sábado, 4 de octubre de 2014

3 de octubre de 2014: El desatino torero



Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo, corrida de toros

Ganadería

Segundo festejo de la Feria de Otoño, se corrieron toros de la ganadería de Núñez del Cubillo, cuyo encaste recibió varias aportaciones de la línea Domecq: Domecq Solís, Salvador Domecq, Marqués de Domecq, Osborne y de la línea de Carlos Núñez, Villamarta y Rincón. El segundo fue sustituido por un sobrero de Juan Pedro Domecq. El quinto fue devuelto y sustituido por el segundo sobrero, perteneciente a la ganadería de Fermín Bohórquez, que también fue devuelto por inválido y sustituido por otro sobrero de El Torero. El sexto fue devuelto y en su lugar se corrió un sobrero de El Risco. Diez toros aparecieron por chiqueros, ninguno de ellos hizo olvidar al anterior. Mansos, blandos y descastados. 

Terna:

  1. Finito de Córdoba De sangre de toro y oro. Media estocada baja y tendida y cinco descabellos. Silencio benevolente. Estocada baja saliéndose de la suerte. Tímidos pitos.
  2. Iván Fandiño: De marino y oro. Estocada baja perdiendo la muleta. División de opiniones cuando saluda desde el tercio. Bajonazo de escándalo. Silencio.
  3. Daniel Luque: De Estocada bajísima tirándose a los bajos el descarado torero. Silencio. Estocada casi entera que vale. Silencio

Presidente:

D. Julio Martínez Moreno. Casi monta un espectáculo público D. Julio por jugar a empresario. Visto su comportamiento alguien debió pensar que perdió los papeles, y que no sabía el pañuelo que sacaba, si el blanco, para cambiar el tercio o el verde para devolver a los inválidos, creando en la plaza el desconcierto y dando la impresión que le superaron los acontecimientos. Hay momentos presidente que hay que dar la cara por la fiesta y por ende, por el público, que ya bastante tiene en aguantar a estos empresarios que se dejan imponer las normas de los apoderados de las figuras, y el resultado, ya lo vio, diez toros aparecieron por chiqueros, aunque con el reglamento en la mano, los que mantuvo en el ruedo, debían haber tomado el mismo camino. El público es quien paga y no se le debe tomar el pelo, demasiado se le permite a los taurinos para que la autoridad se ponga de su parte. Aunque tarde y algo remolón en sus decisiones, estuvo en su sitio, Señor Presidente. Hay que tratar de poner a la fiesta donde se merece. 

Suerte de varas:

  1. Polvorillo. 573 Kg. En la primera vara fue castigado trasero y el toro lo acusó dada su invalidez. En la segunda también fue picado trasero y el pobre animal no podía con su alma. El presidente decidió dejarlo en el ruedo a pesar de las protestas del público. El toro un inválido en toda regla.
  2. Señero. 498 Kg. En la primera vara se defendió, manseando descaradamente. En la segunda entrada el piquero marcó solo el castigo y salió suelto. Manso descastado y blando.
  3. Fundador. 585 Kg: Hizo una fea pelea en el caballo, no se empleó y salió suelto En la segunda mostró su condición de cadáver, que el presidente no quiso devolver. Manso, descastado e inválido. 
  4. Espantoso. 553 Kg: No fue castigado, no se empleó y marcó trasero el picador. En la segunda vara perdió las manos mostrando su condición de blando. Aunque fue castigado trasero, convirtiéndose este hecho en un lacra para la fiesta. Manso, inválido y descastado. 
  5. Lince. 517 Kg: En la primera vara escarbó mostrando mansedumbre y no se entregó en la pelea. En la segunda fue castigado trasero. El toro manso, sin casta y toreable.
  6. Vitola. 564 Kg. Fue picado trasero en la primera entrada al piquero, salió suelto y se marcho directo a sus querencias de toriles. En la segunda vara el torero no lo puso en suerte y entró al relance. Y salió huyendo despavorido a lsentir el hierro. Manso, descastado e inválido. 

