lunes, 26 de junio de 2017

15 de junio de 2017. "Un regalo a la afición"

Ganadería

Martín Lorca. Formada con ganado procedente de Torrealta, Juan Pedro Domecq Solís y el Torero. Salvo el tercero, mansos, blandos y descastados. El sexto fue devuelto por inválido y en su lugar se corrió un sobrero de Cortijo de la Sierra, de procedencia Osborne y Núñez del Cubillo, un animal manso y descastado.

Terna:

Uceda Leal: De verde botella y oro. Pinchazo y estocada. Aplausos a la voluntad del torero. Pinchazo perpendicular y dos descabellos. División de opiniones cuando saluda.. 

Ricardo Torres: De verde y oro. Cinco pinchazos y dos descabellos, entre ellos recibió un aviso. Silencio. Estocada baja y atravesada, aviso. Seis descabellos 2º aviso. Al final se echa el toro. Silencio.

Iván Vicente: De salmón y oro. Estocada. Aplausos. Estocada y descabello. Oreja.

Presidente: D. Gonzalo Julián de Villa Parro

No anduvo fino el señor presidente, trató de tomarle el pelo a los presentes y eso no es, justo ni legal. Ocurrió en el sexto, un inválido que debía haber devuelto a los corrales en los primeros compases de la lidia y aguantó hasta que los aficionados se pusieron serios en sus protestas. Mantener a un animal de esas características era una estafa. Muchos aficionados se preguntaban ¿A que juega este señor? Dio la impresión que el sobrero lo tenía que pagar él y su asesor, el Señor, “Joselito Calderón”, un caballero que ya está más que amortizado para la fiesta. Una pena señor presidente, que estas decisiones hagan levantar la voz de los aficionados dudando sobre la integridad de la fiesta y que después se les tache de reventadores. Como digo, una pena..

Suerte de varas: 
  • 1º  Quillo. 615 Kg. Colorado. Manso y descastado, tanto en el caballo como en la muleta.
  • 2º Guanteblanco. 556 Kg. Negro bragado meano axiblanco. Se dejó pegar las dos veces que entró al caballo, pero sin fijeza. Manso y descastado
  • 3º Valiente. 614 Kg.. Negro. Cumplió en el caballo y tuvo un buen pitón izquierdo. Aplaudido en el arrastre.
  • 4º Galán. 629 Kg. Negro. Se dejó pegar en el caballo y llegó a la muleta sin recorrido rajándose en la pelea.
  • 5º Quiteño. 630 Kg. Negro listón. Manso y descastado, tanto en el juego que dio en el caballo como en el último tercio.
  • 6º.Martinete. 570 Kg. Negro salpicado coletero. Manso de escuela en el caballo pero metió la cabeza en la muleta pero sin recorrido y poquita casta.
Cuadrillas y otros: 

En tarde desapacible, comenzó a llover en el segundo y no cesó hasta el final del festejo. La plaza registró una floja entrada, la cual no llegó ni al cuarto del aforro.

Al terminar el paseíllo se guardó un minuto de silencio en memoria del torero, Gregorio Sánchez, desaparecido recientemente. Los tres matadores brindaron uno de sus toros al cielo.

En banderillas se lucieron, Pedro Calvo en el segundo, Juan Contreras en el tercero y Antoñares en el cuarto.

Comentarios:

¡Que tengan que venir toreros modestos, dos de ellos sin apoderado, a indicarles a las figuras el camino del toreo! ¡Que entre unos y otros hayan tratado de cerrar la plaza durante el verano, mirando solamente el lado económico de la empresa! ¡Que hayan tenido que dar marcha atrás viendo la respuesta que han dado los aficionados en las redes sociales! Pero la labor de Iván Vicente puso a cada uno en su sitio de la manera más simple, toreando, aunque fuera solo por una tarde. .

Finalizada la feria y las corridas de postín, la asistencia a la plaza quedó reducida a los aficionados, a los grupos que arrastran los toreros, a cuatro despistados y a los turistas que las agencias de viajes encierran durante la tarde en el coso venteño. Esa es la verdad. Pero la verdad del ruedo, eso que llaman torear, la ofreció ayer Iván Vicente, el torero venía sin apoderado, pero desplegó la muleta, y sacó de sus pliegues una serie de muletazos que dejaron en la piel de los aficionados la marca de la emoción. En el tercero ya apuntó maneras, y a pesar del viento, consiguió sacarle unos muletazos que supieron a gloria, pero fue en el sexto y ante un manso de escuela, el torero madrileño comenzó la faena doblándose con su enemigo indicándole que el camino que debía seguir era el de su mando. Derechazos bajándole la mano, naturales templados y largos abrochados con un pase de pecho eterno. Fue un regalo a la perseverancia de los aficionados. Se lo merecían. A pesar que la faena estuvo compuesta por detalles ya que el toro no colaboró, el matador le sacó todo lo que podía sacarle, y lo que hizo fue con la verdad por delante. Así de simple.

Uceda Leal recibió a su primero con tres trincherazos con el fin de ajustar la embestida de su enemigo, ya que animal acudía rebrincado al engaño. El torero no tuvo la firmeza necesaria y se limitó a construir una faena perdiéndole pasos a su enemigo. Al natural el toro tuvo poco recorrido pero el matador no consiguió rematar ningún muletazos sin que le enganchara la muleta. Solo mostró voluntad. En su segundo se encontró con un burel que no aguantó la lidia a que lo sometió. Se anotó un redondo templado tirando del toro y dos bajando la mano, pero su enemigo se fue quedando sin recorrido y el torero sin faena. 

Ricardo Torres en su primero se encontró con dos problemas, primero la lluvia que espantó a los espectadores al resguardo de la grada y el segundo el viento. En la crítica de su labor, diré que se le notó la falta de corridas y ante un enemigo que tuvo poco recorrido el torero hizo lo que buenamente pudo. A su segundo le molestaba la muleta, acudía al engaño con la cara alta y no tuvo recorrido. Ante esta situación el torero puso lo que estaba de su parte, que fue, valentía y pundonor.

©Pepeíllo.

lunes, 19 de junio de 2017

18 de junio de 2017. Ivan Fandiño en el recuerdo

Resonando aún los últimos olés del público venteño a la faena de Ginés Marín al sexto de la tarde, en un suspiro llegó la noticia sobre la muerte de Iván Fandiño en la plaza francesa de Aire Sur L’adour. Digo en un suspiro, ya que es un espacio de tiempo donde en este apasionado mundo se entremezclan el triunfo y el fracaso y como no, también la vida y la muerte.

En un suspiro, en el tiempo que dura un quite, un toro de Baltasar Ibán sesgó la vida del torero vizcaíno. En un suspiro, ese tiempo que dura una eternidad cuando un muletazo se ejecuta con la gracia que los toreros tratan de imprimir con verdad a sus faenas. Un suspiro dura cuando un torero es arrollado por su enemigo y el público se tapa los ojos para no ver la desgracia que puede originar la cogida. Ese suspiro que dura otra eternidad, ante los ojos de los aficionados, en esta ocasión se hizo realidad. En un suspiro perdió la vida Fandiño

En un suspiro corrió la noticia como un reguero de pólvora y llegó a los oídos de los aficionados y a todo aquel que siente por la fiesta la realidad que la envuelve, a veces bella y otras muy tristes. Nadie quería creerla, pero como decía Luis Miguel Dominguín, las corridas de toros es como la vida, cuando se muere, se muere de verdad, es lo que tiene la pureza de este arte tan bello y tan dramático a la vez. 

Ya conocías que esta noria de la fiesta, en un suspiro te encumbra hacia lo más alto y en otro te deja a los pies del fracaso. Iván, necesitábamos que en un suspiro, durase lo que durase, recuperaras el lugar de torero valiente y firme que llevabas dentro ya que la fiesta te necesitaba, y en ese camino estabas, pero lo que nunca esperábamos era este desenlace. No. Eso nunca. Pero tampoco queremos que olvides allí donde estés que lo que duró un suspiro los aficionados tardaremos en olvidarlo. 

Pepeillo. Miembro de La asociación el Toro de Madrid

18 de junio de 2017. Un torero que se fue.

Ganadería

La corrida anunciada de José Luis Marca, de origen Juan Pedro Domecq, fue remendada con dos novillos de El Cortijillo, de origen Núñez, lidiados en 5º y 6º lugar. Los animales mostraron una nobleza excesiva en la muleta, pero su juego en los tercios anteriores fue de una mansedumbre y descastamiento impropio de animales de su raza. En el último tercio pusieron en bandeja el triunfo de los toreros pero ninguno lo aprovechó. El primero y el segundo fueron aplaudidos en el arrastre.

Terna:
  • Ángel Jiménez: De blanco y oro. Estocada contraria y tendida. Aplausos. Pinchazo y estocada caída. Aplausos. 
  • Ángel Sánchez: De rioja y oro. Bajonazo atravesado. Aplausos. .Estocada perdiendo la muleta y saliiéndose de la suerte. 
  • Jesús E. Colombo: De morado y oro. Estocada caída entrando por derecho. Estocada caída tirándose a ley. Oreja.
Presidente: D. Justo Polo Ramos.

Concedió una orejita a Colombo sin fundamento. Es el triunfalismo a todos los niveles.

Suerte de varas: 
  1. Amante. 512 Kg. Jabonero sucio. Derribó al caballo con la mansedumbre por delante y en la muleta fue un carretón que se toreó solo. Fue aplaudido en el arrastre. 
  2. Aguaclara II. 470 Kg. Jabonero. Después de no mostrar absolutamente nada en el caballo, en la muleta fue un carretón. Lo aplaudieron en el arrastre.
  3. Iluminado. 497 Kg..Negro salpicado. Sin ser castigado en el caballo llegó a la muleta sin recorrido.
  4. Aguaclara I. 459 Kg. Colorado. De salida fue un manso de libro. En la muleta se fue con las dos orejas al desolladero. 
  5. Musiquero. 489 Kg. Colorado chorreado. El Cortijillo. De salida un manso de escuela, pero de orejas en la muleta. 
  6. Rompelindes. 515 Kg. Colorado girón. El Cortijillo. Un manso pregonado que se dejó torear en el último tercio. 
Cuadrillas y otros: 

Al finalizar el paseíllo se guardó un minuto de silencio en memoria del torero, Iván Fandiño, fallecido el día anterior en la plaza francesa de Aire Sur L’adour de una cornada infringida por un toro de Baltasar Ibán. D. E. P. Los tres toreros brindaron sus primeros novillos al desaparecido torero de Orduña.

Una vez que desaparecieron los "isidros" y gran parte de los espectadores triunfalistas, la plaza registró un tercio de su aforo en tarde da alta temperatura. 

