miércoles, 16 de mayo de 2007

San Isidro 2007 5ª : Puerta grande

14-5-2007

Novillos de Guadaira. Encaste: Jandilla.

  • Emilio Justo: De rojo sangre y oro. Estocada. Saludos desde el tercio. Estocada trasera y tendida. Silencio.
  • Pérez Mota: De verde y oro. Estocada caída. Petición que el Usía no concede. Vuelta. Estocada desprendida. Silencio.
  • Pepe Moral: Estocada trasera, caída y atravesada. Oreja. Pinchazo, estocada. Oreja. Salida por la puerta grande.
Preside la corrida D. César Gómez Rodríguez.

Ha tenido que llegar Pepe Moral para abrir la puerta grande. Hasta ahora nadie había pasado ni de cerca por ella, y creo que oportunidades ha habido. Comenzó recibiendo a su primero a “portagayola”, recetarle unas verónicas en el anillo, destacando las dos últimas, y con esto comprobar que el novillo iba de lujo. Con la franela comenzó la faena citando de lejos, con un pase cambiado, seguido de unos derechazos con mucho temple. Casi toda la faena fue construida por el pitón derecho ya que por el izquierdo el novillo no era tan claro. Toreó con mucho temple aunque abusando del pico y torear al hilo del pitón, pero eso sí, la faena tuvo mucha ligazón.

En el segundo fue un toro en toda regla de 514 Kg. Fue muy mal picado, y tampoco se entregó con codicia en el caballo, pero el torero vio claro el pitón izquierdo y por él construyó la faena, dándole unas series de naturales que levantó los olés del respetable, aunque hubo momentos que abusó del pico, y otro detalle en su debe, estuvo rectificando terrenos durante toda la faena, pero, bueno, es novillero y no era cuestión de aguarle la fiesta al joven torero con unos “quíteme esos defectos de ahí”. Lo peor es cuando esos defectos se convierten en auténticas ventajas en las figuras del escalafón, dando la impresión que lo llevan los toreros en sus genes. Le fue concedida la oreja aunque pinchó al entrar a matar la primera vez.

El primero de Emilio Justo fue un novillo que no tuvo ninguna dificultad, pero al no tener continuidad la faena no llegó a calar en los tendidos. Sin embargo, el cuarto de la tarde presentó más dificultades al torero, ya que rebañaba en cada pase y por el pitón izquierdo embestía rebrincado.

Pérez Mota adoleció en su primero de la continuidad, y realizó una faena con altibajos, fue un novillo de embestida poco clara, pero el torero tampoco hizo nada para intentar corregir los defectos. Fue premiado con la vuelta al ruedo, después de una petición minoritaria. En su segundo, otro toro para figuras, le pegaron en varas con saña, y eso que el único defecto que había cometido era salir por toriles y por supuesto encontrarse con un picador incompetente, de nombre Antonio Márquez, que al marrar en su primera entrada, quiso vengarse. En la muleta el novillo demostró estar escaso de esa virtud que hoy adolece la mayoría de la cabaña brava, la fuerza, y en cuanto le bajó la mano el torero el novillo perdió las manos. A partir de aquí el burel fue perdiendo recorrido y el torero también.

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