lunes, 6 de octubre de 2014

5 de Octubre de 2014: Predominó la mansedumbre y la falta de casta

Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo, corrida de toros


Ganadería

Seis toros de Adolfo Martín, encaste Saltillo-Albaserrada. En quinto lugar se corrió un sobrero de El Puerto de San Lorenzo, al inutilizarse al salir al ruedo el de la ganadería titular. La presentación en el tipo, algunos justos de trapío, el segundo fue aplaudido al hacer su aparición en el ruedo, el quinto y el sexto les salvó la cabeza. En general mansos, blandos y excepto el cuarto, sin casta, y en líneas generales, toreables. El quinto un manso de libro, como se podía esperar de la ganadería de El Puerto de San Lorenzo, que cada año llena de mansedumbre el coso venteño.

Terna:

  1. Uceda Leal. De sangre de toro y oro. Metisaca arriba y estocada algo contraria. Silencio. Estocada caída. Bronca.
  2. Diego Urdiales: De verde botella y oro. Estocada tirándose a ley. Oreja. Estocada. El toro se echa tres veces y lo levanta el puntillero. Saludos desde el tercio.
  3. Serafín Marín: De Celeste y oro. Estocada caída. Silencio. Estocada. Oreja.

Presidente:

D. Justo Polo Ramos. Devolvió a los corrales al quinto sin dudar un momento. Así se hacen las cosas Presidente, mirando por la fiesta y los por espectadores que pagan su entrada.

Suerte de varas:

  1. Tomatito. 467 Kg. Acudió suelto al caballo y el picador marró tres veces antes de colocar la puya. El toro no se empleó en la pelea. En la segunda vara no lo castigo, mostrando su condición de manso. Manso, blando y sin gota de casta. 
  2. Sevillanito. 465 Kg. En el primer enfrentamiento con el montado no se empleó, perdiendo las manos. El picador no lo castigó. En la segunda vara se limitó a sujetarlo y el burel tampoco se empleó. Mansote, inválido con mucha nobleza.. 
  3. Carpintero. 492 Kg: Acudió suelto al caballo, el picador se agarró bien, pero el toro no se empleó y salió suelto. En la segunda entrada no lo pusieron en suerte, y salió suerte. Aunque no pido verse al toro en el caballo mostró detalles de manso, blando y descastado.
  4. Madroño. 480 Kg: Acudió al caballo en le tendido 1 y el picador le arreó bien, eñ toro se enceló en el peto, pero sin entregarse en la pelea. En la segunda entrada acudió de nuevo al caballo en el tendido 1. Que desastre de lidia. El toro, manso encastado que recibió una lidia horrorosa. 
  5. Curioso. 600 Kg: En la primera vara el picador se limitó a marcar el castigo, pero trasero, el animal salió suelto. Para ponerlo en suerte en la segunda vara, el toro se paseó por todos los capotes de la plaza sin que ningún torero consiguiera pararlo. Se marchó a toriles y en querencias el animal se dejó picar. No se encuentran adjetivos para calificar su comportamiento: Manso de libro. 
  6. Baratillo. 516 Kg. En las dos veces que entró al caballo no se empleó no el toro, ni el picador. Mansote que se dejó torear, pero el torero no se acopló a su enemigo. 

Cuadrillas y otros:

Con tarde apacible y casi un lleno en el coso venteño fueron recibidos los pupilos de Adolfo Martín. Pero el ganado no respondió a las expectativas que los aficionados esperaban de su encaste. Un manso de El Puerto de San Lorenzo, lidiado como sobrero, echó un borrón sobre la fiesta. Cuando se darán cuenta los empresarios que esta ganadería no la quieren ni para carne. Seguramente solo les valga a los gestores para cuadrar su cuenta de beneficios. Otra explicación no encuentra el aficionado.