Comentarios:

La tarde estuvo marcada por la desaparición del torero, Iván Fandiño el día anterior. Por fin los presidentes se pusieron de acuerdo y sacaron un comunicado por los altavoces que solicitaban a los espectadores que respetaran el minuto de silencio, su comienzo sería señalado con la aparición del pañuelo blanco por el presidente y su retirada al concluir el tiempo establecido- Así fue. El torero se lo merecía. Queda tu presencia en nuestro recuerdo, TORERO. Y como la vida continúa y el mejor homenaje que se le podía dar al torero vasco es que la fiesta lo recuerde a través de sus festejos, no dejaremos de ofrecer su homenaje a través de nuestras humildes crónicas. 

El único novillo que se marchó al desolladero sin una de sus orejas fue el sexto, y fue una pena, ya que los cinco restantes a pesar de su mansedumbre en el primer tercio, mostraron una bondad impropia de un toro de lidia, virtud que puso en bandeja el triunfo de los toreros y que ninguno supo aprovechar. Los novilleros dilapidaron todo un torrente de oportunidades de triunfo. 

El primero de Ángel Jiménez fue un carretón, un novillo que no dijo nada en el ruedo excepto la bondad que mostró en el último tercio, pero el torero lo hizo al revés, remataba los muletazos por arriba en lugar de por bajo, En el toreo al natural el animal obedecía la muleta como un corderito, pero el matador continuo empeñado en hacer la faena al revés. Su segundo fue un manso que nadie consiguió parar en el ruedo, pero cuando llegó al último tercio y el torero se puso serio, le bajó los humos con cuatros muletazos por bajo que el novillo entendió que el juego se había terminado. Pero el que continuó con el juego fue el torero, que interpretó que había que torear por internet. Es la moda y seguramente .lo que habría firmado en el contrato. De nada le valió al novillo romper en la muleta si el torero tiró el triunfo por la borda, con un toreo barato de solemnidad dejándose ir a su enemigo/amigo con los dos trofeos al desolladero. Es lo que le tocó vivir al novillero.. 

Ángel Sánchez en su primero dio dos versiones en su toreo, al comienzo de faena se dobló con su enemigo con gusto continuando con una tanda de redondos templando la embestida del animal. Por el pitón izquierdo el burel tuvo menos recorrido, lo que le hizo volver al pitón derecho, pero a partir de aquí le costó acoplarse, y su toreo careció de profundidad, rematando los muletazos para fuera y con el pico por delante a pesar que su enemigo fue un carretón y una babosita sin peligro. Para no quedarse atrás en la moda, remató con unas bernardinas. Su segundo fue otro manso de orejas., y el torero intentó sacarle lo que no tenía, para ello tuvo que aguantar alguna que otra acometida, pero fue una pena ya que no llegó a colocarse en ningún momento en el sitio que le correspondía ni le presentó la muleta como debía, pero se ha impuesto el pico colocarse al hilo del pitón y todos adquieren sus faenas en la misma tienda y pobre el que se salga de la norma. Será que les obligan en los contratos……

Jesús E. Colombo pareó a sus dos enemigos y puso mucho tesón en su labor, pero solo consiguió lucirse en dos pares en el sexto, donde llegó a cuadrar en la cara de su enemigo, sin embargo se lució cuando entró a matar. En ambos se tiro al morrillo y por derecho. A su primero le exigió tanto en los primeros tercios que cuando llegó a la muleta el animal ya no tenía fondo para soportar una lidia de 10 minutos, por lo cual el matador trató de justificarse y esperar que su segundo enemigo le ofreciera la oportunidad de lucirse. Su segundo fue otro manso de cursillo para aspirantes a novilleros pero como los anteriores, llegó a la muleta ofreciendo los trofeos al matador a bajo coste. El torero tuvo la habilidad de doblarse con él y decirle quien mandaba en la pelea y a pesar que el animal tuvo querencias a las tablas, lo mantuvo en los medios, donde le recetó una tanda de redondos ajustados. En el toreo al natural tuvo algunos detalles pero cometió el error de prolongar la faena intentando calentar el ambiente. Mató de una estocada tirándose a ley y el público puso todo su empeño en regalarle un trofeo. 

©Pepeíllo.

domingo, 18 de junio de 2017

17 de junio de 2017. Cuando se quiere se puede.

Ganadería

Núñez del Cubillo, formada con `puntas de ganado de varias procedencias derivadas todas del encaste Domecq. Flojos, mansos y descastados. En su haber, algunos cumplieron en la muleta. 

Terna:
  • Morante de la Puebla: De verde botella y oro. Estocada desprendida. Silencio. Dos pinchazos y estocada delantera. Bronca. 
  • Cayetano: De tabaco y oro. Estocada tendida y desprendida. Aviso. División de opiniones cuando saluda. Estocada tendida y contraria. Aplausos a la voluntad acompañada de ventajas.
  • Ginés Marín: De burdeos y oro. Tres pinchazos y estocada tendida. Vuelta al ruedo con algunas protestas. Estocada desprendida y tres descabellos. Saludos.
Presidente: D. Trinidad López-Pastor Expósito.

Nada que objetar ni en el debe ni en haber del presidente, si acaso, dejar claro que los toreros de plata deben ejercer sus funciones en el ruedo y no desde el callejón y de esta manera tratar de evitar el detalle bochornoso de un peón de la cuadrilla de Morante que quiso cerrar a su primero en tablas citando con el capote desde el callejón, vamos como si Las Ventas fuera Benidorm. 

Suerte de varas: 
  1. Jugador. 617 Kg. Colorado. Entró suelto al caballo y demostró su mansedumbre. Manso, blando y descastado. 
  2. Asturiano. 560 Kg. Negro salpicado. En el primer puyazo apretó, pero después todo fue un simulacro. Mansote, descastado y noble en la muleta.
  3. Sinvaina. 595 Kg. Salinero. Un bombón en la muleta, pero en el caballo no demostró nada que ennobleciera su raza. 
  4. Arrojado. 547 Kg. Negro listón. Entró suelto, salió suelto y nadie se preocupó de ponerlo en suerte. Manso y descastado.
  5. Laborioso. 556 Kg. Negro listón. Se dejó pegar en la segunda vara, todo lo demás para olvidar, menos la blandura que demostró.
  6. Correvientos. 551 Kg. Negro. Manso que buscó la puerta de dehesa durante toda la lidia. Manso y descastado. Con la muleta el torero le sacó lo que no tenía. 
Cuadrillas y otros: 

Primera corrida de la denominado de La Cultura. El coso de Las Ventas registró un lleno donde el calor fue el protagonista de la tarde. Los tendidos de sol se llenaron de abanicos esperando que los coletas distrajeran su suplicio pero no se produjo el milagro. Morante se dejó la inspiración y algo más en el hotel o, quien sabe donde. 

Los toreros de plata Iván García y Alberto Zayas de tuvieron que desmonterar para corresponder a los aplausos del público benevolente al parear a quinto, a pesar que el embroque lo hicieron a toro pasado.

Comentarios:

Cuando se quiere, se puede, ese es el lema que alguien tendría que recordarle a Morante de la Puebla y no precisamente hacer lo que hizo. Pero estos toreros de alto copete están por encima del bien y del mal. Su arte está sujeto a muchas variables, como supongo que lo estará su sistema emocional, pero le falla una fundamental: la voluntad, qué cuando aparece son capaces de juntar el cielo con la tierra y cuando se queda en el hotel, deja al torero a los pies del desagravio y de la melancolía. Supongo. En su primero se tuvo que limitar a hacer de enfermero, citando con la muleta a media altura para que animal no sufriera ningún descalabro. A su segundo lo recibió con unos trapazos, y tras un momento de duda, continuó en la misma línea, y viendo que sus incondicionales, los que al recibirlo con unas verónicas por delantales había entrado en éxtasis, le mostraban su cara más áspera, decidió tomar el acero y con ello se esfumó cualquier duda sobre la voluntad del matador. En esta ocasión no sirvió ni tan siquiera el allanamiento del ruedo. Detalle que la empresa tuvo con el torero para que pudiese anunciarse en este coso. Morante, para ese viaje no necesitaba tantas alforjas. 

Pero eso no le pasó ni a Cayetano ni a Ginés Marín, ambos intentaron dejar el pabellón de la voluntad bien alto, pero cada uno a su manera. Cayetano en su primero se encontró con un noble animal que antes había mostrado otras condiciones negativas, pero el torero tuvo todo a su favor, después del fracaso de Morante en su primero el público estaba dispuesto a cualquier gesta por tal de levantar la tarde. El torero lo intentó con series de redondos y naturales pero le faltó la enjundia que convierte la vulgaridad en arte. Terminó la faena con una serie de trapazos ante un animal que acudía al engaño a todos los requerimientos del torero. A su segundo lo recibió con el capote flexionado las piernas que gustaron mucho a los presentes. Cuando tomó la muleta y después de brindar la faena a su apoderado, Curro Vázquez, se marchó a terrenos del 6 y allí en un gesto de heroicidad, se quitó la zapatillas y el público lo interpretó que estaba dispuesto a inventar el toreo. Puso las rodillas en tierra y dio a su enemigo una serie de redondos que fueron muy jaleados. Después de esta hazaña, se lo llevó a los medios y dándole distancia los aficionados se dieron cuenta que las intenciones del torero no eran inventar nada, solo hacer uso de las triquiñuelas establecidas y que al parecer nadie debe olvidar por el bien de su carrera. Citaba con el pico de la muleta, y eso, caramba, ya está inventado. Un aficionado atrevido osó comentar que no había dado "ni uno", refiriéndose a los muletazos, claro. Se puso pesado y el presidente le envió un aviso.

Ginés Marín lo intentó en el sexto y casi le sale la jugada si no llega a ser porque falló con el acero. Su faena tampoco fue de una exquisitez suprema, pero lo intentó. Intentó el toreo al natural y en redondos a un animal que acudía al engaño rebrincado, intentando suavizar la embestida con el agravante que lo tuvo que sacar a los medios dada la querencia que el burel tenía con las tablas. El torero estuvo firme, cerrando algunas series con el pase de pecho mirando al tendido, suerte que está en desuso. Su labor estuvo amenizada con la variedad, y por supuesto estuvo muy por encima de las condiciones de su enemigo. A su primero, con voluntad, llegó a sacarle lo que no tenía imprimiendo a su toreo, tanto en redondos como al natural, una variedad que hizo valorar su labor. En esta ocasión el acero le privó de un reconocimiento del público a su faena. 

