domingo, 29 de septiembre de 2019

Feria de Otoño 2019

Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo 

Corrida de toros 

Decepción ganadera”

Ganaderías

Se lidiaron 2 toros de Juan Pedro Domecq, 1ºy 4º, 2 de Núñez del Cubillo, 2º y 5º y otros 2 de Victoriano del Río, 3º y 6º. En líneas generales mansos, descastados de mal juego en el caballo, pastueños en la muleta, feos de hechuras y justos de trapío. El sexto fue devuelto a los corrales y en su lugar se lidió un sobrero de José Vázquez, que dio un recital de mansedumbre que sonrojaría al ganadero. Varios de ellos fueron pitados en el arrastre. El quinto de Núñez del Cubillo, al no ser picado dio un juego excepcional en la muleta. 

Terna:
  • Miguel Ángel Perera: De malva y oro. En el primero, estocada caída ejecutada en dos tiempos. Silencio. En el tercero pinchazo, aviso, estocada y descabello. Silencio. En el quinto pinchazo, metisaca y cuando intentaba entrar de nuevo a matar el toro se marchó a tablas y se echó. Vuelta al ruedo.
  • Paco Ureña: De barquillo y oro. En el segundo estocada. Oreja. .En el cuarto estocada delantera. El toro tardó en caer. Silencio. En el sexto bis, estocada recibiendo. Aplausos.
Presidente: Rafael Ruiz de Medina Quevedo

Tardó demasiado tiempo en ver que el sexto toro no reunía condiciones para la lidia. Aparte de este detalle, no tuvo más problemas en su función. 

Cuadrillas y otros. 

El calor volvió a aparecer en la última tarde del primer ciclo otoñal. La plaza registró un lleno para ver el mano a mano entre Perera y Ureña

Los toreros de plata estuvieron a la altura de lo que se esperaba de ellos, algún atrevido comentó que Perera no se merecía la cuadrilla de profesionales que llevaba. Y así fue, en el primero destacó en la lidia Curro Javier, pero los que parearon sacaron a relucir su clase. José Chacón y Jesús Arruga. En el tercero se desmonteraron Javier Ambel y Jesús Arruga. En el quinto, y aunque Curro Javier tuvo que pasar en falso ante la acometida de su oponente, fue un tercio de banderillas muy interesante. 

Los picadores en su línea, solo destacar a Juan Francisco Peña en el segundo. En las entradas marcó arriba el castigo. 

Comentarios: 

Después de la faena al segundo de la tarde a cargo de Paco Ureña, los espectadores auguraban que algunos de los toreros conseguirían abrir La Puerta Grande. Pero no fue así. La tarde comenzó a decaer y fue en el quinto donde Perera a su manera de interpretar el toreo, consiguió encandilar a los espectadores con una faena llena de vistosidad al dejar ver al toro citándolo de largo. Hay que decir que el animal no fue picado, pero se vino arriba en banderillas y fue una máquina de embestir y de galopar sobre el albero venteño. Perera hizo lo que sabe hacer, pero ante lo que le ofreció el animal, debía haberle dado a su labor algo de hondura. El animal no se cansó de acudir al engaño del matador pacense y con tranco, con ello enardeció al público presente, pero falló a espadas y el animal después de un pinchazo y un metisaca en los bajos se mosquearía y se marchó a tablas, preguntándose: después de lo que le he ofrecido, me paga con esta moneda. En fin, el resultado fue una vuelta al ruedo a petición del respetable. 

Paco Ureña puso el listón muy alto en el segundo de la tarde con ese toreo que sale de su sentimiento y dio un recital de hondura con el toro Ricardito, al que consiguió cortarle una oreja. En el cuarto y ante un animal soso de Juan Pedro Domecq, el murciano se limitó a pasarlo por la tela roja como un pegapases de los estamos acostumbrados a ver, defraudando a los aficionados, porque a pesar que el toro no transmitía,, podía haberlo hecho bueno, pero no fue su toro ni su momento de inspiración. Con el sexto y ante un sobrero de José Vázquez, que solo mostró mansedumbre, se la tuvo que jugar con una faena pegado a las tablas, con el cual solo pudo poner voluntad profesional. 

Perera en su primero se limitó a pasarlo por la muleta con vulgaridad, hecho que nadie entendió, ya que a una figura hay que exigirle algo más que torear con una falta total de colocación y aprovechando los viajes de su oponente. Ese no ha sido nunca el camino de un torero consagrado como él. El tercero llegó apagado a la muleta y a pesar que mostró disposición, su labor no llegó a los tendidos. 

Hay algo que a las figuras les cuesta entender, no sé si por comodidad o por egoísmo o por ambos motivos. A esta plaza y a muchas otras hay que anunciarse con ganaderías exigentes y demostrar que son dignos de la confianza que los aficionados han puesto en ellos y como consecuencia se gastan su dinero en verlos torear, pero no dar pases. Si así lo hicieran, también ganarían dinero y ganarían el respeto de los espectadores, pero si a pesar de venir con estos toritos elegidos para las ocasiones, se ponen a pegar pases, alguien debería aclarar quien falla en este negocio, los toreros, los ganaderos, los empresarios o los espectadores que acudimos a los cosos a ver este tipo de esperpento. 

©Pepeíllo.

No hay comentarios: