martes, 11 de octubre de 2022

A Lara. Deseándole que su salud tome el camino de la normalidad.

Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo

Corrida de novillos sin caballos.

“Erales de triunfo”

Ganadería

Ganado de Lorenzo Rodríguez Espioja, encaste Domecq en la línea de García Jiménez Hnos. (Casa Matilla). Bien presentados que pusieron en bandeja el triunfo de los novilleros. 1º, 2º, 3º y 5º Fueron aplaudidos en el arrastre.

Terna:

  • Pepe Luis Cirugeda. De verde y oro. Estocada tras aviso y dos descabellos. Vuelta al ruedo tras petición En el cuarto Estocada delantera. Oreja.
  • Alejandro Chicharro: De blanco y oro. Tres pinchazos en la suerte contraria y estocada casi entera y atravesada tras aviso y descabello en dos tiempos. Silencio
  • Joel Ramírez: De marino y oro. Pinchazo y estocada tendida tras aviso. Tímidos aplausos y saludos desde el tercio que no se correspondió con el premio que le ofreció un sector de la plaza.

Presidente: D. Pedro Fernández Serrano

Sin problemas en su labor.

Cuadrillas y otros.

Según la empresa el coso venteño registró 13.631 espectadores, con muchos jóvenes en los tendidos. Cierto que regalaron muchas localidades, pero es un ejemplo a seguir para levantar estos espectáculos.

Las cuadrillas cumplieron en general en su cometido, algunos intentaron lucirse en banderillas, excepto en el sexto que tuvieron que pasar cinco veces por la cara del eral para colocar 4 palos, y eso que toda la corrida fue una bendición para los profesionales de plata, en especial para los aspirantes a novilleros con caballos.

Comentarios:

Los toreros jóvenes que se anunciaron fueron los ganadores del certamen "Camino hacía Las Ventas”, erigiéndose ganador Pepe Luis Cirugeda, que cortó una oreja, baratita, en el cuarto eral de la tarde, de nombre Lolito. El matador lo recibió de muleta clavando las rodillas en la boca de riego, en un arrebato de valor, siguiendo el guión sus compañeros, pero cuando tuvo que torear, adornó la faena, tanto en redondo como al natural, con ventajas impropias de un aspirante a novillero.

No se podía pedir más, los erales ofrecieron a los toreros un comportamiento excelso para el triunfo, con embestidas pastueñas, criados para el triunfo, acudiendo a los engaños humillando y horadando el albero con embestidas largas y nobles. La excepción a la regla lo marcó el sexto, algo más exigente que sus hermanos de camada, que acudía al engaño con la cara alta pero que Joel Fernández podía haber intentado corregir. Pero los toreros se engañaron ellos mismos o salen engañados de las Escuelas Taurinas. Alejandro Chicharro toreo a su primero sin descomponer la figura y rematando los muletazos para dentro. Pero en su segundo volvió a la vulgaridad. También mostró detalles en su primero Pepe Luis Cirugeda, que después de recibirlo de hinojos en el centro del ruedo, dibujó naturales y redondos con buen trazo, sin achicarse a pesar de ser arrollarlo en dos ocasiones, todo lo demás estuvo colmado de voluntad y ventajas. Los toreros repitieron hasta la saciedad las mismas suertes, recibir a sus enemigos de hinojos en los medios frente al portón de los sustos, los quites fueron variados, incluso se dejaron coger, pero ante erales de esta calidad, con la muleta no estuvieron a la altura de sus aspiraciones.

Se dice que hoy se torea mejor que nunca. Cierto. Los ganaderos crían a estos bellos animales para tal fin. Si todos creyésemos en ese dogma, la pregunta es bien sencilla, ¿Por qué se torea con tantas ventajas? Y no son estos chavales, llenos de ilusión, los que las imponen, ellos son los imitadores de los mayores, las figuras, que copan el escalafón, con excepciones, claro. Estos chavales son las víctimas de esos manipuladores de la fiesta.

Una pena toreros que enviarais a los erales al desolladero, no con las orejas puestas, sino sin haberos roto toreando.

©Pepeíllo.

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