©Pepeíllo.

lunes, 12 de junio de 2017

11 de junio de 2017. Miura pegó el petardazo

Ganadería

Eduardo Miura. Encaste propio. Los ejemplares que en esta ocasión trajo la casa Miura, aparte de  mala presentación, fueron, mansos, descastados, blandos y alguno con una nobleza impropia de este encaste. El tercero y cuarto fueron pitados en el arrastre. El segundo y quinto fueron enviados a los corrales y en su lugar se lidiaron dos sobreros, uno de Buenavista y otro de El Ventorrillo. Este último fue aplaudido en el arrastre.

Terna:
  • Rafaelillo: De añil y oro. Pinchazo arriba y tres descabellos. Silencio. .Estocada casi entera y caída. Saludos. 
  • Dávila Miura: De verde y oro Pinchazo y estocada caída. Silencio. Pinchazo y media estocada caída. División de opiniones cuando saluda.
  • Rubén Pinar: De azul pavo y oro. Dos pinchazos y estocada. Silencio. Estocada desprendida y cinco descabellos.
Presidente: D. Javier Cano Seijo.

Como viene siendo habitual, el palco no estuvo acertado. Se nota quien manda en la fiesta. El usía se vio en el compromiso de devolver dos toros, el segundo y el quinto, pero a nadie le hubiera extrañado que hubiera devuelto algunos más, pero siempre ocurre los mismo y los aficionados tienen muy poca confianza, tanto en el presidente como en el asesor que había al lado, de nombre Joselito Calderón, que de manera habitual juegan a empresarios, haciendo cierto el dicho, el que a buen árbol se arrima……… Una pena de feria y de decisiones presidenciales. 

Suerte de varas: 
  1. Laneto. 627 Kg. Cárdeno bragado meano axiblanco. El primer miura no fue picado, manseó en la pelea y a la muleta llegó sin recorrido y con nobleza.. 
  2. Iluminado. 580 Kg. Castaño. En la primera vara el picador se cruzó en su camino y el animal se dejó pegar. En la segunda el picador rectificó el castigo y el animal salió suelto. Mansote que se dejó pegar en el caballo.
  3.  Zahonero. 557 Kg. Cárdeno bragado meano. Su juego en el caballo pasó con más pena que gloria, demostró ser un manso y descastado animal que el público lo pitó en el arrastre.
  4. Torrijo. 606 Kg. Cárdeno. Un manso de escuela para que el ganadero tomara buena nota de su comportamiento. Fue pitado en el arrastre. 
  5. Nauseabundo. 590 Kg. Colorado chorreado salpicado girón axiblanco. Manseó descaradamente en el caballo y llegó la muleta embistiendo.
  6. Escogido. 615 Kg. Cárdeno axiblanco coletero. Manso, descastado y blando. En una palabra, una perla de toro.
Cuadrillas y otros: 

A pesar de los esperados miuras, la plaza no llegó a completar el aforo. Quizás fueran abonados que para la basura de ganado que ha ofrecido el empresario, decidieron quedarse en casa.

Dávila Miura, familiar de la casa ganadera, decidió vestirse de nuevo de luces y reaparecer para celebrar el 175 aniversario de la ganadería. Tuvo poca suerte el torero ya que los dos toros que le tocó lidiar fueron los dos sobreros al ser devueltos los de su lote, y estos eran de otras ganaderías. El público como muestra de su generosidad, lo recibió con una ovación, al que correspondió saludando desde el tercio. El torero invitó a sus dos compañeros de cartel a unirse al evento 

En el segundo se lució Miguel Martín en un par de banderillas. Este mismo torero se lució en la lidia del quinto como asimismo su compañero, Vicente Varela en la colocación de un par. 

Comentarios:

Las almohadillas de la decepción. Se les puede llamar a las que lanzaron al ruedo los espectadores desde tendidos considerados triunfalistas al terminar el festejo. Ni el mal juego del ganado enviado por la familia Miura, ni la feria que ha ofrecido el nuevo empresario justifican estos hechos, pero tampoco quedan justificados los medios de comunicación que han silenciado desde sus tribunas el nefasto desarrollo de la feria.

Lo que el ganadero envió a esta plaza, seguramente que no tendrá nada que ver con lo que enviará a otros cosos como, Pamplona, Bilbao y otras ciudades del país vecino. Esto no se podrá demostrar, pero lo que nadie puede poner en duda es la basura que envió a Las Ventas, una corrida sin presentación y podrida en su interior, aunque el ganadero podría justificarse, diciendo que el vende lo que el empresario le compra. Creo que con estas simples palabras se solucionarían muchos problemas. Pero todos callan y todos otorgan.

Los que no pudieron callar fueron los toreros, cada uno habló de acuerdo a sus condiciones, aunque a ninguno de ellos se le podía pedir explicaciones ya que el ganado no dio muchas oportunidades, ni técnicas ni artísticas. El primero de Rafaelillo no tuvo nada que ofrecer, aunque el toro se toreaba solo, su nobleza y su flojedad le impidieron al torero murciano que su disposición llegara a los tendidos. Su segundo la única oportunidad de lucimiento que le dio fue con el capote, y el torero intentó lucirse en una larga cambiada y unos capotazos por bajo para intentar domeñar a su enemigo. El toro llegó a la muleta con la única intención de defenderse y el matador tampoco encontró el equilibrio que necesita un torero de su categoría, que es la casta, la bravura y como consecuencia de ello, la dificultad, y eso fue precisamente lo que no existió. El animal en un descuido del torero se lo llevó por delante y le rasgó la taleguilla. El matador continuo la lidia y cuando despenó a su enemigo se retiró a la enfermería.

Dávila Miura se encontró con lo que nunca podía esperar, reaparecer con una corrida de su familia para celebrar el 175 aniversario de su fundación y tener que matar dos sobreros de otras ganaderías. Mala suerte tuvo el torero. En su primero lo intentó pero no lo salieron las cosas a su antojo. El de Buenavista tuvo un buen pitón izquierdo y no lo aprovechó. Después de unas series vulgares con la derecha, se echó la muleta a la izquierda y no encontró en los vuelos de su pañosa el temple para modular la embestida de su enemigo. A criterio de algunos aficionados, el toro se fue sin torear. Su segundo, fue un sobrero de El Ventorrillo, se dejó torear. El torero lo recibió doblándose con él, continuando con una serie de redondos aguantando la acometividad de su enemigo, en la segunda serie con la mano derecha se le vieron al torero las intenciones de esconder la pierna contraria, y su toreo careció de la hondura que merecía su enemigo. Por el pitón izquierdo el animal fue un carretón pero el matador entendió que debía ir con el pico de la muleta por delante. Nadie pudo criticarle su disposición, pero hay momentos de la lidia hay que echar la “pata pa lante”, y eso fue lo que no hizo el torero sevillano. 

El primero de Rubén Pinar fue una decepción para los aficionados, y ante tal situación el matador abrevió y tomó el acero. El sexto fue otra burra defendiéndose. Ante un animal que no sirvió para la lidia, el torero trató de justificarse, pero ante la nula colaboración de su enemigo, decidió abreviar. Otra vez será, torero, y si puede ser con un empresario menos mezquino con la fiesta.

©Pepeíllo.

sábado, 10 de junio de 2017

9 de junio de 2017. Defraudaron los adolfos

Ganadería

Adolfo Martín. Encaste Albaserrada. De variada presentación. Llena de mansedumbre, sin gota de casta y algunos ejemplares mostraron nobleza. . El quinto debió ser devuelto a los corrales por inválido. El tercero, cuarto y quinto, fueron pitados en el arrastre.

Terna:
  • Antonio Ferrera: De turquesa y oro. Pinchazo y estocada trasera que dobla el toro. Silencio. Pinchazo, aviso, metisaca, dos pinchazos, 2º aviso y como remate un bajonazo final. Aplausos generosos. 
  • Juan Bautista: De verde botella y oro. Tres pinchazos y estocada casi entera- Silencio. Pinchazo hondo que vale. Silencio. 
  • Manuel Escribano: De berenjena y azabache. Estocada trasera, tendida y caída. Silencio. Estocada desprendida. Silencio. .
Presidente: D. Justo Polo Ramos.

Se le protestó al presidente la invalidez del quinto de la tarde, al no reunír condiciones para la lida, pero el usía jugó a empresario y se ahorró un toro. 

Suerte de varas
  1. Comadrón. 548 Kg. Cárdeno oscuro. En el caballo no se empleó. Manso que llegó con cierto peligro a la muleta. El torero lo hizo todo al revés.
  2. Buscador. 491 Kg. Cárdeno. En el caballo se dejó pegar y en la muleta mostró un descastamiento y una nobleza impropia de un toro de esta procedencia.
  3. Murcianito. 519 Kg. Cárdeno. En la primera vara acudió suelto y en la segunda se repuchó. Manso en el caballo y descastado durante la lidia . 
  4. Chaparrito. 531Kg. Cárdeno. Se dejó pegar en la pelea con el caballo. En la primera entrada derribó al montado empujando con un pitón, pero a continuación mostró su condición de manso y sin casta. 
  5. Aviador. 532 Kg. Cárdeno. En el caballo no fue castigado. Mansote, inválido y descastado. 
  6. Tomatillo. 565 Kg. Cárdeno. Manseó en el caballo, salió suelto se repuchó. En fin, manso y descastado como toda la corrida. 
Cuadrillas y otros: 

Al finalizar el paseíllo se guardó un minuto de silencio en memoria de Ignacio Echeverría, muerto en el atentado del pasado día 3 en Londres. D. e. p. 

La plaza no llegó a completar el aforo, en los tendidos 5 y 6 quedaron algunos claros que ni los toros de Adolfo Martín ni la terna consiguió llenar. 

En el cuarto el matador Ferrera decidió no parear a su enemigo debido posiblemente a un percance que sufrió en su primero, ya que en el tercero apareció con una venda colocada en la cintura. Su cuadrilla montó el sainete en el tercio de banderillas. Tuvieron que pasar cuatro veces para colocar cuatro palos. Sería que el burel tenía el peligro sordo que a veces sacan a relucir para justificar su labor. 

Comentarios:

Durante la lidia del quinto, algún aficionado preguntaba. ¿Esto es un toro de encaste albaserrada? Sí, contestó el de al lado. Y así era. Pero lo malo no fue si el quinto lo era o no, toda la corrida tuvo el mismo comportamiento, y fue un simulacro de ganado, que debió confundir el camino y en lugar de llegar al matadero, terminó siendo lidiada en las Ventas. No nos extrañaría.

¿Y los toreros? Lo único que les salvó del respeto de los aficionados fue que se anunciaron con una supuesta corrida de las denominadas duras. Todo lo demás quedará en el olvido. En el primero y tercero lo matadores Ferrera y Escribano decidieron compartir las banderillas. Su labor no pasó de mediocre, como también lo fue el tercio que ejecutó en solitario Escribano en el sexto.

