jueves, 30 de mayo de 2013

30 de mayo de 2013: Con el toro llegó la emoción


Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo

Feria de San Isidro. 21º de feria. Corrida de toros.

Ganadería: 6 toros de Adolfo Martín Encaste Albaserrada.

Terna

  • Antonio Ferrera. De negro y oro. Estocada desprendida. Saludos desde el tercio. Estocada atravesada y descabello. Oreja protestada. 
  • Javier Castaño: De azul cielo y oro. Estocada tendida y trasera que valió. Silencio. Estocada casi entera 6y muy tendida, aviso y descabello. Vuelta al ruedo. 
  • Alberto Aguilar. De blanco y oro. Estocada trasera y atravesada. Aplausos. Metisaca caído, tres pinchazos, el segundo perdiendo la muleta, aviso y descabello. Silencio 

Presidente. Julio Martínez Moreno. Nadie se acordó que en el palco estaba el presidente, salvo cuando tenía que sacar el pañuelo blanco para cambiar los tercios.

Suerte de varas:

  1. Malagueño: Se marchó al reserva ya que no fue parado por ningún capote. Derribó al montado y éste picó en la paletilla y el astado perdió las manos. En la segunda entrada se dejó picar a pesar de ser castigado en los bajos. Se ha dejado pegar en el caballo, blando que se ha defendido en la muleta. 
  2. Sevillano: Este toro cumplió el trámite de este tercio pero no fue picado en ambas entradas al caballo. Manso encastado blando y se ha defendido con peligro. 
  3. Aviadorito: Se dejó pegar y blandeó en la primera entrada al caballo. En la segunda entrada lo tuvo que meter debajo del caballo el peón y fue picado trasero. Manso invalido ycon algo de casta que se hadejado torear en la muleta. 
  4. Baratillo. Lo puso en suerte Ferrera toreando, empujó, derribó pero salió suelto del caballo. En la segunda vara el torero dejó ver al toro poniéndolo de largo pero el astado no dio la satisfacción de arrancarse de largo como se esperaba. Fue picado trasero. Manso, con algo de casta.
  5. Repollito. Fue colocado muy mal al caballo, lo picó trasero y el toro manseó. No lo castigaron, en cuanto entró al caballo Ferrera lo sacó de él. Manso encastado que se ha dejado torear.
  6. Marinero: En la primera vara se arrancó con prontitud al caballo, y fue picado trasero. En la segunda vara se arrancó de nuevo y el piquero rectificó el puyazo y en la tercera el astado se arrancó de nuevo levantando a los espectadores de los asientos. Manso encastado, que se quedó corto en la muleta.
Cuadrillas y otros. Javier Castaño, se lastimó la mano derecha durante la lidia de su primer enemigo y tuvo que pasar a la enfermería, por esta causa se modificó el orden de lidia y en lugar del quinto salió el sexto que le correspondía a Alberto Aguilar, con el fin de que su compañero pudiera ser atendido por los médicos. Se comentaba en los pasillos, una vez terminado el festejo, que Fernando Sánchez, David Adalid y Tito Sandoval, debían haber acompañado a Javier Castaño a dar la vuelta al ruedo en el sexto. Tanto David Adalid y Fernando Sánchez deleitaron al público con las banderillas, tanto en el segundo como en el sexto, sin olvidar a Marco Galán que estuvo muy acertado en la lidia de ambos toros. Tito Sandoval salió de la plaza envuelto en una salva de aplausos después de picar al sexto. Tres veces acudió el manso al caballo, y aunque tuvo que rectificar en el segundo puyazo, midió muy bien el castigo y lo mejor de su faena es que cuando citaba lo hacía dando los pechos del caballo y picando arriba, como tiene que ser. La cara opuesta de la moneda la ofrecieron los toreros de plata de la cuadrilla de Alberto Aguilar en el quinto de la tarde. Tanto Rafael González como Lucas Benítez no se entendieron con su enemigo y montaron un sainete durante el tercio de banderillas. Dio pena ver a un torero sobrio como Rafael González tratando de colocar los rehiletes a la media vuelta tratando de dejar un palo en cada pasada. Lo dicho, su actuación fue muy desafortunada y la ocasión merecía otra actitud.

Comentarios: Con que poco se conforman los aficionados, hubo quien se atrevió a decir que con esta tarde quedaba justificada la feria. Menos mal que esta corrida ha servido para devolverles la ilusión, muy deteriorada en los últimos tiempos, que está ocasionado que muchos de ellos se cuestionen si realmente merece la pena venir a una fiesta tan denostada. Han tenido que salir TOROS al albero venteño para que tres toreros honrados desprovistos de oropeles, pero con capote, muleta y unas cuadrillas que adoran su profesión, saquen a relucir sobre el albero venteño toda la grandeza que encierra la fiesta. Muchos mensajes se enviaron desde el ruedo que no deberían caer en el saco roto de los manipuladores de la fiesta. Por parte del ganadero, este envió seis toros que pasaron el reconocimiento sin ninguna objeción, y aunque algunos de ellos vinieron justos de trapío, como el segundo, el primero y el sexto fueron aplaudidos cuando hicieron su aparición en el ruedo. Su juego fue variado y la tónica general fue la mansedumbre, y la casta también estuvo justita, pero varios de ellos se dejaron torear sin dejar de perder la emoción que da el toro integro.

Por parte de los toreros dieron una lección de profesionalidad, cada uno en su línea. Era de esperar que Antonio Ferrera no levantara al público de sus asientos en el manejo de la muleta, pero entregó todo lo que tenía con las banderillas, aunque debería corregir algunos detalles como el saltito que da en los embroques, y lo que más sorprendió fue su función de director de lidia, estuvo sensacional. En la muleta ningún toro regaló nada, hubo quien se acopló, mejor a las condiciones de su enemigo y logró sacarle lo que no tenía, como le ocurrió a Javier Castaño en el sexto, un toro con poco recorrido, que el salmantino supo templar las embestidas que le ofreció el burel, destacando dos naturales que llegó a parar el tiempo. Sin embargo en su primero no lo sometió y el toro le protestó por el pitón izquierdo, mostrando peligrosidad en sus incertidumbres embestidas.

El primero de la tarde le dio pocas oportunidades a Ferrera, cuando intentaba someterlo perdía las manos. Por el pitón izquierdo el toro le dio pocas oportunidades ya que sabía lo que dejaba atrás. El cuarto de la tarde le puso el triunfo en la muleta, pero Ferrera no supo adaptarse a las condiciones del toro. Anduvo despegadillo pero dio un pase de pecho sensacional para cerrar una serie vulgar de redondos. En su haber hay que decir que tenía delante un toro, no un borrego. Terminó ahogando sus embestidas y con el consiguiente arrimón.

La de Alberto Aguilar era su cuarta comparecencia este año en el coso venteño. El primero de su lote fue blando y el toreo mostrado por el coleta madrileño no llegó a los tendidos. Estuvo más aseado por el pitón izquierdo pero toreó fuera de cacho y rematando los pases para fuera. El animal terminó defendiéndose en cuanto aprendió que algo dejaba atrás. Es lo que tienen estos toros, que hay que hacerles las cosas muy bien y en cinco minutos. Su segundo fue un toro exigente, de esos que piden el carnet de torero y hay que enseñárselo, sino, estás “apañao”. Y eso fue lo le pasó, al animal había que someterlo por bajo, no por arriba, con ello le enseño lo que no debía y el animal terminó defendiéndose. Otra vez será, torero.

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· ©J. Barranco

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