lunes, 3 de septiembre de 2012

2 de Septiembre 2012: Decepción

Ciclo. Encastes minoritarios

Corrida de Novillos Se lidiaron novillos de Tomas Prieto de la Cal. Encaste: Vázquez-Veragua.

Terna:
  • Pascual Javier: 3 pinchazos y estocada trasera y contraria. Silencio. Estocada caída y atravesada. Silencio.
  • Miguel de Pablo: Bajonazo perdiendo la muleta. División de opiniones cuando saluda desde los medios. Media estocada que vale. Saludos con protestas.
  • Miguel Cuartero: Pinchazo en los costillares y estocada caída y delantera. Estocada baja y aviso tras cuatro descabellos. Silencio.
Presidente: D. Julio Martínez Moreno. Le costó tomar la decisión de devolver al primero de la tarde a pesar de su manifiesta invalidez y lo hizo después de haber cambiado el tercio. Pensaría que el precio del novillo se lo iban a descontar de su sueldo. El transcurso posterior del festejo no le ocasiono ninguna decisión comprometida.  

Suerte de varas: Todos los novillos mansearon en el caballo, destacando el sexto que salía despavorido del picador cuando sentía el hierro en el morrillo, sin embargo, destaco la poca pericia del piquero al no intentar taparle la salida cuando lo habitual es que lo hagan en todos los toros. Hay que destacar que el en quinto novillo el piquero marco arriba, en el morrillo, siendo igualmente habitual que lo hagan trasero y en muchas ocasiones donde caiga la puya. El primero que fue devuelto por inválido, el picador no consiguió ni que sangrara el toro. Tanto el picador como la cuadrilla intentaron lidiarlo con mimo pero al final no coló y el presidente decidió cambiarlo. 

Cuadrillas y otros: Destacó Fernando Téllez, tanto en la lidia del tercero como en la colocación de los rehiletes en el sexto. Todos sus compañeros no estuvieron a su altura, destacando la mediocridad de sus actuaciones. Los novillos defraudaron, y el torero Miguel de Pablo, después de recetarle un bajonazo a su enemigo, posiblemente influido por los aplausos de sus incondicionales, que demostraron no distinguir entre una estocada arriba y un bajonazo, salió a saludar a los medios. No hay que perder las formas torero, y menos los que comienzan la carrera, sobre todo, por respeto a los aficionados.

Muchas ilusiones tendrían puestas los aficionados en la primera novillada de las denominadas "encastes minoritarios". El ganado defraudo en toda regla, hasta tal punto llego el fracaso que no hubo ningún detalle que alentara un atisbo de esperanza en los aficionados presentes. Fue una corrida descastada que la mayoría salía buscando la salida para marcharse a la finca, acudiendo a los engaños con la cara alta y lo más preocupante, sin fuerza para mantener el ritmo normal de la lidia, y eso que los coletas no los sometieron en ningún momento, seguramente por desconocimiento, ya que si se hubiera producido este hecho seguro que la mayoría de los astados hubieran rodado por la arena como lo hizo el tercero de la tarde, que se derrumbó en plena faena y lo tuvieron que levantar los toreros de plata para que su torero pusiese continuar la faena, y de paso continuar aburriendo la personal.

Se cae el toro y se derrumba la fiesta. Es lo que han conseguido los taurinos que controlan este tinglado. Primero buscando denodadamente la comodidad para sus toreros con animales totalmente descafeinados, sin bravura y sin casta, ya que si no fuera así y el toro de las figuras salieran íntegro seguro que estos coletas no se permitirían el lujo de torear la cantidad ingente de corridas que celebran cada temporada. El toro integro y con casta es exigente, y no digamos con bravura, ya lo decía Belmonte, este tipo de animal no permite ponerse bonito delante si antes no se le ha dominado toreando o lidiando ,y ese hecho necesita un esfuerzo, tanto físico como psíquico, que muchos toreros no estarían en condiciones de ofrecer. Segundo, han hecho desaparecer de la cabaña brava española a casi todos los encastes que no mantengan una línea de docilidad como la que ofrecen los que proceden de la línea Domecq, y la que no ha desaparecido su presencia es casi simbólica, y eso fue lo que se encontró el aficionado que acudió a Las Ventas en la primera novillada dedicada a encastes minoritarios. La raíz Vazqueña tiene sus raíces en el siglo XVIII, pero en la actualidad ha perdido todas las señas de identidad que le caracterizaron en otras épocas donde eran fijos en todas sus ferias.

Los novillos de Tomas Prieto de la Cal, con su comportamiento demostraron el defecto que no supo corregirles el Duque de Veragua, es decir, que se vinieran abajo en el último tercio. Pero lo bueno que tenían, era que se entregaban en la pelea en el caballo, y eso tampoco lo sacaron a relucir, mostrando una falta de casta impropia de un animal de esta raza.

Los toreros por su parte tampoco estuvieron a la altura que requería la ocasión. Mostraron falta de oficio y no supieron dar a los novillos las faenas que requerían, mostrando sin embargo en su toreo las ventajas que han impuesto las figuras: torear fuera de cacho, metiendo el pico, equivocando terrenos y no rematando los muletazos, es cierto que los novillos acudían a los engaños con la cara alta y la mayoría .sin recorrido, pero solo Miguel de Pablo estuvo voluntarioso en su primero, recibiéndole con tres largas cambiadas. A su segundo, un novillo precioso de capa, berrendo en negro aparejado, le dio tres verónicas bajando las manos y templando las embestidas del animal. Con la muleta se equivoco en los terrenos ya que su enemigo no tenia recorrido cuando le daba los adentros. A pesar de esto consiguió tres redondos bajando la mano, pero sin rematar.


El primero de la tarde fue devuelto a los corrales y en su lugar salió un sobrero de Juan Antonio Ruiz Espartaco.

©Pepeíllo.

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