El primero de Ferrera se acostaba por el pitón izquierdo, y desde el principio de faena el toro comenzó a buscar el bulto que se escondía detrás de la muleta. Al natural el animal acudía con la cara alta, y el torero invirtió los papeles y en lugar de rematar los muletazos por bajo lo hacía por arriba. En un momento de la faena le tiró un derrote escalofriante que le hizo reflexionar y tomar el acero. El torero no se acopló a las pocas posibilidades que le ofreció su enemigo. En su segundo y ante un manso y descastado anima,l comenzó con muchas precauciones, pero las intenciones del toro eran que lo dejaran tranquilo, y en ningún momento mostró señales de ser un marrajo. El torero, tratando de justificarse, recorrió junto al manso todo el ruedo de la plaza, dando un trapazo allí y otro allá. De esta manera casi llegó a convencer a los triunfalistas espectadores que buscaron el triunfo del matador a cualquier precio. Al no matar de manera decorosa se les esfumó la oportunidad de encumbrar al torero.

Juan Bautista al no contemplar en su repertorio el colocar banderillas, dio la impresión que fue un convidado de piedra, y así se portó con sus dos toros. El primero un noble ejemplar le permitió ejecutar algunos muletazos por el pitón derecho, pero al intentarlo por el izquierdo el animal tenía menos recorrido. Ante esta situación tanto el matador como el toro comenzaron a aburrir a la concurrencia y su labor se recordó mientras duró su faena. Su segundo enemigo fue un inválido que perdió las manos en los primeros compases de muleta, y su comportamiento no mostró en ningún momento su procedencia. El fino torero francés se tuvo que ir de vació al no encontrar en sus enemigos las condiciones que le permitieran lucirse. Otra vez será, torero 

El tercero de la tarde lo sacó Escribano a los medios y al segundo muletazo se le coló. El animal pareció venirse arriba en banderillas, pero fue un espejismo, ya que le costaba tragarse los muletazos. El torero sevillano decidió abreviar y después de un aliño, decidió tomar el acero. El comportamiento del sexto no se diferenció de los anteriores y el torero después de sacárselo a los medios comenzó el toreo al natural, pero en lugar de torear de arriba abajo tratando de someter a su enemigo lo intentó invirtiendo los términos. Según transcurría la faena al animal le costaba acudir al engaño, el torero le dio distancia intentando remediar el desastre, pero no consiguió meter a su enemigo en la muleta. Con la derecha solo consiguió justificarse, ya que el toreo posiblemente se le olvidó en el callejón. Al final se puso pesado y el público le pedía a gritos que terminara el suplicio que había comenzado a las siete de la tarde. 

Después de algunos años viendo el mal juego ofrecido por esta ganadería, en esta ocasión la realidad supero a la ficción, ningún aficionado esperaba un resultado tan desastroso de una de las ganaderías emblemáticas de la cabaña brava. A mejorar, ganadero.

©Pepeíllo.

viernes, 9 de junio de 2017

8 de junio de 2017. Una plaza sin criterio

Ganadería

5 toros de Alcurrucen y 1 de El cortijillo. Ambas ganaderías de encaste Parladé, Rincón, Núñez. Mansos y excepto el sexto descastados, sin embargo se vinieron arriba en banderillas y dieron buen juego en la muleta. El encaste Núñez suele dar estas sorpresas. El cuarto fue aplaudido en el arrastre. 

Terna:
  • El Cid: De azul noche. Estocada tendida y descabello. Silencio. Pinchazo y estocada algo contraria. El toro se echa en toriles cerrando de esta manera el ciclo de su vida Saludos desde el tercio.
  • Joselito Adame: De verde botella y oro. Tres pinchazos y dos descabellos tras aviso. Estocada que hace guardia, aviso, pinchazo, metisaca y bajonazo para cortarse la coleta. Pitos.
  • Juan del Álamo: De blanco y plata. Estocada contraria. Oreja y dos clamorosas vueltas al ruedo. Estocada baja. Oreja. Salió por La Puerta Grande.
Presidente: D. Trinidad López-Pastor Expósito

El presidente tuvo buen criterio al no conceder la segunda oreja a Juan del Álamo en el tercero de la tarde, pero no estivo firme en el sexto, concediendo un premio excesivo en una faena que solo tuvo la emotividad que dio un manso encastado y que metió la cara en la muleta.

Suerte de varas: 
  1. Coplero. 546 Kg. Negro listón bragado. Fue un manso en el caballo y un carretón en la muleta. El torero no estuvo a la altura de su enemigo. 
  2. Listillo. 521 Kg. Colorado. La mansedumbre que mostró en el primer tercio, no le privó al astado llegar a la muleta y estar por encima del torero. 
  3. Licenciado. 551 Kg. Colorado bragado meano. Manso en el caballo, sin embargo mostró un manantial de bravura en la muleta ofreciendo una muerte brava en la boca de riego de la plaza. 
  4. Antequerano. 560 Kg. Negro chorreado bragado meano. Al igual que sus hermanos peleó con mansedumbre en el caballo, pero en la muleta fue un buen toro. Aplaudido en el arrastre.
  5. Afectísimo. 527 Kg. Negro bragado. Otro manso descastado que se fue sin torear de muleta. 
  6. Bocineto.. 550 Kg. Negro bragado meano. Manso encastado que en el primer tercio dio un recital de mansedumbre, yendo de un caballo a otro sin que nadie lo fijara.
Cuadrillas y otros: 

El coso de la calle de Alcalá registro tres cuartos de su aforo, en una tarde casi veraniega.

En el segundo de la tarde se descubrieron los toreros de plata, Miguel Martín y Fernando Sánchez, al colocar los garapullos En esta ocasión su labor no mereció tal distinción, pero el criterio de los espectadores de esta plaza está cambiando camino de un triunfalismo desmedido 

Los toros de Alcurrucen pusieron a prueba los recursos lidiadores de las cuadrillas, hecho que no consiguieron, ya que tanto el primero, segundo y sexto acudieron al picador de reserva sin que ninguno de los toreros pudieran fijarlo en los capotes. En la colocación del toro ante el caballo, tampoco estuvieron acertadas las cuadrillas, la mayoría de los animales acudieron sueltos al caballo, ofreciendo una imagen patética y de una total falta de responsabilidad torera. En algunos momentos la lidia fue una autentica capea.

Comentarios:

Las Ventas ha perdido la credibilidad sobre su seriedad. El segundo trofeo que solicitó el público a Juan del Álamo en su primero estuvo fuera de lugar dentro de un criterio mínimamente exigente, el presidente estuvo serio e inflexible al negarlo, sin embargo este hecho sembró de dudas el comportamiento de la presidencia en caso de que el torero hubiera sido una figura mediática. Sin embargo esa seriedad mostrada en el primero cambió la vara de medir en el sexto, concediendo una oreja a una faena sin contenido, que le permitió al torero salir por La Puerta Grande 

Antiguamente los toreros mostraban una competencia en el ruedo, lo de ayer podía haberse considerado un baño del joven a los dos espadas que le precedieron, pero hoy la competencia ha desaparecido. Juan del álamo se fue en hombros camino de su Puerta Grande y El Cid y Joselito Adame, en busca del hotel sin el mayor atisbo de resquemor. Pero tanto El Cid como Adame mostraron una falta de interés en la lidia impropia de toreros curtidos. El Cid lleva tiempo sumergido en la vulgaridad y según se pudo comprobarse, intentó salir de su rutina en el cuarto, pero no lo consiguió. Su corazón le pudo a su cabeza. En su primero destacaron la cantidad de trapazos que ofreció a la concurrencia, sin destacar ningún detalle que albergara un rayo de esperanza. En su segundo lo intentó consiguiendo unas tandas de redondos bajando la muleta y templando la embestida, pero al natural no se acopló al corto recorrido de su enemigo. Poco a poco se fue diluyendo su toreo y como si el público se hubiera acostumbrando a que este torero no tiene nada que ofrecer. 

En peor situación se vio a Adame. El mexicano dio la impresión que vino a cobrar. En sus dos enemigos su toreo estuvo basado fundamentalmente en la trampa, metiendo el pico y citando desde la distancia, de una manera tan descarada que hacía daño a la vista de los presentes. Tal fue su descaro que un aficionado le tuvo que decir que citaba a su enemigo por Internet. Me pareció un error decir esta frase ya que no hay que dar pistas a estos toreros que son capaces de confundir el arte con lo hizo ayer Adame.

Juan del Álamo recibió a su primero con unos muletazos con rodilla en tierra que levantaron los primeros olés de su faena y eso que fueron muchos. Continuó con dos tandas de derechazos cerrados abrochados con el de pecho, que el público jaleó con fuerza. Los naturales que dio el salmantino fueron con la muleta barriendo el albero, y el toro surcando la arena. Después de la faena el toro continuaba pidiendo pelea. Remató toreando al natural con mucha disposición. La estocada cayó contraria y fue motivo de discordia en cuanto a la decisión del presidente de no conceder la segunda oreja. En mi opinión, dos orejas hubiera sido un premio excesivo, ya que si su toreo llegó a los a los tendidos posiblemente le faltó profundidad. En su segundo, como suele decirse, salió a jugársela. Comenzando la faena citando desde el anillo. El toro le hizo un extraño y el torero aguantó el envite con valor. Continuó con una tanda de derechazos donde la emoción le ganó la partida a la hondura de su toreo. En la segunda tanda lo desarmó, El toro se marchó a los terrenos del siete y el torero aportó la emoción que requería el manso encastado, que terminó metiendo la cabeza en la muleta por el pitón derecho. Fue una faena emotiva. La estocada cayó baja pero el público solicitó con ahínco el trofeo que le permitía al torero salir por La Puerta Grande. Los comentarios al terminar el festejo fueron unánimes: esta plaza ha perdido la exigencia en el criterio. 

©Pepeíllo.

jueves, 8 de junio de 2017

7 de junio de 2017. Toros de Puerta Grande

Ganadería

5 toros de Rehuelga y 1 de San Martín, ambos encaste Santa Coloma en la línea de Javier Buendía. Bien presentados y de juego desigual. El tercero y quinto fueron aplaudidos de salida. Por su juego en el ruedo, el tercero, cuarto y sexto fueron aplaudidos en el arrastre. Al quinto se le dio la vuelta al ruedo entre algunas protestas. 