La lidia que le ofrecieron los profesionales tanto al cuarto como al quinto fue para retirarse de la profesión. Están tan acostumbrados al toro bobalicón y domecqticado, que cuando algún animal se sale del guión del burro toro, nadie encuentra la solución para su lidia. En el cuarto tuvo que salir a parear Antoñares para demostrarles a sus compañeros que el león no era tan fiero como parecía, le faltó profesionalidad, tanto a Uceda Leal como su cuadrilla. El torero de plata quiso hacer bien su trabajo con tan mala fortuna que en el tercer par lo arrolló su enemigo a la salida y casi lo cornea. Este ejemplo no serviría de nada a sus compañeros, debido a que esta profesión esta cada vez más desunida y el que muestra su honradez en el ruedo sus compañeros suelen ignorarle, incluso a la hora de hacerles un quite. Muchos ejemplos se han visto de este tipo que hacen pensar al aficionado que algo no funciona entre los profesionales. En esta corrida, sin ir más lejos, nadie le hizo el quite a Vicente Osuna en el tercer par al sexto. El toro hizo hilo con el torero y nadie le hizo el quite, teniendo que tomar el olivo, y lo más importante, la prensa calla la verdad, esa verdad que al final sale a la luz pública para todo aquél que se acerque a conocer. No hay nada más que ver los casos de “tuneleros”, toreros que se ofrecen a torear por debajo de los honorarios establecidos en el reglamento. Después la prensa critica a los aficionados que denuncia el fraude. 

Comentarios:

Volviendo a lo ocurrido en el ruedo, los toros de Adolfo Martín no dieron la talla, la oreja concedida a Serafín Marín puso de manifiesto, la complicidad que existe entre el público triunfalista, la autoridad y la empresa. Aprovechan cualquier ocasión para resaltar la vulgaridad que los toreros ofrecen en el ruedo en lugar de acometer los problemas existentes cada vez que una plaza de toros abre sus puertas.

El único toreo de la tarde salió de la muleta de Diego Urdiales. Toreo serio y recio, aunque se mostró benevolente con su primero al no someterlo bajándole la mano por la falta de fuerza, pero a fuerza de consentirlo, el toro se vino arriba y aunque por el pitón izquierdo tenía menos recorrido, consiguió sacarle unos naturales con mucha pureza, que los asistentes corearon con sentimiento. Fue una pena que no tuviera más recorrido, ya que le restó largura y plasticidad a los muletazos. Como comentaba un aficionado, el torero se dio cuenta tarde Se refería a la bondad del pitón izquierdo. El torero riojano toreó al natural sacándole a su enemigo todo lo que tenía, y lo más importante, sin trampa ni cartón, ofreciéndole la femoral en cada muletazo. Ante el sobrero del Puerto, manso de solemnidad, puso todo su empeño en sacarlo a los medios, pero el toro no estuvo dispuesto a colaborar. Pase a pase consiguió refugiarse en tablas creyendo ver en ellas la salida de la dehesa. El torero trató de sacarle faena al hilo de las tablas, pero su enemigo no estuvo dispuesto a concederle ese privilegio. Sr. Empresario, el próximo año, como es habitual, no se olvide de traer a la feria esta ganadería, que seguro comprará como carne de matadero. 

En lo que concierne a la actuación de Serafín Marín, en su primero y ante un inválido, tanto el torero como el toro se mostraron desconfiados, con la salvedad que el único que debió mostrar firmeza era el torero, porque a toros con este encaste no se le debe dudar nunca, ya que aprenden rápidamente, aunque en honor a la verdad, el toro se rajó pronto y fue un autentico marmolillo por ambos pitones. Su segundo tuvo más movilidad y el torero consiguió algunos redondos sin rematar y con poca ligazón, colocándose al hilo del pitón. Al natural no llegó a acoplarse y en un descuido el toro se lo llevó por delante sin consecuencias. A estos toros no se les puede torear en la oreja, se sienten molestos cuando el torero se coloca al hilo del pitón. El torero puso voluntad, pero una oreja fue un premio excesivo para dejarse ir un toro al desolladero sin torear.

