sábado, 12 de mayo de 2007

San Isidro 2007 1ª : Ni toros ni casi toreros

10-5-2007

Toros: La Martelilla. Encaste: Marqués de Domecq.
  • Luis Miguel Encabo: De blanco y oro. Estocada casi entera saliéndose de la suerte y dos descabellos. Silencio. Dos pinchazos y media que basta. Silencio para el torero y bronca para el Usía.
  • Antonio Ferrera: De verde y oro. Estocada a trompicones. Silencio. Pinchazo, estoca trasera saliéndose de la suerte perdiendo la muleta y un descabello. Silencio.
  • Fernando Cruz: De granate y oro. Estocada delantera. División de opiniones. Estocada fuera de cacho Aviso. Dos descabellos. Tímidos aplausos.
Preside la corrida D. César Gómez Rodríguez.


En la tarde de ayer aparecieron toros por chiqueros que podíamos denominar de media casta. Aunque no rodaron por la arena, la corrida fue floja y los picadores se podían haber quedado en su casa porque, aparte de no picar, no hicieron mas que marrar, y en dos de ellos, en el cuarto y en el sexto, se cayeron del caballo al entrar el toro en suerte y no atinar con el morrillo. Casi toda la terna podía haber seguido el mismo camino, y digo casi toda, porque el único que se salvó fue Fernando Cruz. Los toreros banderilleros, Encabo y Ferrera, aburrieron con el intercambio de palitroques y la vulgaridad en la colocación, pero cuando un torero debe mostrarse valiente y voluntarioso es en la reunión con el toro, asomándose al “balcón” y clavar los rehiletes arriba y reunidos, y para más datos, salir andando de la suerte. Seguro que cuando explicaron esta lección en la escuela hicieron “novillos”. En las faenas de muleta de ambos diestros se mostraron ventajistas y estuvieron rectificando terrenos continuamente.

El quinto fue un toro que le estaba pidiendo a Ferrera los medios y el torero, sin embargo, motivado por las rachas de viento que se hicieron presentes durante la corrida, decidió hacer la faena en el tercio y, claro, allí el toro tuvo un comportamiento distinto. El sexto fue por definición un manso encastado que puso a toda la cuadrilla en evidencia. De entrada le puso a Fernando Cruz el pitón en la cara al recibirlo de capote, debido a la escasez de fuerzas. A pesar de esto, el toro sacó un poco de casta y marcó las pautas de su lidia, porque no hubo ningún torero que consiguiera fijarlo. Lo picó el picador de reserva, y en un alarde de sacar fuerzas de flaqueza de donde no las tenía puso en aprietos a toda la cuadrilla en un descuido que tuvieron. Gracias que estaban cerca de la tronera y pudieron resguardarse. En la faena de muleta el torero trató de fijarlo con unos pases de castigo pero el toro no se entregó en la pelea y terminó con muchas complicaciones.

Los toros tuvieron las fuerzas justitas para tenerse en pie, típico de corrida de figuras, mansearon en el caballo y fueron incómodos para la muleta porque llegaron a ella defendiéndose y tuvieron poco recorrido, aunque sin ningún peligro, pero para eso está el torero para hacer la faena de acuerdo a las condiciones del toro. El único que intentó acoplarse a sus enemigos fue Fernando Cruz, que consiguió en su primero alguna que otra serie ajustadita y templada. El cuarto, segundo de Encabo, se echó a mitad de faena, supongo que aburrido de tanta vulgaridad.

Las cuadrillas no estuvieron tampoco a la altura de las consecuencias, entrando su labor en una fase anodina que podían haberse quedado en casa y seguro que no se les hubiera echado de menos. En conclusión, que ayer hasta sobraron los espectadores, ya que la corrida se pudo ver a las claras que era una de relleno de la feria.

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