viernes, 1 de junio de 2007

San Isidro 2007 22ª: Se fueron de vacío

31-5-2007

Toros de Palha. Encaste: Baltasar Ibán.

  • Sánchez Vara: Estocada caída. Petición de vuelta al ruedo para el toro y división de opiniones para el torero. Pinchazo sin soltar, media estocada y descabello. Silencio.
  • Javier Castaño: Estocada atravesada y siete descabellos. Silencio. Estocada trasera y un descabello. Silencio.
  • Luis Vilches: Dos pinchazos sin soltar, estocada trasera y un descabello. Silencio. Estocada. Aplaudido el toro en el arrastre. Silencio.

Preside la novillada D. Julio Martínez Moreno.

Después de ver esta corrida, y sobre todo el primer toro, ayer los aficionados en lugar de salir toreando de la plaza salían lamentándose de que este ganado no hubiera caído en manos de toreros que hubieran querido triunfar en Madrid. Es una pena que el primer toro que le tocó en suerte a Sánchez Vara se fuera con las orejas puestas al desolladero, pero así son las cosas, supongo que más lo sentiría él. Creo que Sánchez Vara tuvo en sus manos la ocasión que sueña cualquier torero modesto. Que le salga un toro de estas características en Madrid en la feria de San Isidro, con la plaza a reventar y con la televisión por medio. No se puede pedir más, pero el torero la aprovechó a su manera, toreando todo lo que daba, es decir, su forma de interpretar el toreo, que no era ni más ni menos que toreando para afuera, muy despegado, fuera de cacho y perdiendo pasos, y claro eso valdrá para otras plazas, pero para esta, afortunadamente, aún no. Por lo menos para los que no son figuras, ya que no tienen de su parte al público orejero. Lo siento torero, otra vez será.

Su segundo, un toro mellizo de otro que se lidió en quinto lugar, hecho que al parecer no se da con frecuencia en la cabaña brava, fue un toro que salió suelto del capote y suelto llegó al caballo. Fue picado en el lomo por el llamado picador. Todo vale en este oficio. En la faena de muleta lo recibió de hinojos en el siete, pero se pudo comprobar que el toro tenía poco recorrido por el pitón derecho y al torero se le olvidó correr la mano para intentar sacarle lo que no tenía, ya que ese precisamente era su mérito. Por el pitón izquierdo el toro metía la cabeza con claridad pero el torero no lo aprovechó.

Los dos compañeros de cartel también tuvieron sus oportunidades, lo que ocurre es que no fueron tan claras como las de él, pero toros para haberle cortados las orejas hubo para todos, pero había que torear y claro, se conoce que los matadores no están inspirados todas las tardes.

Javier Castaño tuvo en su primero un toro que metía la cabeza en el capote y sin embrago no llegó a estirarse ni una sola vez. El toro hizo una pelea en varas buena pero le pegaron de lo lindo, con todo y con eso llegó a la muleta comiéndose la franela, pero el coleta no se acopló a su enemigo. Eso sí, puso voluntad y valor, pero eso no fue suficiente. Su segundo fue un toro que cumplió en el caballo y llegó a la muleta embistiendo con claridad con la cara alta, defecto que tenía que haber intentado corregir el torero, pero se limitó a arrimarse sin fundamento, quedando su labor en entredicho.

Luis Vilches tuvo un problema con su primer toro y es que no lo fijó de salida y el animal campeó a sus anchas por el ruedo como si de una capea se tratara. Fue picado por el picador de reserva sin emplearse e hizo cosas feas, como salir suelto del caballo y huir de la pelea, pero cuando veía en el ruedo al peón Tomás Loreto, salía disparado como una bala en su busca. Este torero lo esperó en la suerte de banderillas y le colocó un par que tuvo que saludar montera en mano. Así se venga uno del toro maestro, toreando. En la faena de muleta se lo llevó al anillo y el toro tenía una embestida corta, pero el torero en lugar de tirar del toro, bajarle la mano y mandar se arrugó y cuando lo embarcaba se lo sacaba para afuera. Es decir, una pena.

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