domingo, 16 de junio de 2019

FERIA SAN ISIDRO 201

Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo 

Corrida de la Prensa. Corrida de toros. 

“Sorprendió gratamente el ganado” 

Ganadería 

Se lidiaron 6 toros de Santiago Domecq, con procedencia, Juan Pedro Domecq Solís, Jandilla y Núñez. Ganado bien presentado y que dio buen juego mostrando nobleza, destacando el primero, segundo, cuarto, quinto y sexto. En el caballo no se emplearon, salvó el sexto que empujó con clase. Varios de ellos fueron aplaudidos en el arrastre. 

Terna
  • El Fandi: De nazareno y oro. Estocada que vale. Silencio. En el cuarto Estocada perdiendo la muleta. Silencio. Lidió el sexto por cogida de Pablo Aguado. 2 pinchazos y estocada baja. Silencio. 
  • López Simón: De marino y oro. Metisaca y estocada trasera y tendida. Aviso. Tímidos aplausos. En el quinto pinchazo saliéndose de la suerte y estocada trasera que vale. Silencio. 
  • Pablo Aguado: De sangre de toro y oro. Estocada arriba, aviso y 5 descabellos, 2º aviso. Al toro tardea en caer. Ovación. 
Presidente: D. Trinidad López-Pastor Expósito. 

Sin problemas en sus decisiones. 

Cuadrillas y otros. 

Tarde primaveral donde la plaza registró un lleno de “No hay billetes”. 

En el tercero el torero Pablo Aguado fue cogido y después de despenar a su enemigo se retiró a la enfermería para no salir más. El sexto toro lo lidió el director de lidia. El Fandi. En el sexto el picador abandonó el ruedo entre aplausos. 

Comentarios: 

El primer toro que piso el albero venteño se llamaba Tomillito y fue un ejemplar de cuyo juego el ganadero se sintiera orgulloso. En la primera entrada al caballo empujó con un pitón y en la segunda recibió un picotazo trasero y el animal se defendió en la pelea. El Fandi lo pareó pero su lucimiento brilló por su ausencia. Con la muleta fue un gran toro, ya que no fue castigado en varas, pero el torero granadino se dedicó a pegar trapazos a un animal que necesitó una muleta que supiera torear. Lo recibió de hinojos en el centro del ruedo y le recetó un redondo largo que el toro aguantó con codicia y nobleza. El animal tuvo mucha clase, pero tuvo que aguantar el manejo de la pañosa de un torero que de nuevo mostró las deficiencias en el arte de torear. El cuarto de nombre Monarca, se empleó con fijeza en el caballo dejándose pegar y recibiendo excesivo castigo. En las dos entradas al caballo salió suelto. De nuevo tomó los palitroques el matador y de nuevo mostró poco lucimiento. En la muleta El Fandi volvió a no decir nada y fue una pena ya que la vulgaridad que le ofreció el matador siempre encontró una respuesta de su enemigo. De nuevo se le marchó al desolladero un buen toro con las orejas puestas. El sexto de nombre Zahareño, tuvo que lidiarlo el torero granadino por cogida de su compañero, Pablo Aguado. El Fandi lució al toro en el caballo y estuvo durante la lidia muy dispuesto colocando al toro en suerte con los capotazos justos. Fue un tercio de varas muy bonito, sobre todo la tercera entrada al caballo. El torero se lució en el tercio de banderillas y fue muy aplaudido, sobre todo en un par por los adentros, también mostró mejoría durante la lidia. El animal llegó muy parado a la muleta debido al esfuerzo a que fue sometido en los tercios anteriores y ante esta situación el matador decidió abreviar y tomar el acero. El espectáculo en este toro no dio para más. 

El segundo de la tarde se llamaba Tormentoso y fue el primero del lote de López Simón. En las dos entradas al caballo no mostró mucho interés en la pelea, en ambas salió suelto buscando el camino de la dehesa El toro no fue recogido desde el inicio de faena y el torero lo recibió con unos muletazos por alto y el animal se le marchó a terrenos de nadie. Volvió a recogerlo con dos pases cambiados, pero su faena adoleció de temple y quietud. El toro se desplazaba por ambos pitones pero el torero de Barajas no lo entendió así y su muleta no estuvo a la altura de su enemigo. Se limitó a acompañar la embestida dejándose ir al desolladero un buen toro. El quinto, de nombre Monarca, se dejó pegar en el caballo y el piquero aprovechó para zurrarle la badana. En la segunda entrada su juego consistió en dejarse pegar y salir suelto del caballo. Al comienzo de faena se dobló con su enemigo con el fin de acoplarlo a la muleta, pero cuando el toro comenzó a meter la cabeza en el trapo rojo, el torero no encontró la medida para acoplarse presentando la vulgaridad de un torero que no convenció a nadie. El toro se fue al desolladero sin torear. 

El tercero de la tarde, fue el único que lidió Pablo Aguado, se llamaba Coronel. Su juego en el caballo no fue muy destacado. En la primera entrada al montado no lo pusieron en suerte, el piquero le tapó la salida y el animal se dejó pegar. En la segunda recibió un picotazo y salió suelto. Con la muleta el torero sevillano lo recibió con detalles toreros, pero en esta ocasión el animal no tuvo el recorrido de sus otros hermanos de camada. Le costaba repetir, y ante esta situación Aguado solo pudo mostrar algunos detalles de su indudable clase en el manejo de la muleta, aunque mostró mucha desconfianza. Al entrar a matar el toro se lo llevó por delante y aunque pudo despenar a su enemigo a continuación se retiró a la enfermería para no aparecer más. Una pena, matador. 

©Pepeíllo.

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