domingo, 5 de junio de 2022

 A Álvaro por su afición práctica y su constancia.

Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo.

Corrida de La Prensa.

“En esta ocasión sonaron los silencios”

Ganadería

Se lidiaron 6 toros de Victorino Martín, encaste Saltillo-Albaserrada. Algunos manejables en la muleta pero de poca casta, el único que se libro de este comportamiento fue el segundo, que fue aplaudido en el arrastre. El resto no me emocionó, con algunas dificultades del encaste pero nada más. El primero fue protestado por falta de trapío.

Terna:
  • Antonio Ferrera. De blanco y oro. En el primero pinchazo hondo y media estocada. Se echó el toro. Silencio. Golletazo y descabello tras aviso. Silencio..
  • Sergio Serrano: De caldero y oro. En el segundo tres pinchazos, aviso, estocada y 4 descabellos. En el quinto Pinchazo perdiendo la muleta y sartenazo.. Silencio.
  • Román: De verde y oro. En el tercero 2 pinchazos, aviso, pinchazo atravesado que escupe y cuatro descabellos. Silencio. En el sexto estocada algo atravesada y descabello. Silencio.
Presidente: D. Jesús María Gómez Martín.

Sin problemas en sus funciones.

Cuadrillas y otros:

En tarde soleada se celebró la corrida de La Prensa. El coso registró casi un lleno. De nuevo volvió a brillar el arte de Fernando Sánchez. Puso tres pares de autentico maestro. Punto. Alguien le pidió la vuelta al ruedo, pero entre el griterío nadie lo oyó. En el primero tuvo que desmonterarse junto a José Chacón. En el cuarto tuvo que arreglar el desaguisado de su compañero Valdeoro en el tercio de banderillas

Comentarios:

De nuevo un torero de plata tuvo que poner a la fiesta donde se merece. El ganadero de postín y los matadores, salvo Sergio Serrano, se adueñaron de los silencios.

Sentí que la espada emborronara una faena valiente de Sergio Serrano al segundo de la tarde. Su nombre Garañuelo y a pesar de mansear en el caballo, tuvo un pitón izquierdo de cortijo, El torero estuvo bien, pero por poner algún pero, metió algo el pico. “Qué pena que fallaras a espadas. Esperamos verte próximamente por aquí por la voluntad de ser torero que has mostrado en este toro. El quinto fue distinto, Sergio. De nombre Buscador acudió al caballo descompuesto las dos veces, y el piquero no acertó en marcar arriba el castigo. En la muleta ni el toro se entregó en la pelea ni tú te colocaste en tu sitio. Insisto espero verte de nuevo, pero sin recibir al toro en los medios, es una suerte que no aporta nada a la faena, solo el peligro, que a punto estuvo de darte un serio disgusto”.

El primero de Antonio Ferrera, de nombre Mitotero, en el primer embroque con el caballo se dejó pegar pero en el segundo salió huyendo al sentir el hierro. En la muleta el torero trató de enseñarle a embestir, pero el animal sabía lo que dejaba atrás y no le gustaban las lecciones. El matador intentó ponerse bonito en su cara y el animal vio que ese tipo de toreo no iba con él. El cuarto de nombre Bolsisto, en el tercio de varas tuvo que pelear contra el picador, el caballo y las tablas. En la faena de muleta no hubo torero, su faena consistió en colocarse al hilo del pitón y sin ligazón, consiguiendo alguna tanda sin pena ni gloria. Al final la faena nos regaló un animal sin recorrido y un matador que se puso pesado.

Al tercero le llamaban Milenario. En la primera vara empujó con clase y en la segunda manseó. Con la muleta en la mano, Román tomó muchas precauciones, tampoco el animal repetía para que el valenciano pudiera mostrar su voluntad profesional. Por el pitón izquierdo no le ofreció posibilidades, buscaba la presa comenzando por los tobillos. También Román alargó la faena innecesariamente. En el sexto, de nombre Mindango, el picador no tuvo mucha fortuna. En la primera vara picó trasero y en la segunda, a pesar de meterle el toro en el peto el “perla” picó bajo el castigo. Si a Santiago Morales no le gusta su profesión, que la deje. En la faena de muleta el Albaserrada no le prestó ni un pase. Lo probó por ambos pitones, y el ”vitorino” dijo: “hasta aquí hemos llegado”. Y qué razón tenía

©Pepeíllo

PD: A la enfermedad, como a los toros encastados, no se le puede dar la espalda. El sábado me dio un varetazo en el estógado. Este hecho no me permitió acudir a Las Ventas ese día y tuvo que ser un amigo el que me echara un capote de oro, para no dejar incompleta la serie de crónicas, “Gracias amigo Ricardo”. Algunos han echado en falta la del domingo; ”Gracias por vuestro interés”. El domingo, me vestí de luces para a ir a la plaza, creyendo que estaba curado, pero no. el lunes caí de nuevo. Hoy martes la he podido completar.

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