Terna:
  • Fernando Robleño: De sangre de toro y oro. Dos pinchazos y estocada. Silencio. Estocada baja y siete descabellos. Aviso. Silencio. 
  • Alberto Aguilar: De salmón y oro. Pinchazo y estocada baja perdiendo la muleta. Silencio. Estocada baja protestada. Saludos desde el tercio.
  • Pérez Mota: De pizarra y oro. Dos pinchazos y estocada que vale, saliendo arrollado del embroque. Pitos. Metisaca y estocada. Silencio.
Presidente: D. Jesús María Gómez Martín. 

En el quinto sacó el pañuelo azul sin que el público solicitara la vuelta al ruedo del toro.
En el tercero cambió el tercio cuando los aficionados esperaban que el toro acudiese al caballo por tercera vez. Alguien le increpó comentando que había demostrado no tener afición. 

Suerte de varas: 
  1. Acompasado. 532 Kg. Cárdeno bragado meano No se empleó en el caballo. Manso y sin gota de casta.
  2. Guanaguato. 527 Kg. Cárdeno bragado meano axiblanco. En varas no dio buen juego. Manso, descastado y blando.
  3. Perlasnegras. 534 Kg. Cárdeno bragado meano. Manso en el caballo y en la muleta se fue sin torear. Aplaudido en el arrastre.
  4. Callejero. 608 Kg. Cárdeno salpicado lucero. Juego desigual en el caballo, en la muleta el torero se lo dejó ir al desolladero con las orejas puestas. 
  5. Liebre. 647 Kg. Cárdeno bragado meano corrido. Acudió tres veces al caballo con tranco y sin dudar un momento. Se dejó pegar con fijeza, aunque le faltó fuerza en la muleta. Vuelta al ruedo.
  6. Coquinero. 577 Kg. Negro listón bragado meano. Se arrancó dos veces al caballo y en la muleta mostró mucha nobleza. Estuvo por encima del torero. Aplaudido en el arrastre.
Cuadrillas y otros: 

En la cuarta corrida del ciclo torista, la plaza registró media entrada. Hoy no venían figuras, y este hecho hizo mella en los espectadores del “Gintonic”. Los aficionados fueron fieles a la cita.
En el segundo de la tarde se lució en la lidia, Raúl Ruiz y en un par de banderillas en la quinto. En el tercero se desmonteró Juan Contreras, En el sexto se lucieron con los rehiletes, tanto Raúl Caricol como Alfredo Jiménez.
Sin embargo en el segundo la cuadrilla de Alberto Aguilar necesitó pasar cinco veces por la cara del toro para dejar cuatro palos, sin que el toro mostrara un peligro evidente. ¡De pena!

Comentarios:

Por fin los aficionados abandonaban la plaza hablando de la corrida y alegrándose del éxito ganadero. Esperemos que las figuras no pongan el foco en esta ganadería. Hubo una coincidencia en los comentarios, al ganado le faltó algo de casta, ese picante que llega a los tendidos y que realza la labor de los toreros. Sin embargo mostraron nobleza y algunos ejemplares bravura, virtudes que puso en manos de los tres espadas el triunfo y que ninguno aprovechó. Hay que decir que los tres dejaron ver los toros, hecho que satisfizo a los aficionados que vieron por fin en esta feria la suerte de varas, sin tener que desplazarse a las plazas francesas.

Sin embargo con la muleta la labor de los toreros se vio ensombrecida, no por el lucimiento de los toros, sino que ninguno mostró los recursos que necesitaron sus enemigos. Fernando Robleño en su primero, un remiendo de San Martín, se encontró con un manso sin gota de casta en sus venas, pero tampoco el torero mostró la disposición que exigía la ocasión. En cuanto lo sometía perdía las manos, acudiendo al engaño con la cara alta. El madrileño optó por ponerse al hilo del pitón, perdiendo pasos entre muletazos y mostrando una desconfianza impropia de un coleta con recursos contrastados. El animal terminó desarrollando sentido. En su segundo fue un manojo de nervios. Su enemigo metía la cabeza con claridad por el pitón derecho, pero el torero decidió, tanto en redondos como la natural, citar descolocado, rectificando terrenos continuamente, eso sí, sin olvidar mostrar la muleta con el pico por delante. Oí escuchar a los aficionados. “otro toro que se ha ido sin torear”.

El primero de Alberto Aguilar fue un animal manso, descastado y blando, que al segundo muletazos perdió las manos. En las primeras tandas ajustó las embestidas en el toreo en redondo, anotando un pase de pecho largo y hondo. El toro no estaba para florituras, pero lo poco que podía sacarle lo hizo citando descolocado, restándole a su faena la hondura que da la colocación y el remate. Al natural no encontró el sitio, y el toro decidió ir a su aire ya que aprendió que dejaba algo atrás. En el quinto le tocó en suerte el toro de la vuelta al ruedo, y eso fue un arma de doble filo, ya que si todos vieron que el animal fue bravo y noble, el torero se preguntaría, ¿Qué ha pasado? Ocurrió que debido a la lidia exigente a que fue sometido el animal en el caballo, llegó a la muleta con poco recorrido y a pesar que el torero mostró disposición no le dio opción para el lucimiento. Las tres veces que acudió al caballo debieron pesar mucho. Al principio de faena el torero recibió un varetazo, al parecer sin consecuencias.

El primero de Pérez Mota murió en los medios y a criterio de algunos aficionados se fue sin torear. Así de simple se puede definir la faena del gaditano. Algo de razón tenían en sus comentarios. El torero tuvo la virtud de dejar ver a su enemigo en el caballo, y cuando llegó a la muleta lo recibió con unos muletazos para sacarlo a los medios con torería, mostrando detalles en el manejo de la pañosa, pero el animal no fue un manantial de fuerza y a pesar de esto, se dejó torear como un carretón y el torero no lo aprovechó, colocándose al hilo del pitón. Cuando tomó la espada el toro continuaba embistiendo, sin embargo el torero abusó de las posturas cuando salía de la cara del toro. En su segundo tampoco estuvo acertado. Ante un animal que metía la cabeza con mucha nobleza, el torero dio una tanda aceptable de naturales, pero le falto asentar las zapatillas en la arena, el momento lo requería, ya que animal se toreaba solo. Cambió de pitón y al primer muletazo lo desarmó. Alguien dijo de viva voz, el toro no está a la altura de su enemigo. No hacen falta más comentarios, solo decir que el torero se acordará de este toro en mucho tiempo.

©Pepeíllo.

miércoles, 7 de junio de 2017

6 de junio de 2017. Movida de corrales.

Ganadería

Victorino Martín, encaste Saltillo, Santa Coloma y Albaserrada. Se salvó el tercero de la quema de la mansedumbre y descastamiento que presentaron en su juego los pupilos del ganadero de Galapagar. Sobre la presentación, la corrida pudo pasar por una novillada bien presentada. Se notó que los progenitores de las figuras hicieron bien su trabajo. 

Terna:
  • Diego Urdiales: De verde botella y oro. Metisaca, dos pinchazos y dos descabellos. Bronca. Pinchazo y estocada contraria. Silencio.
  • Alejandro Talavante: De malva y oro. Estocada baja y trasera y descabello. Oreja protestada. Tres pinchazos y estocada. Pitos.
  • Paco Ureña: De pistacho y oro. Estocada tendida, aviso. 2º aviso y tres descabellos. Vuelta al ruedo. Pinchazo bajo, estocada baja y atravesada y tres descabellos tras aviso. Silencio.
Presidente: D. Javier Cano Feijo.

Concedió un trofeo a Talavante en el segundo de la tarde entre la petición del público festivalero y las protestas de los aficionados.

Deberían tomar medidas contra los toreros que actúan desde el callejón. En el quinto un peón de la cuadrilla de Talavante, sacó desde la barrera el estoque del toro. Detalle que si está amparado por el reglamento, no lo está ante los ojos de los aficionados. Con ello demostró una falta evidente de profesionalidad ya que la labor de los toreros debe estar limitada exclusivamente en el ruedo. . 

Suerte de varas: 

  1.  Soberano. 592 Kg. Negro. El animal manseó en el caballo y llegó parado a la muleta. 
  2. Murmullo. 517 Kg. Negro entrepelado. No se le ha visto en el caballo y mostró nobleza en la muleta.
  3. Pastelero. 520 Kg..Cárdeno Bragado meano. En el caballo dio muestras de mansedumbre sin embargo mostró su condición de bravo en la muleta. 
  4. Buscaplebes. 552 Kg. Cárdeno bragado meano. Acudió al caballo tres veces con mucho tranco, pero su juego en el peto fue de manso. En la muleta no se le vio. 
  5. Pesonero. 570 Kg. Negro entrepelado bragado meano. Manso y descastado. 
  6. Bocacho. 529 Kg. Negro entrepelado bragado meano. Su comportamiento fue de manso y descastado.
Cuadrillas y otros

Cartel de figuras que motivó que la empresa pusiera el cartel de “No hay billetes”. La temperatura fue agradable y en momentos con rachas de viento. 

Destacó la seriedad de la cuadrilla de Talavante, mostrando una eficacia en la lidia como en el tercio de banderillas, totalmente opuesta a la vergonzante actuación de la de Paco Ureña. Esta mostró una ineficacia en el segundo tercio, tanto en el tercero como en el sexto de la tarde, ofreciendo dos sainetes indignos hasta del mejor cómico y que llenaría de vergüenza al colectivo de toreros de plata. Una verdadera pena que haya profesionales que se vistan de luces con esas intenciones.. . 

Comentarios:

Decían algunos aficionados que era el cartel de la feria, lo que sí puedo decir es que de nuevo las figuras mostraron su poder en los corrales de la plaza, con el agravante que los medios de comunicación silenciaron el problema que hubo entre bastidores, al parecer tuvieron que traer dos camiones de toros para que se aprobaran seis, y de los seis presentados inicialmente solo quedó uno, lidiado en cuarto lugar. Todos callan, todos otorgan.

Figuras de qué y de cuanto, decía un aficionado. Figuras que se permiten anunciarse con un encaste minoritario y es considerado como una gesta, En especial el torero Talavante, mientras a los corrales de la plaza llegaban camiones de toros para satisfacer las exigencias de los toreros. Este lastre ha ido unido a la fiesta desde que los ganaderos dejaron de mandar en sus ganaderías y seguirá ocurriendo mientras que las empresas continúen tapando la boca a los medios de comunicación. Una pena señores que no defiendan a la fiesta y a quien acude a la plaza.

