteña. Esta oreja junto a la obtenida en el sexto, le sirvió al torero colombiano para salir por la Puerta Grande, premio que se ha puesto al alcance de cualquiera que llegue a esta plaza con un nutrido grupo de incondicionales y acosen al presidente para la concesión de trofeos. En el sexto, el coleta estuvo en novillero, jugándosela ante un manso y encastado burel que se lo llevó por delante en dos ocasiones, pero el torero continuó la faena hasta terminar con su enemigo, sacándole dos muletazos templados con el engaño barriendo la arena. Una vuelta al ruedo hubiera sido más justo, pero un público triunfalista y un presidente generoso fueron la nota discordante del final de faena. 

Tomás Angulo se regaló una vuelta al ruedo en el cuarto. El torero pacense se quitó el rubor del rostro y dio la vuelta con tranquilidad, imaginándose el clamor que manaban de los tendidos. Pero la verdad fue bien distinta, su enemigo metió la cabeza en la muleta con claridad, pero el torero se limitó a colocarse al hilo del pitón desconociendo por completo que en esta plaza los aficionados valoran que los toreros se coloque en su sitio, pero el coleta debió entender que a sus partidarios eso les importaba un bledo. Prolongó la faena en exceso y el novillo se quedó sin recorrido. No tuvo bastante con esto sino que lo despenó de un bajonazo infame. Lamentable, torero. En su primero y ante un novillo que acudió al engaño con prontitud a partir de la primera serie comenzó a rajarse, pero el torero se le vio sin mando en la muleta y colocándose en la oreja de su enemigo. Al primer natural lo arrolló sin consecuencias visibles. 

David Miranda en su primero realizó un toreo de baja calidad, metiendo el pico hasta donde llegaba el vuelo de la muleta y citando fuera de cacho. Qué pena de fiesta, que les habrá hecho a estos toreros que la tratan tan despectivamente. No tuvo bastante con castigar a los presentes con estas vulgaridades, que para rematar la faena, su faena, la adornó con unas bernardinas. Seguro que intentaba tapar las carencias que había demostrado con anterioridad. En su segundo y ante un cadáver que los aficionados aún se están preguntado como el presidente lo mantuvo en el ruedo, el torero de Trigueros, se limitó a cuidarle sin bajarle la mano en ningún momento evitando con ello que su enemigo rodara por la arena, hubiera sido una pena, pero tampoco hay que extrañarse, ya que las figuras están hartos de hacer de enfermeros y cortarles orejas a toros cadavéricos, luego, no nos extraño que este chaval intentará lo propio, lo que ocurre es que estos toreros no tienen aún a su alcance el favor de la prensa. Penoso de creer, pero cierto.



©Pepeíllo.

martes, 14 de abril de 2015

12 de abril de 2015: Madrid ya no manda


Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo Novillada picada.

Ganadería

6 Novillos de la ganadería de Hermanos Sánchez Herrero, encaste Juan Pedro Domecq Solís en la línea de Aldeanueva. Bien presentada, la mayoría estaban en el umbral de ser cuatreños y con un trapío que muchos de los asistentes creían que asistían a una corrida de toros, pero sin figuras en el cartel. Su juego fue de manifiesta mansedumbre y sin gota de casta en las venas. Algunos se dejaron torear en la muleta. El ganadero no debió sentirse satisfecho del juego de sus productos.

Terna:

  1. Daniel Rueda. De marino y oro. Pinchazo tirándose a matar fuera de cacho, aviso, y estocada muy baja y atravesada al encuentro. Silencio. Estocada delantera. Silencio.
  2. Jorge Escudero. Pinchazo, aviso, estocada casi entera, caída tendida y atravesada, 2º aviso, 8 descabellos. Le salvó la benevolencia del presidente de que le echaran el novillo al corral. .Silencio. Media estocada metiendo el brazo con habilidad, descabello y 4 descabellos tras aviso. Silencio. 
  3. Antonio Linares. Estocada desprendida y atravesada. Oreja. Bajonazo de escándalo. Silencio.

Presidente: D. Justo Polo Ramos

Muy generoso estuvo el presidente en la concesión de la oreja a Antonio Linares en el tercero de la tarde. Confundió la corriente de verbena con la que se solicitó el trofeo, con la poca seriedad que había demostrado el torero en el ruedo. Para charlotadas está el Torero Bombero, con todos nuestros respetos hacía este tipo de espectáculos. El público manda y el presidente a obedecer.