Uceda Leal estuvo toreando fuera de cacho desde que tomó la muleta. Ante un noble e inválido enemigo desarrolló un toreo vulgar y sin fundamento. No tiró de muleta cuando su enemigo estaba dispuesto para la pelea, el toro se quedó sin recorrido y el torero descompuesto. En su segundo, intentó doblarse con él pero el toro estaba avisado debido a la mala lidia que había llevado, enseñándole lo que no debían y ante este dilema el madrileño se arrugó, abreviando la faena y tomando el acero para despenar a su enemigo. Tampoco mostró muchas ganas de agradar. 



© Escrito por Pepeíllo.

domingo, 5 de octubre de 2014

4 de Octubre de 2014: ""


Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo, corrida de toros

Ganadería

Cuatro toros de la ganadería de El Puerto de San Lorenzo y dos de La Ventana del Puerto, primero y sexto. Encaste Atanasio Fernández.- Lisardo Sánchez Bien presentados y en el tipo. Mansos, y excepto el sexto, y en general descastados y toreables.

Terna:
  1. Miguel Abellán. (Único espada). De blanco y plata.
  • Primero: Estocada arriba. Aviso. El toro tardó en doblar. Petición y saludos desde el tercio.
  • Segundo: Tres pinchazos, metisaca y estocada contraria y trasera y descabello. Silencio.
  • Tercero: Tres pinchazos, aviso, y estocada trasera. El toro tuvo una muerte brava muriendo con la boca cerrada. Saludos desde el tercio.
  • Cuarto: Pinchazo hondo y dos descabellos. Silencio.
  • Quinto: Estocada. Silencio.
  • Sexto: Estocada. División de opiniones.

Presidente

D. Trinidad López-Pastor Expósito. La lidia se desarrolló sin problemas y el presidente se limitó a cumplir el reglamento.

Suerte de varas:

  1. Sospechoso. 520 Kg. El picador se limitó a sujetarlo, no se empleó y salió suelto. En la segunda entrada no lo pusieron en suerte metiéndolo debajo del caballo, perdiendo las manos. El toro manso, que desarrolló sentido durante la lidia. 
  2. Cubilón. 509 Kg. En la primera vara el picador marcó en los bajos rectificando, el toro no se empleó. En la segunda vara marcó el castigo arriba pero tampoco se empleó en la pelea. Manso, inválido y descastado. 
  3. Burganero. 572 Kg: En la primera entrada al caballo se marchó al picador de reserva y el subalterno que tapaba puerta se tapó en el burladero, el picador marró cayendo de bruces al ruedo dándose un buena costalada. Al no pararlo nadie, el animal acudió de nuevo al reserva sin que ningún torero tratara de pararlo no de poner orden en la lidia. .El piquero le arreó la badana y el toro se dejó pegar. Su comportamiento fue de manso que se vino arriba en banderillas .y en la muleta puso el triunfo en bandeja al torero.
  4. Mariposino. 548 Kg: Salió huyendo del caballo al sentir el hierro de la puya. En la segunda vara se dejó castigar por el picador. El burel Manso y descastado. 
  5. Bailador. 546 Kg: El picador marcó trasera la puya aunque rectificó, le tapó la salida y el animal se defendió de esta tropelía. En la segunda vara se dejó pegar pero salió suelto. Mansote que se dejó torear en la muleta. 
  6. Huracán. 582 Kg. Acudió suelto al caballo y el picador se paso en el castigo, el toro se dejó pegar sin fijeza. En la segunda entrada se limitó a sujetarlo marcando trasero el castigo. El animal salió suelto. Manso encastado. 