Cuadrillas y otros:

Con una temperatura agradable, se celebró el segundo festejo de la Feria de Otoño, con un aforo de algo más de media plaza. El espectáculo que montó el ganado lidiado es para enviar al matadero toda la camada. Con menos motivos ha habido ganaderos honrados que lo han hecho, pero eran otros tiempos y otras personas que amaban su profesión, desde el mayoral de la ganadería hasta el último mono de la plaza. Hoy la carrera va por distintos caminos y cada personaje que se acerca a la fiesta, lo hace con el único fin de lucrarse de ella. Los picadores siguen a lo suyo, picando trasero y destrozando a los animales, los toreros se quedan descolocados cuando consiguen poner al toro en suerte y ningún torero fijó al toro de salida. De pena, y eso que eran figuras experimentadas. Se lucieron con los garapullos, Miguel Martín, que puso al público de pie en el segundo par del quinto de la tarde, por el cual tuvo que desmonterarse, y Jesús Arruga, en el segundo y quinto de la tarde. También destacó con los rehiletes José Luis Neiro en el tercero, donde puso un par que tuvo que hacer todo el torero. 

Comentarios:

Que duro es ser aficionado a la fiesta de los toros cuando los empresarios se permiten montar una corrida de este tipo, esperpéntica y tediosa, buscando siempre su beneficio, con ganado al no se encuentran adjetivos para calificarlo, y todo al servicio de las figuras acarteladas. Una autentica vergüenza que permitan salir por chiqueros diez toros para nada, ya que los toreros no dieron la talla en ningún momento en su condición de figuras. Los aficionados se tuvieron que poner muy serios con sus protestas ya que el atrevimiento de esta empresa en supuesta connivencia con la autoridad, podía haber terminado en un altercado público. ¡Y los toreros! Que pintaba en esta feria Finito de Córdoba si no era en su papel de telonero y de esta manera hacer caja. Hay algo que las personas no deben perder nunca y es la dignidad. No es el primero que ocupa este puesto con el único fin de abrir plaza, las figuras suelen elegir a un torero en el ocaso de su carrera, pero lo que nunca debía hacer es arrastrarse de una manera tan denigrante por los ruedos. Los aficionados se preguntaron a quien beneficiaba Finito: ¿A Fandiño?, ¿a Luque? Seguro que muchos no encontraron la respuesta, ya que ninguno de los dos demostró su condición de tal categoría.

Luque estuvo en su línea de pega pases, realizando las faenas junto al tendido 5. Debe tener un cierto apego a esta zona, ya que fue en ella donde encontró el calor suficiente cuando triunfó en Madrid con aquella faena que nadie, excepto él y su público, entendió para tal merecimiento. Los años pasan y los toreros van formando su personalidad, pero este parece haberse quedado establecido en aquel toreo vulgar que le encumbró incomprensiblemente hasta el lugar que ocupa en la actualidad. Su primero, un cadáver se permitió el lujo de brindarlo, pero a estos toreros nadie debe haberles enseñado las normas que han imperado en el toreo, basadas en el respeto hacía el público. Así le fue al matador, que ante un toro que no trasmitía nada a los tendidos trató de buscar en el tremendismo, la manera de calentar el ambiente, encontrándose con las protestas de los aficionados. En su segundo buscó los mismos terrenos y al tercer muletazo el toro se derrumbó. No creo que el torero se lamentara, era lo que habían elegido por su condición de figuras, toros descastados y que faciliten el triunfo con el mínimo esfuerzo. El toro iba y venía a las citas del torero pero su faena careció de la base fundamental, llegar a los tendidos. 

Iván Fandiño vino en figura, pero no demostró nada que destacara de sus compañeros de cartel. La faena a su primero, una babosa, estuvo basada en redondos al hilo del pitón. Este torero necesita toros poderosos, para los cuales tenga que sacar de su muleta el poderío que le ha llevado al lugar donde se encuentra, pero ha terminado acomodándose en el toreo moderno, de poca exposición pero también de poco contenido. En su segundo, y ante un animal que destacó de la vulgaridad repitiendo la embestida, el torero de Orduña basó su faena en la cantidad y no en la calidad, con un toreo eléctrico, rematando todos los muletazos para fuera, y eso el aficionado se lo traga con el toro encastado, pero con el animal domecqticado, se le atraganta. Después de diez toros y dos horas y media de espectáculo, no dio para más la tarde.



© Escrito por Pepeíllo.

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