jueves, 11 de julio de 2024



Artículo escrito por Guillermo Calvo Sánchez


Novillada con picadores 11 de julio de 2024


Tercera novillada Cénate Las Ventas


Asistencia: 8909 personas, según datos de la empresa


Brindo esta crónica a mi amigo Richi, por enseñarme la belleza de esta fiesta y por cuidar con tanto mimo los montes de Castilla


“¡No sé cuándo, pero volverás!”


Ganadería Couto de Fornilhos: Encaste Conde de la Corte Atanasio Fernández, bien presentados, armados y rematados. Demasiada presencia para ser novillos. En juego, escasa fuerza y algo mansos. En el primer tercio no se empleaban mucho en el peto: cabeceaban, pero no empujaban metiendo los riñones. El tercer y quinto toro eran dos pinturas por su belleza.


Santiago Esplá (presentación): de purísima y oro// cuatro pinchazos, estocada atravesada y cinco descabellos (silencio)// dos pinchazos y estocada baja (silencio)


Valentín Hoyos (presentación): de lila y oro// dos pinchazos (saludos). Estocada contraria (saludos)


Rubén Núñez (presentación): de azul marino y oro// baja (saludos)// en el rincón (silencio)


En el quinto toro, los banderilleros Juan José Domínguez y Pablo García se desmonteraron tras no poner ningún par en la cara del toro


Presidente: José Antonio Rodríguez San Román. No tuvo que ser protagonista, así que correcto durante la noche


La noche venteña volvió a ser como las anteriores: poco toreo, mucho olor a fritanga y gente joven en los tendidos. Somos masocas. Casi 9.000 personas volvieron el jueves a la piedra para presenciar una novillada en la que destacó, sin llegar a sobresalir, Valentín Hoyos en su primero. De nombre Carpetano, y de capa negro bragado, fue el novillo con el que el diestro salmantino conectó con el público. Pintó con la muleta buenos trazos y supo exprimir un toro que llegó con las energías justas al último tercio. El espacio y la buena colocación demostró que supo entender a un novillo algo complicado que no le permitió ligar los muletazos. ¿La razón por la que llegó justito? Alberto Sandoval fue el culpable de ello. Mal picado debido a un puyazo caído y otro trasero con demasiada fuerza. La mano izquierda fue la protagonista de la faena de Hoyos gracias a la profundidad con la que daba los pases.


Con su segundo, de nombre Indidano (cárdeno salpicado), no tuvo nada que hacer. Un novillo, tan novillo como débil, le impidió el lucimiento y que perdía las manos constantemente. A pesar de ello, el diestro lo intentó pero era consciente de que ese animal solo valía para carne. Hoyos demostró ante el público que la actitud y la aptitud también sirve para demostrar qué es el toreo. “¡No sé cuándo, pero volverás!”, grito El Rosco al joven debutante.


En el otro lado de la moneda estaba Santiago Esplá. Su apellido le pesó demasiado a un novillero que a sus casi 30 años aún no había debutado en Las Ventas hasta este jueves. Él demostró que lo tendrá crudo para llegar a matador de toros. Su primer novillo, de nombre Oliveiro, recibió tal retahíla de pinchazos que el pobre animal se echó por pena. Cuatro pinchazos, cinco descabellos y dos avisos. Así fue la carta de presentación del sobrino del maestro Luis Francisco. Al novillo le faltaba algo de fuerza pero tenía ritmo y algo de gracia. Mucha floritura para tan poco toreo. Al debutante se le notaba muy nervioso, pero en ningún momento llegó a conectar con el público.


Con su segundo es cierto que tuvo menos suerte, cierto también  que Luciano Briceño se lo cargó en el caballo con dos fuertes puyazos y dos picotazos que hizo que llegara con las fuerzas justas. Al inicio de la faena con la muleta, el novillo se echó y no quiso saber nada de Esplá. Ni los espectadores tampoco.


Empeñado en poner las banderillas, Esplá puso siete pares, y ninguno de mérito: pasado, apoyándose en un pitón... La anécdota de la noche la volvió a protagonizar Juan Carlos Rey, después de que la pasada semana se trastabillara y se cayera delante de la cara del novillo, sin mayores consecuencias. Esta vez fue porque, en el burladero, dio la razón a El Rosco que gritaba efusivamente que pusiera las banderillas él y no el “chaval”. La nota positiva del diestro alicantino fue su variedad con el capote: fregolinas y faroles.


El que menos fortuna tuvo con su lote fue Rubén Núñez. El joven mexicano se enfrentó a su primer novillo con poca transmisión. El diestro lo intentó, pero después de pases sin gracia se dio cuenta de que no estaba sirviendo para nada. A Noctámbulo le dio tal bajonazo que cayó redondo, por lo que la gente intuyó que cayó en todo lo alto, por lo que los pañuelos salieron a pasear. El presidente estuvo acertado en no conceder ningún premio a tal faena.


En su último, el de más romana con 528 kilos, más de lo mismo. No tenía fuerza, pero el novillo no acompañaba los pases de Núñez. Algo le exprimió con la mano derecha pero lo que transmitía era aburrimiento y no belleza. Sonó un aviso


“Son muchos los llamados y muy pocos los elegidos”, señaló El Rosco. Pues eso.





Hasta la próxima semana.















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