Cuadrillas y otros:

En tarde otoñal de buena temperatura y con un casi lleno se celebró el tercero de los festejos anunciados de la Fiesta de Otoño. Los toreros tuvieron que pechar con una corrida remendada, mansa y descastada de la familia Fraile, de la que lleva siendo una de las ganaderías fijas en esta plaza, y dado el juego que suelen dar los aficionados no han encontrado aún las razones de este hecho. Sus motivos tendrán para este maridaje empresario-ganadero. Los bureles salmantinos sembraron de mansedumbre el albero venteño y con ello, llenaron de vergüenza la actuación de algunos toreros que no supieron dar respuesta con sus capotes a las necesidades de sus enemigos, dejándolos campar por el ruedo como rebaño sin pastor. Cierto que algunos toreros lo intentaron, pero no lo consiguieron, lo mismo ocurrió con las banderillas, en el segundo se intentó lucir Raúl Ruiz, que en el tercer par le echó la cara arriba y el torero de plata aguanto la tarascada con vergüenza torera. Jarocho se lució durante la lidia del primero y trató de lucirse en banderillas en el cuarto. También lo intentó José María Tejero en el quinto, pero al salir apurado del par, el toro hizo hilo y le salvó la providencia del burladero. Los demás toreros de plata rayaron a muy bajo nivel.

Comentarios:

Al finalizar la corrida los aficionados abandonaban el ruedo con un sabor agridulce. Por un lado agradecían la valentía del torero de vestirse de luces para encerrarse con seis toros sin más ayuda que su personalidad. Por otro lado, salían decepcionados, dado el resultado del festejo y que para este gesto hace falta tener una concepción del toreo variado, basado en el conocimiento y en la experiencia, hecho que Abellán, salvo su disposición, entrega y valentía, rallando en ocasiones el tremendismo, hasta la fecha no había demostrado como matador 

El juego del ganado decepcionó a los aficionados y no facilitó mucho la labor del torero, pero hubo toros que llegaron a la muleta metiendo la cabeza con claridad, como ocurrió con el primero, tercero, quinto y sexto, pero Abellán solo ajustó su muleta a las embestidas del tercero, donde ligó unas series de redondos bajando la mano consiguiendo muletazos largos y templados, aunque sin llegar a poner en sintonía a toda la plaza, ya que los aficionados le exigieron que no se colocara al hilo del pitón, que rematara los muletazos para dentro y que no descompusiera la figura, ya se sabe, sin esos detalles las faenas adolecen de la verdad del toreo. A pesar de esto, a punto estuvo de desorejar a su enemigo, pero el manejo de la tizona se opuso en su camino. 

Su primero llegó a desarrollar sentido y aunque comenzó la faena doblándose por bajo con gusto, no se acopló a lo que su enemigo le ofrecía, logrando una serie de naturales con mucha verdad en su muleta. A partir de este momento la corrida discurrió por otros derroteros, el torero, comenzó a dar muestras de faltarle las ideas para el desarrollo de la lida, y aunque el cuarto no le puso las cosas fáciles, el torero tampoco mostró disposición para lo poco que le ofreció su enemigo. 

Fue el quinto quien marcó el declive de la tarde. Ante un animal que repetía y metía la cabeza con clase, el matador no mostró lo que le exigía el guión. Estuvo desconfiado, realizando el toreo al hilo del pitón, ese que no interesa a nadie y que durante su ejecución los espectadores se defienden hablando de futbol. El toro calamocheaba, pero cuando le templaba la embestida su enemigo tenía recorrido, el único problema es que había que aguantar y llevar al toro toreado. En el sexto el público fue muy generoso, mostrándole su agradecimiento. Se sacó el toro al anillo y basó su faena al natural dejando ver al toro, pero se le presentó un problema añadido y es que el animal sacó casta y el torero no pudo con ella y creemos que tampoco con la carga de responsabilidad que tiene este tipo de gestas. Con ello terminó el espectáculo y la posibilidad de ver a un torero desplegar una variedad en tauromaquia. Muchos de los asistentes desconocían esta virtud en Miguel Abellán, pero en esta ocasión no saltó la sorpresa. Suerte torero.