Suerte de varas:

  1. Dulcero . 508 Kg: La suerte de varas fue un desastre. El novillo acudió primero al caballo que tapaba puerta y salió suelto. Igual comportamiento tuvo con el piquero titular, volvió de nuevo al picador de reserva y le zurró la badana tapándole la salida. A continuación repitió en el caballo titular y el piquero le mechó el morrillo. Manso y descastado. Una lidia de verdadera pena.
  2.  Rodillero. 498 Kg. En la primera vara el picador lo picó en los bajos, le hizo la carioca y el novillo ante tales despropósitos, salió suelto. En la segunda entrada lo marearon con tanto capotazo y no lo pusieron en suerte. El novillo se defendió ante el castigo. Manso y descastado que se dejó torear en la muleta.
  3. Espartero. 532 Kg: Como nadie lo paró de salida, el animal acudió al caballo en el tendido 10. Y como todo continuó igual entró al relance en el mismo lugar. La cuadrilla no consiguió colocardo en suerte. El novillo manso y descastado que se dejó torear en la muleta, metiendo la cabeza por ambos pitones.
  4. Caminero 505 Kg: En la primera entrada al caballo se dolió en el castigo y salió suelto. En la segunda entrada no lo pusieron en suerte y entró al relance. Manso con algo de casta pero se rajó en la muleta. 
  5. Príncipe I. 503 Kg: En la primera entrada al caballo lo picó el picador que tapaba puerta, le tapó la salida y le arreó de lo lindo. En la segunda vara entró al relance ante la incompetencia de los toreros que no consiguieron ponerlo en suerte. Manso y sin casta, en la muleta el torero no estuvo a la altura de su enemigo. 
  6. Príncipe II. 493 Kg. En la primera vara el piquero lo castigó en el brazuelo y como no tuvo suficiente con ello, al acudir de nuevo al relance le hizo la misma faena en los bajos. El novillo manseó en la pelea, pero el juego que dio en la muleta puso en bandeja el triunfo al matador, pero este no lo aprovechó. 
Cuadrillas y otros:

Pocos detalles tuvieron los toreros sobre el albero venteño que marcara su profesionalidad y afición, no pusieron en suerte al ganado frente al caballo ni una sola vez. En banderillas nadie intentó lucirse, solo destacó Marco Galán en la lidia del tercero de la tarde, fue el único que supo bajarle el capote a su enemigo para tratar de enseñarle a embestir. Todo lo demás fue una incompetencia total. Nadie supo parar a los novillos de salida, la actuación de los picadores fue un desastre, todos apostaban para ver quien lo hacía peor y el que ganó la partida fue Miguel Ángel Infante en el sexto. Mostró una inoperancia total, tanto en el manejo de la vara como del montado. Para anunciarse en una plaza hay que reunir otras condiciones que la de ganarse el jornal, hay que tener profesionalidad y afición, y eso fue lo que se echó en falta. 

Comentarios:

Los toreros tampoco demostraron nada que hicieran olvidar las actuaciones de los componentes de sus cuadrillas. En el tercero de la tarde Antonio Linares se vio gratificado por un grupo de incondicionales que le solicitaron la oreja al presidente con insistencia y este, en un estado de generosidad la concedió. Hoy seguro que se estará arrepintiendo del regalo y del año que le hizo a la fiesta, como también dar alas a quien no sabe volar, pero ya lo dice el dicho, Madrid ya no manda. Los taurinos han conseguido meter la vulgaridad en esta plaza con premios incluidos. Este hecho tiene un grave inconveniente para los chavales, que estos trofeos no significan nada en su carrera. El torero manchego solo mostró la vulgaridad de su muleta, toreando en la oreja de los novillos sin cruzarse en ningún momento y por si fuera poco con estos detalles, se retorcía como un calamar en la sartén, sin rematar ningún muletazo y si lo conseguía, sacaba al novillo para fuera. El sexto novillo le puso en bandeja un triunfo que cuando medite sobre su actuación seguramente dudará continuar en esta profesión. Solo mostró detalles chulescos saliendo de la cara del toro, impropios de una faena de bajo contenido artístico. Pero es lo que cala en los tendidos y ante estos hechos el aficionado exigente nada tiene que hacer. 

Abrió la tarde Daniel Ruedas, que según las estadísticas durante la temporada pasada no se vistió de luces y ese detalle comenzó a observarlo el aficionado desde el primer momento. Su primer novillo no se empleó en el capote y ya con la franela mostró sus condiciones de manso con querencias hacia las tablas. El torero se limitó a bailar en la cara de su enemigo sin conseguir ligar ni una triste serie, mostrando en todo momento una manifiesta incapacidad lidiadora. En su segundo, un novillo muy serio y con unas perchas muy respetables, manso como sus hermanos de camada, lo recibió con unos muletazos por alto, en lugar de doblarse por bajo, pero su enemigo se rajó y no consiguió sacarle ningún muletazo limpio. No se le pudo pedir más al torero.

El primero de Jorge Escudero mostró querencias a tablas y por el pitón izquierdo rebañaba. El torero consiguió templar algunos muletazos sueltos pero sin ligar ninguna serie, toreando fuera de cacho y su muleta no pudo con la acometividad de su enemigo que terminó comiéndole el terreno en cada muletazo, y si durante la faena el que manda es el toro, mal vamos, matador. En su segundo comenzó doblándose con su enemigo con unos muletazos con cierto sabor, pero ahí terminó todo lo que podía mostrar a los espectadores. Se lo sacó a los medios pero no encontró la medida para embarcar al novillo que no fueran trallazos y una mala colocación, terminando de nuevo en el tercio que era donde lo llevó su enemigo. Al final se puso pesado. 



©Pepeíllo.