Excepto Talavante, los demás son toreros de aficionados y su carrera ha estado marcada a sangre y fuego. Uno de ellos, Urdiales, no tuvo su tarde, y a pesar que se llevó el peor lote, no mostró intención alguna de que su labor fuera reconocida por la afición, dando la impresión que no quería molestar con su labor al compañero de cartel. Su primero supimos que era un toro por su estampa pero no por el juego que dio, y el torero poco podía hacer ante tal espécimen con cuernos. Con el segundo intentó someterlo doblándose con él, pero el animal por el pitón izquierdo no se tragaba ningún muletazo. Tampoco el torero mostró disposición alguna en mejorar su labor anterior. Una aficionada habitual, comentó “que Urdiales no quería trabajar”, a lo que hay que añadir que esto es un arte, y como tal lo mueven los sentimientos que emite el torero y que en ocasiones llegan a los aficionados, pero en esta ocasión no fue así. 

Paco Ureña recibió a su primero con unos pases por alto y el animal le mostró las credenciales de su encaste quejándose de la osadía del torero. Continuó en redondos y el animal se comía la muleta, y la voluntad del torero no fue suficiente para parar, mandar y templar el manantial de bravura que demostró el albaserrada, de nombre Pastelero. Continuó en redondos sin conseguir someterlo bajándole la muleta. El torero en ningún momento le perdió la cara, y a pesar que al natural comenzó con dudas al final terminó sometiéndolo. En un cambio de manos se quedó al descubierto y a punto estuvo de llevárselo por delante. Fue un toro de dos orejas, pero había que torear mucho para poder obtener el ansiado premio, que este animal puso a la venta con su bravura. El acero le gastó una mala pasada al torero murciano. El segundo de su lote fue de otra catadura, el animal salía suelto por el pitón derecho y mostró una actitud defensiva. Por el izquierdo acudía al engaño con la cara alta y tuvo muy poco recorrido. El matador lo intentó pero en esta ocasión su enemigo no le permitió ninguna alegría. 

Alejandro Talavante era el torero a seguir. Posiblemente fuera también el protegido cuyos gestores trajeron la inquietud a los corrales de la plaza. Ajustándonos a su labor en el ruedo, con el capote levantó los primeros olés de la tarde. Con la muleta comenzó la faena al natural y pudo observarse que el público estaba prácticamente entregado al torero pacense, ya que Urdiales con su labor así lo había predispuesto. En la primera tanda con la izquierda, hubo de todo, destacando un muletazo largo y templado. Por el derecho el toro tuvo menos recorrido y el matador retomó de nuevo el pitón izquierdo, pero el toro ya no tuvo la misma disposición. Después de un respiro volvió a la mano derecha y continuó con una faena variada, con arrucina incluida, pero de muchos altibajos. Los muchos olés que levantó en los espectadores no estuvieron justificados con su muleta. En su segundo ya no fue el torero de la esperanza. Aunque el animal se desplazó por ambos pitones, el matador recetó una tanda de redondos con el fin de cumplir como buen funcionario. Ante esta situación decidió abreviar, levantando con este hecho las protestas de sus incondicionales. En su haber decir, que su enemigo fue un manso y descastado animal. 

El cartel no dio para más, solo que la prensa tuvo que tapar sus vergüenzas silenciando lo que el aficionado debe conocer para valorar a los toreros en su justa medida y posiblemente es lo que no desean que se conozca.

©Pepeíllo.

martes, 6 de junio de 2017

5 de junio de 2017. Los Dolores Aguirre dieron un juego variado

Ganadería

Dolores Aguirre. Encaste Atanasio Fernández. De variada presentación. El segundo fue protestado por falta de trapío. Al cuarto le faltó remate. El quinto fue aplaudido en el arrastre.

Terna:
  • Rafaelillo: De nazareno y oro. Estocada atravesada que hace guardia y descabello. Silencio. Estocada trasera. Silencio. 
  • Alberto Lamelas: De marino y oro. Estocada delantera, perpendicular y caída. Descabello tras aviso. Silencio. Estocada que escupe. Estocada hasta las cintas tirándose detrás del estoque. Saludos.
  • Gómez del Pilar: De blanco y oro. Estocada baja y delantera tras aviso. Oreja con muchas protestas. Pinchazo y tres pinchazos y descabello tras aviso. Silencio.
Presidente: D. Gonzalo Julián de Villa Parro.

Otra en la frente que recibió la fiesta al conceder el presidente un trofeo a Gómez del Pilar en el tercero, ya que la faena no fue merecedora del premio ni hubo petición mayoritaria. El triunfalismo se ha impuesto en el palco por sistema y seguramente tendrán que regalar orejas para que luego el empresario presuma de una feria triunfal.

Suerte de varas
  1. Guindoso. 530 Kg. Negro. Manseó en el caballo y se dolió en banderillas, presentando complicaciones en la muleta.
  2. Burgalés II. 540 Kg. Negro salpicado. Recibió dos navajazos en el caballo que acusó en la lidia posterior.
  3. Burgalito. 574 Kg..Negro. Ofreció un juego variado en el caballo y mucha nobleza en la muleta.
  4. Caracorta. 529 Kg.. Negro salpicado. Un manso encastado que derribó al caballo, y en la segunda entrada fue picado arriba pero sin castigarle.
  5. Burgalés I. 550 Kg. Negro bragado meano. En el caballo hizo una fea pelea, y cumplió en la muleta por el pitón derecho. 
  6. Clavijero. 560 Kg. Negro listón bragado meano. Manso descarado en el caballo y con casta. Estuvo por encima del torero.
De nuevo tarde primaveral. En la segunda tarde de la semana torista y con los astados de Dolores Aguirre, el coso venteño registró algo más de media entrada.
Cuadrillas y otros: 

El cuarto de la tarde puso en aprietos al banderillero, Pascual Mellinas al colocar un par de banderillas por el pitón izquierdo. El animal le recortó terrenos, el torero intentó colocar los palos y su enemigo le persiguió con saña intentando saltar el olivo con él. En el quinto se desmonteró Juan Navazo al colocar el tercer par. En el tercio de banderillas del sexto, el animal echaba la cara arriba y los peones estuvieron muy dignos en su labor. 

Comentarios:

Los pupilos de Dolores Aguirre no fueron un manantial de casta ni de bravura, pero tampoco defraudaron a la concurrencia. Hubo toros que mansearon y otros que sacaron casta y nobleza, poniendo en la muleta de algún torero el triunfo. Otros sembraron de dificultades su labor como ocurrió en el primero de la tarde, y Rafaelillo, a pesar que intentó someterlo por bajo, al animal le costaba tragarse los muletazos acudiendo rebrincado al engaño, presentando muchas complicaciones. Al final terminó entablerándose en el tendido 10. El segundo del lote del torero murciano, fue un manso encastado que al recibirlo de muleta, se le coló poniéndolo en aprietos. El animal buscó desde el inicio de faena las querencias de las tablas y el matador tirando de experiencia le sacó una serie de redondos, llevándolo muy tapado en la pañosa, pero en cuanto le abría la puerta de la muleta el toro se desentendía de la pelea. El burel consiguió el amparo de las tablas y allí luchó por su supervivencia haciendo muy complicada la lidia.

Alberto Lamelas recibió a su primero con una larga cambiada. El animal acusó el castigó a que fue sometido en el caballo, donde recibió dos navajazos indignos. Lo citó desde los medios pero en cuanto lo sometía en la muleta bajándole la mano el animal trataba, metafóricamente, de rendir cuentas arrodillándose por falta de fuerzas. Lo intentó al natural, pero por ese pitón el toro no tuvo recorrido y terminó defendiéndose. El matador se puso pesado intentando conseguir lo imposible, incluso con manoletinas incluidas, que no vinieron a cuento. Su segundo fue un animal con otras intenciones y al torero le costó acoplarse a su embestida, Se le anotó un buen derechazo suelto y una tanda aseada por el mismo pitón, careciendo su faena de mando. El toro comenzó a mostrar signos de rajarse. Lo intentó al natural pero por ese pitón no tuvo nada que hacer. Prolongó la faena como es habitual en estos tiempos, incluyendo, como en el primero de su lote, las manoletinas de rigor. Todo por el mismo precio. 

Gómez del Pilar recibió a sus dos enemigos en los medios frente a la puerta de toriles, saliendo airoso del trance. Le brindó la muerte de su enemigo a Chano, torero de plata que por una cogida se ve imposibilitado en una silla de ruedas. El animal tuvo nobleza en la embestida, pero el torero no lo aprovechó. Se equivocó de manual y uso el ventajista, a pesar de ello consiguió algún muletazo vistoso y también una serie de redondos adornados con los olés de los espectadores, cerrando una serie con un pase de pecho de pitón a rabo. Al natural no consiguió acoplarse y tuvo el defecto de prolongar la faena y su enemigo se fue quedando sin recorrido. La presidencia le regaló una oreja a pesar de matar de manera defectuosa. Su segundo, un manso encastado, estuvo por encima del torero. El animal a pesar de no acudir con fijeza, la muleta del torero debía haber intentado corregir el defecto. El torero mostró disposición, pero no fue suficiente para ahormar las embestidas de su enemigo, terminando la pañosa obedeciendo lo que el toro mandaba. Dio muchos muletazos, pero escaseó la calidad, y al final terminó desbordado por su enemigo.

©Pepeíllo.

lunes, 5 de junio de 2017

4 de junio de 2017. "Presidentes que juegan a empresarios"

Ganadería

Hijos de Celestino Cuadri. Encaste propio. El juego que dio el ganado de Trigueros fue de mansos, en general descastados y blandos. La afición venteña salió decepcionada del juego ofrecido... 

Terna:
  • Fernando Robleño: De Añil y oro. Pinchazo arriba y estocada baja. Silencio. Metisaca, y estocada en los bajos, tirando por la borda el reconocimiento del valor que había mostrado. Aplausos que el torero con honradez no quiso corresponder con el saludo. 
  • Javier Castaño: De teja y oro. Tres pinchazos, aviso y tres descabellos. Le protestaron al matador que descabellara sin clavar el estoque. Silencio. Metisaca, estocada tendida y descabello. Silencio.
  • José Carlos Venegas: De rosa y oro. Pinchazo bajo, aviso y dos descabellos. Silencio. Estocada infame. Bronca.
Presidente: D. Justo Polo Ramos

Un presidente cuando juega a empresario, se expone a que el público le muestre su cara más hostil. Eso fue lo que ocurrió en el sexto, un toro protestado por inválido. Ya en el primero se sintieron engañados, un animal no apto para la lidia y el usía ignoró las protestas. La tarde tomó un cariz que a nadie hubiera extrañado que los aficionados intentaran tomar el ruedo, ante la ineficacia de un palco y las provocaciones continuas de una empresa con una gestión lamentable, que junto a la vergonzante posición que han tomado determinados medios de comunicación, solo cabe una palabra para resumir lo ocurrido: “Vergonzoso”.