© Escrito por Pepeíllo.

sábado, 4 de octubre de 2014

3 de octubre de 2014: El desatino torero



Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo, corrida de toros

Ganadería

Segundo festejo de la Feria de Otoño, se corrieron toros de la ganadería de Núñez del Cubillo, cuyo encaste recibió varias aportaciones de la línea Domecq: Domecq Solís, Salvador Domecq, Marqués de Domecq, Osborne y de la línea de Carlos Núñez, Villamarta y Rincón. El segundo fue sustituido por un sobrero de Juan Pedro Domecq. El quinto fue devuelto y sustituido por el segundo sobrero, perteneciente a la ganadería de Fermín Bohórquez, que también fue devuelto por inválido y sustituido por otro sobrero de El Torero. El sexto fue devuelto y en su lugar se corrió un sobrero de El Risco. Diez toros aparecieron por chiqueros, ninguno de ellos hizo olvidar al anterior. Mansos, blandos y descastados. 

Terna:

  1. Finito de Córdoba De sangre de toro y oro. Media estocada baja y tendida y cinco descabellos. Silencio benevolente. Estocada baja saliéndose de la suerte. Tímidos pitos.
  2. Iván Fandiño: De marino y oro. Estocada baja perdiendo la muleta. División de opiniones cuando saluda desde el tercio. Bajonazo de escándalo. Silencio.
  3. Daniel Luque: De Estocada bajísima tirándose a los bajos el descarado torero. Silencio. Estocada casi entera que vale. Silencio

Presidente:

D. Julio Martínez Moreno. Casi monta un espectáculo público D. Julio por jugar a empresario. Visto su comportamiento alguien debió pensar que perdió los papeles, y que no sabía el pañuelo que sacaba, si el blanco, para cambiar el tercio o el verde para devolver a los inválidos, creando en la plaza el desconcierto y dando la impresión que le superaron los acontecimientos. Hay momentos presidente que hay que dar la cara por la fiesta y por ende, por el público, que ya bastante tiene en aguantar a estos empresarios que se dejan imponer las normas de los apoderados de las figuras, y el resultado, ya lo vio, diez toros aparecieron por chiqueros, aunque con el reglamento en la mano, los que mantuvo en el ruedo, debían haber tomado el mismo camino. El público es quien paga y no se le debe tomar el pelo, demasiado se le permite a los taurinos para que la autoridad se ponga de su parte. Aunque tarde y algo remolón en sus decisiones, estuvo en su sitio, Señor Presidente. Hay que tratar de poner a la fiesta donde se merece. 

Suerte de varas:

  1. Polvorillo. 573 Kg. En la primera vara fue castigado trasero y el toro lo acusó dada su invalidez. En la segunda también fue picado trasero y el pobre animal no podía con su alma. El presidente decidió dejarlo en el ruedo a pesar de las protestas del público. El toro un inválido en toda regla.
  2. Señero. 498 Kg. En la primera vara se defendió, manseando descaradamente. En la segunda entrada el piquero marcó solo el castigo y salió suelto. Manso descastado y blando.
  3. Fundador. 585 Kg: Hizo una fea pelea en el caballo, no se empleó y salió suelto En la segunda mostró su condición de cadáver, que el presidente no quiso devolver. Manso, descastado e inválido. 
  4. Espantoso. 553 Kg: No fue castigado, no se empleó y marcó trasero el picador. En la segunda vara perdió las manos mostrando su condición de blando. Aunque fue castigado trasero, convirtiéndose este hecho en un lacra para la fiesta. Manso, inválido y descastado. 
  5. Lince. 517 Kg: En la primera vara escarbó mostrando mansedumbre y no se entregó en la pelea. En la segunda fue castigado trasero. El toro manso, sin casta y toreable.
  6. Vitola. 564 Kg. Fue picado trasero en la primera entrada al piquero, salió suelto y se marcho directo a sus querencias de toriles. En la segunda vara el torero no lo puso en suerte y entró al relance. Y salió huyendo despavorido a lsentir el hierro. Manso, descastado e inválido. 

