domingo, 3 de junio de 2007

San Isidro 2007 23ª: Decepción

1-6-2007

Toros de Adolfo Martín. Encaste: Santa Coloma, Saltillo.

  • El Fundi: Dos pinchazos y estocada caída. Silencio. Estocada que vale. División de opiniones.
  • Luis Miguel Encabo: Metisaca en los bajos. Bronca. Pinchazo sin soltar bajo y tendido saliéndose de la suerte y bajonazo infame. Bronca.
  • Domingo López Chaves: Dos pinchazos, media saliéndose de la suerte. Aviso y cuatro descabellos. Silencio. Dos pinchazos y estocada habilidosa. Silencio.

Preside la novillada D. Trinidad López Pastor.

Toro a toro se fue deshojando la margarita sobre el comportamiento de los pupilos de Adolfo Martín y los rostros de los aficionados fueron tomando un rictus de decepción que no habían tomado en ninguna tarde. ¿Tantas esperanzas se tenían en esta corrida? Al parecer, sí y por supuesto que había motivos para ello, pero en este mundillo cada tarde es una historia distinta a la anterior. Un fracaso de una ganadería de este tipo es origen de reflexión en los aficionados que ven cómo se va apoderando poco a poco de todas las plazas de España el monoencaste. Hay ferias compuestas por cuatro o cinco festejos donde solo se lidian corridas o novilladas del mismo encaste, sí, de ese que pensamos todos y creo que no hace falta repetir.

El primero de El Fundi estuvo justo de trapío y de fuerzas, y por si fuera poco, al recibirlo de capote, se dio una vuelta de campana que acusó el astado durante la lidia. En la muleta no le dio ninguna facilidad ya que la escasez de fuerzas le hacía defenderse y le costaba pasar por el engaño, pero el torero, totalmente desconfiado, se dedicó a dar mantazos sin cruzarse en ningún momento. En su segundo, un toro blandito y que fue muy mal picado, el torero decidió ante la petición del público no banderillear. En la muleta el toro metía la cabeza con claridad, pero la escasez de fuerzas le restaba recorrido en la embestida, solo la casta le permitió mantenerse en pie. No obstante, el torero estuvo pesado hasta el extremo de encararse con un sector del público al solicitarle que abreviara la faena. No es la primera vez que este torero se enfrenta con descaro a los aficionados de Madrid. ¿Verdad Fundi?

Luis Miguel Encabo está sin sitio y no corren buenos aires para este matador, ya que si pierde la voluntad y la entrega puede perder lo conseguido hasta ahora. Esperemos que se recupere de este bache en el cual está sumido, sobre todo por su carrera taurina. Su primero se empleó en el caballo y fue muy mal picado, pero fue un toro que no quiso las tablas en ningún momento. Comenzó la faena de muleta al natural pero con ventajas, en redondos metía la cabeza bien pero el coleta no dio ni un muletazo decente, bailando alrededor del toro continuamente, claro, así no se puede aspirar nada más que al fracaso.
En su segundo se estiró en dos lances a la verónica, ya era hora que en la tarde viésemos estirarse a un torero, o por lo menos intentarlo. Pareó a su enemigo con más ganas que acierto, puso el tercer par por los adentros y el toro hizo hilo con él y casi le da un disgusto. Menos mal que el espada puso pies en polvorosa y corrió los cien metros lisos por lo menos en diez segundos. Qué contraste es ver a estos toreros banderilleros intentar agradar al público de manera espectacular, cuando ellos saben donde está el gusto de los aficionados. Pero eso de ganarle la cara a un toro y asomarse al balcón para clavar las banderillas debe ser más complicado de lo que parece, por eso ahí es donde están los aplausos y, a veces, hasta los contratos. Al terminar de brindar al público se marchó al tercio del tendido cinco y el toro, que se encontraba en el diez, en cuanto le vio salió galopando en su busca. ¡Qué detalle más bonito de casta y si me apuran, de bravura! Por el pitón izquierdo el toro no se empleó y cuando embestía lo hacía con la cara alta, pero el matador no hizo nada para corregir este defecto, porque el mérito de un torero no es aprovecharse del pitón bueno, sino obligar al toro a pasar por donde no le gusta, pero eso es para nota.

A López Chaves le tocó el mejor toro de la tarde. En la primera vara apretó con mucha fijeza metiendo los riñones, pero fue picado trasero aunque después rectificó. En la segunda vara lo puso en suerte muy mal el torero y el piquero falló al clavar la puya. En la faena de muleta el toro metía la cabeza con una claridad y con un recorrido que los aficionados nos veíamos con una muleta en la mano toreando de fuera para dentro, de arriba abajo y rematando en la “caera”. Pero lo que veían nuestros ojos no era lo que existía en nuestros sentimientos. ¡Qué toro! López Chaves estuvo bien en las dos primeras tandas de redondos, bajando la mano y templando mucho, pero cuando tomó la muleta con la mano izquierda el panorama cambió radicalmente, no se cruzó y había voces disonantes que manifestaban su descontento de esta forma. Otro toro que se va sin torear.

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