Suerte de varas: 
  1. Teniente, 548 Kg. Negro. Manso, inválido y descastado. Pitado en el arrastre.
  2. Sembrador. 609 Kg. Negro listón. Cumplió en el caballo y se rajó en la muleta.
  3. Misterioso. 553 Kg. Negro. Manso y peligroso. Una alimaña en la muleta
  4. Pantanoso. 590 Kg. Negro. Manso y descastado. 
  5.  Artillero. 603 Kg. Negro listón. Manso encastado que llegó a la muleta con mucho peligro.
  6. Embustero. 575 Kg. Negro. Manso, inválido que rompió en la muleta.
Cuadrillas y otros: 

Ante tres cuartos de aforo, se celebró la 24ª corrida del ciclo ferial de San Isidro, donde la temperatura fue muy agradable, también para los tendidos de sol.

Al terminal el paseíllo se guardó un minuto de silencio por el atentado de Londres el día anterior.

De lo ocurrió en el ruedo hay que destacar que en el segundo de la tarde se desmonteraron tanto Marco Leal y Fernando Sánchez, destacando en la lidia, Marco Galán. En el quinto volvió a desmonterarse Fernando Sánchez.

En la parte negativa sorprendió a los aficionados que tanto David Adalid, un valiente rehiletero, y su compañero Juan Carlos tirado, encontrase muchas dificultades al parear a su enemigo. Tuvieron que pasar siete veces por la cara del toro para colocar las cuatro banderillas reglamentarias. Un verdadero suplico para ambos toreros.

Comentarios:

Ayer rugió la afición venteña y arrastró con sus vindicaciones a todos los espectadores presentes, en su lucha porque la seriedad vuelva al albero de Las Ventas, tratando de mostrar al palco que con la fiesta no se juega, como hizo el presidente de turno, D. Justo Polo Ramos, que en una aptitud más propia de una persona afín a la empresa adjudicataria, estuvo a punto de provocar un motín, con todos los aficionados gritando al unísono, “Fuera del Palco”. Si a este señor, junto a alguno de sus compañeros, les mueve la más mínima afición a la fiesta, su dimisión irrevocable debería estar ya encima de la mesa de sus superiores, Cualquier otra solución son paños calientes que dejarían en una situación muy comprometida a la autoridad.

Fue notorio que los toros de Cuadri reunieron en la plaza a un alto porcentaje de aficionados que han desistido a acudir a las Ventas por los vergonzantes espectáculos que se ofrecen. Los del clavel y los espectadores festivaleros, se tomarían el día de descanso. Lo suyo es el “Gin tonic” y solicitar trofeos a las figuras. Nadie los echo en falta, salvo el empresario, pero si el hecho es motivo de recapacitación para no continuar jugando sucio con la fiesta, bienvenida sea su ausencia. 

La tarde iba cuesta abajo ya que el ganado estaba sufriendo el peor estigma que puede tener una ganadería, la falta de fuerzas y de casta. Pero a partir del cuarto la tarde se fue recuperando en una medida que tampoco convencía a nadie. El cuarto, un manso con casta, devolvió la emoción al ruedo, dando lugar a que Robleño se fajase con su enemigo. El animal entablerado en querencias y el torero con el valor por delante, intentó demostrar que cuando se quiere se puede. Al toro le costaba tragarse los muletazos y el torero lo intentó cambiándole los terrenos. En los medios le recetó dos derechazos que supieron a gloria, pero el animal buscaba el amparo de las tablas y cuando lo consiguió, el matador tuvo que jugársela. Pero todo lo que había conseguido, lo emborronó con un bajonazo infame. A pesar de ello el público le regaló una ovación que el torero tuvo a bien declinar no correspondiendo con un saludo, ya que el mal estaba hecho. Con este detalle demostró, tanto su profesionalidad como su honradez torera. En su primero y dada la tomadura de pelo a que fue sometida la afición por el presidente, por no devolver a un animal inválido, el torero no tuvo ocasión de demostrar sus ganas de agradar. 

Y salió el sexto, otro inválido que le dio de nuevo al presidente la ocasión de seguir jugando a empresario. Pero en esta ocasión no coló la jugada. Los aficionados rugieron como hacía años que no lo hacían, dándoles pie a que los tragaldabas de periodistas en la nómina de la empresa, junto con toreros retirados, corten con sus cuchillos verbales la yugular de esos aficionados que se atreven a protestar en defensa de la fiesta. Los toreros de plata no tuvieron su tarde. En banderillas tanto Adalid como Juan Carlos Tirado tuvieron que pasar siete veces, se dice pronto, siete veces, para dejar cuatro palos en el morrillo de su enemigo. Nadie creía que un torero de plata como David Adalid, pasara en falso ante un enemigo que luego se vio que no fue tan marrajo como lo vieron ellos. El toro rompió en la muleta gracias a la voluntad de José Carlos Venegas, que a base de tesón y de valor fue metiéndolo en la pañosa hasta que consiguió sacarle lo que nadie creía que tenía. Pero debido a su corta experiencia cometió un error de bulto. Quiso adornar la faena con unas bernardinas creyendo que se encontraba ante un toro “domecqticado”, y al primer envite el animal se lo echó a los lomos, como era su obligación. Es lo que tiene la casta. Lo dejó hecho un cromo, y con la estocada tiró por tierra todo el esfuerzo realizado hasta el momento. Le dio un sartenazo al animal que los aficionados salieron despavoridos del coso. Una pena, torero. Su primero fue una alimaña. El animal pegaba tornillazos desde el comienzo de faena, y en lugar de lidiarlo, y que alguien le hubiera dicho que lidiar es también torear, el torero quiso sacarle lo que no tenía poniéndose bonito y al tercer muletazo se lo llevo por delante sin consecuencias aparentes. El torero en este caso se la jugó sin necesidad. 

El primero de Castaño fue un toro que llegó a la muleta sin recorrido ya que fue sometido a una lidia muy exigente. El torero lo intentó tanto en redondos como al natural, pero el animal no respondió por ninguno de los dos pitones, y terminó defendiéndose en la pelea. En el quinto el torero no estuvo muy acertado, ya que ante un manso encastado trató de someterlo con muletazos por alto en lugar de bajarle la muleta. Después basó su faena intentándolo tanto con la derecha y por la izquierda pero no encontró la fórmula de bajarle la mano e intentar enseñarle quien era el que quería mandar. El animal se defendió buscando la presa que dejaba atrás, y al final terminó rajándose. 

©Pepeíllo.

domingo, 4 de junio de 2017

3 de junio de 2017 ."Sentimientos mutantes"



Ganadería

Flor de Jara. Encaste Santa Coloma, línea Javier Buendía. En general mansa y descastada. El tercero fue devuelto a los corrales por falta de fuerza, en su lugar se lidió un sobrero de Dolores Rufino.

Terna:
  • Juan Miguel: De lila y oro. Tres pinchazos y dos descabellos. Se echa el toro. Silencio. Estocada muy trasera. Oreja protestada. 
  • Alejandro Marcos: De manzana y oro. Tres pinchazos y estocada casi entera. Silencio. Media estocada tendida y trasera y tres descabellos. Aviso. Silencio.
  • Ángel Sánchez: De fucsia y oro. Estocada desprendida y tendida. Saludos generosos. Metisaca, dos pinchazos y estocada casi entera y tendida. Silencio.
Presidente: D. Trinidad López-Pastor Expósito.

Muy mal estuvo D. Trinidad, concediendo un trofeo a Juan Miguel en el cuarto ante una petición que no fue mayoritaria, y lo más importante, ante una faena vacía de contenido, haciendo cierta la frase de: cogida, oreja segura, dejando de nuevo al descubierto la poca seriedad del palco.. 

Suerte de varas: 
  1. Balconero. 515 Kg. Cárdeno. El animal manseó en el caballo y no fue castigado. Manso y y noble en la muleta. 
  2. Atquero. 470 Kg. Cárdeno. Apretó en el caballo pero con la cara alta, pero en la segunda se arrancó sin codicia. Llegó a la muleta muy parado. 
  3. Inmejorable. 505 Kg. Negro listón. Comenzó a mansear desde que salió de chiqueros. Lo tuvo que picar el picador de reserva. Manseó en el caballo En las dos ocasiones que acudió al caballo lo hizo al relance y se defendió. Manso que tuvo fijeza en la muleta. 
  4. Cariñoso. 475 Kg. Cárdeno. En la primera entrada al caballo el piquero lo castigó en el brazuelo y en la segunda salió huyendo al sentir el hierro. Manso y descastado.
  5. Tabernero. 485 Kg. Negro. En la primera vara se dejó pegar y en la segunda no existió. El animal decepcionó en la muleta.
  6. Pies de Oso. 484.Kg. Cárdeno. El piquero se agarró trasero las dos veces que acudió al caballo. En la segunda vara tuvieron que meterlo casi en el peto para que acudiera al montado. Cumplió en el caballo y se rajó en la muleta. 
Cuadrillas y otros: 

En tarde de temperatura agradable el coso venteño registró media entrada.

Se lucieron en banderillas Pepín Monge y en menor medida, Jesús Robledo en el sexto, los cuales tuvieron que desmonterarse. También se lució con los rehiletes, José Mora en el segundo.

Mención especial mereció Iván García durante la lidia del sexto. 

Juan Miguel sufrió un revolcón en el cuarto del cual tuvo conmoción cervical y un puntazo. No le impidió continuar la lidia.

Comentarios:

El ganado de Flor de Jara volvió a defraudar. Supongo que los taurinos tendrán un argumento más para desestimar las peticiones de los aficionados para que anuncien otro tipo de ganado que no sea Domecq y sus derivados. 

También defraudó la aptitud del presidente al conceder un trofeo a Juan Miguel en el cuarto. Defraudó primero a la fiesta y después a los aficionado, hiriendo sus sentimientos, ya que consideran que el arte de torear es un sentimiento y no una diversión con gran componente de irresponsabilidad. Y eso fue lo que demostraron tanto los espectadores triunfalistas solicitando un trofeo como la presidencia concediéndolo. Así están las cosas.

Pero lo importante no son estos detalles, sino que debido a estas actitudes triunfalistas, los espectadores son participes directos de que los taurinos hayan degradando el nivel de exigencia en el ruedo con el único propósito de beneficiarse de esta coyuntura. Han sido listos, comprando la voluntad de aquellos que puedan aportar lo contrario de lo que exigen los aficionados, que no es sino, la pureza de la fiesta.