Cuadrillas y otros:

Con una temperatura agradable, se celebró el segundo festejo de la Feria de Otoño, con un aforo de algo más de media plaza. El espectáculo que montó el ganado lidiado es para enviar al matadero toda la camada. Con menos motivos ha habido ganaderos honrados que lo han hecho, pero eran otros tiempos y otras personas que amaban su profesión, desde el mayoral de la ganadería hasta el último mono de la plaza. Hoy la carrera va por distintos caminos y cada personaje que se acerca a la fiesta, lo hace con el único fin de lucrarse de ella. Los picadores siguen a lo suyo, picando trasero y destrozando a los animales, los toreros se quedan descolocados cuando consiguen poner al toro en suerte y ningún torero fijó al toro de salida. De pena, y eso que eran figuras experimentadas. Se lucieron con los garapullos, Miguel Martín, que puso al público de pie en el segundo par del quinto de la tarde, por el cual tuvo que desmonterarse, y Jesús Arruga, en el segundo y quinto de la tarde. También destacó con los rehiletes José Luis Neiro en el tercero, donde puso un par que tuvo que hacer todo el torero. 

Comentarios:

Que duro es ser aficionado a la fiesta de los toros cuando los empresarios se permiten montar una corrida de este tipo, esperpéntica y tediosa, buscando siempre su beneficio, con ganado al no se encuentran adjetivos para calificarlo, y todo al servicio de las figuras acarteladas. Una autentica vergüenza que permitan salir por chiqueros diez toros para nada, ya que los toreros no dieron la talla en ningún momento en su condición de figuras. Los aficionados se tuvieron que poner muy serios con sus protestas ya que el atrevimiento de esta empresa en supuesta connivencia con la autoridad, podía haber terminado en un altercado público. ¡Y los toreros! Que pintaba en esta feria Finito de Córdoba si no era en su papel de telonero y de esta manera hacer caja. Hay algo que las personas no deben perder nunca y es la dignidad. No es el primero que ocupa este puesto con el único fin de abrir plaza, las figuras suelen elegir a un torero en el ocaso de su carrera, pero lo que nunca debía hacer es arrastrarse de una manera tan denigrante por los ruedos. Los aficionados se preguntaron a quien beneficiaba Finito: ¿A Fandiño?, ¿a Luque? Seguro que muchos no encontraron la respuesta, ya que ninguno de los dos demostró su condición de tal categoría.

Luque estuvo en su línea de pega pases, realizando las faenas junto al tendido 5. Debe tener un cierto apego a esta zona, ya que fue en ella donde encontró el calor suficiente cuando triunfó en Madrid con aquella faena que nadie, excepto él y su público, entendió para tal merecimiento. Los años pasan y los toreros van formando su personalidad, pero este parece haberse quedado establecido en aquel toreo vulgar que le encumbró incomprensiblemente hasta el lugar que ocupa en la actualidad. Su primero, un cadáver se permitió el lujo de brindarlo, pero a estos toreros nadie debe haberles enseñado las normas que han imperado en el toreo, basadas en el respeto hacía el público. Así le fue al matador, que ante un toro que no trasmitía nada a los tendidos trató de buscar en el tremendismo, la manera de calentar el ambiente, encontrándose con las protestas de los aficionados. En su segundo buscó los mismos terrenos y al tercer muletazo el toro se derrumbó. No creo que el torero se lamentara, era lo que habían elegido por su condición de figuras, toros descastados y que faciliten el triunfo con el mínimo esfuerzo. El toro iba y venía a las citas del torero pero su faena careció de la base fundamental, llegar a los tendidos. 

Iván Fandiño vino en figura, pero no demostró nada que destacara de sus compañeros de cartel. La faena a su primero, una babosa, estuvo basada en redondos al hilo del pitón. Este torero necesita toros poderosos, para los cuales tenga que sacar de su muleta el poderío que le ha llevado al lugar donde se encuentra, pero ha terminado acomodándose en el toreo moderno, de poca exposición pero también de poco contenido. En su segundo, y ante un animal que destacó de la vulgaridad repitiendo la embestida, el torero de Orduña basó su faena en la cantidad y no en la calidad, con un toreo eléctrico, rematando todos los muletazos para fuera, y eso el aficionado se lo traga con el toro encastado, pero con el animal domecqticado, se le atraganta. Después de diez toros y dos horas y media de espectáculo, no dio para más la tarde.



© Escrito por Pepeíllo.

viernes, 3 de octubre de 2014

2 de octubre 2014: El desatino torero


Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo, corrida de novillos

Ganadería

Con media entrada y con tiempo apacible, se celebró el primer festejo de la Feria de Otoño, lidiándose seis novillos de la ganadería de Fuente Ymbro, procedencia Juan Pedro Domecq en la línea Jandilla. Bien presentados, hubieran pasado sin ningún problema como toros de figuras. Mansos y toreables en general pero sin gota de casta.

Terna:

  1. Gonzalo Caballero: De turquesa y oro. . Estocada caída. Silencio. Estoconazo en el hoyo en las agujas. División de opiniones cuando saluda.
  2. Borja Jiménez: De verde y oro. Cuatro pinchazos de distintas versiones, recibió un aviso de la presidencia. Silencio. Estocada contraria perdiendo la muleta. Silencio.
  3. Francisco José Espada: De blanco y oro. Bajonazo de juzgado de guardia. Silencio. Estocada algo desprendida. Silencio.

Presidente:

 D. Javier Cano Seijó. No tuvo problemas en presidente en ninguna de sus decisiones, salvo permitir que los peones sigan citando a los toros desde el burladero con el único propósito de dañar su integridad física.

Suerte de varas:

  1. Víbora. 493 Kg. En la primera vara no lo pusieron en suerte y empujó sin clase derribando al montado. En el desconcierto un peón lo metió debajo del caballo sin montura y sin defensa, salvo un monosabio, todos lo habían abandonado. Son los profesionales de hoy. En la segunda vara se arrancó de largo y el picador volvió a picar trasero. El novillo toreable y con fijeza.. 
  2. Vejado. 516 Kg. La primera entrada la hizo al caballo que tapaba puerta. Al sentir el hierro salió huyendo del montado. En la segunda y en total desconcierto de la lidia, acudió de nuevo al picador de reserva y el presidente ante la incompetencia de los toreros cambió el tercio. El novillo manso y descastado. 
  3. Libélula. 501 Kg: En la primera vara salió suelto. Y en la segunda lo castigó trasero, como es habitual, limitándose a sujetarlo. El novillo salió suelto y se marchó directo a querencias, siendo de condición manso y descastado 
  4. Rebueno. 512 Kg: Que mala lidia le dieron al animal. Como no conseguían colocarlo en suerte, el picador tuvo que hacer su labor en el tendido ocho. Salió huyendo al sentir el hierro mostrando su condición de manso. En la segunda vara los toreros montaron una capea por su cuenta y el novillo al notar la incompetencia, se marchó al reserva, que le arreó de lo lindo, tapándole la salida, también por el mismo precio. El novillo manso y descastado. 
  5. Informal. 506 Kg: Otro novillo que llevó una lidia de pena. Acudió al picador al pasar por el tendido 10 cuando este intentaba colocarse contra querencias. Que desastre de lidia. Estos profesionales no hubieran dado la talla ni en una capea. En la segunda vara acudió suelto al caballo y fue castigado muy trasero. Como de costumbre. Nadie quiere tomar cartas en el asunto sobre la actuación de los picadores. El novillo manso toreable.
  6. Iluminado. 493 Kg. En la primera entrada al montado el piquero lo castigó muy trasero. Seguro que lo tendría pactado con el matador, ya que no se explica que siempre castiguen de esta manera a los animales. En la segunda vara, metieron al novillo prácticamente debajo del caballo y el piquero incomprensiblemente, desde el punto de vista de los aficionados, picó trasero. Manso, blando y sin casta. 