En el cuarto a Juan Miguel no le regalaron la oreja por su torero, sino a un descuido durante la faena, que le permitió al novillo llevárselo por delante, causándole una conmoción cerebral y un puntazo. A partir de aquí el público se puso de su lado y hasta que no consiguió que la presidencia sacara el pañuelo blanco no paró en su empeño de gritar hasta su extenuación. Es la democracia, bien o mal interpretada, de estos espectáculos. Pero en el ruedo no ocurrió nada que mereciera la pena contar, solo que tanto el toro como el torero cada uno anduvo a lo suyo. El torero lo intentó al natural y el novillo lo puso en aprietos sacando genio y que el matador no supo solventar. En un descuido el novillo lo arrolló y el torero salió conmocionado y cuando se recuperó, continuó con su labor, pero el premio ya lo había conseguido. La oreja fue muy protestada, pero el matador se la llevó en el esportón, esperamos que le sirva de algo, aunque sobre el albero sembró muchas dudas de que fuera así. A su primero lo recibió desde los medios, a la salida de toriles, con tres tafalleras y el animal lo puso en aprietos. Ya con la muleta, lo citó con la pañosa en la izquierda y le recetó tres naturales de tanteo, continuando con dos tandas aprovechando el viaje de su enemigo. Cuando lo intentó con la derecha aplicó la misma fórmula que la anterior, es decir con las ventajas por delante. Su enemigo fue una babosa embistiendo y el novillero estuvo como un maestro consagrado, es decir, echándoselo para fuera en cada muletazo. Una pena de novillo y de torero. 

También defraudó a los aficionados Ángel Sánchez. Al terminar la corrida, los que no salieron huyendo en busca de su Real Madrid, tuvimos que escuchar lamentos debido a la desafortunada actuación que había tenido el torero madrileño. Eso siempre es bueno, aunque la realidad diste mucho de las esperanzas, pero estas nunca deben perderse. La desilusión de los aficionados estaba fundamentada en que el matador desde el inicio de faena citó fuera de cacho y siempre con el pico por delante. Cierto que el novillo se fue quedando según transcurría la faena, pero ofreció algo que el torero debió aprovechar, pero toreando. Al quinto lo recibió de capote y el novillo metía bien la cabeza por ambos pitones, pero el torero no manejó el percal con lucimiento. Con la franela comenzó la faena bajándole la mano y llevando al novillo empapado en los vuelos de la muleta, pero no consiguió rematar los muletazos. A continuación comenzó a sacar las mismas miserias que había mostrado en su anterior actuación, con el agravante que en el toreo al natural el novillo lo superó, aunque se fue rajando.

El primero de Alejandro Marcos de desplazó bien al recibirlo de capote, pero es una suerte en deshuso que nadie quiere o sabe interpretar. Todos buscan la faena de muleta, con ella es donde se obtienen los trofeos, pero para ello hay que torear, bueno eso era antes. El caso es que su enemigo llegó a la muleta muy parado y el torero la única opción que tuvo fue justificarse. El quinto decepcionó en la muleta, se quedaba corto por ambos pitones, y lo único que se le vio al torero fue su voluntad, adornada con algunas ventajas en el uso de la pañosa. 

Así es el toreo actual y a las plazas hay que ir mentalizado a que los sentimientos han cambiado. Hoy un revolcón, o algo similar, equivalen a un trofeo, se oponga quien se oponga.

©Pepeíllo.

sábado, 3 de junio de 2017

2 de junio de 2017. La vuelta al ruedo en vías de desaparición

Ganadería

Domingo Hernández, procedencia, Juan Pedro Domecq y Díez, en la línea de Juan Pedro Domecq Solís. Toros con romana y de juego variado. El sexto fue aplaudido con fuerza en el arrastre, lo que sorprendió a muchos aficionados. La ganadería tomó antigüedad.

Terna:
  • Enrique Ponce: De azul marino y oro. Metisaca y estocada desprendida. Oreja. Metisaca y media estocada caída y tendida. Oreja. Salió por La Puerta Grande. 

  • David Mora: De berenjena y oro. Estocada baja y atravesada, aviso. Estocada saliendo arrollado y se lleva un revolcón sin consecuencias. Dos descabellos. Saludos. 

  • Varea: De caña y oro. Estocada atravesada y 10 descabellos. Aviso. .Silencio. Estocada desprendida, aviso. Aplausos. 
Presidente: D. Jesús María Gómez Martín

El presidente ha sido uno de los últimos en llegar y da la impresión que ha aprendido la lección rápidamente. Concedió la segunda oreja a Ponce sin mayoría, pero los gritos en los segundos finales antes del arrastre, intimidaron a D. Jesús, y le faltó un mínimo de firmeza que debe reunir el cargo. Tampoco la faena a su primero fue merecedora de tal premio. Los aficionados protestan animales inválidos e impresentables, faenas tramposas y nadie, y digo nadie, incluso los que ocupan el palco tienen en cuenta sus protestas, sin embargo cuando los festivaleros piden los trofeos sus peticiones son escuchadas Son detalles que llevan el signo del triunfalismo que imponen los taurinos. ¡Qué casualidad! ¿Verdad señor presidente? 

Suerte de varas: 
  1. Rocoso. 615 Kg. Castaño. En la primera vara acudió suelto y salió suelto sin nada que destacar en su juego. En la segunda se arrancó con tranco y el piquero se agarró bien. Manseó en el caballo y en la muleta se dejó torear por el pitón derecho.
  2.  Libertino. 618 Kg. Negro. Acudió suelto y no fue castigado y en la segunda entrada el piquero se limitó a marcar el castigo. No se le ha visto en el caballo y cumplió en banderillas y en la muleta. 
  3. Inclusero. 679 Kg.. Negro. En la primera vara acudió suelto y el picador le zurró la badana tapándole la salida. En la segunda manseó y salió suelto. Manso con algo de casta. 
  4. Rumbero. 555 Kg. Negro salpicado. En la primera entrada al caballo se dejó pegar y en la segunda manseó. Manso que se ha defendido en la muleta mostrando dificultades que dio la poca casta que mosotró..
  5. Armador. 638 Kg. Negro listón. Fea pelea si es que se puede definir como pelea lo que el animal mantuvo con el montado. Manso y descastado.
  6. Granaíno. 577.Kg. Negro listón. El toro hizo un juego insulso en el caballo, que dejó indiferentes a los aficionados. Manso con algo de casta.
Cuadrillas y otros: 

Tarde soleada y calursas donde el coso venteño registró un lleno, colocando el cartel de “No hay entradas”.
Varea confirmó la alternativa de manos de Enrique Ponce, de esta manera el torero de Chivas eludía una vez más el abrir plaza. Es la responsabilidad de las figuras, que los aficionados nunca han entendido.
De los toreros de plata se tuvo que desmonterar Ángel Otero al lucirse en la colocación de las banderillas al tercero de la tarde.. 

Comentarios:

Dos horas y tres cuartos duró el festejo. No se devolvió ningún toro, y algunos aficionados abandonaban el coso preguntándose, qué había ocurrido para que un festejo se prolongara tanto tiempo. Alguien tenía que haberle respondido: Ha toreado Enrique Ponce. Si, Enrique Ponce se recreó en su toreo, y se dio un baño de multitudes en las dos vueltas al ruedo, vamos como si hubiera inventado el arte de torear. Pero su salida por la Puerta Grande, dejó un vacío en los aficionados que al final no creían lo que se había producido. Fue una salida insípida, de las se producen actualmente en esta plaza, donde los intereses de los taurinos la han ido hundiendo en la vulgaridad y será difícil que vuelva a recuperar el nivel de exigencia que tenía, si es que la tuvo en algún momento, o fue una falacia.

El caso es que Ponce se fue con sus orejitas camino de la calle de Alcalá en hombros de los subasteros, y posiblemente preguntándose: “Nunca fue tan fácil conseguir este objetivo” Pero el público quedó prendado con la faena a su primero, comenzándola con unos muletazos por bajo tratando de someter al burel y fundamentada sobre la mano derecha, colmada de medios pases sin descomponer la figura, pero eran medios pases, que sirvieron para encandilar al respetable a pedir el trofeo hiciera lo que hiciera con la espada. Y a pesar que el toreo al natural, Ponce, lo dejó para otra ocasión y después de unos muletazos con rodilla en tierra, el de Chivas recetó a su enemigo un metisaca y una estocada desprendida, que no fue óbice para que los espectadores solicitaran la oreja como si les fuera la vida en el envite. No terminó aquí todo, su segundo se defendió en la muleta, el torero valenciano hizo una faena sosa y sin continuidad, pero unos abaniqueos de remate, levantaron al público de sus asientos. Todo estaba preparado para el triunfo. El torero volvió a fallar con la espada, pero eso no importó para que un público entregado con una faena vulgar, volviera a solicitar el trofeo para su torero, pero en esta ocasión sin petición mayoritaria, y los recelos de los aficionados se cumplieron: el presidente quiso en el último momento unirse al festejo triunfalista del público, que a la postre, es el que le interesa a la empresa, 

Varea confirmó la alternativa con un toro que le ofreció unas tandas por el pitón derecho que el castellonense no aprovechó. Eso no fue todo lo malo, el torero prefirió en los primeros compases ir acostumbrado a los presentes que su faena consistiría en llevar por delante el pico y no colocarse en su sitio en ningún momento de la faena. Estos fueron los dos fundamentos de su labor y fue una pena que en el toro de su confirmación, el torero no hubiera tenido el detalle de haber intentado el toreo ortodoxo, que aunque no salga a pedir de boca puede ser reconocido por la afición, pero alguien debió haberle informado que los aficionados en esta plaza no pintan nada. Su segundo fue un manso con algo de casta y el torero no le perdió la cara en ningún momento, lo que ocurrió es que su muleta necesitó algo más de temple. En esta faena se le vio más firme, tratando de dominar a un enemigo que trató de complicar su labor. Tres naturales largos adornaron su faena, pero todos los adornos que vinieron como remate de faena sobraron, excepto el valor que mostró. Habrá que ver a este torero con más calma.

David Mora hizo su tercera comparecencia en la feria y de nuevo dejó una estela de indiferencia en los tendidos. A su primero, un manso con algo de casta, lo recibió con un muletazo desmayado de bella ejecución, pero se encontró con un enemigo con algunas dificultades, consiguiendo algún muletazo bueno en el toreo en redondo y algunos detalles de torería, que no evitaron que el cuadro de su faena quedase a medio pintar, a pesar que cuando conseguía embarcarlo, el toro metía la cabeza haciendo el avión, pero su muleta no tuvo continuidad para ligar alguna tanda. Al natural lo intentó pero a su enemigo le costaba repetir. Su segundo fue un manso descastado que llevó al torero a realizar una faena insulsa. Para aclarar diré que, ni hubo toro ni torero, y al entrar a matar fue encunado por su enemigo, pero que no le impidió continuar la lidia. 

©Pepeíllo.