Cuadrillas y otros:

Ayer los toreros de plata en sus actuaciones particulares, en general, estuvieron por encima de sus matadores. En el cuarto Curro Robles deleitó a los aficionados corriendo a una mano al novillo para cerrarlo. Fue uno de los momentos más brillantes de la tarde. Este mismo torero se lució con los garapullos en el primero, como también lo hicieron, José Muñoz en el segundo, José Luis López, “Lipi”, en el quinto, con un precioso par de banderillas y Candelas en el sexto. Sin embargo en su conjunto y durante la lidia hubo muchos momentos que montaron el sainete. Los picadores a su aire. Pican trasero porque les da la gana, les tapan la salida a los toros porque se lo permiten y haber quien es el que se mete con ellos, dando la impresión que están todos de acuerdo que actúen de esta manera.

Comentarios:

Tanto el ganado como los toreros, defraudaron en el primer festejo de la Feria de Otoño. Que querrán estos novilleros comentaba aburrido un espectador. A pesar que los novillos no trasmitieron a los tendidos la emoción que se espera de una animal de esta raza, su nobleza pusieron en bandeja el triunfo a los toreros, pero estos no interpretaron su mensaje y se encargaron de rematar la tarde, con sus faenas aburridas, tediosas y faltas de contenido artístico. Pero para triunfar lo primero que hay que tener son ganas y un mínimo de conocimiento, y eso fue lo no demostraron los novilleros Y eso que eran la flor y nata de los aspirantes a matadores de toros. Ni un detalle que abrigara esperanzas al aficionado de que en cualquier momento podía venirse la tarde arriba. Dio la impresión que los tres espadas estaban confabulados en hacer uso de las ventajas que la tauromaquia moderna ha puesto a su alcance, toreando fuera de cacho, haciendo uso descaradamente del pico de la muleta, rematando para fuera todos los muletazos y descomponiendo la figura. En una palabra, el anti toreo. Los novillos fueron unos hermanos de la caridad, a Gonzalo Caballero lo arrolló el cuarto y le perdonó la cornada. Con esto su enemigo le quiso trasmitir que se merecía otro trato, pero el torero madrileño pensaría que estaba descubriendo el toreo, cuando la realidad era bien distinta. En su primero y ante un novillo manejable y con fijeza, no estuvo a la altura exigida, sacando a relucir el toreo fraudulento, detalle que defraudó a la concurrencia, ya que esperaba más de este torero. 

El único detalle se produjo en el tercero, donde Francisco José Espadas, consiguió meter en la muleta a un manso con querencia a toriles, llevándolo muy tapadito consiguió fijarlo. A partir de aquí el torero de Fuenlabrada sacó a relucir el repertorio ventajista, estropeando todo lo que había conseguido hasta el momento. Al final se puso pesado. El sexto no le dio oportunidad para lucirse. Fue el único novillo que blandeó, y no rodó por la arena porque no se empleó, se rajó a mitad de faena dando al traste con las ilusiones del torero.

El toreo del sevillano Borja Jiménez tampoco caló en los tendidos. Su primero un manso declarado, intentó sacarlo de toriles, donde se había marchado al olor de los corrales, y en cada muletazo hacía los medios el novillo se marchaba buscando los portones de toriles, siguiendo un vía crucis por el albero marcado por su enemigo al no conseguir fijarlo, recentándole un sinfín de pases sin ligazón hasta que decidió despenarlo. En su segundo y ante un manso que se dejó torear, le hizo una faena llena de ventajas, donde predominaron los redondos al hilo del pitón, rematados para fuera sin darle la distancia que le pedía su enemigo, todo ello al amparo de los aplausos de sombra. En fin, como decía un espectador, solo le faltó hacer el salto de la rana, con todos mis respetos hacía el torero, que si no lo hizo mejor es porque no sabía.



© Escrito por Pepeíllo.